El trastorno por déficit de atención (TDA) es un término que a veces se utiliza para una de las presentaciones del trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH). El TDAH es un trastorno neurológico que provoca una serie de problemas de comportamiento, como dificultades para atender a la instrucción, concentrarse en las tareas escolares, mantenerse al día con las tareas, seguir instrucciones, completar tareas y la interacción social.
En el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, quinta edición (DSM-5), esta afección se conoce oficialmente como “trastorno por déficit de atención/hiperactividad, presentación predominantemente inatenta”.
Aunque el término TDA es técnicamente obsoleto -y ya no es utilizado por los profesionales de la medicina-, a veces se sigue utilizando coloquialmente para referirse a alguien que tiene dificultades para mantenerse concentrado, pero no experimenta síntomas de hiperactividad.
Síntomas del TDA (TDAH de tipo inatento)
Las personas que padecen el TDAH de tipo inatento tienen dificultades para prestar atención o mantenerse concentradas durante largos periodos de tiempo. Algunos de los síntomas de este tipo de TDAH son:
- Distraerse fácilmente.
- Dificultad para seguir instrucciones.
- Dificultad para mantenerse en la tarea.
- Olvidar algo.
- Perder objetos personales como llaves o libros.
- No prestar atención a los detalles.
- Problemas para organizarse.
- Capacidad de atención reducida.
Los niños con TDAH sin el componente de hiperactividad pueden parecer aburridos o desinteresados en las actividades del aula. Pueden ser propensos a soñar despiertos o a olvidar cosas, a trabajar a un ritmo lento y a entregar trabajos incompletos.
Sus tareas, escritorios y casilleros pueden parecer desorganizados. Es posible que pierdan materiales en la escuela y en casa o que extravíen las tareas escolares y no las entreguen. Esto puede frustrar a los profesores y a los padres y hacer que el niño obtenga malas notas en clase.
TDA y TDAH: ¿Cuál es la diferencia?
Aunque muchas personas siguen utilizando los términos TDA y TDAH indistintamente, es importante reconocer que no son lo mismo. He aquí algunos puntos clave que hay que tener en cuenta:
TDA es un término más antiguo para lo que ahora se conoce como el tipo inatento de TDAH.
El término TDAH se ha utilizado para describir tanto el tipo inatento como el hiperactivo desde mediados de la década de 1990.
Sin embargo, algunas personas siguen utilizando el término TDA como forma de indicar que la condición no incluye la hiperactividad como síntoma.
El DSM-5 reconoce actualmente tres subtipos de TDAH: el tipo inatento (a veces llamado casualmente TDA), el tipo hiperactivo-impulsivo y el tipo combinado.
El TDA (TDAH de tipo inatento) no se manifiesta de la misma manera que los tipos predominantemente hiperactivo-impulsivo o combinado. Los niños con estas presentaciones tienen síntomas diferentes.
Los niños con las otras dos presentaciones del TDAH, por ejemplo, tienden a comportarse mal o a mostrar problemas de conducta en clase. Los niños con TDAH de tipo inatento no suelen ser disruptivos en la escuela. Incluso pueden sentarse en clase tranquilamente, pero eso no significa que su trastorno no sea un problema y que no les cueste concentrarse. Además, no todos los niños con TDAH de tipo inatento son iguales.
Los niños con TDAH de tipo combinado presentan varios síntomas tanto del tipo hiperactivo-impulsivo como del tipo inatento.
Diagnóstico
Si sospecha que su hijo tiene TDAH, hable con el consejero escolar, el profesor o el médico de su hijo sobre el tratamiento adecuado. Si tiene alguna duda, comience a hablar con él hoy mismo. Una intervención temprana puede garantizar que su hijo experimente menos interrupciones como resultado de su condición.
El pediatra de su hijo puede recomendarle que acuda a un psicólogo infantil que le haga pruebas formales para ver si su hijo cumple los criterios del TDAH y, si es así, en qué lugar del espectro se encuentra. Estas pruebas no sólo pueden ayudar a diferenciar el TDAH de otros problemas que puedan estar causando dificultades en el trabajo escolar, sino que pueden utilizarse para seguir la respuesta del niño a las intervenciones a lo largo del tiempo.
Dependiendo de los síntomas de su hijo, se le puede diagnosticar un TDAH de tipo inatento, un TDAH de tipo impulsivo e hiperactivo o un TDAH de tipo combinado.
Tratamiento
El TDAH no tiene cura, pero el tratamiento puede ayudar a los niños a controlar sus síntomas y mejorar su funcionamiento diario. El tratamiento del TDAH suele incluir medicamentos, intervenciones conductuales o una combinación de ambos. El tipo de tratamiento elegido depende de los síntomas y las necesidades del niño.
