A medida que el ritmo más lento y relajado de las vacaciones de verano llega a su fin, los padres y sus hijos se preparan para volver a la escuela. Los cambios en las nuevas rutinas y horarios pueden alterar la dinámica y los patrones familiares que se establecieron durante los meses de verano. Desde preocupaciones financieras y académicas hasta ansiedad por separación, esta transición puede ser una fuente importante de estrés para padres e hijos.
Cada familia es única y experimenta factores estresantes individuales. Por ejemplo, es posible que uno de los padres no sienta lo mismo acerca de los cambios de rutina en comparación con otro. Este artículo explora cómo los padres pueden gestionar el estrés del regreso a la escuela de sus hijos.
¿Cuáles son los tipos más comunes de ansiedad escolar?
Hay muchos tipos diferentes de ansiedad escolar, pero hay algunos comunes. Una es la ansiedad social, en la que los niños se estresan ante la idea de hacer amigos o estar en situaciones sociales. Otro tipo de ansiedad por el regreso a clases es la ansiedad por el desempeño, en la que los niños se preocupan por obtener buenos resultados en las tareas o exámenes. Mientras que otros niños pueden estresarse porque sienten que su trabajo no es lo suficientemente bueno y les preocupa no cumplir con las expectativas de vida de los adultos.
Prevenir y afrontar la ansiedad por el regreso a clases
El final del verano puede ser un momento emotivo para los niños. Están a punto de volver al colegio y volver a ver a sus amigos después de una larga estancia en casa. Sin embargo, algunos niños no están preparados para este cambio de rutina y les provoca estrés. Esto se llama ansiedad por el regreso a clases.
Muchos estudiantes experimentan esta sensación de malestar cuando piensan en ir al colegio, pero hay maneras de afrontarlo y evitar que vuelva a suceder en el futuro.
Hay muchas maneras en que los padres pueden ayudar a sus hijos a prepararse para el próximo día de clases para que no experimenten un aumento en los niveles de ansiedad durante la primera semana de clases.
Es posible que algunos niños necesiten un poco más de ayuda que otros antes de regresar a clase, por lo que a continuación se ofrecen algunos consejos sobre cómo los padres pueden hablar con sus hijos.
Preocupaciones comunes que tienen los niños cuando regresan a la escuela
A medida que se acerca el año escolar, los niños pueden tener diferentes fuentes y niveles de estrés según su edad, personalidad y situación. Algunas preocupaciones o luchas comunes que enfrentan los niños cuando regresan a la escuela son:
Miedo a lo desconocido
los niños pueden estar ansiosos por saber qué esperar en su nuevo grado, escuela o modo de aprendizaje. Es posible que les preocupe conocer nuevos profesores, compañeros de clase o amigos. También pueden preocuparse por las exigencias, reglas o rutinas académicas que deben seguir.
Miedo al rechazo social
muchos niños vienen a mi oficina para hablar sobre sus preocupaciones sobre cómo encajar, hacer amigos y agradar a los demás. También pueden temer la presión de sus compañeros, el acoso o las burlas de sus compañeros de clase. A veces, los niños tienen dificultades con sus habilidades sociales, comunicación o confianza después de pasar mucho tiempo fuera de la escuela.
Miedo al fracaso
algunos niños pueden sentirse inseguros acerca de sus habilidades, destrezas o conocimientos. Pueden dudar de sí mismos o compararse con los demás. Comúnmente veo clientes jóvenes que expresan preocupación por decepcionar a sus padres, maestros o a ellos mismos.
Cómo los cuidadores pueden afrontar su propio estrés durante el regreso a clases
Como padre o cuidador, el regreso a clases puede significar que su horario, disponibilidad, tiempo libre y responsabilidades financieras o laborales también podrían estar cambiando. Por estas razones, muchos cuidadores también experimentan su propio estrés y ansiedad durante el regreso a clases.
Aquí hay algunas cosas que puede hacer para ayudar a aliviar su propio estrés:
Establezca expectativas y límites realistas
Establecer metas y límites realistas es otra estrategia útil para afrontar transiciones importantes. No intentes hacerlo todo ni ser perfecto. Prioriza las tareas más importantes y delega o subcontrata el resto cuando sea posible. Aprenda a decir no a demandas innecesarias o irrazonables. Comuníquese de forma clara y respetuosa con sus hijos, pareja, empleador o maestros sobre sus necesidades y límites.
Planifique con anticipación y sea flexible
Otra cosa importante que puede hacer para reducir el estrés del regreso a clases es planificar con anticipación y ser flexible. Prepárese para el año escolar preparando con anticipación los útiles, la ropa o los documentos necesarios. Establezca una rutina regular para usted y sus hijos, que incluya tiempo para la escuela, el trabajo, las tareas, las comidas, los quehaceres y las actividades de ocio. Anticípese a posibles desafíos o problemas y tenga soluciones listas. Esté preparado para adaptarse a situaciones o circunstancias cambiantes y ajuste sus planes en consecuencia.
