El sesgo del status quo es un tipo de sesgo cognitivo que implica la preferencia de que las cosas permanezcan como están o que el estado actual de las cosas siga siendo el mismo. Este sesgo minimiza los riesgos asociados con el cambio, pero también hace que las personas pierdan beneficios potenciales que podrían superar los riesgos.
Al ser conscientes de cómo el sesgo del status quo influye en nuestras decisiones y acciones, podemos buscar formas de reducir el sesgo en las decisiones que tomamos todos los días. Aquí exploramos lo que implica este sesgo, por qué ocurre y cómo afecta nuestras vidas.
¿Qué es el sesgo del status quo?
El sesgo del status quo se define como “una preferencia no racional o sesgada por la forma actual de hacer las cosas”. Un ejemplo es elegir conducir de la misma manera para ir al trabajo todos los días o pedir siempre el mismo alimento en un restaurante local.
El cambio puede ser algo aterrador para muchas personas, y a menudo se lo percibe como una pérdida o un perjuicio. El sesgo del status quo puede hacernos resistentes al cambio y también tiene un efecto poderoso en nuestras estrategias de toma de decisiones.
Este sesgo puede afectar el comportamiento humano, pero también es un tema de interés en otros campos, como la sociología, la política y la economía.
Historia del sesgo del status quo
El término “sesgo del status quo” fue introducido por primera vez por los investigadores William Samuelson y Richard Zeckhauser en 1988.2 En una serie de experimentos controlados, Samuelson y Zeckhauser descubrieron que las personas muestran una preferencia desproporcionada por opciones que mantienen el status quo.
En estos experimentos, a los participantes se les hicieron una variedad de preguntas en las que debían asumir el papel de tomadores de decisiones. Se trataba de situaciones que a menudo enfrentaban individuos, administradores y funcionarios gubernamentales.
Los resultados mostraron un fuerte sesgo de status quo en las respuestas de los sujetos. Específicamente, al tomar una decisión importante, los sujetos eran más propensos a elegir la opción que mantenía las cosas como estaban.
Explicaciones del sesgo del status quo
¿Por qué la gente tiende a tener un sesgo tan fuerte a favor del status quo? Una serie de otros sesgos cognitivos respaldan su existencia.
Sesgo de aversión a las pérdidas
Al considerar posibles opciones, las personas suelen centrarse más en lo que pueden perder que en cómo podrían beneficiarse. Según la “teoría de las perspectivas”, una teoría económica desarrollada por los investigadores Daniel Kahneman y Amos Tversky en 1979, “las pérdidas son mayores que las ganancias”.
En otras palabras, el potencial de pérdida se destaca en la mente de las personas de manera mucho más prominente que el potencial de ganancias.
Por ejemplo, la investigación de Samuelson y Zeckhauser también encontró que los trabajadores más jóvenes tenían más probabilidades de inscribirse en un plan de seguro médico que tuviera mejores primas y deducibles. Por el contrario, los empleados de mayor edad tenían más probabilidades de seguir con sus planes antiguos, pero menos favorables.
Los empleados de mayor edad pueden estar más preocupados por minimizar posibles pérdidas en lugar de arriesgarlo todo por algunas ganancias potenciales. Saben qué esperar de su plan actual, por lo que pueden estar menos dispuestos a aceptar los riesgos de un nuevo plan, aunque el cambio pueda conllevar beneficios financieros.
Mero efecto de exposición
El simple hecho de estar expuesto a ciertas cosas también puede desempeñar un papel en el desarrollo de un sesgo de status quo. Muy a menudo, las cosas que preferimos sólo se ven favorecidas porque estamos más familiarizados con ellas. Esto se conoce como efecto de mera exposición.
Además, cuanto más nos exponemos a algo, más fuerte se vuelve este efecto. Por ejemplo, un estudio encontró que cuanto más frecuentemente los participantes estaban expuestos a imágenes de automóviles en diferentes lugares, mayor era su preferencia por ellos.
¿Cómo funciona el sesgo del status quo?
Cada uno tiene su pizza favorita. Digamos que la tuya es una Margherita (¡una elección clásica!). Ahora imagina llevar a tu pareja a una cena romántica en ese nuevo y elegante restaurante italiano de la ciudad. Ambos se visten de punta en blanco, se sientan en una mesa elegante y el camarero les entrega su elegante menú.
Lo que no esperabas era la cantidad de pizzas que ofrecen, todas con nombres extravagantes de los que nunca habías oído hablar. Abrumado por todas las opciones, decides optar por lo que conoces: la Margherita. Después de todo, es una apuesta segura.