Medicamentos
El TDAH suele tratarse con uno de los tres tipos de medicamentos: psicoestimulantes, antidepresivos o fármacos no estimulantes. Estos medicamentos pueden ayudar a los niños con TDAH de tipo inatento a mantenerse en la tarea y concentrados.
Psicoestimulantes
Los psicoestimulantes afectan a los neurotransmisores del cerebro y pueden ayudar a aumentar la energía y el estado de alerta. A menudo se recomienda la forma de liberación prolongada (en lugar de la forma de liberación inmediata). Los psicoestimulantes incluyen anfetaminas como Adderall y metilfenidatos como Ritalin y Concerta.
Antidepresivos
Los antidepresivos también afectan a los neurotransmisores del cerebro y pueden ayudar a mejorar el estado de ánimo y la atención. Los antidepresivos más comunes que se recetan para la presentación inatenta del TDAH son Wellbutrin (bupropión) y Effexor (venlafaxina).
Medicamentos no estimulantes
Los medicamentos no estimulantes pueden ser útiles para quienes experimentan efectos secundarios no deseados de los estimulantes e incluyen Strattera (atomoxetina) e Intuniv (guanfacina). Los no estimulantes afectan a un neurotransmisor específico, la norepinefrina, y pueden ayudar a regular las emociones y mejorar la concentración en tareas específicas.
Como ocurre con cualquier medicamento, existen efectos secundarios comunes. Los psicoestimulantes, los antidepresivos y los no estimulantes pueden provocar mareos, pérdida de apetito, malestar estomacal, etc. Asegúrese de hablar con su médico si nota que su hijo experimenta algún síntoma inusual.
Gestión de la conducta
Independientemente de que los padres elijan o no la medicación como opción de tratamiento, la mayoría de los médicos y psicólogos infantiles sugieren que se desarrolle un plan de intervención conductual para ayudar a enseñar a los niños habilidades de comportamiento adaptativo y reducir los comportamientos de falta de atención y de ausencia de tareas.
A menudo se utiliza una combinación de varios métodos, entre ellos:
Terapia conductual
Con los niños pequeños, un terapeuta suele reunirse con usted y su hijo. Una sesión suele incluir que el terapeuta facilite una conversación con su hijo o incluso que le proporcione una actividad que le ayude a expresar sus sentimientos.6 Su médico o terapeuta puede recomendar una terapia familiar para que todos los miembros de la familia puedan aprender formas saludables de manejar la condición de su hijo.
Formación de los padres en el manejo de la conducta
Recomendado para los padres de niños menores de 12 años, un terapeuta formará a los padres para que faciliten los cambios de comportamiento de su hijo. Aprenderá estrategias como la terapia de juego y la terapia de conversación para permitir que su hijo exprese libremente sus sentimientos y ayudarle a adoptar mecanismos de afrontamiento saludables para lidiar con las emociones difíciles.
Intervenciones conductuales en la escuela
Su hijo puede cumplir los criterios para recibir asistencia adicional según la Ley de Educación para Personas con Discapacidades (IDEA) o la Sección 504 de la Ley de Rehabilitación de 1973. Las adaptaciones pueden incluir tiempo extra en los exámenes, tiempo adicional de descanso, cambios en su entorno, refuerzo positivo y tareas hechas específicamente para su hijo.
Intervenciones conductuales de los compañeros
Con este enfoque, un terapeuta o profesional capacitado dirigirá a un grupo de niños en actividades que les enseñen a interactuar de forma constructiva con sus compañeros.9 Se enseñan habilidades como mantener conversaciones, hacer frente a las burlas y hacer amigos. Los padres y los profesores pueden recibir formación para reforzar las lecciones en casa y en la escuela.
Los planes de intervención en el comportamiento pueden ser ventajosos a largo plazo, ya que estas adaptaciones pueden dar lugar a mejoras duraderas en las habilidades de concentración que la medicación no puede proporcionar.
Muchas personas consideran que los métodos holísticos son eficaces para controlar los síntomas conductuales del TDAH en los niños. Se ha demostrado que hacer ejercicio físico con regularidad aumenta el estado de ánimo y mejora la atención y el funcionamiento ejecutivo en adultos y niños con TDAH.
Los estudios han demostrado una mejora de la concentración y la regulación emocional en personas con TDAH después de practicar yoga.
La dieta también puede desempeñar un papel en el manejo de los comportamientos del TDAH. Hay algunas investigaciones que indican que los alimentos fritos, los azúcares añadidos, la sal y los ingredientes artificiales pueden empeorar los problemas de comportamiento y la atención.
