El temperamento es algo con lo que nacemos. Los niños pueden tener un temperamento y si su hijo es testarudo, debe entender que no es el único que tiene un hijo testarudo. Muchos padres tienen hijos testarudos y no pasa nada cuando los niños son demasiado pequeños. Pero la forma en que manejes a tu hijo testarudo marcará la diferencia en el tipo de adulto que resulte ser. La fase de los niños pequeños y la de los adolescentes se consideran las más difíciles de manejar.

Es importante entender que la terquedad forma parte de la personalidad de algunos niños, mientras que en otros es su forma de sobrepasar los límites y hacer valer su voluntad. Por lo tanto, te corresponde a ti enseñar a tu hijo las distintas formas de manejar el estrés y de expresar sus sentimientos.

Características de los niños testarudos

El hecho de que tu hijo sea exigente a la hora de ejercer su voluntad no lo convierte en un niño testarudo. Hay una delgada línea entre ser decidido y ser testarudo. He aquí algunas características del comportamiento testarudo a las que hay que prestar atención:

  • Los niños testarudos tienden a cuestionar todo, lo que puede confundirse con rebeldía.
  • Quieren que se les escuche y esperan que se les reconozca, lo que hace que quieran que les prestes atención con frecuencia.
  • Tienden a ser independientes y quisquillosos
  • Puede ser difícil que se adapten a una rutina, ya que son de libre albedrío
  • Pueden tener frecuentes rabietas
  • Muestran rasgos de liderazgo e incluso pueden parecer mandones
  • Tienden a hacer todo a su ritmo

Psicología de los niños testarudos

Para tratar a su hijo testarudo de la forma correcta, es importante entender primero por qué es así y qué le hace ser así. Una cosa es que tu hijo sea decidido y otra que sea testarudo. La determinación se define como “firmeza de propósito”, mientras que la terquedad es “la negativa a cambiar de pensamiento, comportamiento o acción bajo cualquier presión externa”. La terquedad puede ser un comportamiento genético y también adquirido que se aprende observando a los demás. Pero este comportamiento puede encauzarse para que resulte productivo y convierta a su hijo en un individuo completo.

¿Cómo puede saber si su hijo tiene un carácter fuerte?

Los niños de carácter fuerte tienen fuertes reacciones viscerales por las que luchan incluso cuando son ilógicas, dicen los terapeutas profesionales. Persiguen lo que quieren a cualquier precio.

¿Es bueno tener un hijo de voluntad fuerte?

Los terapeutas dicen que es cierto que los niños de voluntad fuerte están más dispuestos a hacer lo que es correcto, en lugar de lo que hacen sus amigos. Si los padres pueden motivarles y orientar su impulso a hacer bien las cosas en la escuela o a un propósito real, estos niños pueden convertirse en líderes motivados que harán lo correcto, aunque tengan que hacerlo solos.

Todo esto me parece estupendo. ¿Quién no querría que su hijo se convirtiera en un líder motivado que pudiera permitirse comprarle a mamá una casa en la playa? Pero ¿cómo se llega de aquí a allá? ¿Cómo evitar pasar los años de instituto luchando con un hijo que está decidido a ganar a toda costa?

De la misma manera en que se maneja cualquier situación de conflicto: mantén las líneas de comunicación abiertas. Escúchales. Pídeles que te expliquen su punto de vista. A medida que vayan explicando lo que piensan, podrás captar su falta de lógica. Puede que incluso te convenzan. Y si presentan un argumento convincente, negocia.

Incluso puedes ceder algunos puntos, dejándoles que prueben, por ejemplo, a salir hasta tarde, siempre que se cumplan ciertas condiciones. Y si no lo hacen, deja que establezcan algunas consecuencias por adelantado.

Es difícil negociar con un futuro abogado de metro y medio. A veces quiero ponerme firme y recurrir al viejo argumento de “soy la madre y lo digo yo”. Puede ser que yo misma sea un poco fuerte de voluntad.

Pero la próxima vez que mi joven negociador venga con un plan para retrasar la hora de acostarse o un nuevo iPad, respiraré hondo y escucharé. Si los autores del estudio están en lo cierto, la niña cosechará los beneficios de esta persistencia innata cuando sea adulta. Todos los padres quieren que sus hijos se conviertan en adultos de éxito, y esta investigación demuestra que mi decidida hija va por el buen camino. Sólo que a veces la edad adulta parece estar muy lejos.

