A veces es fácil darse cuenta de cuándo los niños parecen sentirse bien consigo mismos, y cuándo no. A menudo describimos esta idea de sentirse bien con uno mismo como “autoestima”.
Los niños con autoestima:
- Se sienten queridos y aceptados.
- Se sienten seguros de sí mismos.
- Se sienten orgullosos de lo que pueden hacer.
- Piensan cosas buenas de sí mismos.
- Creen en sí mismos.
Los niños con baja autoestima:
- Son autocríticos y duros consigo mismos.
- Sienten que no son tan buenos como otros niños.
- Piensan más en las veces que fracasan que en las que tienen éxito.
- Carecen de confianza en sí mismos.
- Dudan de poder hacer las cosas bien.
Por qué es importante la autoestima
Los niños que se sienten bien consigo mismos tienen la confianza necesaria para intentar cosas nuevas. Es más probable que se esfuercen al máximo. Se sienten orgullosos de lo que pueden hacer. La autoestima ayuda a los niños a enfrentarse a los errores. Les ayuda a volver a intentarlo, incluso si fracasan al principio. Como resultado, la autoestima ayuda a los niños a mejorar en la escuela, en casa y con los amigos.
Los niños con baja autoestima se sienten inseguros de sí mismos. Si creen que los demás no les van a aceptar, es posible que no participen. Pueden dejar que los demás les traten mal. Puede que les cueste defenderse. Es posible que se rindan fácilmente o que no lo intenten. A los niños con baja autoestima les cuesta enfrentarse a los errores, las derrotas y los fracasos. Como resultado, puede que no les vaya tan bien como podrían.
Cómo se desarrolla la autoestima
La autoestima puede empezar ya en la infancia. Se desarrolla lentamente con el tiempo. Puede empezar porque un niño se sienta seguro, querido y aceptado. Puede empezar cuando un bebé recibe atención positiva y cuidados cariñosos.
Cuando los bebés se convierten en niños pequeños, son capaces de hacer algunas cosas por sí mismos. Se sienten bien consigo mismos cuando pueden utilizar sus nuevas habilidades. Su autoestima aumenta cuando los padres les prestan atención, les dejan intentarlo, les regalan sonrisas y les demuestran que están orgullosos.
A medida que los niños crecen, la autoestima también puede crecer. Cada vez que los niños intentan cosas, hacen cosas y aprenden cosas puede ser una oportunidad para que la autoestima crezca. Esto puede ocurrir cuando los niños:
- Avanzar en la consecución de un objetivo.
- Aprender cosas en la escuela.
- Hacer amigos y llevarse bien.
- Aprender habilidades – música, deportes, arte, cocina, habilidades tecnológicas.
- Practicar sus actividades favoritas.
- Ayudar, dar o ser amable.
- Recibir elogios por su buen comportamiento.
- Esforzarse en algo.
- Hacer cosas en las que son buenos y disfrutan.
- Ser incluidos por los demás.
- Se sienten comprendidos y aceptados.
- Reciben un premio o una buena nota que saben que se han ganado.
- Cuando los niños tienen autoestima, se sienten seguros, capaces y aceptados por lo que son.
- Cómo pueden los padres fomentar la autoestima.
Cada niño es diferente. La autoestima puede ser más fácil para algunos niños que para otros. Y algunos niños se enfrentan a cosas que pueden reducir su autoestima. Pero incluso si la autoestima de un niño es baja, se puede aumentar.
Cosas que los padres pueden hacer para dar buena autoestima a sus hijos
Ayude a su hijo a aprender a hacer cosas
A cualquier edad, los niños tienen que aprender cosas nuevas. Incluso cuando son bebés, aprender a sostener una taza o dar los primeros pasos les produce una sensación de dominio y placer. A medida que su hijo crece, cosas como aprender a vestirse, leer o montar en bicicleta son oportunidades para que crezca su autoestima.
Cuando enseñes a los niños a hacer cosas, enséñales y ayúdales al principio.
Luego, deja que hagan lo que puedan, aunque se equivoquen. Asegúrate de que tu hijo tenga la oportunidad de aprender, probar y sentirse orgulloso. No hagas que los nuevos retos sean demasiado fáciles, ni demasiado difíciles.
Elogie a su hijo, pero hágalo con prudencia
Por supuesto, es bueno elogiar a los niños. Tus elogios son una forma de demostrar que estás orgulloso. Pero algunas formas de elogiar a los niños pueden ser contraproducentes.
