Si alguna vez has sentido emociones en el trabajo, enhorabuena, ¡eres humano! Reconozca que las emociones en el trabajo son válidas y normales, tanto si se refieren a algo en el trabajo como en casa. Aunque hay un momento y un lugar para expresar estas emociones en el trabajo, serías un robot si nunca sintieras nada por el trabajo.
Es probable que te importe mucho tu trabajo y hacerlo bien, y decepcionarte a ti mismo o a los demás puede provocar sentimientos. No sólo eso, sino que pasamos más de un tercio de nuestras horas de vigilia en el trabajo. Así que no es de extrañar que nuestro trabajo afecte a nuestra salud mental, o que las emociones sobre cosas que suceden fuera del trabajo puedan surgir durante las horas de trabajo.
Las emociones más comunes en el trabajo
Para crear culturas emocionales impresionantes, las organizaciones deben comprender qué emociones prevalecen en el lugar de trabajo y cómo afectan a los empleados.
Éstas son las emociones positivas y negativas más comunes en el trabajo:
- Cómodo.
- Satisfecho.
- Entusiasmado.
- Frustrado.
- Estresado.
- Ansioso.
Emociones positivas en el trabajo
Las emociones positivas no se limitan únicamente a sentimientos optimistas y esperanzadores. Algunos ejemplos de emociones positivas pueden ser la calma, la comodidad, la energía, el entusiasmo, la excitación, la felicidad, la alegría, la paz, la relajación y la satisfacción.
Según nuestro estudio, las tres principales emociones positivas que sienten los empleados en el trabajo son:
- Confortables (47,8%).
- Satisfechos (37,1%).
- Entusiasmados (36,6%).
Emociones negativas en el trabajo
En el trabajo pueden surgir muchas emociones negativas. Algunos ejemplos de emociones negativas son: fastidio, ansiedad, aburrimiento, desinterés, insatisfacción, frustración, melancolía, desdicha, tristeza, estrés, cansancio, incomodidad, infelicidad, disgusto y preocupación.
Éstas son las tres principales emociones negativas que los empleados sienten en el trabajo:
- Frustrados (56,2%).
- Estresados (45,1%).
- Ansiosos (30,4%).
Emociones morales negativas en el trabajo
Las emociones básicas, como la felicidad y la tristeza, son bastante sencillas y fáciles de entender. Pero muchas de las emociones que experimentamos en el trabajo son mucho más complejas, especialmente las emociones morales.
La moral son los principios que diferencian entre el buen y el mal comportamiento, y varían de una persona a otra. Las emociones influidas por nuestra moral se denominan emociones morales. Incluyen emociones como la culpa, el arrepentimiento y la vergüenza, y tienen mucho más peso que nuestras emociones primarias.
Si tenemos en cuenta el rango medio y el porcentaje de los 3 primeros, los empleados creen que las emociones morales más negativas son:
- Humillación.
- Asco.
- Resentimiento.
Cómo difieren las emociones en la organización
Hay muchas cosas que pueden contribuir a las emociones negativas y positivas en el trabajo. Son muchos los factores que intervienen en nuestra vida personal y profesional, pero ¿qué ocurre con aspectos como la permanencia y el nivel del puesto?
- Los colaboradores individuales pueden sentirse frustrados por la falta de apoyo o satisfechos cuando reciben un ascenso.
- Los directivos pueden sentirse estresados por tener que realizar muchas reuniones individuales o satisfechos con los progresos de su equipo.
- Los líderes pueden sentirse ansiosos por las previsiones de su empresa o entusiasmados por empezar el año con un nuevo enfoque.
Todos somos capaces de sentir emociones diversas en el trabajo. Sin embargo, nuestra investigación descubrió algunas diferencias entre los colaboradores individuales y los directivos.
Los directivos son más propensos a sentirse enérgicos, entusiastas y felices, pero es probable que se sientan cómodos con menos frecuencia.
Los directivos son más propensos a sentirse estresados y molestos, pero los gerentes se sienten incómodos con menos frecuencia.
