En general, la gente se siente más atraída por quienes saben reírse de sí mismos y no se toman la vida demasiado en serio. Si le quitas importancia a tus rarezas, demostrarás que te sientes cómodo en tu propia piel y que juzgas menos los defectos de los demás. Como resultado, puede resultar más simpático y fortalecer las relaciones con los demás.

También es posible que burlarse de los propios errores sociales sea una forma eficaz de eliminar la incomodidad de las interacciones sociales.

Curiosamente, las investigaciones sugieren diferencias en la forma en que hombres y mujeres tienden a utilizar el humor. Los hombres son más propensos a hacer bromas a costa de los demás, mientras que las mujeres tienden a burlarse de sí mismas con más frecuencia.

Esta investigación también indica que tanto hombres como mujeres piensan que ser capaz de reírse de uno mismo es un rasgo atractivo en una pareja a largo plazo. Esto sugiere que ser capaz de hacer chistes autocríticos puede aumentar el atractivo general.

Este tipo de humor hace que los demás le vean como una persona modesta, humilde y simpática. Esto puede ser útil en determinados contextos, sobre todo cuando se establece una relación de camaradería con otras personas. Sin embargo, es importante asegurarse de no restar importancia a las propias habilidades y capacidades en situaciones en las que es importante que te tomen más en serio, como en entornos profesionales y académicos.

¿Qué es la conexión social?

La conexión social se refiere a nuestras relaciones con las personas de nuestra red.

Sin embargo, esto no refleja la calidad de nuestras relaciones. La conexión social se refiere en realidad a la conectividad: el grado en que nos relacionamos con personas importantes que nos apoyan en nuestras vidas, de forma que aumenta nuestro sentimiento de pertenencia y bienestar.

¿Por qué es importante la conexión social?

La necesidad de conectar con otros seres humanos está programada en nuestro ADN. Estamos programados para la conexión social. Desde la prehistoria, las personas han vivido juntas en grupos donde encontraban protección, ayuda, apoyo, identidad común y conocimientos compartidos.

A lo largo de la historia, las familias vivían bajo el mismo techo, donde los jóvenes cuidaban de los niños y los ancianos, incapaces de valerse por sí mismos.

Sin embargo, nuestro comportamiento gregario cambió con el desarrollo de los grandes centros urbanos, los frecuentes cambios de trabajo, la desintegración familiar o el distanciamiento físico, el progreso de la tecnología, los estilos de vida agitados y los intensos horarios y exigencias laborales.

Estamos más “conectados” que nunca (redes sociales, WhatsApp, Zoom), pero nos falta conectividad o sentido de pertenencia a un grupo o comunidad. Los estudios muestran que muchos adultos se sienten más aislados y solos que nunca. Lamentablemente, la soledad y el aislamiento pueden crear un ciclo de refuerzo que dificulta la conexión social significativa y el sentimiento de conexión. Esto afecta lenta pero constantemente a nuestro bienestar físico y mental. Los efectos negativos se manifiestan en nuestro rendimiento en el trabajo, en nuestra vida personal y en nuestra capacidad para sobrellevar las interrupciones, la incertidumbre y los contratiempos.

No son tanto las luchas con factores externos lo que deprime a las personas, sino la sensación de enfrentarse a las dificultades en solitario, en lugar de hacerlo juntos.

¿Cómo influye la conexión social en la salud física y mental?

La ciencia médica lleva años escribiendo sobre la importancia de las interacciones sociales como componente crítico para la salud, la felicidad y la longevidad.

El efecto de la conexión social en nuestras vidas es tan fuerte que cuando nos sentimos rechazados o sufrimos algún otro tipo de interacción social negativa, nuestro cerebro se siente “herido” del mismo modo que cuando sentimos dolor físico. El dolor social es más parecido al dolor físico de lo que pensamos.

Pensemos en la influencia de una baja conexión social en nuestra salud:

Enfermedades crónicas

Hay pruebas consistentes que relacionan la falta de conexión social con enfermedades cardiovasculares, trastornos inmunológicos, hipertensión, cáncer, suicidio y muerte prematura.

Factores de riesgo elevados

Las personas con contactos sociales débiles o escasos también son más propensas a sufrir altos niveles de estrés, inflamación y azúcar en sangre.

Factores de riesgo elevados impacto de las conexiones sociales

Salud mental

El aislamiento y la soledad también pueden afectar a la salud mental y el bienestar, mientras que el apoyo emocional que proporcionan las conexiones sociales puede aportar sentido y propósito a la vida.