Seguro te has preguntado: ¿Cómo puedo mejorar la relación con mis hijos y educarlos sin gritos, luchas de poder y peleas? Estás a un paso de aprender el secreto para mejorar en corto tiempo, la conexión con tus hijos, dejando a un lado los castigos.

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Cómo manejar a los niños testarudos

Bebés, niños pequeños, adolescentes… la terquedad puede aparecer a cualquier edad y continuar hasta la edad adulta. Como padre, es importante que encuentres la manera de manejar a tu hijo testarudo de forma que puedas limitar su comportamiento sin estresar a ninguno de los dos. He aquí algunas técnicas para manejar a un niño testarudo:

Como manejar a los niños testarudos

No discutas

Los niños testarudos siempre están dispuestos a enfrentarse a una discusión. Así que no les des esa oportunidad. En su lugar, preste atención a lo que su hijo tenga que decir y conviértalo en una conversación en lugar de una discusión. Cuando demuestres que estás dispuesto a escuchar su versión de los hechos, será más probable que ellos también escuchen lo que tienes que decir.

Establezca una conexión

No obligue a su hijo a hacer algo que no quiere. Esto sólo les hará más rebeldes y se empeñarán en hacer exactamente lo que no deben hacer. Por lo tanto, si quiere que su hijo deje de ver la televisión y haga los deberes, intente ver la televisión con él durante un rato. Esto aportará algo de camaradería y, al cabo de un rato, puedes preguntarle a tu hijo si quiere hacer los deberes mientras tú lees tu libro o haces algún trabajo sentado cerca.

Ofrezca algunas opciones

Decirle a un niño testarudo lo que tiene que hacer es una forma segura de encender su vena rebelde. En su lugar, ofrézcale opciones para elegir, ya que esto le hace sentir que tiene el control de su vida y que puede decidir por sí mismo lo que quiere hacer. Limita las opciones para no confundir a tu hijo y ofrécele sólo dos o tres. Por ejemplo, si se trata de limpiar su habitación, pregúntele si quiere empezar por la cama o por el armario primero en lugar de decirle “¿por dónde quieres empezar?”.

Ponte en el lugar de tu hijo

Mira el problema desde el punto de vista de tu hijo e intenta entender por qué se comporta así. Si le has prometido llevarle al parque, pero te has negado porque el tiempo se ha vuelto malo, tendrás que explicarle por qué no es posible cumplir tu promesa. Tu hijo sólo lo verá como una promesa incumplida, pero si le explicas por qué no puedes salir y fijas una fecha posterior para la excursión, podrás salvar la situación.

Ponte en el lugar de tu hijo niños testarudos

Mantener la paz en casa

Asegúrese de que su casa es un lugar donde su hijo se siente feliz, cómodo y seguro en todo momento. Sea cortés con todos los habitantes de la casa, especialmente con su cónyuge, ya que los niños aprenden por observación. Es probable que imiten lo que ven, por lo que es esencial que mantenga la paz y evite las discusiones, así como el intercambio de insultos delante del niño.

Refresque sus habilidades de negociación

A los niños testarudos les resulta difícil asimilar una negativa rotunda cuando piden algo. Así que, en lugar de imponer la ley, intenta negociar con ellos. Por ejemplo, si su hijo insiste en escuchar dos cuentos antes de dormir, convénzalo llegando a un acuerdo en el que pueda elegir un cuento para esta noche y otro para mañana.

Fomente un comportamiento positivo

Predique con el ejemplo y presente una actitud positiva en todo momento. Si utiliza mucho las palabras “no”, “no puedo” o “no lo haré”, es probable que su hijo haga lo mismo. Mira la terquedad de tu hijo con una perspectiva positiva en lugar de ser negativo al respecto. Intente convertirlo en un juego haciéndole preguntas que provoquen un “sí” o un “no” como respuesta. Formule las preguntas de manera que la respuesta sea “sí” la mayoría de las veces. Esto envía el mensaje de que su hijo es escuchado y apreciado.

