Algunas personas pueden entablar conversación con cualquiera, incluso con completos desconocidos. Pero a muchas otras les resulta difícil hablar con un desconocido. Esto puede resultar especialmente estresante si padece un trastorno de ansiedad social (TAS). Pero, aunque le resulte difícil entablar conversaciones triviales, es posible mejorar sus habilidades conversacionales y sentirse más cómodo hablando con extraños. Para ello, lo mejor es practicar.

Tu objetivo inicial es hacer una declaración introductoria, que no tiene por qué ser compleja. El objetivo de ese primer comentario es abrir la puerta y darte la oportunidad de decir algo más cuando la persona responda.

¿Por qué hablar con desconocidos?

No hables con desconocidos. Esta fue una de las reglas más importantes durante mi infancia.

Mi madre no se cansaba de recordarme que desconfiara de la gente que no conocía.

De niños nos enseñaban que los desconocidos son mala gente y que no debemos hablar con ellos bajo ninguna circunstancia.

Nuestros padres tenían una buena razón para enseñarnos a no fiarnos de los extraños.

Hay gente mala y peligrosa, y de niños no sabíamos discernir muy bien las intenciones de las personas con las que nos relacionábamos.

Al decirnos que no habláramos con extraños, nuestros padres intentaban protegernos.

A medida que nos hacemos adultos, aprendemos a diferenciar a las personas con buenas intenciones de las que tienen malas intenciones.

Aprendemos que la mayoría de las personas de la sociedad no son sociópatas, que la mayoría de la gente es bastante amable.

De adulto, no tiene mucho sentido evitar hablar con extraños, porque no hay mucho que temer.

Puedes saber fácilmente si una persona tiene intenciones maliciosas y evitarla.

En todo caso, hablar con extraños es bueno.

Nos ayuda a ampliar nuestra red de contactos y a entablar relaciones con otras personas.

Por desgracia, a pesar de haber aprendido a distinguir a las buenas personas de las que quieren hacernos daño, el miedo a hablar con extraños que nos inculcaron durante la infancia sigue presente.

Por eso muchos de nosotros nos sentimos incómodos al hablar con alguien que no conocemos.

La idea de acercarnos a un desconocido e iniciar una conversación nos pone nerviosos.

Por eso nos encerramos en nuestro pequeño mundo, en nuestro círculo de amigos, y perdemos la oportunidad de conocer a gente nueva y emocionante.

De adulto, conocer gente nueva puede hacerte más bien que mal.

A continuación, te damos las razones por las que deberías empezar a hablar con desconocidos.

Es una oportunidad para hacer nuevos amigos

Los amigos son muy importantes. Los amigos evitan que nos sintamos solos, nos animan a perseguir nuestros sueños, nos enseñan cosas nuevas, nos ayudan a tomar mejores decisiones en la vida, nos ayudan a lidiar con el estrés y nos proporcionan apoyo cuando lo necesitamos.

Varios estudios han demostrado incluso que tener muchas amistades fuertes es bueno para la salud física y mental.

Pero la cuestión es que no nacemos juntos con nuestros amigos. Si piensas en todos tus amigos íntimos de hoy, todos fueron desconocidos en algún momento de su vida.

Por eso, si quieres hacer más amigos, tienes que estar dispuesto a hablar con desconocidos, que con suerte se convertirán en buenos amigos.

Todos los desconocidos que ves a tu alrededor a diario te brindan la oportunidad de hacer un nuevo amigo.

Ese chico con el que te cruzas en el gimnasio un par de veces por semana podría ser un compañero de entrenamiento.

¿La señora de la oficina de al lado?

Quizá le guste la salsa tanto como a ti y le encantaría que alguien la acompañara a clases de baile.

Por desgracia, nunca lo sabrás si no hablas con ellos.

Si mantienes la boca cerrada, te estás privando de la oportunidad de conocer a una persona apasionante y hacer un nuevo amigo.

Por eso, la próxima vez que te topes con ese desconocido al que ves casi todos los días, acércate a él y entabla conversación.

Los desconocidos pueden hacer nuevos amigos

Aunque los desconocidos te brindan la oportunidad de hacer nuevos amigos, es evidente que no congeniarás con todas las personas con las que hables.

Sin embargo, no sabes a dónde puede llevarte la conversación.

Incluso si no llegas a conectar con esa persona, puede que te presente a otra que acabe convirtiéndose en un buen amigo.

Por ejemplo, supongamos que, tras entablar conversación con la vecina de la oficina de al lado, descubres que no tenéis mucho en común.

Sin embargo, mientras habláis de vuestros gustos e intereses, ella menciona que tiene una amiga a la que le apasionan las mismas cosas que a ti.