Por el contrario, un alto grado de conexión social beneficia nuestra salud de muchas maneras. Las personas que se sienten conectadas con los demás tienden a experimentar un mejor funcionamiento físico, emocional y cognitivo.

Las investigaciones han demostrado que las personas perciben el mundo que les rodea de forma diferente cuando se sienten conectadas y apoyadas por los demás. El experto en felicidad Shawn Achor describe una investigación según la cual las personas consideran que una cuesta es un 30% más empinada si están solas que si tienen a alguien a su lado. Los retos no parecen tan desalentadores cuando sentimos el apoyo de la conexión social.

El curso está dirigido a toda persona mayor de 17 años, con o sin experiencia previa, que esté interesada en obtener nuevos conocimientos en psicología social, o actualizar los ya adquiridos previamente, sobre los distintos temas abordados en dicho curso para, finalmente, obtener su tan preciada certificación oficial que acredite los conocimientos para poder desarrollarse en el ámbito laboral deseado.

¿Cómo puedes mejorar tus conexiones sociales?

Viviendo en otro continente y a casi 11.000 kilómetros de mi familia directa, sé de primera mano lo importante que es cultivar la conexión con personas con las que puedo contar para escuchar, compartir o apoyar, o simplemente pasar tiempo o participar en actividades juntos.

Aunque las conexiones profundas con nuestros “confidentes” parecen ser las más beneficiosas, incluso las más casuales e informales pueden tener un efecto positivo en nuestro bienestar. Así pues, lo importante es empezar a crear conexiones.

Estrés

Se ha demostrado que la risa tiene una serie de beneficios para combatir el estrés, como la reducción de las hormonas del estrés, la relajación del cuerpo y la mejora de la función inmunitaria.

Ser capaz de reírse de las cosas también puede aliviar el estrés al cambiar de perspectiva. Cuando uno ve las situaciones como amenazas, los niveles de estrés aumentan. Cambiar a una mentalidad que le permita ver estas situaciones como retos puede transformar esto en lo que se conoce como eustrés, un “estrés bueno” que le ayuda a sentirse más capacitado y resistente.

Cuando tomas algo que tiene el potencial de amenazar tu autoestima y le encuentras el sentido del humor, aunque signifique reírte de ti mismo, se vuelve menos amenazador.

Cuando puedes reírte de ti mismo y de tus errores, puedes afrontar las situaciones difíciles de forma más positiva e incluso mejorar tu salud en general.

Autoconciencia

Reírse de uno mismo también puede servir para otro propósito valioso: puede actuar como una herramienta para crear conciencia de uno mismo. Ser capaz de reírte de ti mismo implica ser capaz de reconocer tus defectos y quitarles importancia. En lugar de reprenderte por tus errores, verlos con humor te permite explorarlos con amabilidad y autocompasión.

Al reconocer tus defectos y no tomártelos demasiado en serio, puedes estar más en sintonía con lo que eres como persona. Esto puede ayudarte a comprender mejor tus propios comportamientos, motivaciones y objetivos, lo que te facilitará enfrentarte a los retos de la vida. Y aunque puede que te burles un poco de ti mismo, también puedes utilizar esta comprensión para ayudarte a hacer cambios cuando sea necesario.

Reírte de ti mismo puede ayudarte a sentirte más seguro y a gusto contigo mismo, tanto en el momento presente como de cara al futuro.

Autoconciencia impacto de las conexiones sociales

Autoexpresión

El humor autocrítico también puede ser una forma de expresar distintos aspectos de tu personalidad. Puedes demostrar que te sientes cómodo quitándole importancia a las situaciones difíciles y que no tienes miedo de reírte de ti mismo. Este tipo de humor también puede demostrar que confías en tus capacidades y que no te tomas demasiado en serio.

Dirigir tu sentido del humor hacia ti mismo puede servirte para expresarte, ayudándote a mostrar al mundo quién eres y cómo te sientes.

Beneficios terapéuticos

Reírse de uno mismo también puede tener beneficios terapéuticos. Además de hacerte reír, el humor autocrítico puede ayudarte a afrontar emociones y situaciones difíciles. Por ejemplo, si te sientes mal por un error que has cometido, reírte de ti mismo puede ayudarte a ver el problema de forma más positiva.

Además, ridiculizar tus defectos puede ayudarte a sobrellevar el estrés y la negatividad, lo que lo convierte en una valiosa herramienta para gestionar la salud mental. Reírse con delicadeza de las cosas que te deprimen puede eliminar el dolor y el estrés. No hará que esos problemas desaparezcan, pero puede hacer que sean más fáciles de afrontar.

