Con el ajuste, el estilo y la función correctos, el calzado puede ser mágico, e incluso mejorar el estado de ánimo. Pero ni siquiera los zapatos más perfectos que se adaptan a todas las estaciones y ocasiones pueden sustituir a unos pies sanos y de buen aspecto. Mantener unas buenas prácticas de cuidado de los pies puede ayudarte a disfrutar de unos pies robustos y fuertes que recompensen tu sentido de la belleza y la confianza.

La anatomía y problemas comunes del pie

Los pies están hechos para caminar, correr, saltar, mantener el equilibrio, trepar y mucho más. Así que no es de extrañar que el pie humano sea complejo. Lo creas o no, tu talla seis (o nueve o doce) alberga 28 huesos -casi una cuarta parte de todos los huesos de tu cuerpo- además de 30 articulaciones y más de cien músculos, ligamentos y tendones.

Todas estas estructuras trabajan juntas como una maquinaria afinada para llevar a cabo dos importantes funciones: soportar el peso y la propulsión. Estas funciones requieren un alto grado de estabilidad. Además, el pie debe ser flexible para poder adaptarse a las superficies irregulares. Esta es una de las razones por las que cada pie tiene tantos huesos y articulaciones.

A continuación, se ofrece un breve resumen de las estructuras del pie y de su funcionamiento conjunto, además de un vistazo a algunos problemas podológicos comunes que a veces se derivan del desgaste normal, el uso excesivo o las lesiones del pie.

Estructura del pie

El pie puede dividirse en tres secciones: el antepié, el mediopié y el retropié. En cada sección hay huesos, articulaciones, músculos, tendones y ligamentos.

Huesos

Los huesos del pie pueden dividirse en tres categorías en función de su ubicación.

Huesos PIES HERMOSOS

Antepié

Se trata de la parte más delantera del pie, que incluye los dedos o falanges. Hay 14 huesos de los dedos (dos por cada dedo gordo y tres por cada uno de los otros cuatro), además de cinco metatarsianos.

El primer hueso metatarsiano es el más corto y grueso y desempeña un papel importante durante la propulsión (movimiento hacia delante). También sirve de unión a varios tendones. Los huesos metatarsianos segundo, tercero y cuarto son los más estables de los metatarsianos. Están bien protegidos y sólo tienen uniones tendinosas menores.

Además de las falanges y los metatarsianos, el antepié contiene dos pequeños huesos sesamoideos de forma ovalada justo debajo de la cabeza del primer metatarsiano, en la superficie plantar, o parte inferior del pie, que se mantiene en su lugar por medio de tendones y ligamentos. El antepié se une al mediopié en las cinco articulaciones tarsometatarsianas.

Mediopié

Esta sección del pie está formada por cinco huesos de forma irregular llamados tarsos. Los nombres clínicos de estos huesos son el navicular, el cuboide y los cuneiformes medial, intermedio y lateral. Juntos forman el arco del pie. El arco del pie desempeña un papel fundamental en la sustentación del peso y la estabilidad.

Pie trasero

En esta sección del pie sólo hay dos huesos grandes: el astrágalo y el calcáneo. El mayor de ellos, el calcáneo, forma el talón del pie. El astrágalo se apoya sobre el calcáneo y forma la articulación pivotante del tobillo.

Articulaciones

Una articulación se forma en la unión entre dos o más huesos. Cada dedo gordo tiene dos articulaciones, la metatarsofalángica y la interfalángica. Los otros cuatro dedos de cada pie tienen tres articulaciones cada uno: la articulación metatarsofalángica en la base del dedo, la articulación interfalángica proximal en el centro del dedo y la articulación falángica distal, la más cercana a la punta del dedo.

Articulaciones PIES HERMOSOS

Músculos

Los músculos que controlan los movimientos del pie se originan en la parte inferior de la pierna y están unidos a los huesos del pie mediante tendones. Estos son los principales músculos que facilitan el movimiento del pie:

  • Tibial posterior (sostiene el arco del pie).
  • Tibial anterior (permite que el pie se mueva hacia arriba).
  • Peroneo largo y corto (controla el movimiento en la parte exterior del tobillo).
  • Extensores (elevan los dedos del pie para poder dar un paso).
  • Flexores (estabilizan los dedos del pie y los curvan hacia abajo).
  • Tendones y ligamentos.

El tendón más notable del pie es el tendón de Aquiles, que va desde el músculo de la pantorrilla hasta el talón. Es la estructura tendinosa más fuerte y más grande del cuerpo. El tendón de Aquiles permite correr, saltar, subir escaleras y ponerse de puntillas.