Puede presentarte a su amiga, que puede acabar convirtiéndose en una gran amiga.

Otra posibilidad es que la señora te invite a una fiesta y acabes conociendo a más gente nueva y haciéndote amigo de algunos de ellos.

Conocer a una pareja potencial

Hablar con desconocidos también te brinda la oportunidad de conocer al amor de tu vida.

Piense en su pareja actual o en alguien con quien haya salido antes.

Para la mayoría de ustedes, esa persona fue un desconocido que luego se convirtió en su amante. Yo soy la prueba viviente de ello.

Una vez fui a un restaurante y, como estaba lleno, tuve que compartir mesa con una chica muy guapa.

La saludé y nos pusimos a charlar mientras esperábamos la comida.

La conversación continuó mientras comíamos y, cuando terminamos, intercambiamos nuestros números de teléfono.

Esto dio lugar a más conversaciones y más comidas juntos.

Finalmente, la desconocida con la que decidí hablar en el restaurante acabó convirtiéndose en mi maravillosa esposa.

Como en mi caso, hablar con desconocidos te brinda la oportunidad de conocer a una pareja potencial.

Ese hombre o mujer que se sienta a tu lado en el tren o que hace cola contigo en el supermercado podría ser tu alma gemela.

Sin embargo, nunca lo sabrás si no hablas con ellos.

Lo mejor es que no hace falta que utilices frases cursis para ligar ni nada por el estilo.

Basta con ser amable, entablar una conversación informal y ver adónde nos lleva.

Obtener una nueva perspectiva

A veces, hablar con desconocidos no conduce a amistades o nuevas relaciones románticas. Existe la posibilidad de que no vuelvas a ver a algunas de esas personas.

Sin embargo, una conversación con ellos puede abrirte los ojos.

El desconocido puede cambiar tu perspectiva y darte una nueva forma de ver las cosas que nunca antes habías considerado.

Obtener una nueva perspectiva como hablar con un desconocido

Amplie su red de contactos profesionales

En tu vida profesional, tu red de contactos es muy importante.

Tu red te abre oportunidades de nuevos negocios y nuevos empleos, te ayuda a ascender en la escala corporativa, amplía tu red de apoyo, te hace más visible, te ayuda a aprender más sobre tu campo, etcétera.

Por eso, prácticamente todos los orientadores profesionales ensalzan la importancia del trabajo en red.

Y aquí está el truco: la creación de redes requiere que salgas y hables con desconocidos.

Los eventos de networking son básicamente plataformas para que desconocidos con intereses comunes se conozcan y hablen entre sí.

Si las únicas personas con las que hablas son tus familiares y amigos íntimos, olvídate de crear una red de contactos empresariales.

De hecho, muchas personas de éxito confiesan que las mayores oportunidades y oportunidades de su vida profesional surgieron al hablar con desconocidos.

Por lo tanto, en tu vida profesional, deberías acostumbrarte a hablar con desconocidos a diario.

A medida que estas personas pasan de ser extraños a conocidos y probablemente amigos, nunca se sabe cuál de ellos le brindará una oportunidad que le ayudará a avanzar en su carrera.

En este curso los participantes valorarán los efectos de la comunicación, diseñarán conversaciones y decidirán como actuar para expresar sus conocimientos, sentimientos, emociones, ideas y opiniones a través de saber sobre el lenguaje y cómo éste afecta sus relaciones, para que logren tener una comunicación asertiva en los diferentes dominios de su vida, así como las consecuencias en las acciones que se generan.

Afrontar los retos de la conversación

Carecer de ciertas habilidades sociales puede inhibir tu capacidad para entablar una conversación con los demás, sobre todo si te hace parecer antipático. Por ejemplo, las investigaciones demuestran que las personas con ansiedad social tienden a establecer menos contacto visual durante la conversación.

Trabajar para mantener el contacto visual cuando hablas con otras personas te ayudará a parecer más accesible y amable. De este modo, es más probable que la gente responda a tus intentos de entablar una conversación.

Si cree que no tiene las habilidades sociales y la experiencia necesarias para ser un buen conversador, los libros de autoayuda y el trabajo con un terapeuta pueden ayudarle a desarrollarlas.

Aunque es importante que no evites las conversaciones con desconocidos porque te produzcan ansiedad, tu seguridad también importa. Practica hablando con desconocidos en entornos públicos y seguros, donde no haya mucho en juego. Y si chateas con alguien por Internet, protege siempre tus datos personales.