Hay muchos factores que contribuyen a nuestras emociones. Es posible que los directivos tiendan a sentir emociones positivas con más frecuencia debido a su papel de entrenadores. Al mismo tiempo, los directivos suelen tener más responsabilidades y encontrarse con más obstáculos que los colaboradores individuales. Esto podría explicar una mayor frecuencia de estrés.
La relación entre las emociones y el compromiso de los empleados
Para algunos, las emociones pueden pasar factura a nuestro día. Algunos pueden desvincularse de su trabajo y otros pueden faltar al trabajo por completo. Nuestra investigación muestra algunas conexiones claras entre la cultura emocional y los niveles de compromiso. El compromiso influye en una amplia variedad de resultados empresariales importantes, lo que constituye un argumento sólido para abordar las emociones en el trabajo.
Enterrar las emociones perjudica el compromiso, pero también lo hace estar en un entorno tóxico. Cuando las personas que le rodean expresan con frecuencia y abiertamente emociones negativas, esto puede tener un efecto perjudicial en el compromiso de los empleados.
El compromiso de los empleados y emociones negativas
Experimentar emociones negativas expresadas por otros puede disminuir los sentimientos de conexión. A medida que disminuye el compromiso de los empleados, éstos pueden volverse más sensibles a las emociones negativas.
Para ayudar a disminuir la expresión de emociones negativas en el trabajo, es necesario comprender qué ocurrió antes de que esas emociones se desbordaran. Cada tipo de emoción es única y requiere un enfoque único para manejarla.
El deber de los empleados y los resultados emocionales
En teoría, los empleados muy comprometidos tienen una mentalidad más abierta en lo que respecta a los posibles resultados de las emociones negativas. Sin embargo, son más cerrados cuando se trata de los resultados potenciales de las emociones positivas.
Por un lado, el compromiso es un filtro de negatividad. Al mismo tiempo, fomenta el sesgo positivo. En resumen, los empleados muy comprometidos son más positivos que los menos comprometidos.
Pero también es posible que a los empleados poco comprometidos les cueste más afrontar las emociones de forma saludable. Considere la posibilidad de evolucionar su enfoque hacia los empleados desvinculados viéndolos a través de la lente de la reconexión. Ayúdeles a reforzar sus mecanismos de afrontamiento del estrés en el trabajo.
En este curso encontrarás el conocimiento y las herramientas fundamentales para comenzar a reconocer las emociones básicas en ti y en los demás. Te ayudará a gestionar la energía vital de tu ser para poder afrontar de mejor manera los desafíos que implica pasar por momentos desafiantes en donde las emociones están involucradas. Aprenderás a identificar tus propios recursos para comenzar a alcanzar las metas que no has podido lograr, muchas veces por miedo, por tristeza.
Como lidiar con las emociones en el empleo
He aquí cómo afrontar cuando las emociones en el trabajo aparecen inevitablemente.
Reconócelas
Escucha a tu cuerpo. A menudo, sentimos nuestras emociones en el cuerpo antes de poder identificarlas. ¿Tiene la cara roja o el corazón acelerado? Puede que esté más ansioso de lo que cree.
Si puede, intente no tomar ninguna decisión cuando se sienta alterado o agitado. Las investigaciones demuestran que nuestra capacidad para tomar decisiones se ve comprometida cuando nos sentimos ansiosos.
Conozca la cultura de la empresa
La cultura de cada empresa es diferente, y algunas pueden ser más vulnerables emocionalmente que otras. Incluso si trabajas en una empresa en la que se habla más abiertamente de las emociones, es aconsejable que pongas límites; es probable que tu director general no necesite oír hablar de tu ruptura.
Encuentre una persona segura
En un mundo ideal, estaría bien compartir cómo te sientes con un compañero de trabajo. Sin embargo, sabemos que no siempre es el caso de todos los compañeros de trabajo. Encuentra un aliado de confianza en el trabajo con el que puedas desahogarte cuando las cosas se pongan difíciles.
