¿Qué es la inteligencia emocional?
La inteligencia emocional se refiere a la capacidad de percibir, controlar y evaluar las emociones. Algunos investigadores sugieren que la inteligencia emocional puede aprenderse y reforzarse, mientras que otros afirman que es una característica innata.
La capacidad de expresar y controlar las emociones es esencial, pero también lo es la capacidad de comprender, interpretar y responder a las emociones de los demás. Imagina un mundo en el que no pudieras entender cuando un amigo se siente triste o cuando un compañero de trabajo está enfadado. Los psicólogos denominan a esta capacidad inteligencia emocional, y algunos expertos sugieren incluso que puede ser más importante que el coeficiente intelectual para el éxito general en la vida.
Habilidades claves de la inteligencia emocional
¿Ha conocido alguna vez a personas que parecen mantener siempre la calma, que son capaces de manejar incluso las situaciones sociales más incómodas con gracia y que siempre parecen hacer que los demás se sientan a gusto? Es muy probable que esas personas posean lo que los psicólogos denominan inteligencia emocional.
La inteligencia emocional consiste en la capacidad de comprender y gestionar las emociones. Los expertos coinciden en que este tipo de inteligencia desempeña un papel importante en el éxito, y algunos han sugerido que la inteligencia emocional, podría ser incluso más importante que el coeficiente intelectual. En cualquier caso, las investigaciones han sugerido que poseer habilidades de inteligencia emocional está relacionado con todo, desde la toma de decisiones hasta el rendimiento académico.
Entonces, ¿Qué se necesita para ser emocionalmente inteligente? El psicólogo y autor Daniel Goleman ha sugerido que hay cinco componentes de la inteligencia emocional. Afortunadamente, se puede aprender a mejorar estas habilidades de inteligencia emocional. Trabajando e incrementando estas habilidades, se puede llegar a ser más inteligente emocionalmente.
Consciencia de sí mismo
El autoconocimiento, o la capacidad de reconocer y comprender las propias emociones, es una habilidad fundamental de la inteligencia emocional. Sin embargo, más allá de reconocer tus emociones, está el ser consciente del efecto de tus acciones, estados de ánimo y emociones en otras personas.
Para ser consciente de uno mismo, hay que ser capaz de controlar las propias emociones, reconocer las diferentes reacciones emocionales e identificar correctamente cada emoción en particular. Los individuos autoconscientes también reconocen las relaciones entre las cosas que sienten y cómo se comportan.
Estos individuos también son capaces de reconocer sus propias fortalezas y limitaciones, están abiertos a nueva información, experiencias, y aprenden de sus interacciones con los demás. Goleman sugiere que las personas que poseen conciencia de sí mismas tienen un buen sentido del humor, confían en sí mismas y en sus capacidades, y son conscientes de cómo las perciben los demás.
Cómo mejorar el autoconocimiento
- Pida comentarios constructivos.
- Llevar un diario.
- Aprender nuevas habilidades.
- Preste atención a sus pensamientos y emociones.
- Persigue tus pasiones.
- Practicar la atención plena.
- Reflexiona sobre tus experiencias.
- Establece objetivos.
- Utiliza un diálogo interno positivo.
- Trabaja en la construcción de una mentalidad de crecimiento.
Autorregulación
Además de ser consciente de tus propias emociones y del impacto que tienes en los demás, la inteligencia emocional requiere que seas capaz de regular y gestionar tus emociones.
Esto no significa encerrar las emociones y ocultar los verdaderos sentimientos, sino simplemente esperar el momento y el lugar adecuados para expresarlos. La autorregulación consiste en expresar las emociones de forma adecuada.
Las personas que son hábiles en la autorregulación tienden a ser flexibles y a adaptarse bien al cambio. También saben gestionar los conflictos y suavizar las situaciones tensas o difíciles.
Goleman también sugiere que las personas con una gran capacidad de autorregulación tienen un alto nivel de conciencia. Son conscientes de cómo influyen en los demás y asumen la responsabilidad de sus propios actos.
Cómo mejorar la autorregulación
- Sea consciente de sus pensamientos y sentimientos.
- Desarrollar habilidades de tolerancia a la angustia.
- Encuentre formas de gestionar las emociones difíciles.
- Considere los retos como oportunidades.
- Practique sus habilidades de comunicación.
- Reconozca que puede elegir cómo responder.
- Utilice el reencuadre cognitivo para cambiar los patrones de pensamiento y las respuestas emocionales.
- Trabaja en la aceptación de tus emociones.
Habilidades sociales
Ser capaz de interactuar bien con los demás es otro aspecto importante de la inteligencia emocional. Tener unas buenas habilidades sociales permite a las personas establecer relaciones significativas con otras personas y desarrollar una mayor comprensión de sí mismas y de los demás.
La verdadera comprensión emocional implica algo más que entender las propias emociones y las de los demás. También hay que ser capaz de poner en práctica esta información en las interacciones y comunicaciones diarias.