Otros tendones importantes del pie son el tibial posterior (tendón tibial posterior), que une el músculo de la pantorrilla a los huesos de la parte interna del pie y sostiene el arco del pie, y el tibial anterior (tendón tibial anterior), que va desde la parte externa de la tibia hasta el primer metatarsiano y la superficie del tarso cuneiforme medio, lo que permite la dorsiflexión, es decir, llevar los dedos del pie hacia la espinilla.

Estos son los principales ligamentos del pie:

  • Fascia plantar: El ligamento más largo del pie, la fascia plantar recorre la planta del pie desde el talón hasta los dedos para formar el arco del pie, proporcionar fuerza para caminar y ayudar al equilibrio.
  • Ligamento calcaneonavicular plantar: Es un ligamento de la planta del pie que conecta el calcáneo y el navicular y sostiene la cabeza del astrágalo.
  • Ligamento calcaneocuboide: Es el ligamento que conecta el calcáneo y los huesos del tarso y ayuda a la fascia plantar a sostener el arco del pie.

Problemas comunes del pie

Teniendo en cuenta la cantidad de partes móviles que tiene el pie humano y los miles de kilómetros que recorre esta increíble parte del cuerpo a lo largo de su vida -según la Asociación Médica Americana de Podología, la persona media recorre 75.000 kilómetros a los 503 años-, no es de extrañar que las estructuras del pie se vean afectadas.

No es de extrañar que sus estructuras puedan sufrir lesiones o un uso excesivo.

Y como cualquier parte del cuerpo compuesta por hueso, músculo y tejido conectivo, los pies están sujetos a ciertas condiciones que pueden afectar a cualquier otra extremidad, miembro o columna vertebral, incluyendo:

  • Esguinces, distensiones y tirones que afectan a los músculos o ligamentos.
  • Tendinitis (cuando un tendón se estira demasiado o se desgarra).
  • Fracturas y roturas de huesos.
  • Osteoartritis (particularmente frecuente en los pies, sobre todo en las articulaciones que conectan los dedos con el mediopié).
  • Artritis reumatoide.

Los pies también pueden verse afectados por enfermedades que no son específicas de ellos, como, por ejemplo:

  • Diabetes.
  • Gota (en la que se forman cristales de ácido úrico en una articulación).
  • Infecciones como el pie de atleta y la onicomicosis (infección por hongos en las uñas).

Y, por supuesto, hay problemas que son exclusivos del propio pie:

Los espolones del talón

Al ser el hueso más grande del pie, el calcáneo (talón) es especialmente propenso a las lesiones causadas por una biomecánica defectuosa, por ejemplo, al caminar de forma poco óptima. Una de las más comunes es el desarrollo de crecimientos óseos en la parte inferior del calcáneo, llamados espolones del talón, que causan un fuerte dolor al estar de pie o al caminar. Las disfunciones del pie, como los espolones del talón, son más frecuentes en las personas que padecen fascitis plantar (inflamación de la fascia de la planta del pie; véase más adelante), pies planos o arcos altos.

Fascitis plantar

Esta afección es el resultado de microdesgarros en el grueso tejido fibroso de la parte inferior del pie, que se extiende desde el talón hasta la bola, causados por un estiramiento excesivo. Los síntomas incluyen dolor en el talón y en el arco del pie que suele empeorar por las mañanas. La fascitis plantar es un riesgo especial para los caminantes o corredores de larga distancia.

Fascitis plantar PIES HERMOSOS

Juanetes

Un juanete es una prominencia ósea justo debajo del dedo del pie, ya sea en el borde interior del pie o en el lado del dedo meñique. (Los juanetes se forman cuando los huesos del pie se desalinean, a menudo debido a la presión causada por el uso de zapatos que no se ajustan bien o que aprietan los dedos durante un largo periodo de tiempo. El dedo gordo del pie puede inclinarse tanto hacia dentro que llega a cruzar por debajo o por encima del segundo dedo adyacente, provocando una desalineación secundaria denominada dedo en martillo. Por lo general, se forma un doloroso callo en la parte superior del segundo dedo.

El curso está dirigido a toda persona entre 17 a 90 años que esté interesada en obtener conocimientos y experiencias sobre las distintas disciplinas que ofrece dicho curso para obtener su tan preciada certificación oficial que acredite dichos estudios para poder desarrollarse en el ámbito laboral deseado. También puede realizar el curso un profesional sin título que desee una certificación para constatar su experiencia.

Consejos para tener unos pies hermosos

No dejes que las durezas se queden en la piel

Cuál es la causa: El estrés o la fricción en el pie, por lo que tiende a aparecer en los talones y en los lados/bolas de los pies. Si no se trata, puede convertirse en callos.