Dé ejemplo de apertura emocional
Si diriges a otras personas o estás en una posición de liderazgo, puedes marcar la pauta para crear un entorno de apoyo en el que tus compañeros se sientan cómodos compartiendo sus pensamientos.
Acepta tus emociones
Pero puede que tus emociones no sean algo malo. Pueden ser tu superpoder en el trabajo, sobre todo si estás en un puesto de cara al cliente. Estar en contacto con tus emociones puede ayudarte a establecer relaciones y alianzas más sólidas con los demás.
Acepta que no puedes elegir a tus compañeros de trabajo
Normalmente no podemos elegir con quién trabajamos. Es inevitable que en un lugar de trabajo haya muchas personalidades y estilos de trabajo diferentes, y no todos congeniarán.
No pasa nada, no tienes por qué ser el mejor amigo de tus compañeros, sólo tienes que hacer el trabajo. También sabemos que a veces son precisamente esos compañeros los que hacen que afloren tus emociones en el trabajo.
Ten curiosidad por si hay algo que puedas aprender de trabajar con ellos, aunque sólo sea el tipo de personalidad con la que no te gusta trabajar.
Establezca límites
También está muy bien pasar tiempo con tus compañeros de trabajo socialmente, pero cuanto más salgas con ellos, más enredadas estarán tus emociones y el trabajo. Esto puede dificultar aún más las transiciones laborales y las conversaciones sobre compensaciones.
En la otra cara de la moneda, haz todo lo posible por mantener tu vida familiar en casa: tu reunión matutina no es el lugar adecuado para sacar a relucir tu pelea con tu pareja. Los límites son tus amigos.
Prepara tu caja de herramientas
A veces es inevitable sentir muchas emociones en el trabajo. Llegados a este punto, es importante que dispongas de un kit de herramientas de salud mental con las cosas que puedes hacer cuando te sientas así.
Puede que esto implique escribir rápidamente una nota en tu diario o una nota para ti mismo en tu escritorio, tomarte un minuto para respirar profundamente o incluso abandonar una reunión para tomar el aire si no ves otra opción que no sea que tus emociones se apoderen de ti.
Autocuidado
Muchas cosas que pueden causar grandes emociones en el trabajo son síntomas de problemas mayores a nivel social o dentro de tu empresa y no son culpa tuya.
El autocuidado ciertamente no es la respuesta a problemas sistémicos mayores, pero algunas de las siguientes sugerencias pueden al menos ayudarte a gestionar lo que puedes controlar ahora mismo para tu propia tranquilidad.
Utiliza tus días de vacaciones
Tus días de vacaciones forman parte de tu remuneración. Usted no devolvería parte de su sueldo, así que ¿por qué no utilizaría estos días pagados? Aunque actualmente no pueda tomarse vacaciones, incluso una estancia puede ayudarle a cargar las pilas para no ser una mecha encendida a punto de explotar.
Además, podría salvarte literalmente la vida: un estudio de la Organización Mundial de la Salud2 reveló que trabajar más horas aumenta el riesgo de sufrir infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares.
Duerme bien
Todo resulta más difícil cuando estamos cansados, y gestionar nuestras emociones no es diferente. La cantidad y la calidad del sueño afectan a nuestra capacidad de regulación emocional.3 Sin embargo, se trata de una relación cíclica y nuestras emociones también pueden influir en la calidad y la duración del sueño.
Aléjese para comer
Si puede -aunque sólo sean unos minutos- aléjese del trabajo para comer. Aproveche el tiempo para comer con atención en lugar de engullir el almuerzo en su mesa mientras realiza varias tareas a la vez.
Recuerda que tu cerebro necesita este alimento para aguantar el resto del día. Además, las personas que comen más despacio se sienten más satisfechas con sus comidas.