Ahora veamos un escenario ligeramente diferente. Tu iPhone finalmente se estropea y se niega a encenderse. Hay un lado positivo en esto: ¡ahora puedes comprarte un teléfono nuevo! Pero hay tantas opciones para elegir, ¿cómo puedes decidir qué marca elegir? ¿Deberías adquirir un Samsung con zoom de 100x? ¿El Google Pixel con funciones de voz a texto de otra dimensión? ¿O algún tipo de teléfono plegable?
Lo más probable es que no elijas nada de ese tipo. Como usuario leal de iPhone de toda la vida, probablemente te quedes con lo que conoces: Apple.
Así es como trabaja la gente. Nos atenemos a lo que sabemos.
“Cómo superar las malas decisiones: Una guía para una vida exitosa” es un libro práctico que ayuda a las personas a entender los factores que contribuyen a la toma de decisiones inadecuadas y a desarrollar habilidades para tomar mejores decisiones en el futuro. El libro ofrece consejos y estrategias prácticas para ayudar a los lectores a lograr la estabilidad y el éxito a largo plazo.
Impactos del sesgo del status quo
Esta forma de toma de decisiones simplificada puede ayudarnos a ahorrar tiempo y mejorar nuestra eficiencia. No tenemos que pensar en nuestras elecciones y, en cambio, hacer lo que siempre hemos hecho. Al mismo tiempo, tomar la misma decisión una y otra vez puede hacer que perdamos ciertos beneficios, tanto pequeños como grandes.
Impactos menores
Si pedimos el mismo plato del menú cada vez que visitamos nuestro restaurante favorito, por ejemplo, podemos perdernos otras opciones de comida que podemos disfrutar tanto o más. Hemos minimizado el riesgo de posibles pérdidas (no estar contentos con lo que hemos pedido), pero también hemos perdido posibles beneficios, como encontrar un nuevo plato favorito.
Seguir con un proveedor de cable o satélite actual es otro ejemplo de cómo el sesgo del status quo puede influir en las decisiones cotidianas. Aunque otro proveedor podría ofrecer más canales a un precio más económico, ya estamos familiarizados con las tarifas, opciones y servicio al cliente de nuestro proveedor actual, por lo que no hacemos el cambio.
Impactos más grandes
El sesgo del status quo también puede tener un impacto en opciones de vida más importantes. Esto incluye aquellos que afectan nuestras finanzas, decisiones políticas e incluso nuestra salud.
Financiero
A menudo se utiliza un sesgo de status quo para explicar por qué la gente no aprovecha las oportunidades de inversión y ahorro. En lugar de colocar su dinero en inversiones que tienen cierto grado de riesgo, la gente suele dejar su dinero en cuentas de ahorro de bajo rendimiento
Esto nos lleva a mantener nuestra situación financiera como está actualmente en lugar de correr riesgos para mejorar nuestra perspectiva financiera.
Político
En política, el sesgo del status quo también se utiliza a menudo para explicar una mentalidad conservadora. Las personas que se identifican como conservadoras tienden a centrarse en mantener las tradiciones y las cosas como están.
Una persona con esta mentalidad política puede intentar evitar los riesgos asociados con el cambio. Pero también corren el riesgo de perderse los posibles beneficios que el cambio podría traer. También les puede resultar difícil afrontar el cambio.
Salud
Un sesgo de status quo también puede tener un impacto en las decisiones de salud que toman las personas. Según un estudio, este sesgo estaba relacionado no sólo con un mayor nivel de inactividad física sino también con un mayor índice de masa corporal (IMC) y otros factores de estilo de vida poco saludables.
El sesgo del status quo puede incluso afectar nuestras decisiones de continuar o suspender el tratamiento de soporte vital para nuestros seres queridos. En un artículo, el autor sugiere que una de las razones por las que las familias tienen dificultades para quitarse el equipo de soporte vital incluso cuando lo recomiendan los médicos es porque esto cambia el status quo.
Ejemplos de sesgo de status quo
El sesgo del status quo puede ayudar a explicar por qué la gente tiene prejuicios contra las nuevas tecnologías.
Ejemplo: sesgo de status quo y tecnología
En un estudio, los investigadores exploraron el sesgo del status quo a través de la lente de las evaluaciones de las personas sobre diferentes tecnologías mediante una serie de experimentos.