Desarrollar rutinas

Seguir unas rutinas diarias y semanales puede ayudar a mejorar el comportamiento de tu hijo y su rendimiento escolar. La hora de acostarse tiene que estar definida y debe ser tal que permita a su hijo descansar lo suficiente. La falta de sueño y el cansancio pueden provocar problemas de comportamiento en niños de entre tres y doce años.

Desarrollar rutinas niños testarudos

Establezca reglas y consecuencias

Los niños testarudos necesitan reglas y normas para prosperar. Por eso, establezca los límites y deje claras sus expectativas en una reunión familiar. Pida a su hijo que le dé su opinión sobre las consecuencias, así como su opinión sobre cada una de ellas. La coherencia es importante, pero eso no se traduce en rigidez. Es importante ser flexible en algunos momentos, como cuando estáis de vacaciones o en ocasiones en las que tu hijo muestra un comportamiento ejemplar. Esto les transmite que seguir las normas también puede ser gratificante y no pretende ser asfixiante.

Problemas con un niño testarudo

Criar a un niño testarudo no es una tarea fácil. Cada pequeña cosa puede convertirse en una lucha diaria si no encuentras rápidamente una solución. Puede que hayas encontrado mucha información sobre cómo controlar el comportamiento de un niño testarudo, pero cada día es un nuevo reto. Disciplinar a un niño testarudo puede no ser la mejor solución en todos los casos y encontrar una solución puede ser más eficaz.

Comedores quisquillosos

La mayoría de los niños pueden ser quisquillosos cuando se trata de la comida y más aún si el niño tiene una vena obstinada. En este caso, puede ser útil ser astuto y tratar de servir pequeñas porciones de diferentes alimentos a su hijo y dejarle elegir lo que quiere comer más. También puedes intentar hacer que la comida sea interesante elaborando recetas creativas con ingredientes saludables. Además, intenta que tu hijo participe en las tareas de la comida, como poner la mesa. Recompensarles, por ejemplo, con un postre favorito por terminar la comida, también puede agilizar las cosas.

Los deberes

Fíjate en si tu hijo tiene dificultades para completar los deberes asignados o se siente abrumado por la cantidad que debe escribir o aprender. Si ese es el caso, puedes dividirlos en partes más cortas para que los complete por fases. Tomar pequeños descansos entre ellos podría hacerlos más rápido que en una sola sesión. Otra opción es combinarla con otra actividad. Por ejemplo, aprender ortografía puede hacerse mientras riegas el jardín y tu hijo te ayuda.

Los deberes niños testarudos

Batallas de armarios

Una causa popular de discordia, que se produce cada vez que tu hijo quiere ponerse algo que no es apropiado para la ocasión o el tiempo que hace. Una forma de reducir los roces es ordenar la ropa de tu hijo y alternarla cada dos semanas. Además, guarde los conjuntos que no sean apropiados para la temporada, así habrá un motivo menos de conflicto. Cada vez que quieras que tu hijo se cambie de ropa, pon dos o tres conjuntos diferentes y pídele que elija. De este modo, ellos estarán contentos de tomar la decisión y tú no te tirarás de los pelos.

Luchas a la hora de dormir

Cuando se acerca la hora de acostarse, tu hijo empieza a correr de un lado a otro e intenta subir la adrenalina, por lo que no se duerme fácilmente. Así que, unos 30 minutos antes de que se apaguen las luces, pon música relajante y baja las luces. Apaga la televisión y haz que tu hijo se ponga el pijama. Evita que se pelee dando a tu hijo la opción de elegir el camisón y ponérselo o de pedirte ayuda. Justo antes de llevarlos al dormitorio, tómate unos minutos para conectar con tu hijo preguntándole si tiene algo que compartir sobre su día o una simple pregunta sobre si ha sido un buen o un mal día.

Tener un hijo testarudo no es algo malo. De hecho, se ha comprobado que los niños que tienen estas características suelen ser personas de éxito tanto en los estudios como en su vida laboral. Son menos susceptibles de ceder a la presión de sus compañeros, lo que les ayuda a mantenerse alejados de las cosas malas que puedan hacer sus amigos. Practicar una disciplina eficaz y esforzarse por comprender a su hijo puede contribuir en gran medida a que se convierta en un adulto responsable, aunque de carácter fuerte.

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