Conozca sus límites
Esto se aplica tanto a las personas con las que puedes trabajar en un proyecto como a la cantidad de trabajo que asumes. Si sabes que cierta persona que te saca de quicio va a estar en un proyecto al que puedes decir “no”, puede que valga la pena que estés tranquilo. Ningún trabajo vale tu salud.
Busca ayuda profesional
Si siente que sus emociones en el trabajo son demasiado fuertes -o interfieren con su trabajo-, puede ser útil hablar con un profesional de la salud mental que le ayude a manejar estas emociones y a descartar cualquier problema de salud mental que pueda estar contribuyendo a que se sienta así.
Si aún no acude a un terapeuta, compruebe si su empresa dispone de un programa de asistencia al empleado (EAP). Estos programas son confidenciales y pueden ofrecerte tanto asesoramiento a corto plazo como ayudarte a encontrar un terapeuta externo una vez que hayan hecho una evaluación contigo y sepan lo que buscas.
Cómo gestionar las emociones de los empleados: 4 consejos para directivos
Por muy bien que uno maneje sus propias emociones, no puede controlar las de los demás. Pero es importante aprender a reconocerlas y responder adecuadamente. Los problemas no resueltos pueden reducir la productividad, dañar las relaciones y disminuir el compromiso.
Sigue estos consejos para lidiar con las emociones de tus empleados y empieza a construir una cultura emocional más fuerte en el trabajo:
Permita los errores
Nadie es perfecto, así de simple. Los errores son inevitables y, aunque no hay que aceptarlos sin más, tampoco son motivo de reprimenda. Reprender o castigar a los empleados puede provocar humillación y hostilidad.
Corregir o excusar con calma los errores poco frecuentes es una excelente forma de generar confianza. De hecho, ayudar a reducir las emociones negativas con transparencia, comunicación abierta y autenticidad dará lugar a mejores relaciones con sus empleados. Pero si los errores siguen acumulándose, debe programar un tiempo con sus empleados para crear un plan de mejora del rendimiento. Este plan ayudará a asegurarse de que ambas partes están en la misma página y establecer expectativas claras para el éxito.
Construya una cultura de confianza
Compartir emociones, especialmente las incómodas, es una forma de mostrar vulnerabilidad. Pero no podemos ser vulnerables si no confiamos en las personas con las que compartimos nuestras historias. Todos los miembros de la organización deben sentirse cómodos siendo ellos mismos y expresando sus emociones.
No basta con hacer saber a los empleados que pueden compartir sus sentimientos, también hay que estar dispuesto a dar ejemplo. Cuando los empleados sean testigos de una cultura de honestidad y compasión, serán capaces de comprender y adaptarse a las emociones de los demás.
Estar presente
Cuando los directivos y líderes no están disponibles, los empleados pueden sentirse ansiosos e infravalorados. Dedique tiempo a conectar con su equipo para infundir confianza en sus empleados, su trabajo y su rendimiento. Permitir que los miembros de su equipo se mantengan conectados de esta manera ayuda a construir relaciones positivas.
Reserve un tiempo ininterrumpido para cada empleado al menos una vez al mes. Y si está realmente comprometido con la causa, le recomendamos que se reúna una vez a la semana, aunque sea para una revisión rápida. Estas reuniones ofrecen a los empleados la oportunidad de hacer preguntas, proporcionar información actualizada, plantear inquietudes y dar su opinión. Son momentos perfectos para celebrar los éxitos y aumentar las emociones positivas en el lugar de trabajo.
Escuche más que hable
La mayoría de las veces, los empleados que experimentan emociones negativas no están buscando soluciones. Quieren expresarse y liberar sus emociones reprimidas. Escuchar a sus empleados les permite desahogarse y les hace sentirse atendidos y escuchados. Además, le convierte en una persona de confianza.
Cuando trate con las emociones de otra persona, esfuércese por comprender lo que siente y por qué. Pregúntele cómo se siente y si está bien. Si no quiere hablar o dice que todo va bien, respeta sus deseos y no le presiones más. Si quiere hablar, busca un lugar tranquilo y escucha.