Los terrores nocturnos, también conocidos como terrores del sueño, son episodios de miedo intenso que se producen durante el sueño y que suelen caracterizarse por movimientos agitados y vocalizaciones. Suelen ser más comunes en los niños pequeños, pero también los pueden experimentar los adultos.
Durante un terror nocturno, una persona puede gritar, chillar, agitarse o mostrar otros signos de miedo. Estos episodios pueden durar varios minutos, pero las personas no suelen despertarse del todo.
Los terrores nocturnos suelen durar entre uno y diez minutos, pero pueden durar más. También suelen ocurrir con más frecuencia por la noche y no durante la siesta. Aunque pueden ser muy molestos para la persona que experimenta el terror nocturno, así como para los miembros de la familia que presencian estos episodios, suelen considerarse relativamente benignos.
Síntomas de terror nocturno
Los signos de un terror nocturno pueden incluir:
- Gritos o chillidos.
- Respiración rápida.
- Latidos acelerados del corazón.
- Sudoración excesiva.
- Sentarse o levantarse de la cama.
- Dificultad para despertarse.
- Ojos abiertos y fijos, pero falta de respuesta a los estímulos ambientales.
- Confusión al despertar.
- No recordar el terror nocturno al despertar.
Comportamiento agresivo
Los terrores nocturnos son un tipo de trastorno de excitación del sueño sin movimientos oculares rápidos en el que una persona que está durmiendo parece despertarse aterrorizada. La persona puede tener los ojos abiertos, puede gritar o chillar y hacer movimientos agitados o agresivos.
Aunque la persona parezca estar despierta, estará confusa y no podrá comunicarse con los demás. Al igual que la gente no suele recordar sus sueños una vez que se despierta, las personas no suelen tener ningún recuerdo de estos episodios de terror nocturno.
Diagnóstico
Los terrores nocturnos se conocen como terrores del sueño en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, quinta edición (DSM-5). El DSM-5 es el manual que utilizan la mayoría de los médicos y profesionales de la salud mental para diagnosticar diferentes tipos de trastornos mentales.
Trastorno de excitación del sueño
Los terrores del sueño son uno de los dos tipos de trastornos de excitación del sueño sin movimientos oculares rápidos que se reconocen en el DSM-5. El DSM-5 define el terror del sueño como un despertar repentino y parcial de un sueño profundo que se acompaña de excitación autonómica y de comportamientos que reflejan un miedo intenso.
Dificultad de diagnóstico
Los terrores nocturnos pueden ser difíciles de diagnosticar por una serie de razones, especialmente cuando se trata de recibir un diagnóstico en la edad adulta por dos motivos principales:
- Los terrores nocturnos pueden aparecer y desaparecer y tienden a producirse de forma irregular.
- La gente rara vez recuerda haberlos tenido. En algunos casos, es posible que sólo se sepa que se está experimentando si otra persona es testigo de un terror nocturno.
Si hay una razón para sospechar que puede tener terrores nocturnos, su médico puede realizar un examen físico, hacerle una serie de preguntas diferentes y pedirle a usted o a un ser querido que lleve un diario de sueño.
Exámenes y pruebas de laboratorio
Además de un examen físico, se pueden realizar pruebas de laboratorio para ayudar a descartar cualquier condición médica potencial que pueda estar causando o contribuyendo a sus síntomas.
El médico también puede solicitar otras pruebas si se sospecha que existen problemas de salud o un trastorno del sueño. Estas pruebas pueden incluir un estudio del sueño (polisomnografía) o un electroencefalograma (EEG) para observar la actividad eléctrica del cerebro.
Su médico también le hará una serie de preguntas. Por ejemplo, puede preguntarle:
- Si toma actualmente algún medicamento.
- Con qué frecuencia consume alcohol.
- Si toma alguna otra sustancia.
- Cómo son sus niveles de estrés.
- Si le han diagnosticado otra enfermedad mental.
- Qué síntomas de salud mental puede estar experimentando.
- Si toma alguna medicación para dormir o ayudas naturales para el sueño.
- Si ha tenido alguna vez otro tipo de trastorno del sueño.
- Si algún miembro de su familia ha tenido síntomas o se le ha diagnosticado un trastorno del sueño.
- Si tiene síntomas de un problema de sueño relacionado con la respiración.
Para diagnosticar los terrores del sueño, su médico tendrá que descartar cualquier otra causa médica o trastorno del sueño.
Causas del terror nocturno
Durante el sueño, el cerebro pasa por una serie de etapas que están marcadas por diferentes patrones de actividad. Las tres primeras etapas del sueño se conocen como sueño de movimientos oculares no rápidos (NREM) y la cuarta se conoce como sueño de movimientos oculares rápidos (REM).
