Me gustaría presentarte a una amiga mía. Se llama Nancy.

Nancy es del tipo nervioso. Siempre está dudando y “quejándose”. A veces, es francamente molesta.

Para ser honesto, no es muy divertido estar con ella. Sin embargo, es una de mis personas. Literalmente no podría vivir sin ella.

La verdad es que Nancy es el nombre con el que he bautizado mi ansiedad. Nancy negativa, para ser exactos.

Puede que no sea original, pero es efectivo. Me explico.

Para muchos de nosotros, la ansiedad es simplemente una parte de la vida. Más que eso, es una respuesta de supervivencia programada, también conocida como respuesta de lucha, huida o congelación. Si, por ejemplo, nos persiguiera un tigre, querríamos que la ansiedad se activara para tener el sentido común de salir corriendo de allí.

Por otro lado, la ansiedad puede entorpecer la vida cotidiana.

En ausencia de tigres, esta antigua respuesta evolutiva puede desencadenarse por acontecimientos del mundo moderno que no son del tamaño de un tigre.

Cuando esto sucede, la respuesta de supervivencia, que antes era útil, puede convertirse en un impedimento para vivir la vida con facilidad y alegría.

Para mí, es de vital importancia diferenciar entre los pensamientos útiles y los pensamientos inútiles que pertenecen al cubo de la basura. Este proceso puede significar la diferencia entre estar sometido a nuestros pensamientos negativos inútiles y tener capacidad de acción frente a ellos.

Aquí es donde entra Nancy.

El mecanismo de la ansiedad

Cada vez que me encuentro en una situación en la que los pensamientos ansiosos empiezan a tomar el control, me recuerdo a mí mismo que todo está bien. Es sólo Nancy que viene de visita.

En lugar de identificarme con los pensamientos, este mecanismo tonto e imaginario me permite distanciarme del pensamiento ansioso e identificar el patrón que se desarrolla.

Entonces puedo ver la situación como lo que es: mi respuesta de supervivencia activa.

Además, personificar la ansiedad como una verruga de la preocupación muy nerviosa y bienintencionada me da la oportunidad de reírme de lo absurdo de mi amígdala excesivamente entusiasta, una parte del cerebro que se activa cuando se desencadenan emociones fuertes.

En lugar de quedarme atrapado en bucles de pensamientos negativos, puedo dar un paso atrás y reírme de la situación. En el mejor de los casos, esta interrupción puede incluso cortocircuitar la ansiedad por completo y dejarme riendo por la ironía de todo ello.

Charla con la ansiedad

Una conversación imaginaria con Nancy puede ser algo así

Situación: He cometido un error en una entrega importante en el trabajo.

Pensamiento ansioso: “Me van a despedir”.

Mi respuesta: “Hola Nance, ¡bienvenida! Veo que te has dado cuenta de que hoy me he equivocado en esa tarea. Te agradezco que hayas venido a verme. La cuestión es que, en realidad, ese error fue mucho más leve de lo que crees. Además, he hecho un gran trabajo últimamente, así que no te preocupes”.

Un pequeño diálogo como éste consigue varias cosas:

  • Me da distancia y perspectiva.
  • Involucra a mi mente hiperactiva en un juego constructivo y creativo en lugar de un patrón ansioso e ineficaz.
  • Me hace reír.
  • Me hace apreciar mi ansiedad.

Perspectiva

Al dar al pensamiento ansioso un papel que desempeñar, a menudo encuentro que la gravedad de la emoción ligada al pensamiento disminuye.

Esto me permite abordar la situación de forma más objetiva y elegir si creo que el pensamiento inicial está realmente basado en la realidad o es útil para mí en ese momento.

Perspectiva ansiedad

Compromiso creativo

Una cosa es cierta: La mente ansiosa puede ser increíblemente creativa. Puede idear escenarios que tienen poca relación con el aquí y el ahora.

Darle a mi cerebro ansioso una distracción divertida, como hacer el papel de Nancy, es una forma de separarme de mis pensamientos ansiosos, en lugar de quedarme atascada en ellos.

Humor

Para mí, una de las mejores maneras de volver a un estado de tranquilidad es hacer que los sentimientos de ansiedad no sean tan graves. Convierte una situación estresante en algo lúdico, quitando la sensación de pesadez.

Con esto no pretendo restar importancia a la experiencia de la ansiedad, que puedo dar fe de que no es en absoluto divertida. Es simplemente una forma de invitarme a salir del estrés y a entrar en un estado de despreocupación.

Creo en el viejo tópico de que la risa es la mejor medicina. Hay investigaciones que indican que la risa puede reducir la presión arterial sistólica, disminuir el ritmo cardíaco y reducir las hormonas del estrés.

Un estudio del 2018 señaló que la risa puede activar el sistema nervioso parasimpático, responsable de la respuesta de descanso y digestión. El mismo estudio demostró que el simple hecho de escuchar la risa puede tener un efecto relajante.

