Independientemente del tipo de disciplina que utilice con su hijo, el objetivo final de su estrategia de crianza debe ser enseñarle autodisciplina.

La autodisciplina ayuda a los niños a retrasar la gratificación, a resistir las tentaciones insanas y a tolerar las molestias necesarias para alcanzar sus objetivos a largo plazo. La autodisciplina es la clave para que los niños se conviertan en adultos responsables, desde apagar el videojuego para hacer los deberes hasta resistirse a una galleta de más cuando mamá no está mirando.

Es importante dar a los niños las habilidades que necesitan para desarrollar la autodisciplina, así como la oportunidad de practicar la toma de buenas decisiones.

Definición de la autodisciplina

En la literatura psicológica, la autodisciplina suele denominarse autocontrol o fuerza de voluntad: “regulación esforzada del yo por el yo” (Duckworth). En este artículo utilizaremos los términos indistintamente.

También se define como: “La capacidad de suprimir respuestas prepotentes al servicio de un objetivo superior… y que dicha elección no es automática, sino que requiere un esfuerzo consciente”. (Duckworth y Seligman).

Algunas características clave de la autodisciplina que han sido utilizadas por los psicólogos en la literatura:

  • La capacidad de sofocar una respuesta impulsiva que deshaga nuestro compromiso.
  • La capacidad de retrasar la gratificación, aguantando las tentaciones a corto plazo para poder cumplir con los objetivos a largo plazo.
  • La capacidad de utilizar un sistema de comportamiento emocional “frío” en lugar de “caliente”.

Beneficios e importancia de la autodisciplina

Una de las principales características de la autodisciplina es la capacidad de renunciar a la gratificación y el placer instantáneos e inmediatos, en favor de alguna ganancia mayor o de resultados más satisfactorios, aunque esto requiera esfuerzo y tiempo. La autodisciplina te da el poder de ceñirte a tus decisiones y seguirlas, sin cambiar de opinión, y es, por tanto, uno de los requisitos importantes para alcanzar objetivos.

La posesión de autodisciplina te permite elegir, y luego perseverar, acciones, pensamientos y comportamientos que te llevan a mejorar y a tener éxito. También te da el poder y la fuerza interior para superar las adicciones, la procrastinación y la pereza y para seguir adelante con lo que hagas.

Se trata de una habilidad muy útil y necesaria en la vida de todos, y aunque la mayoría de la gente reconoce su importancia, muy pocos hacen algo para desarrollarla y fortalecerla.

Contrariamente a la creencia común, la autodisciplina no es un comportamiento severo y limitado o un estilo de vida restrictivo. Es un ingrediente muy importante para el éxito, cualquier forma de éxito. Se expresa como perseverancia, la capacidad de no rendirse a pesar de los fracasos y los contratiempos, como autocontrol y como capacidad de resistir las tentaciones y las distracciones que suelen interponerse en la consecución de objetivos y metas. De hecho, es uno de los pilares más importantes del éxito real y estable.

Esta capacidad conduce a la confianza en uno mismo, a la autoestima y a la fuerza interior y, en consecuencia, a la felicidad y la satisfacción. Por otro lado, la falta de autodisciplina puede conducir al fracaso, a la pérdida, a problemas de salud y de relaciones, a la obesidad y a otros problemas.

La vida suele presentar retos y problemas en el camino hacia el éxito y los logros, y para superarlos hay que actuar con perseverancia y persistencia, y esto requiere autodisciplina. También esta habilidad para curar y superar los trastornos alimentarios, las adicciones, el tabaquismo, la bebida y otros hábitos negativos.

La autodisciplina es vital para superar los trastornos alimenticios, las adicciones, el tabaquismo, la bebida y otros hábitos negativos. También es un requisito importante para estudiar y aprender, para desarrollar cualquier habilidad y para tener éxito en la superación personal, el crecimiento espiritual y la meditación.

La mayoría de las personas reconocen la importancia y los beneficios de la autodisciplina, pero muy pocas toman medidas reales para desarrollarla y fortalecerla. Esta habilidad puede ser fortalecida y desarrollada como cualquier otra habilidad, a través del entrenamiento. Sí, puedes desarrollar la autodisciplina con ejercicios especiales, que puedes practicar en cualquier momento y lugar.