He aquí cómo hacerlo bien:
No elogies en exceso
Los elogios que no se sienten ganados no suenan bien. Por ejemplo, decirle a un niño que ha jugado un gran partido cuando sabe que no lo ha hecho, se siente vacío y falso. Es mejor decir: “Sé que no ha sido tu mejor partido, pero todos tenemos días malos. Estoy orgulloso de ti por no rendirte”. Añade un voto de confianza: “Mañana volverás a jugar”.
Elogie el esfuerzo
Evite centrar los elogios sólo en los resultados (como sacar un sobresaliente) o en cualidades fijas (como ser inteligente o deportista).
En su lugar, ofrezca la mayor parte de sus elogios por el esfuerzo, el progreso y la actitud. Por ejemplo: “Te estás esforzando en ese proyecto”, “Cada vez se te dan mejor estos exámenes de ortografía” o “Estoy orgulloso de que practiques el piano, te has pegado de verdad”. Con este tipo de elogios, los niños se esfuerzan, se esfuerzan por alcanzar sus objetivos y se esfuerzan. Cuando los niños hacen eso, es más probable que tengan éxito.
Sé un buen modelo de conducta
Cuando te esfuerzas en las tareas cotidianas (como barrer las hojas, hacer la comida, limpiar los platos o lavar el coche), estás dando un buen ejemplo. Tu hijo aprenderá a esforzarse para hacer los deberes, limpiar los juguetes o hacer la cama.
Modelar la actitud correcta también cuenta
Cuando haces las tareas con alegría (o al menos sin refunfuñar o quejarte), enseñas a tu hijo a hacer lo mismo. Cuando evitas las prisas en las tareas y te enorgulleces del trabajo bien hecho, enseñas a tu hijo a hacer lo mismo.
Prohibir las críticas duras
Los mensajes que los niños escuchan de los demás sobre ellos mismos se trasladan fácilmente a lo que sienten sobre ellos mismos. Las palabras duras (“¡Qué vago eres!”) son perjudiciales, no motivadoras. Cuando los niños escuchan mensajes negativos sobre sí mismos, su autoestima se ve afectada. Corrige a los niños con paciencia. Concéntrese en lo que quiere que hagan la próxima vez. Cuando sea necesario, enséñales cómo hacerlo.
Céntrese en los puntos fuertes de sus hijos
Preste atención a lo que su hijo hace bien y disfruta. Asegúrate de que tu hijo tenga oportunidades de desarrollar esos puntos fuertes. Céntrese más en los puntos fuertes que en los débiles si quiere ayudar a los niños a sentirse bien con ellos mismos. Esto también mejora el comportamiento.
Deja que los niños ayuden y den
La autoestima aumenta cuando los niños ven que lo que hacen es importante para los demás. Los niños pueden ayudar en casa, hacer un proyecto de servicio en la escuela o hacer un favor a un hermano. Los actos de ayuda y amabilidad fomentan la autoestima y otros buenos sentimientos.
El programa incluye 12 módulos previamente grabados en videos y manual de trabajo donde tu hijo aprenderá a:
– Manejar sus emociones de forma asertiva.
– La importancia de comprometerse con sus estudios.
– A Reconocer que personas son positivas en su vida y cuales no.
– Mejorar su autoestima a partir de reconocerse como una persona valiosa y que se respeta.
– Aprenderá a poner límites y decir NO.
– Como cuidar su salud y evitar sustancias y personas toxicas.
– Reconocerá sus talentos para ir encontrando su vocación y misión de vida.
– La importancia del agradecimiento, empatía, resiliencia, paciencia entre otros temas más.
También incluye una guía para padres donde te enseñare como tener una mejor convivencia y comunicación con él.
Errores de crianza que afectan a la autoestima de su hijo
La autoestima, a veces denominada respeto por uno mismo, es la valoración subjetiva y a menudo emocional que hace una persona de su propia valía. La autoestima es lo que nos da el valor para intentar cosas nuevas y creer en nosotros mismos mientras lo hacemos.
Al ayudar a los niños a desarrollar una autoestima sana, puedes asegurarte de que tengan una fuerte capacidad de afrontamiento, que es un rasgo que les ayudará a lo largo de su vida. Como padres, a veces cometemos errores, lo cual está perfectamente bien, a no ser que esos errores afecten negativamente a la autoestima del niño.
Para evitarlos, primero hay que saber cuáles son y tener cuidado cuando se vaya a disciplinarlos.