Gratitud

Charlar con Nancy como si fuera una amiga bien intencionada, pero ligeramente excitable, me ayuda a reorientar la experiencia de la ansiedad.

Mi instinto inicial es huir de los pensamientos y las sensaciones aterradoras y desagradables que puede provocar la ansiedad. Por desgracia, alejar la ansiedad sólo alimenta el aspecto de “huida” de la respuesta al estrés, y a menudo la hace aún mayor.

Reconocer a Nancy por hacer su mejor esfuerzo para protegerme es un recordatorio de que, en muchos aspectos, mi mente está haciendo su trabajo. Simplemente está cuidando de mí.

Prueba ser creativo con la ansiedad

Si quieres poner a prueba esta técnica, los pasos son sencillos.

  • Ponerle nombre.
  • Inventa la identidad de tu alter ego de la ansiedad.

Sé creativo y diviértete con los nombres. A mí me gusta mucho la aliteración. No te saltes este paso, ya que nombrar los pensamientos ansiosos puede ayudarte a desidentificarte con ellos.

Crea una caricatura exagerada. Dales una serie de rasgos y características. Tal vez sea un agorero que siempre piensa que va a ocurrir lo peor. Tal vez sea un vecino molesto que aparece en momentos inoportunos. Cuanto más exagerado, mejor.

Prueba escritura ansiedad

Crea cubos de pensamiento

Decida preventivamente qué tipo de pensamientos pertenecen a su doppelgänger de la ansiedad y cuáles le pertenecen a usted. Cuanto menos se base en la realidad o más inútil sea el pensamiento, más podrá pasarlo a su compañero estresado.

Por ejemplo, si a menudo te sientes ansioso por temas de trabajo, un pensamiento como “Me van a despedir” puede pertenecer a tu alter ego de la ansiedad. Un pensamiento como “puedo intentar hacer un mejor trabajo la próxima vez” puede pertenecerte a ti.

Es mejor establecer estas categorías antes de estar en el calor de un momento de ansiedad, no durante. Una vez que tengas definidos tus cubos generales, los tendrás a mano cuando aparezca la ansiedad.

Consejo: Esta técnica también funciona para otras emociones difíciles de gestionar, como la ira, la impaciencia, el aburrimiento o el miedo.

Tu ansiedad no eres tú

Sobre todo, ponerle nombre a la ansiedad y darle una personalidad es un recordatorio de que no tienes que identificarte con ella. Aunque la ansiedad puede formar parte de la programación de tu sistema nervioso, no define quién eres.

Experimentar ansiedad no significa que no puedas ser aventurero, tonto, desenfadado o audaz.

La ansiedad es un sentimiento, y tú eres mucho más que eso.

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Controlar y superar la ansiedad es posible.

Expertos definen el estado de ansiedad como una reacción emocional de aprensión, tensión y preocupación como descarga del sistema nervioso. Con esta guía enfocada en dar solución a estos y muchos síntomas que provoca la ansiedad, aprenderás los mejores y prácticos consejos para afrontar este problema y no dejar que domine tu vida ni cambie tu forma de ser o de relacionarte con los demás.

Maneras en las que la ansiedad realmente funciona a su favor

Vivir con ansiedad puede ser agotador, frustrante y doloroso. Los frecuentes síntomas de ansiedad pueden robarle el sueño, la alegría y/o la confianza. Sin embargo, hay mucho que puede aprender y beneficiarse cuando se trata de entender la ansiedad. De hecho, la ansiedad le beneficia en algunos aspectos importantes. Identificar la ansiedad y explorar cómo te relacionas con ella puede ayudarte a descubrir algunos de tus puntos fuertes más significativos y habilidades útiles.

He aquí siete formas en que la ansiedad puede ser realmente algo bueno:

La ansiedad puede hacerte más inteligente

Una persona que tiende a ser ansiosa también puede ser naturalmente muy inteligente. Las personas ansiosas pueden ser increíblemente buenas investigadoras, pensadoras críticas y analizadoras. Además de tender naturalmente hacia un procesamiento intelectual de alto nivel, la ansiedad también puede enseñarte a ser más inteligente a medida que avanzas en el proceso de aprender más sobre ella. Comprender mejor tu ansiedad puede ayudarte a aprender a explorar opciones de forma consciente y a resolver problemas con calma. Esa habilidad mejora tanto tu inteligencia mental como emocional.

La ansiedad tiene su origen en tu necesidad de protegerte

El miedo está diseñado para mantenerte a salvo del peligro. La ansiedad es una adaptación de esa respuesta vital y fundamental del miedo. A veces la ansiedad te dirá que lo peor es cierto (quizás haciéndote creer que le caes mal a todo el mundo o que alguien está decidido a hacerte daño). Sin embargo, prestar atención a esa sensación de malestar puede ayudarte a mantenerte conectado con el sentido de la autoconservación.