Los terrores nocturnos suelen producirse cuando las personas pasan de una fase del sueño a la siguiente. Durante este tiempo, pueden despertarse ligeramente, lo que puede contribuir a la excitación que se observa durante un terror nocturno.
Se desconocen las causas exactas de los terrores nocturnos, aunque hay indicios de que la afección tiende a ser hereditaria, si bien es necesario seguir investigando para comprender mejor los posibles vínculos genéticos.
Algunos factores pueden aumentar el riesgo de sufrir terrores nocturnos en los adultos. Estos factores incluyen:
- Interrupciones del sueño.
- Fatiga.
- Enfermedad.
- Medicamentos, incluidos los antidepresivos.
- Síndrome de las piernas inquietas.
- Acontecimientos estresantes.
- Consumo de alcohol o de otro depresor del sistema nervioso central (SNC).
- Traumatismos.
- Enfermedades mentales, especialmente en adultos.
- Afecciones neurológicas subyacentes.
Las investigaciones también sugieren que los niños y adolescentes que experimentan terrores nocturnos también son más propensos a decir que sufren migrañas.
En un estudio en el que se analizaron niños de entre 10 y 19 años, los que experimentaban terrores nocturnos eran significativamente más propensos a sufrir migrañas episódicas o crónicas.
Prevalencia
Los terrores nocturnos suelen comenzar durante la primera infancia y normalmente se resuelven por sí solos a medida que los niños envejecen, aunque algunos adultos pueden seguir experimentando terrores nocturnos.
Los terrores nocturnos no son infrecuentes en niños de entre 4 y 12 años. Los terrores nocturnos afectan aproximadamente a entre el 2% y el 7% de los niños y suelen producirse con mayor frecuencia entre los cuatro y los siete años.
También se cree que esta afección se produce en aproximadamente el 3% de los adultos, aunque es difícil estimar las cifras exactas, ya que muchas personas no recuerdan estos episodios después de despertarse. Los terrores nocturnos en adultos suelen ser similares a la experiencia de un ataque de pánico diurno.
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Terrores nocturnos frente a pesadillas
Las pesadillas pueden parecer a veces similares a un terror nocturno, pero hay diferencias entre ambas. Algunas de estas diferencias clave son:
- Las personas suelen despertarse completa y rápidamente de una pesadilla. Durante un terror nocturno, las personas no se despiertan del todo: parecen confusas e incapaces de comunicarse.
- Las personas suelen recordar al menos parte de su pesadilla una vez que se despiertan. En algunos casos, pueden recordar la pesadilla con todo lujo de detalles. Los terrores nocturnos no se recuerdan con frecuencia. Cuando se recuerdan, las personas pueden recordar sólo fragmentos incompletos.
- Las pesadillas pueden ocurrir durante cualquier fase del sueño, incluido el sueño REM. Los terrores nocturnos, en cambio, sólo se producen durante el sueño REM.
Tratamiento para el terror nocturno
Aunque los terrores nocturnos pueden ser angustiosos, suelen resolverse por sí solos sin intervención y no tienen efectos duraderos. Sin embargo, puede haber ocasiones en las que sea conveniente buscar tratamiento:
- Si los terrores nocturnos de usted o de su hijo causan una gran angustia a otros miembros de la familia.
- Si la agitación o la agresividad experimentadas durante un terror nocturno, como patadas, golpes o saltos fuera de la cama, suponen un riesgo de lesión.
- Si los terrores nocturnos dificultan el funcionamiento normal durante el día.
- Si usted o su hijo experimentan signos de fatiga o falta de sueño.
- Si los terrores nocturnos están poniendo en peligro la relación con su pareja o con otros miembros de la familia.
- Si los episodios son frecuentes.
- Si van acompañados de otros problemas de sueño.
- Si comienzan en la adolescencia o en la edad adulta.
Algunos enfoques que podrían recomendarse como tratamiento para los terrores nocturnos incluyen una o una combinación de las siguientes opciones.
Psicoterapia
Enfoques como la terapia cognitivo-conductual (TCC) pueden ser útiles para mejorar la higiene del sueño. Aunque la investigación disponible es limitada, algunas pruebas sugieren que la psicoterapia puede ser útil para reducir o eliminar los terrores nocturnos en niños y adultos.
Gestión del estrés
Dado que las personas son más propensas a experimentar terrores nocturnos cuando están demasiado estresadas, puede ser útil una terapia que aborde el estrés. La terapia de relajación puede ayudar a reducir los síntomas, pero también pueden recomendarse otras técnicas como la hipnosis o la biorretroalimentación.