En el ámbito profesional, los directivos se benefician al ser capaces de establecer relaciones y conexiones con los empleados. Los trabajadores se benefician de ser capaces de desarrollar una sólida relación con los líderes y los compañeros de trabajo. Entre las habilidades sociales importantes se encuentran la escucha activa, las habilidades de comunicación verbal, las habilidades de comunicación no verbal, el liderazgo y la capacidad de persuasión.
Cómo mejorar las habilidades sociales
- Haga preguntas abiertas.
- Busque ejercicios para romper el hielo que le ayuden a iniciar conversaciones.
- Fíjese en las habilidades sociales de los demás.
- Practicar un buen contacto visual.
- Practique sus habilidades sociales.
- Practique la escucha activa.
- Muestre interés por los demás.
- Vigila tu lenguaje corporal.
Empatía
La empatía, o la capacidad de entender cómo se sienten los demás, es absolutamente fundamental para la inteligencia emocional. Pero implica algo más que ser capaz de reconocer los estados emocionales de los demás.
También implica tus respuestas a las personas basadas en esta información. Cuando percibes que alguien se siente triste o desesperado, ¿Cómo respondes? Puede que le trates con más cuidado y preocupación, o que te esfuerces por levantarle el ánimo.
Ser empático también te permite comprender la dinámica de poder que suele influir en las relaciones sociales, especialmente en el entorno laboral. Esto es importante para guiar tus interacciones con las diferentes personas que encuentras cada día.
Las personas competentes en este ámbito son capaces de percibir quién posee el poder en las distintas relaciones. También entienden cómo estas fuerzas influyen en los sentimientos y comportamientos. Por ello, pueden interpretar con precisión diferentes situaciones que dependen de esa dinámica de poder.
Cómo crear empatía
- Esté dispuesto a compartir sus propios sentimientos.
- Comprométete con una causa, como un proyecto comunitario.
- Escuchar a otras personas.
- Practicar la meditación de bondad amorosa.
- Habla con gente nueva.
- Intenta imaginarte en el lugar de otra persona.
Motivación
La motivación intrínseca es otra habilidad importante de la inteligencia emocional. Las personas con inteligencia emocional están motivadas por cosas que van más allá de las recompensas externas como la fama, el dinero, el reconocimiento y la aclamación.
En su lugar, sienten pasión por satisfacer sus propias necesidades y objetivos internos. Buscan recompensas internas, experimentan el flujo de estar totalmente en sintonía con una actividad y persiguen las experiencias cumbre.
Las personas competentes en esta área tienden a estar orientadas a la acción. Se fijan objetivos, tienen una gran necesidad de logro y siempre buscan formas de mejorar. También tienden a estar muy comprometidos y son buenos para tomar la iniciativa.
Cómo mejorar la motivación
- Evite el uso excesivo de recompensas extrínsecas.
- Celebre sus resultados.
- Céntrese en establecer objetivos pequeños y medibles.
- Introduzca retos para mantener el interés.
- Establezca objetivos que le ayuden a crear una motivación intrínseca.
- Colabora con un amigo o compañero de trabajo para que te rinda cuentas.
La inteligencia emocional es importante en la vida de las personas, para equilibrarse en una reacción emocional, para saber controlar las emociones y los sentimientos, para conocerse y para motivarse.
Cómo se mide la inteligencia emocional
Han surgido varias evaluaciones diferentes para medir los niveles de inteligencia emocional. Estas pruebas suelen ser de dos tipos: Pruebas de autoinforme y pruebas de capacidad.
Las pruebas de autoinforme son las más comunes porque son las más fáciles de administrar y puntuar. En estas pruebas, los encuestados responden a preguntas o afirmaciones calificando sus propios comportamientos. Por ejemplo, en una afirmación como “A menudo siento que comprendo cómo se sienten los demás”, la persona que responde a la prueba puede describir la afirmación como en desacuerdo, algo en desacuerdo, de acuerdo o muy de acuerdo.
Las pruebas de habilidad, por otro lado, implican que las personas respondan a situaciones y luego evalúen sus habilidades. Estas pruebas suelen requerir que las personas demuestren sus habilidades, que luego son calificadas por un tercero.
Si va a someterse a una prueba de inteligencia emocional administrada por un profesional de la salud mental, he aquí dos medidas que podrían utilizarse:
El Test de Inteligencia Emocional Mayer-Salovey-Caruso (MSCEIT) es una prueba basada en la capacidad que mide las cuatro ramas del modelo de IE de Mayer y Salovey. Los examinados realizan tareas diseñadas para evaluar su capacidad de percibir, identificar, comprender y gestionar las emociones.
El Inventario de Competencia Emocional y Social (ESCI) se basa en un instrumento más antiguo conocido como Cuestionario de Autoevaluación y consiste en que personas que conocen al individuo ofrezcan calificaciones de las capacidades de esa persona en varias competencias emocionales diferentes. El test está diseñado para evaluar las capacidades sociales y emocionales que ayudan a distinguir a las personas como líderes fuertes.
También hay muchos recursos en línea más informales, muchos de ellos gratuitos, para investigar su inteligencia emocional.
Componentes
Los investigadores sugieren que hay cuatro niveles diferentes de inteligencia emocional, que incluyen la percepción emocional, la capacidad de razonar utilizando las emociones, la capacidad de comprender las emociones y la capacidad de gestionar las emociones.