El primer experimento examinó cómo la gente percibe el aerogel o “humo congelado”, una tecnología real pero desconocida. El aerogel es un material similar a la espuma que se ha utilizado como material aislante en los trajes espaciales de los astronautas de la NASA desde los años 1960. A los participantes, cuyas edades se registraron, se les dijo que esto se inventó 15 años antes o después de su nacimiento. La gente se mostró más favorable cuando se les dijo que el aerogel precedió a su nacimiento que cuando se les dijo que se inventó después de su nacimiento. En el último caso, se mostraron realmente escépticos sobre su uso.
En estudios de seguimiento, los investigadores mostraron a los participantes más de 60 tecnologías diferentes y luego recopilaron información sobre cuándo nacieron, su exposición a esa tecnología, etc. Curiosamente, surgió el mismo patrón.
Parece que la tecnología inventada antes de que naciéramos se convierte en el status quo (es decir, se supone que ya es parte de cómo funciona el mundo). Por eso tendemos a valorarlo más positivamente. El sesgo del status quo parece ser cierto incluso cuando la gente piensa que la tecnología es más antigua de lo que realmente es (como en el experimento del aerogel). Entonces tendemos a ser más escépticos o pesimistas acerca de las tecnologías inventadas después de que nacimos.
Las empresas a menudo intentan aprovechar (o contrarrestar) nuestra preferencia natural por que las cosas permanezcan como están, particularmente en lo que respecta a nuestra resistencia a hacer un esfuerzo.
Ejemplo: sesgo de status quo en marketing
Varias técnicas de venta suave utilizadas en las empresas explotan los efectos del status quo:
- Aprovechar los comportamientos predeterminados (por ejemplo, un servicio de suscripción que se renueva automáticamente a menos que lo canceles)
- Garantías de devolución de dinero y pruebas gratuitas sin ninguna obligación (se utilizan con frecuencia para reducir el riesgo percibido de pérdida y arrepentimiento)
- Ofrecer incentivos como efectivo por cambiar (una práctica común en los bancos tradicionales)
Aprovechando la aversión a las pérdidas. Este suele ser el caso de los paquetes de cable, Internet y teléfono. Los proveedores generalmente cobran a los clientes por cambiar a un paquete actualizado porque esperan persuadir al cliente de que es prudente comenzar con el paquete actualizado. Por lo tanto, estos costosos paquetes se convierten en el status quo.
Cómo reducir el sesgo del status quo
Aunque el sesgo del status quo no se puede eliminar por completo, hay medidas que se pueden tomar para reducirlo.
Al igual que otros tipos de sesgos que influyen en nuestro juicio (como el sesgo de anclaje), el paso más importante es reconocer que tenemos un sesgo de status quo. Es una tendencia innata y uno de los errores más comunes en la toma de decisiones.
Cuando se le presenten nuevas opciones, haga preguntas para reducir la incertidumbre. Una vez que tenga todos los datos, podrá limitar sus opciones. Si todavía favorece el status quo, pregúntese si su decisión es deliberada. ¿Realmente no ve ninguna ventaja en cambiar o se resiste al cambio por inercia?
Si intenta convencer a otros (por ejemplo, como vendedor), utilice el efecto de encuadre. Presentar la opción predeterminada como una pérdida y la alternativa como una ganancia le ayudará a sortear la aversión a las pérdidas de la gente. Por ejemplo, explíqueles qué se perderían si no cambiaran a otro software o plan de telefonía móvil.
En conclusión
Como muchos otros sesgos cognitivos, el sesgo del status quo tiene beneficios. Dado que impide que las personas corran riesgos, el sesgo ofrece cierto grado de protección.
Sin embargo, esta evitación de riesgos también puede tener efectos negativos. Esto es especialmente cierto si las alternativas brindan mayor seguridad y beneficios que la situación actual.
Preguntas frecuentes
¿Por qué es un problema el sesgo del status quo?
El sesgo del status quo es un problema porque hace que nos apeguemos a nuestra situación actual sin considerar otras opciones. Aunque apegarse a soluciones probadas y verdaderas no siempre es malo, el sesgo del status quo nos impide sopesar los pros y los contras de una opción alternativa. Debido a esto, nuestra preferencia por lo que nos resulta familiar puede hacernos resistentes al cambio y hacer que perdamos nuevas oportunidades o experiencias.
¿Cuál es un ejemplo de la vida real de sesgo del status quo?
Un ejemplo de la vida real de sesgo del statu quo se puede observar en las elecciones, donde el candidato en ejercicio tiene más probabilidades de ganar que el rival. De hecho, cuantos más candidatos haya en la carrera, mayor será la ventaja del titular. En un esfuerzo por reducir la complejidad del proceso de toma de decisiones y evitar la sobrecarga de opciones, es más probable que los votantes se queden con alguien que les resulta familiar porque saben qué esperar de él.