Sin embargo, se necesitan más estudios para comprender cómo afecta la dieta al TDAH. Hable con el médico de su hijo para asegurarse de que está recibiendo una nutrición adecuada, comidas regulares y un alto consumo de verduras, todo lo cual está relacionado con la mejora del estado de ánimo en los niños con TDAH.
Si cree que su hijo puede tener “TDA”, es importante que hable con su médico sobre el TDAH de tipo inatento. Existen tratamientos eficaces que pueden ayudar a los niños que tienen problemas de falta de atención, y una intervención temprana puede evitar que el trastorno tenga un efecto perjudicial en su vida.
Algunos padres temen el estigma asociado a la evaluación del TDAH de su hijo. Es importante que hable con su hijo para que sepa que cada uno tiene habilidades y capacidades diferentes. Si recibe tratamiento, puede ayudar a su hijo a desarrollar nuevas habilidades y formas de afrontar sus síntomas.
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Los tres subtipos de TDAH y cómo reconocerlos
El trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH) es un trastorno de la conducta que provoca síntomas de falta de atención, hiperactividad e impulsividad, que varían en gravedad e interfieren en las actividades diarias habituales.
El TDAH suele desarrollarse en la infancia, pero puede continuar en la edad adulta. Las personas que lo padecen suelen tener comportamientos impulsivos, ser demasiado activas y tener dificultades para prestar atención. El TDAH no es igual en todas las personas. El tipo de TDAH que tiene una persona depende de los síntomas y comportamientos principales que presenta.
Hay tres formas principales en las que se pueden presentar los síntomas del TDAH. Estas formas se denominaban anteriormente “subtipos” en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Cuarta Edición (DSM-IV), pero se denominan “presentaciones” en el actual DSM-5. Los utilizaremos aquí como sinónimos.
Como todos los síntomas del TDAH varían de una persona a otra, es importante conocer las características de cada una de las presentaciones para poder reconocer cuál es la que usted o un ser querido podría estar padeciendo.
- Inatento: Los principales síntomas de este tipo incluyen la falta de concentración, la falta de atención frecuente y la desorganización.
- Impulsivo/Hiperactivo: Las personas que padecen este subtipo no muestran falta de atención, pero son inquietas e intranquilas. Este es el subtipo de TDAH más raro.
- Combinado: Este es el subtipo de TDAH más común, en el que los individuos muestran síntomas de los otros dos tipos.
TDAH de tipo inatento
Las personas con esta presentación no muestran ningún signo de hiperactividad o impulsividad. En cambio, tienden a tener dificultades para mantener la concentración y estar atentos. A menudo es difícil para las personas con TDAH de tipo inatento prestar atención y participar en actividades organizadas durante largos períodos de tiempo.
Algunos comportamientos y síntomas que las personas con esta presentación del TDAH pueden mostrar son:
- Corta capacidad de atención.
- Se distraen fácilmente.
- Incapacidad para prestar atención a los detalles.
- Dificultad para escuchar cuando se les habla.
- Olvido al realizar actividades cotidianas.
- A menudo es descuidado y pierde constantemente cosas como llaves, libros y teléfonos
- Le cuesta participar en tareas y actividades organizadas.
- Le resulta difícil seguir instrucciones.
TDAH de tipo impulsivo/hiperactivo
Este es el tipo menos común de TDAH. Las personas con esta forma de la condición mostrarán comportamientos hiperactivos e impulsivos, pero sin síntomas de falta de atención. Las personas con esta forma de la condición se mueven constantemente y se inquietan excesivamente.
Esta presentación se caracteriza típicamente por los siguientes síntomas de impulsividad:
- Interrumpir o importunar a los demás.
- Actuar sin pensar.
- Impaciencia y dificultad para esperar su turno.
- Responder a una pregunta antes de que se haya completado.
Los síntomas de hiperactividad suelen incluir los siguientes comportamientos:
- Inquietud.
- Hablar en exceso.
- Ser incapaz de concentrarse en una tarea a la vez.
- Estar excesivamente inquieto.
- Ser incapaz de realizar cualquier actividad en silencio.
TDAH de tipo combinado
Esta es la forma más común de la enfermedad. Las personas con este tipo de TDAH experimentan una combinación de síntomas de impulsividad, hiperactividad y falta de atención.
Para diagnosticar el TDAH de tipo combinado en un niño es necesario que haya seis o más síntomas de falta de atención y seis o más síntomas de hiperactividad/impulsividad durante al menos seis meses. Los mayores de 17 años requieren cinco o más de cada uno.