Cuídate
Una de las cosas más importantes que puedes hacer es cuidarte física, mental y emocionalmente. Asegúrese de dormir lo suficiente, comer bien, hacer ejercicio con regularidad y evitar herramientas de afrontamiento que no tengan resultados positivos, como el alcohol o las drogas. Diviértete y haz cosas que te hagan feliz. Tómate un tiempo para ti y pide ayuda o consuelo a tus amigos, familiares o tu red de apoyo. Tómese un tiempo para usted cuando sea necesario y utilice el tiempo de bienestar o los días de salud mental en el trabajo cuando los necesite.
Dar un ejemplo positivo para afrontar el estrés del regreso a clases
Como padre, usted también es un modelo a seguir para sus hijos. Te admiran y aprenden de ti cómo lidiar con el estrés y el cambio. Aquí hay algunas formas en las que puede modelar un buen manejo del estrés y ayudar a sus hijos a planificar el próximo cambio de horario.
Sea positivo y optimista
Una forma de modelar un buen manejo del estrés es ser positivo y optimista acerca del regreso a la escuela. Expresa entusiasmo por las nuevas oportunidades, experiencias o aprendizajes que les esperan a tus hijos. Evite comentarios o quejas negativos o pesimistas que puedan aumentar la ansiedad o el temor de su hijo. Céntrese en los beneficios y ventajas de regresar a la escuela en lugar de en los inconvenientes y dificultades.
Mantenga la calma y la confianza
Otra forma de modelar un buen manejo del estrés es estar tranquilo y confiado al regresar a la escuela. Muestre a sus hijos que no tiene miedo ni preocupación por la transición. Demuestre cómo afronta el estrés o la ansiedad de manera saludable y eficaz. Utilice habilidades de afrontamiento como la respiración profunda, el diálogo interno positivo, la visualización o la resolución de problemas cuando se sienta estresado o ansioso. Evite habilidades de afrontamiento como gritar, llorar, culpar, evitar o darse por vencido cuando se sienta estresado o ansioso. Busque apoyo. Si cree que puede resultar útil, existen muchos programas y terapeutas disponibles que se especializan en crianza de los hijos y manejo del estrés.
Sea organizado y preparado
Una tercera forma de modelar un buen manejo del estrés es demostrarles a sus hijos cómo mantenerse organizado y preparado para el regreso a la escuela. Muestre a sus hijos cómo planificar con anticipación y prepararse para el año escolar. Ayúdelos a crear un espacio de trabajo cómodo para estudiar en casa o en la escuela. Ayúdelos a aprender sobre la importancia de una rutina regular, que incluya la escuela, el trabajo, las tareas, las comidas, los quehaceres domésticos y las actividades de ocio. Involúcrelos en el proceso de preparación de sus suministros ayudándolos a empacar sus mochilas, almuerzos o refrigerios la noche anterior.
¿Quieres ser un padre o madre feliz y criar hijos felices al mismo tiempo? ¡Este combo de 3 audiolibros es justo lo que necesitas! Descubre consejos prácticos y herramientas efectivas para fomentar el bienestar emocional de tus hijos, cultivar la autoestima y el amor propio, y construir relaciones familiares sólidas y amorosas. ¡No esperes más para hacer de la paternidad una experiencia llena de alegría y satisfacción!
¿Cómo los padres pueden ayudar a sus hijos a afrontar la ansiedad escolar?
La ansiedad relacionada con la escuela puede variar de leve a grave, pero es importante que los padres comprendan los tipos de ansiedad que su hijo puede estar experimentando. También es importante que los niños con trastornos de ansiedad aprendan mecanismos de afrontamiento que puedan utilizar cuando se sientan abrumados. Enséñeles a reducir la velocidad para calmarse y a reservar tiempo para hablar de sus preocupaciones. Existen varios mecanismos de afrontamiento para los niños con trastornos de ansiedad relacionados con la escuela, y depende de cada niño y de sus familiares descubrir cuál funciona mejor para ellos:
Priorizar el autocuidado
Durante esta transición, es importante tener compasión por uno mismo, atender sus propias necesidades y priorizar el cuidado personal. Cuando los padres se sienten estresados, sus hijos también lo sienten, lo que puede afectar negativamente su comportamiento.
Para lidiar con el estrés de regresar a la escuela, primero puedes dar un paso atrás, notar cómo te sientes y reconocer que necesitas involucrarte en prácticas de autocuidado.
Hay muchas maneras en que los padres pueden priorizar su bienestar físico y emocional. “Esto puede incluir reservar tiempo para actividades que disfruten, como hacer ejercicio, leer o pasar tiempo con amigos”, aconseja Kenzi Locks, creador de Growforth Family Building, trabajador social clínico autorizado, asesor de salud y bienestar y experto en desarrollo familiar.
Los padres pueden incorporar varias técnicas de relajación que pueden ayudar a reducir el estrés, como ejercicios de respiración profunda o meditación. No es necesario tomar mucho tiempo y se pueden integrar a lo largo del día. Por ejemplo, puede intentar meditar durante las tareas domésticas, caminar conscientemente o meditar durante las transiciones.