Las estrategias para iniciar una conversación y sentirse más cómodo con los demás funcionarán mejor si eres capaz de trabajar y controlar tu ansiedad subyacente. Con tiempo, práctica y el tratamiento adecuado, puedes ganar confianza y mejorar tus habilidades de conversación. Si padeces ansiedad social, puede que el tratamiento con terapia cognitivo-conductual o medicación te ayude a sentirte más a gusto en entornos sociales.

Comente algo personal

Verás que todas las personas que conoces tienen algo único: una joya, una camisa inusual o incluso un tatuaje. Estas cosas cuentan una historia sobre la persona. Si te fijas en ellos y les haces un cumplido, puedes iniciar una conversación.

Por ejemplo, puedes iniciar una conversación diciendo:

  • “Vaya, qué colgante más bonito. ¿Qué tipo de piedra es?”.
  • “¡Qué bonita camisa! ¿Eres fan de Grateful Dead?”.
  • “¿Tienes un tatuaje de Yoda en el hombro?”.

Evite comentar aspectos íntimos de la apariencia de una persona, como preguntar: “¿Ese es tu verdadero color de pelo?” o “¡Vaya, debes hacer mucho ejercicio!”.

Después de recibir una respuesta, asegúrate de que tienes algo más que decir. Eso te dará una plataforma común sobre la que construir una conversación y, en última instancia, una relación con la persona que acabas de conocer, aunque la relación sólo dure unos minutos.

Ofrece una historia de seguimiento que revele un poco de información personal sobre ti. Por ejemplo, cuando la persona responda a tu pregunta inicial, puedes continuar con algo como:

  • “Vi un colgante así en un bazar de la India”.
  • “Mi padre era un auténtico Deadhead. Me llevó a verlos cuando era niño”.
  • “Me encantan los tatuajes. He estado pensando en hacerme uno, pero no sé muy bien cuál”. ¿Cómo te decidiste por Yoda?”.

Estas afirmaciones te ayudarán a conectar con la persona y a mantener la conversación en movimiento. Recuerda que el objetivo no es decir lo perfecto o quedar bien, sino seguir hablando.

Pregunte si ya se conocen

Este clásico para iniciar una conversación puede funcionar en las circunstancias adecuadas. Si le dices a alguien: “Me resultas muy familiar, ¿te conozco de algo?”, te resultará más fácil recabar y dar información y mantener una conversación.

Por ejemplo, si le preguntas a alguien a qué instituto fue y resulta que fuisteis al mismo, puedes continuar con un dato como: “Yo estaba en la banda de música. ¿Tocabas algún instrumento?

Si preguntas a alguien dónde trabaja y resulta que le has visto allí, te da la oportunidad de establecer una conexión: “¡Me encanta ese Starbucks!”.

Mientras la otra persona te da información sobre sí misma, no pasa nada por salirse por la tangente. Recuerda: el objetivo no es averiguar si os conocéis de antes, sino conocer a la otra persona.

Pregunte si ya se conocen como hablar con un desconocido

Rompe el hielo con humor

Otra forma estupenda de iniciar una conversación con la gente que te rodea es simplemente comentar lo que os rodea. Un poco de humor funciona muy bien en este caso.

Por ejemplo, si estás sentado en una sala de conferencias y te das cuenta de que tu profesor te resulta familiar, puedes decirle a la persona que está a tu lado: “¿No se parece un poco a Harry Potter?”.

Haz comentarios positivos, nunca malintencionados ni sentenciosos. Quieres que la otra persona se sienta cómoda participando contigo en la broma. Puedes continuar tu comentario anterior sobre el profesor con algo como: “Me pregunto dónde estará Hedwig”.

El humor es difícil con alguien que no conoces bien, lo que significa que utilizar este método para iniciar una conversación puede ser arriesgado. Sin embargo, si encuentras a alguien que comparta tu sentido del humor, puede ser el comienzo de una gran amistad.

Si no recibes una respuesta positiva de una persona, el método puede funcionar con otra. Cuanto más practiques, más fácil te resultará hablar con una persona que no conoces. Con el tiempo, adquirirás más confianza y no necesitarás recurrir a trucos para iniciar una conversación y mantenerla.

Mantén la conversación

Puede que participes menos en una conversación porque tu ansiedad te hace sentir demasiado incómodo y cohibido o porque no tienes experiencia entablando conversaciones. Pero un estudio del 2016 demostró que las personas con ansiedad social tienden a no contribuir por igual a las conversaciones. Como resultado, son menos queridas que los demás.

Por eso es importante mantener tu parte de la conversación una vez que la empiezas. Muchas personas pueden hacerlo con gente conocida, pero se sienten cohibidas con los desconocidos. Su ansiedad les frena y les impide ser ellos mismos.

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