Tratamiento de otras afecciones
Si hay alguna condición relacionada que pueda estar contribuyendo a los terrores nocturnos, el tratamiento de estos trastornos subyacentes puede ser beneficioso. La depresión, la ansiedad y otros trastornos del sueño también pueden contribuir a los terrores nocturnos, por lo que buscar un tratamiento para esas otras afecciones puede ayudar a reducir o eliminar los síntomas del terror nocturno.
Medicamentos
No hay ninguna medicación indicada específicamente para los terrores nocturnos, pero a veces ciertos medicamentos recetados pueden ser útiles. Los antidepresivos y los ansiolíticos pueden ser útiles en algunos casos.
Cómo afrontarlo
También hay cosas que puede hacer que pueden ayudar a controlar los terrores nocturnos. Los tratamientos para los terrores nocturnos suelen centrarse en mejorar la higiene del sueño y reducir el estrés, por lo que los cambios positivos en sus hábitos diarios pueden ayudar a reducir o incluso eliminar los síntomas de esta afección.
Algunas medidas que puede tomar para hacer frente a los terrores nocturnos:
- Establecer buenos hábitos de sueño.
- La privación del sueño y la fatiga pueden aumentar la probabilidad de experimentar un terror nocturno, por lo que establecer un horario de sueño regular puede ayudar a mejorar la calidad y la cantidad de sueño que se obtiene.
- Acuéstese a la misma hora cada noche y levántese a la misma hora cada mañana.
- Evite comer por la noche.
- Evite la cafeína por la tarde y por la noche.
- Evite mirar el teléfono o los dispositivos en la cama.
- Asegúrese de que su entorno de sueño es cómodo.
- Utilice estrategias de relajación.
Dado que el estrés puede aumentar el riesgo de sufrir un terror nocturno, encontrar formas de controlar los niveles de estrés puede ser una estrategia de autoayuda eficaz. Esto puede implicar la identificación de las fuentes de estrés y la búsqueda de formas de relajación, ya sea mediante el yoga, los masajes, la respiración profunda o la meditación.
A veces puede ser difícil para los niños identificar o articular sus preocupaciones, por lo que hay que centrarse en asegurarse de que su hijo tiene mucha tranquilidad, apoyo y la oportunidad de hablar de sus preocupaciones.
Pruebe el despertar programado
Busque patrones y trate de notar si los terrores nocturnos ocurren alrededor de la misma hora cada noche. Si detectas algún patrón discernible, puedes probar una técnica que consiste en despertar a alguien a una hora programada cada noche.
Puedes pedirle a tu pareja que te despierte o poner una alarma para que te despierte del sueño. Los padres pueden intentar despertar a su hijo brevemente a una hora específica antes de que se produzcan los terrores nocturnos, normalmente entre 10 y 15 minutos antes de que se produzcan.
Las investigaciones han demostrado que este enfoque puede reducir significativamente o incluso eliminar por completo los terrores nocturnos. Aunque el despertar programado se considera de bajo riesgo, puede ser difícil de utilizar si el individuo o si otros miembros de la casa están luchando contra la privación del sueño.
Si su pareja experimenta terrores nocturnos, usted puede ayudar tranquilizándola y manteniéndola segura. Retire los objetos duros o afilados del dormitorio para evitar lesiones accidentales. Evite intentar despertar a alguien cuando esté experimentando un terror nocturno, ya que esto puede empeorar el episodio e incluso provocar lesiones físicas si la otra persona está confundida, alterada o agitada.
Cómo pueden los padres ayudar a los niños
Si su hijo experimenta terrores nocturnos, hay una serie de medidas que puede tomar para ayudarle:
- No intentes interrumpir el terror nocturno. Aunque puede ser angustioso, intentar despertar a su hijo en medio de una perturbación puede hacer que el terror nocturno dure más tiempo.
- Asegúrese de que el entorno de sueño de su hijo es seguro y cómodo. Retira cualquier objeto afilado, duro o peligroso de su entorno inmediato. Intenta rodear a tu hijo con almohadas o mantas blandas para evitar cortes o moratones si se agita o da patadas durante un episodio.
- Cierra y bloquea las ventanas. Algunos niños pueden salir de la cama y moverse durante un terror nocturno.
- Cierra bien las puertas. Como algunos niños pueden ser sonámbulos durante un terror nocturno, también es posible que abran las puertas y salgan de la casa. Asegúrate de que las puertas están cerradas con llave cada noche. Puede ser útil poner una alarma en la puerta de la habitación de tu hijo, en las ventanas o en cualquier puerta exterior.