Causas
Se desconoce la causa exacta del TDAH. Sin embargo, las investigaciones actuales muestran que la genética podría desempeñar un papel en el desarrollo de la enfermedad. En otras palabras, si se tienen antecedentes familiares de la enfermedad, es más probable que se desarrolle.
También se ha observado que los niños con TDAH tienen niveles bajos de dopamina. Aunque esto no sea el único responsable de la enfermedad, se cree que es un factor que contribuye al desarrollo de este trastorno cerebral.
Este trastorno es más común en los niños que en las niñas, y a menudo puede dar lugar a la aparición de otras enfermedades como el trastorno de ansiedad, la depresión o el abuso de sustancias. Las niñas que padecen esta enfermedad son más propensas a mostrar signos de falta de atención que de hiperactividad o impulsividad.
Otros factores que se cree que contribuyen al desarrollo de la enfermedad son:
- Fumar o consumir alcohol durante el embarazo.
- Traumatismos craneales.
- Bajo peso al nacer.
- Exposición a toxinas ambientales a una edad muy temprana o durante el embarazo.
Diagnóstico
Si sospecha que su hijo tiene TDAH, tendrá que llevarlo a un pediatra cualificado o a un experto en salud mental para obtener un diagnóstico. Normalmente le pedirán un historial detallado de los síntomas de su hijo y le someterán a una serie de pruebas para observar sus comportamientos.
Los expertos médicos utilizan los criterios del DSM-5 para hacer un diagnóstico concluyente del TDAH. El manual detalla nueve comportamientos y síntomas para la hiperactividad/impulsividad, así como nueve comportamientos y síntomas para la falta de atención.
Un niño es diagnosticado con TDAH cuando muestra al menos seis de los comportamientos y síntomas enumerados para cualquiera de los dos tipos. En el caso de un adulto o un adolescente, es necesario que presente al menos cinco de estos síntomas, pero los síntomas deben ser tan graves que alteren el funcionamiento habitual de la persona.
Los síntomas del TDAH pueden empezar a manifestarse entre los 3 y los 6 años y a menudo se confunden con un mal comportamiento. Si no se diagnostica ni se trata, la enfermedad puede causar un bajo rendimiento académico, dificultades para mantener relaciones sanas y comportamientos antisociales.
Tratamiento
Actualmente no existe una cura para el TDAH, pero un tratamiento eficaz de la enfermedad reducirá la gravedad de los síntomas y permitirá a la persona que vive con TDAH mejorar su funcionamiento diario.
El TDAH suele tratarse con una combinación de medicación y terapia conductual. Sin embargo, no existe una forma de tratamiento que sirva para todos. Encontrar el tratamiento ideal para su TDAH o el de su hijo depende de muchos factores.
Su médico tendrá en cuenta su edad o la de su hijo, la gravedad de los síntomas y las intolerancias a la medicación antes de recomendar un plan de tratamiento. El tratamiento puede incluir una o una combinación de las siguientes opciones.
Medicación
Hay dos tipos de medicamentos que se suelen utilizar para tratar el TDAH: los estimulantes y los no estimulantes.
Medicamentos estimulantes
Este es el tipo de medicación más común para tratar el TDAH. Los estimulantes actúan aumentando la producción de dopamina y norepinefrina en el cerebro. Estos son mensajeros químicos que desempeñan un papel vital en la regulación del pensamiento y la atención. Algunos ejemplos comunes son Ritalin (metilfenidato), Adderall (anfetamina) y Dexedrine (dextroanfetamina).
Medicamentos no estimulantes
Los no estimulantes pueden tardar un poco más que los estimulantes en hacer efecto, pero son eficaces para mejorar la concentración y la atención. Suelen recomendarse a las personas que experimentan efectos secundarios intolerables con los estimulantes. Algunos ejemplos son Strattera (atomoxetina), Intuniv (guanfacina) y Qelbree (viloxazina).
Manejo de la conducta
A los padres de niños con TDAH se les suele aconsejar que tomen clases de manejo de la conducta para ayudar a su hijo con sus síntomas de TDAH en lugar de recurrir a un terapeuta de la conducta. El objetivo es sustituir los comportamientos negativos por otros positivos. Esto se hace controlando sus acciones y realizando tareas prácticas que puedan mejorar los comportamientos negativos.
Criar a un niño con TDAH puede ser un reto, pero no es imposible. Practicar hábitos saludables como hacer ejercicio con regularidad, llevar una dieta equilibrada y dormir lo suficiente también es importante para controlar los síntomas del TDAH.
Si sospecha que usted o su hijo presentan síntomas de esta enfermedad, debe acudir a un experto médico lo antes posible para que le haga un diagnóstico y un plan de tratamiento adecuados.