Reírse de uno mismo puede evitar que nos tomemos las cosas demasiado en serio. También tiene muchos beneficios potenciales, como la mejora de la salud mental, la gestión del estrés y la autoexpresión. Con el enfoque adecuado, reírse de uno mismo puede ser una poderosa herramienta para superar los retos y aprovechar al máximo los altibajos de la vida.

Cuando reírse de uno mismo puede ser sano

Hay una diferencia entre verse a uno mismo con humor amable y ser autodespreciativo o negativo. Los expertos sugieren que reírse de uno mismo suele ser beneficioso siempre que:

  • Veas tus errores o defectos con amabilidad.
  • Te permita ver que las situaciones embarazosas o difíciles pueden ser divertidas.
  • Implica ser capaz de reírse de uno mismo sin caer en el menosprecio.

Si se pasa de la amabilidad a la crueldad, es hora de replantearse cómo se habla a sí mismo y tratar de replantear su humor de una manera más positiva.

Consejos para reírse de uno mismo

Afortunadamente, hay algunas cosas que puedes hacer para encontrar el humor en tus propias características, comportamientos y rarezas.

He aquí algunos consejos:

Consejos para reirse de si mismo impacto de las conexiones sociales

No te tomes demasiado en serio

Una de las mejores formas de reírte de ti mismo es, en primer lugar, no tomarte demasiado en serio. Si aprendes a reírte a tu costa, reírte de ti mismo será mucho más fácil.

Sé autocrítico

Los estudios sugieren que el humor autocrítico tiende a ayudar a la gente a sentir una mayor afiliación con la persona que habla. Si puedes admitir que cometes errores o que eres imperfecto, es probable que los demás estén más dispuestos a bajar la guardia y hacer lo mismo. Si usted puede admitir que comete errores o que es imperfecto, es probable que los demás estén más dispuestos a bajar la guardia y hacer lo mismo.

Busca el humor en los errores y contratiempos

A veces, reírse de uno mismo es tan sencillo como encontrarle la gracia a los errores. Cuando puedes ver el lado divertido de las cosas, reírte de ti mismo resulta mucho más fácil.

Utiliza el humor autocrítico con prudencia. Aunque reírse de uno mismo puede ser beneficioso, es importante utilizar el humor autocrítico con moderación. Si te burlas demasiado de ti mismo, puede parecer que buscas cumplidos o que te menosprecias. Encuentra un equilibrio que te funcione y no tengas miedo de reírte de ti mismo cuando la situación lo requiera.

Peligros potenciales

Reírse de uno mismo puede ser beneficioso, pero es importante no ir demasiado lejos. Hay un límite entre verle la gracia a una situación e involucrarse en un discurso negativo o ser excesivamente autocrítico.

Si reírte de ti mismo empieza a parecerte un menosprecio, es hora de dar un paso atrás. Si parece que no puedes aceptar un cumplido o apreciar tus logros sin centrarte en tus defectos, puede ser una señal de que estás yendo demasiado lejos.

Sé consciente de la frecuencia con la que te burlas de ti mismo. Si siempre estás repitiendo afirmaciones negativas, aunque pretendan ser graciosas, podrías empezar a creer que son ciertas.

Además, ridiculizar tus propios errores puede hacer que los demás se sientan incómodos. Pueden pensar que utilizas este tipo de humor para evitar conversaciones serias o como forma de encubrir problemas graves de autoestima.

Si no estás seguro de cómo reaccionará alguien ante tu humor autocrítico, es mejor pecar de precavido. Usa tu buen juicio y no tengas miedo de echarte atrás si crees que estás incomodando a alguien.

Si siempre te burlas de ti mismo para divertir a los demás o para evitar temas difíciles, quizá debas plantearte si utilizas esta táctica para complacer a los demás o para evitar practicar la autoaceptación.

Aunque reírse de uno mismo no siempre es fácil, puede ser una herramienta valiosa para aumentar la autoestima, hacer amigos y reducir el estrés. Si quieres añadir un poco de ligereza a tu vida, prueba a quitarle importancia a tus propios defectos y comprueba cómo te hace sentir. Si aceptas tus defectos e imperfecciones, te sentirás más feliz y mejorarán tus relaciones y tu bienestar general. Así que no tengas miedo de reírte de ti mismo de vez en cuando.

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