El desarrollo de esta habilidad te ayudará:

  • Evitar actuar por impulso.
  • A seguir trabajando en un proyecto, incluso después de que el entusiasmo inicial se haya desvanecido.
  • A ir al gimnasio, a caminar o a nadar, cuando lo único que quieres es tumbarte o sentarte a ver la televisión. Aprender a despertarse y levantarse temprano. Superar el hábito de ver demasiada televisión.
  • Seguir trabajando en tu dieta, y resistir la tentación de comer alimentos que engordan. Empezar a leer un libro, y leerlo hasta la última página.
  • Meditar con regularidad.
  • Vencer la pereza y la procrastinación.
  • Cumplir las promesas que se hace a sí mismo y a los demás.

Te será más fácil desarrollar esta habilidad si:

  • Piensa y se da cuenta de lo importante que es desarrollar la autodisciplina.

Es consciente de su comportamiento indisciplinado. Cuando esta conciencia aumente, serás más consciente de tu comportamiento y buscarás más a menudo la manera de cambiarlo.

Haz una lista de lo que quieres conseguir.

Actúa y compórtate de acuerdo con las decisiones que has tomado, sin importar la pereza, el deseo de procrastinar o el deseo de abandonar y dejar lo que estás haciendo, y sin importar los inconvenientes que esta decisión pueda causar y cómo te sientas en ese momento.

Beneficios de la autodisciplina

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Como desarrollar autodisciplina en los niños

Como desarrollar autodisciplina en los niños

Proporcionar estructura

Crea un horario similar cada día y tu hijo se acostumbrará a la rutina. Si sabe lo que tiene que hacer, es menos probable que se distraiga con otras actividades.

Una buena rutina matutina ayuda a los niños a saber cuándo es el momento de desayunar, peinarse, cepillarse los dientes y vestirse. Una buena rutina extraescolar enseña a los niños a dividir su tiempo entre las tareas, los deberes y las actividades divertidas. Y una rutina consistente a la hora de acostarse ayudará a los niños a calmarse y dormirse más rápido.

Haz que las rutinas de tu hijo sean sencillas. Con la práctica, su hijo aprenderá a aplicar la rutina sin su ayuda.

Explica el motivo de tus normas

Cuando se trata de ayudar a los niños a aprender a tomar decisiones saludables, lo mejor es un enfoque autoritario porque ayuda a los niños a entender las razones de las reglas.

En lugar de decir: “Haz los deberes ahora porque yo lo digo”, explica la razón subyacente de la norma.

Diga: “Es una buena opción hacer los deberes primero y tener tiempo libre después, como recompensa por haber hecho el trabajo”. Esto ayuda a su hijo a entender las razones subyacentes de sus reglas. En lugar de decir: “Mi madre dice que tengo que hacer esto”, su hijo entenderá que las normas tienen un propósito.

Por supuesto, no es conveniente dar largas charlas que aburran a su hijo. Pero una explicación rápida sobre por qué cree que ciertas opciones son importantes puede ayudar a su hijo a entender mejor las opciones.

Dar consecuencias

A veces, las consecuencias naturales pueden enseñar algunas de las mejores lecciones de la vida. Un niño que se olvida constantemente de coger la chaqueta al salir corriendo por la puerta no aprenderá si sus padres le llevan siempre la chaqueta al colegio. Enfrentarse a las consecuencias naturales de su comportamiento (como pasar frío en el recreo) puede ayudarles a recordar que deben coger el abrigo la próxima vez.

En otras ocasiones, los niños necesitan consecuencias lógicas. Un niño que juega demasiado duro con el ordenador de su madre puede aprender a ser más suave cuando pierda los privilegios del ordenador. O un niño al que le cuesta levantarse por la mañana puede necesitar acostarse antes esa noche.

Es importante evitar las luchas de poder. Intentar forzar a tu hijo a hacer algo no le enseñará autodisciplina.

Explíquele cuáles serán las consecuencias negativas si toma una mala decisión. Luego, deje que su hijo tome la decisión.

Diga: “Cuando recojas tus juguetes, tendrás más tiempo para jugar fuera”. Si no los recoge, aplique una consecuencia, pero no le grite ni intente obligarle a hacerlo.

Ten en cuenta que los niños tienen que aprender a tomar decisiones saludables por sí mismos, examinando las posibles consecuencias de su comportamiento.