Comunicación y soporte
Gestionar múltiples responsabilidades, como asistir a eventos relacionados con la escuela, preparar almuerzos y organizar la entrega y recogida de los niños, puede contribuir al estrés de los padres durante este tiempo.
Las tensiones financieras pueden ejercer presión sobre las familias. Es posible que los padres deban ajustar sus horarios de trabajo, pagar actividades extracurriculares, cuidado después de la escuela y comprar útiles escolares y/o uniformes, lo que afectará la situación financiera de su familia.
Los padres pueden experimentar ansiedad acerca de las interacciones sociales de sus hijos. Por ejemplo, pueden preocuparse por cómo sus hijos se adaptan a sus amigos y compañeros. El acoso es más común en los últimos años de la escuela primaria y secundaria.
“El acoso suele ser una preocupación mayor si el propio niño, sus hermanos mayores o incluso los padres han tenido dificultades para adaptarse o han sido acosadores en el pasado”, añade Locks.
La comunicación regular es crucial para garantizar que se aborden las preocupaciones de una familia y que la adaptación se produzca sin problemas. Establezca un diálogo abierto, fomente conversaciones honestas y cultive un ambiente seguro para hablar sobre los temas.
Por ejemplo, puede programar un registro familiar semanal. Este tiempo dedicado permite a los padres y a los niños tener la oportunidad de hablar sobre lo que ha estado sucediendo, pensar en formas de ayudarse mutuamente, ofrecer apoyo o buscar ayuda de un profesional.
Es importante que sepa que no está solo en lo que está pasando. Hay otros padres que están pasando por una experiencia similar; compartir sus problemas juntos puede ayudarlo a sentirse validado y menos solo con un sentido de comunidad. Hablar con un consejero profesional también puede ayudarle a obtener perspectiva y aprender formas efectivas de afrontar la situación.
Locks explica: “Buscar apoyo social hablando con amigos de confianza, uniéndose a grupos de apoyo o buscando asesoramiento profesional puede proporcionar una salida para que los padres procesen sus emociones y reciban orientación”.
Crear una rutina estructurada
Establecer una rutina diaria constante puede beneficiar a los niños y a los padres mientras se adaptan al horario escolar.
“Las técnicas de gestión del tiempo, como priorizar tareas, delegar responsabilidades y establecer una rutina estructurada, pueden ayudar a los padres a sentirse más en control y reducir el estrés”, explica Locks.
Algunos consejos pueden incluir:
Simplifique la planificación de comidas
Cocine grandes cantidades de sopas, guisos y platos de pasta congelables. Pueden ser fáciles de recalentar y servir en noches ocupadas. Sea flexible en cuanto a cómo son las cenas y los almuerzos. Un sándwich de queso asado, frutas y verduras cortadas, hummus y pitas pueden ser comidas rápidas, fáciles y nutritivas.
Crea un calendario familiar
Administre su tiempo de manera efectiva creando un calendario familiar. Comparta las responsabilidades del hogar asignando tareas apropiadas para la edad de todos los miembros de la familia.
Optimiza tus veladas
Adopte una rutina que prepare a los niños para la mañana. Por ejemplo, pídales que elijan su ropa antes de cepillarse los dientes. Coloque todo lo que necesitan para la escuela, como libros de la biblioteca, tareas, hojas de permiso o artículos para mostrar y contar en sus mochilas después de la cena.
Manejar las expectativas y la presión
Los padres quieren lo mejor para sus hijos. Quieren que crezcan y se conviertan en personas felices, sanas y bien adaptadas. Algunos padres ven el rendimiento académico como un indicador de éxito futuro. Esta creencia puede ejercer presión y crear ansiedad en la escuela para los niños, haciéndoles sentir que su autoestima está ligada a sus calificaciones.
Es común que los padres se preocupen por las calificaciones de sus hijos y se pregunten si necesitan apoyo adicional. Sin embargo, Locks aconseja a los padres que recuerden que el éxito del futuro de un niño no está determinado únicamente por las calificaciones y la capacidad para tomar exámenes, sino que también abarca el crecimiento personal, el desarrollo del carácter y el bienestar emocional. Locks explica que la clave para establecer expectativas realistas y saludables para los niños es tener un enfoque equilibrado.
Comience con un diálogo abierto con su hijo y su maestro. Esto puede ayudarle a comprender mejor el estilo de aprendizaje, las fortalezas y las oportunidades de su hijo. Luego podrá ayudar a su hijo a establecer objetivos realistas y alcanzables adaptados a sus necesidades.
Locks enfatiza que las habilidades de cada niño son únicas. Si bien algunos pueden naturalmente terminar el trabajo escolar a tiempo y aprobar los exámenes fácilmente, otros pueden tener dificultades. Es importante evitar comparar a los niños con sus hermanos o con otros niños de la vida familiar.
“Fomentar el amor por el aprendizaje, enfatizar el esfuerzo sobre los resultados y celebrar los pequeños logros puede ayudar a fomentar un enfoque saludable de las expectativas académicas”, agrega Locks.