Puedes pensar en la ansiedad como un amigo molesto con buenas intenciones. Esto puede ayudarte a aprender cuándo debes recuperar el control para evitar que la ansiedad dicte muchos de tus pensamientos y acciones. Puedes empezar a notar antes tu respuesta de ansiedad, lo que te permitirá tomar decisiones conscientes sobre si hay peligro y cómo cuidarte mejor.

La ansiedad te dirige a lo que necesita tu atención

Puede ser saludable distraerse temporalmente de la ansiedad para ganar perspectiva, pero si un pensamiento o una situación le causan ansiedad repetidamente, es probable que su mente y su cuerpo estén tratando de decirle que hay algo que necesita ser atendido. También puede darle una idea de lo que realmente le preocupa y quiere tomar medidas, aunque le resulte difícil hacerlo. La ansiedad puede hacerle ver que algo de una situación es demasiado importante como para ignorarlo. Un terapeuta puede ayudarte a aprender a prestar atención a una situación sin que tenga que ser una atención ansiosa.

La ansiedad te dirige a encontrar tus valores fundamentales más profundos

Notar lo que temes es una puerta de entrada para descubrir lo que realmente valoras. Sentimos una forma de ansiedad cuando vemos que alguien es acosado o perjudicado. Sentimos ansiedad cuando una persona dice algo que parece deshonesto. Esta respuesta no tiene por qué significar que estamos prediciendo el peor resultado posible; es un radar vital para mostrarnos lo que está bien y lo que está mal para nosotros. Eliminar por completo la ansiedad sería eliminar el discernimiento y la autoconciencia.

La ansiedad te dirige a encontrar tus valores fundamentales mas profundos

La ansiedad puede ayudarte a descubrir tu máximo potencial

Muchas personas que padecen algún tipo de ansiedad son superdotados crónicos. La ansiedad se utiliza a menudo como una herramienta que te ayuda a llevarte al límite de tus logros. El inconveniente es que a menudo lleva aparejados significados negativos, como no ser lo suficientemente bueno o no valorar el descanso. A menudo, las personas ansiosas con exceso de rendimiento tienen dificultades para decir que no, problemas para completar las tareas a su gusto o para saber a qué tareas dar prioridad, y problemas para confiar en los demás o trabajar con ellos.

Utilizar la ansiedad como medio para “motivarse” sólo puede funcionar hasta cierto punto. Si observas lo que logras incluso con la presión negativa de la ansiedad, imagina cuánto más podrías hacer si te sintieras centrado, tranquilo y realizado con las tareas que realizas. La ansiedad puede darte esa visión de lo que tu cuerpo y tu mente son capaces de lograr, incluso bajo una gran presión. Puedes lograr cosas con más concentración y plenitud si trabajas con un terapeuta para dejar de lado la negatividad que puede traer la ansiedad.

La ansiedad proporciona la energía necesaria para pasar a la acción

Para muchas personas, la ansiedad no inspira un exceso de logros, sino una percepción de incapacidad para pasar a la acción. ¿Alguna vez la ansiedad le hace sentirse paralizado, incapaz de avanzar? La buena noticia es que esta respuesta al estrés puede ser beneficiosa para ti.

La energía que alimenta los pensamientos y comportamientos ansiosos te está dando lo que necesitas para pasar a la acción y desatascarte. Si no actúas, la energía se embotella en tu interior y no puede ir más allá de los círculos. Una mente que gira en círculos o un cuerpo que se inquieta o entra en pánico está sofocando la energía de la ansiedad. Pasar a la acción puede canalizar y aliviar esa presión, y la respuesta al estrés puede ayudarte a tener la energía para hacerlo.

Especialmente para alguien que lucha con la depresión además de la ansiedad, entrenar el cuerpo y la mente para realizar pequeñas acciones utilizando esa energía puede proporcionar la curación con el tiempo, por ejemplo, utilizar esa energía para dar un paseo al aire libre o para iniciar una conversación (en lugar de reproducirla repetidamente en su mente).

La ansiedad puede enseñarte a encontrar el equilibrio en la vida, sea lo que sea que eso signifique para ti

Practicar la respuesta a la ansiedad de forma intencionada puede guiar un proceso de búsqueda de equilibrio en todos los aspectos de tu vida: trabajo y juego, tiempo social y tiempo personal, descanso y actividad, etc. La ansiedad da pistas sobre los lugares en los que tu mundo puede estar desequilibrado.

Tomar las riendas de tu relación con la ansiedad puede ser lo más gratificante que hagas por ti mismo. Puedes demostrarte a ti mismo de lo que eres capaz aprendiendo a responder conscientemente a tu ansiedad en lugar de permitir que te controle. Este proceso puede ayudarte a desarrollar una increíble capacidad de aceptación, confianza y liderazgo. Busca un terapeuta que te guíe y apoye en tus esfuerzos y logros.

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