Modificar el comportamiento paso a paso

La autodisciplina es un proceso que lleva años perfeccionar. Utiliza estrategias disciplinarias adecuadas a su edad para moldear su comportamiento paso a paso.

En lugar de esperar que un niño de 6 años sea capaz de hacer de repente toda su rutina matutina sin necesidad de recordatorios, utiliza un cuadro con imágenes en la pared que represente cómo se peina, se cepilla los dientes y se viste. Incluso puedes hacer fotos de tu hijo haciendo estas actividades y crear tu propio cuadro.

Cuando sea necesario, recuérdale a tu hijo que mire la tabla hasta que sea capaz de mirar la tabla y hacer cada tarea por sí mismo. Con el tiempo, necesitará menos recordatorios y no necesitará la tabla en absoluto.

Siempre que tu hijo esté aprendiendo una nueva habilidad o ganando más independencia, ayúdale a hacerlo paso a paso.

Modificar en comportamientos en los niños paso a paso

Elogie el buen comportamiento

Preste atención positiva y elogie a su hijo siempre que demuestre autodisciplina. Señale el buen comportamiento que quiere ver más a menudo. Por ejemplo, en lugar de decir: “Buen trabajo al no pegar a tu hermano cuando estabas enfadado”, diga: “Buen trabajo al usar tus palabras para resolver el problema”.

A veces el buen comportamiento pasa desapercibido. Elogiar a los niños por tomar buenas decisiones aumenta la probabilidad de que repitan ese comportamiento.

Elogie a los niños cuando hagan cosas sin necesidad de recordárselo. Dígale: “¡Qué bien te has sentado a hacer los deberes antes de que yo te lo dijera!” o “Estoy muy orgulloso de que hayas decidido limpiar tu habitación hoy tú solo”. Incluso decir: “Qué bien que has puesto el plato en el fregadero cuando has terminado de comer” puede animar a repetir la actuación.

Enseñar a resolver problemas

Enseñe habilidades de resolución de problemas y trabajen juntos para corregir problemas específicos relacionados con la autodisciplina. A veces, preguntar a los niños lo que creen que sería útil puede ser una experiencia reveladora que puede conducir a soluciones creativas.

Puede haber una solución bastante sencilla para un problema de comportamiento. Un niño al que le cuesta vestirse a tiempo para ir a la escuela puede beneficiarse de tener su ropa elegida la noche anterior. Poner un cronómetro durante cinco minutos también puede hacer que se concentre en su tarea.

Los problemas más complejos pueden requerir una serie de intervenciones de tipo ensayo y error. Un adolescente que no hace los deberes puede necesitar varios cambios antes de estar más motivado para hacer su trabajo por sí mismo. Pruebe a quitarle un privilegio. Si eso no funciona, intente que se quede después de la escuela para ver si puede hacer su trabajo antes de llegar a casa.

Sigue probando diferentes soluciones hasta que encuentres algo que funcione y mantengas a tu hijo involucrado en el proceso.

Modela la autodisciplina

Los niños aprenden mejor observando a los adultos. Si tu hijo te ve dejar las cosas para más tarde o ver la televisión en lugar de fregar los platos, adoptará tus hábitos. Haz de la autodisciplina tu prioridad.

Presta atención a las áreas en las que puedes tener problemas de disciplina. Quizá gastes demasiado dinero o pierdas los nervios cuando te enfadas. Trabaja en esas áreas y deja claro a tu hijo que quieres mejorar.

Modela autodisciplina en los niños

Premie el buen comportamiento

Un sistema de recompensas puede dirigirse a problemas de comportamiento específicos. Un niño de preescolar que se esfuerza por quedarse en su cama por la noche puede beneficiarse de una tabla de pegatinas para motivarle. Un niño mayor que se esfuerza por hacer los deberes a tiempo y las tareas domésticas puede beneficiarse de un sistema de economía de fichas.

Los sistemas de recompensa deben ser a corto plazo. Retírelos gradualmente cuando su hijo empiece a adquirir autodisciplina.

Tenga en cuenta que hay muchas recompensas que no cuestan dinero. Utilice privilegios adicionales, como el tiempo de uso de aparatos electrónicos, para motivar a su hijo a ser más responsable.

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