Percepción de las emociones
El primer paso para entender las emociones es percibirlas con precisión. En muchos casos, esto puede implicar la comprensión de señales no verbales como el lenguaje corporal y las expresiones faciales.
Razonar con las emociones
El siguiente paso consiste en utilizar las emociones para promover el pensamiento y la actividad cognitiva. Las emociones ayudan a priorizar aquello a lo que prestamos atención y reaccionamos; respondemos emocionalmente a las cosas que captan nuestra atención.
Entender las emociones
Las emociones que percibimos pueden tener una gran variedad de significados. Si alguien expresa emociones de enfado, el observador debe interpretar la causa del enfado de la persona y lo que puede significar. Por ejemplo, si tu jefe se muestra enfadado, puede significar que está insatisfecho con tu trabajo, o puede ser porque esa mañana le han puesto una multa por exceso de velocidad de camino al trabajo o porque se ha peleado con su pareja.
Gestionar las emociones
La capacidad de gestionar las emociones con eficacia es una parte crucial de la inteligencia emocional y el nivel más alto. Regular las emociones y responder adecuadamente, así como responder a las emociones de los demás, son aspectos importantes de la gestión emocional.
Las cuatro ramas de este modelo están ordenadas por complejidad, con los procesos más básicos en los niveles inferiores y los procesos más avanzados en los niveles superiores. Por ejemplo, los niveles más bajos implican percibir y expresar la emoción, mientras que los niveles más altos requieren una mayor implicación consciente e implican la regulación de las emociones.
Cómo utilizar la inteligencia emocional
La inteligencia emocional se puede utilizar de muchas maneras diferentes en la vida diaria. Algunas formas diferentes de practicar la inteligencia emocional son:
- Ser capaz de aceptar las críticas y la responsabilidad.
- Ser capaz de seguir adelante después de cometer un error.
- Ser capaz de decir que no cuando es necesario.
- Ser capaz de compartir tus sentimientos con los demás.
- Ser capaz de resolver los problemas de forma que funcionen para todos.
- Tener empatía con los demás.
- Tener una gran capacidad de escucha.
- Saber por qué haces las cosas que haces.
- No juzgar a los demás.
La inteligencia emocional es esencial para una buena comunicación interpersonal. Algunos expertos creen que esta capacidad es más importante para determinar el éxito en la vida que el coeficiente intelectual. Afortunadamente, hay cosas que puede hacer para reforzar su propia inteligencia social y emocional.
Comprender las emociones puede ser la clave para mejorar las relaciones, el bienestar y las habilidades de comunicación.
Consejos para mejorar la inteligencia emocional
Ser inteligente emocionalmente es importante, pero ¿Qué medidas puede tomar para mejorar sus propias habilidades sociales y emocionales? He aquí algunos consejos.
Escuche
Si quieres entender lo que sienten los demás, el primer paso es prestar atención. Tómate el tiempo necesario para escuchar lo que la gente está tratando de decirte, tanto verbal como no verbalmente. El lenguaje corporal puede tener un gran significado. Cuando percibas que alguien se siente de una manera determinada, considera los diferentes factores que pueden estar contribuyendo a esa emoción.
Empatizar
Es fundamental captar las emociones, pero también hay que ser capaz de ponerse en el lugar de otra persona para entender realmente su punto de vista. Practica la empatía con otras personas. Imagina cómo te sentirías tú en su situación. Este tipo de actividades pueden ayudarte a construir una comprensión emocional de una situación específica, así como a desarrollar habilidades emocionales más fuertes a largo plazo.
Reflexionar
La capacidad de razonar con las emociones es una parte importante de la inteligencia emocional. Considere cómo sus propias emociones influyen en sus decisiones y comportamientos. Cuando piense en cómo responden otras personas, evalúe el papel que desempeñan sus emociones.
¿Por qué se siente así esta persona? ¿Existen factores invisibles que puedan estar contribuyendo a estos sentimientos? ¿En qué se diferencian tus emociones de las suyas? A medida que explores estas preguntas, te resultará más fácil comprender el papel que desempeñan las emociones en la forma de pensar y comportarse de las personas.
Peligros potenciales
Tener menos habilidades de inteligencia emocional puede conducir a una serie de posibles escollos que pueden afectar a múltiples áreas de la vida, incluyendo el trabajo y las relaciones.
Las personas que tienen menos habilidades emocionales tienden a meterse en más discusiones, a tener relaciones de menor calidad y a tener pocas habilidades de afrontamiento emocional.
Tener un nivel bajo de inteligencia emocional puede tener una serie de inconvenientes, pero tener un nivel muy alto de habilidades emocionales también puede conllevar desafíos. Por ejemplo:
Las investigaciones sugieren que las personas con alta inteligencia emocional pueden ser menos creativas e innovadoras.
Las personas con un alto nivel de inteligencia emocional pueden tener dificultades para hacer comentarios negativos por miedo a herir los sentimientos de los demás.
La investigación ha descubierto que una alta Inteligencia Emocional puede utilizarse a veces con fines manipuladores y engañosos.