Criticarlos
Cuando criticamos a nuestros hijos, es fácil caer en lo personal sin querer.
Comentarios como decir que estás decepcionado con ellos afectan negativamente a su autoestima, a su estado de ánimo y a sus ganas de probar cosas nuevas. Relacionan sus éxitos y fracasos con su carácter.
Cuando tu hijo cometa errores, céntrate en la acción y no en el niño.
Elogiarles demasiado
Aunque los elogios fomentan la autoestima y la confianza, también es importante saber cuándo utilizar esta herramienta de retroalimentación positiva.
Elogie las acciones concretas de los niños, su esfuerzo y las habilidades que han utilizado para alcanzar los objetivos, en lugar de sus rasgos personales. Esto les ayudará a saber que su esfuerzo es importante.
Controlar su vida
En lugar de coordinar todas las acciones de tu hijo, puedes dirigirlo sólo hasta que adquiera ciertas habilidades.
Dale espacio para que explore y descubra cosas de forma independiente. A medida que crezcan, podrás hablar con ellos sobre cómo tomar buenas decisiones sin que parezca que les impones tus propias ambiciones. Sigue sus intereses y apóyalos cuando prueben nuevas actividades y habilidades.
Hacer todo por ellos
Aunque tú puedes hacer la mayoría de las cosas con más rapidez y eficacia que los niños pequeños, dejar que hagan algunas cosas por sí mismos fomenta su independencia y su sentido de la eficacia.
Cuando tus hijos puedan realizar una tarea como vestirse o fregar los platos por sí solos, se sentirán más capaces y suficientes. Serán capaces de resolver problemas, pensar por sí mismos, probar opciones alternativas y aprender a enfrentarse a los contratiempos.
Buscar la perfección
Poner un nivel de exigencia demasiado alto a tus hijos puede tener los efectos contrarios a los deseados, ya que los niños pueden volverse ansiosos y temerosos de decepcionarte.
Deja que tu hijo aprenda de los errores y enséñale que equivocarse no es lo mismo que fracasar. Estas situaciones pueden ser experiencias de aprendizaje sobre lo que no hay que hacer. Estos errores también traen consigo nuevas oportunidades para probar un enfoque diferente.
Descuidar la comunicación
Una comunicación sana crea un ambiente familiar positivo y refuerza los vínculos emocionales. Las formas y los momentos en que te comunicas con tus hijos tienen efectos considerables en su nivel de autoestima.
Aunque tengas una larga lista de tareas, haz que la comunicación sana con tus hijos sea una prioridad. Reconoce los sentimientos de tus hijos, muestra tu interés por lo que hacen y hazles preguntas para comprender mejor sus opiniones.
Escuchar activamente lo que dicen y dejar que expresen todo su pensamiento antes de responder ayuda a tus hijos a darse cuenta de que se les valora y de que sus deseos, necesidades y opiniones te importan.
Compararlos con otros
Uno de los peores errores que puede cometer un padre es comparar a su hijo con otro.
No importa si la comparación es con un hermano o incluso con usted mismo cuando tenía la edad de su hijo, su niño percibe esas comparaciones como si usted dijera que no es lo suficientemente bueno. No hay dos personas exactamente iguales y las comparaciones no son buenas.
Expresar su propia falta de autoestima
Para fomentar un fuerte sentido de la autoestima en tus hijos, tienes que demostrarlo también en ti mismo.
Los niños asimilan cada una de tus palabras y acciones. Habla en términos positivos sobre ti mismo, en lugar de ser autodespectivo. Modele comportamientos que muestren compasión, amabilidad y confianza en sí mismo. Enseña a tus hijos cómo pensar y actuar en tiempos difíciles modelando una actitud de poder hacer.
Al ver este fuerte sentido de sí mismo en usted a una edad temprana, sus hijos probablemente ganarán su propia confianza en sí mismos, y la mantendrán durante toda su vida.
Fomentar la autoestima de tus hijos significa ayudarles a darse cuenta de que son personas competentes y capaces. Para ello, puedes crear oportunidades para que se arriesguen y experimenten sus propios éxitos.
Puedes apoyarles cuando cometan errores, en lugar de criticarles o intervenir para resolver el problema. Deja que descubran un nuevo enfoque del éxito. Esto ayuda a tus hijos a saber que te preocupas por ellos y los valoras por lo que son y por el esfuerzo que ponen en sus actividades, no sólo por lo que consiguen.