“La mejor manera de tratar la piel dura es eliminarla con una lima para pies y aplicar una crema hidratante intensiva inmediatamente después”, dice Michael Harrison-Blount, podólogo y profesor de podología en la Universidad de Salford, Reino Unido.

Come bien para tus uñas

Las uñas de los pies sufren a diario el maltrato de los zapatos, los golpes y los entrenamientos. Pero puedes ayudar a reforzar sus defensas con una dieta rica en vitamina B12, vitamina C, vitamina E, zinc y biotina. Encuentra esos nutrientes en:

  • El pescado y la carne.
  • Huevos y productos lácteos.
  • Las verduras, especialmente los tomates y las zanahorias.

Sé inteligente con los juanetes

Los juanetes son una afección que afecta a los huesos y articulaciones asociados al dedo gordo del pie. Son hereditarios, más comunes en las mujeres que en los hombres y suelen desarrollarse lentamente.

“En realidad, el calzado no causa juanetes”, dice Michael. “Algunos zapatos pueden exacerbar la condición, pero sólo si ya existen otros factores o causas”.

Si tienes un juanete, Michael dice que usar zapatos con una caja de dedos amplia y profunda (debes ser capaz de ‘ahuecar’ el cuero sobre tu juanete) y evitar los tacones altos te ayudará.

Córtate bien las uñas de los pies

No subestimes el poder de una buena técnica de corte de uñas: Michael aconseja no utilizar nunca tijeras. “Es mejor optar por un alicate de uñas o un cortaúñas, ya que tienen una hoja de corte más pequeña y un mango más largo”, dice.

Las uñas deben ser:

  • Recortadas una vez a la semana y cortadas en línea recta. Procura que tengan forma cuadrada, ya que así evitarás que se encarnen las uñas de los pies.
  • Utilizar una lima de uñas para alisar las asperezas. Evitar las limas metálicas abrasivas, que pueden astillar la uña.

Cortarlas en exceso puede dar lugar a uñas encarnadas, que pueden ser dolorosas y antiestéticas.

Cortate bien las UÑAS de los PIES

Prevenir la decoloración antes de que empiece

Las uñas amarillas suelen ser el resultado de un esmalte oscuro, así que utiliza siempre una capa de base o, si te gusta el aspecto natural, deja de usar el esmalte durante un mes para que la uña mejore. Si las cosas no mejoran, podría tratarse de una onicomicosis, una infección por hongos. Si no se trata, puede hacer que las uñas se engrosen, se vuelvan frágiles y escamosas y se separen del lecho ungueal. Las infecciones fúngicas leves pueden tratarse con tratamientos tópicos, pero para estar seguro acude a tu podólogo para que te aconseje.

No te saltes la crema hidratante

Seguro que te untas la cara y el cuerpo con ella, pero ¿cuándo fue la última vez que te hidrataste los pies? Enjabonarse con loción (e incluso exfoliarse) a diario puede ayudar a prevenir la formación de durezas y callosidades. Como la piel de los pies es mucho más gruesa que la del resto del cuerpo, necesitas una crema hidratante con propiedades de penetración profunda para ayudar a mantener la piel flexible. Los mejores consejos de hidratación:

  • Si la piel de los pies es especialmente seca, aplícate una crema por la noche, cuando puedas poner los pies en alto.
  • Utiliza una crema que contenga urea, que se sabe que ayuda a fijar el agua en la capa de tejido del callo, reduciendo la formación extra de células de la piel seca.

Mantener los pies secos

El pie de atleta, o tinea pedis, es una infección fúngica de la piel que se produce cuando los pies se mantienen en condiciones de humedad, como los zapatos sudados. Suele afectar en primer lugar a la piel entre los dedos de los pies y provoca un intenso picor. Ayúdate secando bien los pies después de las duchas y quitándote los calcetines mojados en cuanto puedas. Se puede tratar el pie de atleta en casa con medicamentos de venta libre. Sin embargo, si los síntomas son graves o si el problema persiste, busca el consejo de un profesional de la salud.

Mantener los PIES secos

Cuidar los talones

Los talones agrietados se deben a que la piel seca de los bordes del talón se ve sometida a presión al caminar. Aunque no es grave, puede provocar una infección si no se trata. Los talones agrietados significan que la piel está deshidratada, por lo que la mejor prevención y cura es utilizar una crema hidratante intensiva. Utiliza una que esté especialmente formulada para reparar los talones agrietados y busca un producto que contenga queratina, una proteína de probada eficacia para la curación de heridas.

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