La plasticidad cerebral, también conocida como neuroplasticidad, es un término que se refiere a la capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse como resultado de la experiencia. Cuando se dice que el cerebro posee plasticidad, no se está sugiriendo que el cerebro sea similar al plástico. Neuro se refiere a las neuronas, las células nerviosas que son los bloques de construcción del cerebro y el sistema nervioso, y plasticidad se refiere a la maleabilidad del cerebro.

La neuroplasticidad -o plasticidad cerebral- es la capacidad del cerebro de modificar sus conexiones o recablearse. Sin esta capacidad, cualquier cerebro, no sólo el humano, sería incapaz de desarrollarse desde la infancia hasta la edad adulta o de recuperarse de una lesión cerebral.

Lo que hace especial al cerebro es que, a diferencia de un ordenador, procesa las señales sensoriales y motoras en paralelo. Tiene muchas vías neuronales que pueden replicar la función de otras, de modo que los pequeños errores en el desarrollo o la pérdida temporal de la función debido a un daño pueden corregirse fácilmente redirigiendo las señales por una vía diferente.

¿Qué es la plasticidad del cerebro?

El cerebro humano está compuesto por aproximadamente 86.000 millones de neuronas. Los primeros investigadores creían que la neurogénesis, o la creación de nuevas neuronas, se detenía poco después del nacimiento. Hoy en día, se sabe que el cerebro posee la notable capacidad de reorganizar vías, crear nuevas conexiones y, en algunos casos, incluso crear nuevas neuronas, un concepto llamado neuroplasticidad o plasticidad cerebral.

Seguimos teniendo la capacidad de aprender nuevas actividades, habilidades o idiomas incluso en la vejez. Esta capacidad retenida requiere que el cerebro tenga un mecanismo disponible para recordar, de modo que el conocimiento se retenga con el tiempo para recordarlo en el futuro. Este es otro ejemplo de neuroplasticidad y es más probable que implique cambios estructurales y bioquímicos a nivel de la sinapsis.

El refuerzo o las actividades repetitivas eventualmente llevarán al cerebro adulto a recordar la nueva actividad. Por el mismo mecanismo, el ambiente enriquecido y estimulante que se ofrece al cerebro dañado eventualmente conducirá a la recuperación. Entonces, si el cerebro es tan plástico, ¿por qué no todos los que tienen un derrame cerebral recuperan la función completa? La respuesta es que depende de su edad (los cerebros más jóvenes tienen más posibilidades de recuperación), del tamaño del área dañada y, lo que es más importante, de los tratamientos ofrecidos durante la rehabilitación.

Historia e investigación

Las creencias y teorías sobre el funcionamiento del cerebro han evolucionado sustancialmente a lo largo de los años. Los primeros investigadores creían que el cerebro era “fijo”, mientras que los avances modernos han indicado que el cerebro es más flexible.

Primeras teorías

Hasta la década de 1960, los investigadores creían que los cambios en el cerebro sólo podían producirse durante la infancia y la niñez. Al llegar a la edad adulta, se creía que la estructura física del cerebro era en su mayor parte permanente.

En su libro de 2007, “The Brain that Changes Itself: Stories of Personal Triumph From the Frontiers of Brain Science”, en el que se hace un repaso histórico de las primeras teorías, el psiquiatra y psicoanalista Norman Doidge sugirió que esta creencia de que el cerebro era incapaz de cambiar procedía principalmente de tres fuentes principales:

  • La antigua creencia de que el cerebro era como una máquina extraordinaria, capaz de cosas asombrosas pero incapaz de crecer y cambiar.
  • La incapacidad de observar realmente las actividades microscópicas del cerebro.
  • La observación de que las personas que habían sufrido graves daños cerebrales a menudo eran incapaces de recuperarse.

El psicólogo William James ya había sugerido que el cerebro no era tan inmutable como se creía. Ya en 1890, en su libro “Los principios de la psicología”, escribió: “La materia orgánica, especialmente el tejido nervioso, parece dotada de un grado muy extraordinario de plasticidad”. Sin embargo, esta idea fue ampliamente ignorada durante muchos años.

Teorías modernas

En la década de 1920, el investigador Karl Lashley encontró pruebas de cambios en las vías neuronales de los monos rhesus. En la década de 1960, los investigadores empezaron a estudiar casos en los que adultos mayores que habían sufrido accidentes cerebrovasculares masivos eran capaces de recuperar el funcionamiento, demostrando que el cerebro era más maleable de lo que se creía. Los investigadores modernos también han encontrado pruebas de que el cerebro es capaz de reconstruirse a sí mismo tras un daño.

La investigación moderna ha demostrado que el cerebro sigue creando nuevas vías neuronales y alterando las existentes para adaptarse a nuevas experiencias, aprender nueva información y crear nuevos recuerdos.

Gracias a los modernos avances tecnológicos, los investigadores pueden obtener una visión nunca antes vista del funcionamiento interno del cerebro. A medida que el estudio de la neurociencia moderna ha ido floreciendo, un conjunto de investigaciones ha demostrado que las personas no se limitan a las capacidades mentales con las que nacen y que los cerebros dañados suelen ser muy capaces de realizar cambios notables.

La plasticidad puede causar problemas

Los cambios cerebrales suelen considerarse mejoras, pero no siempre es así. En algunos casos, el cerebro puede verse influido por sustancias psicoactivas o condiciones patológicas que pueden provocar efectos perjudiciales en el cerebro y el comportamiento.

La PLASTICIDAD puede causar problemas

Hay dos tipos principales de neuroplasticidad

  • La plasticidad funcional: La capacidad del cerebro de trasladar funciones de una zona dañada del cerebro a otras zonas no dañadas
  • Plasticidad estructural: La capacidad del cerebro de cambiar su estructura física como resultado del aprendizaje.

Beneficios de la plasticidad cerebral

La neuroplasticidad cerebral tiene muchos beneficios. Permite que el cerebro se adapte y cambie, lo que ayuda a promover:

  • La capacidad de aprender cosas nuevas.
  • La capacidad de mejorar sus capacidades cognitivas existentes.
  • La recuperación de accidentes cerebrovasculares y lesiones cerebrales traumáticas.
  • El fortalecimiento de áreas si se pierden o declinan algunas funciones.
  • Mejoras que pueden promover la aptitud del cerebro.

Características principales de la plasticidad cerebral

Hay algunas características que definen la neuroplasticidad:

La edad y el entorno juegan un papel importante

Aunque la plasticidad se produce a lo largo de toda la vida, ciertos tipos de cambios son más predominantes a determinadas edades. El cerebro tiende a cambiar mucho durante los primeros años de vida, por ejemplo, a medida que el cerebro inmaduro crece y se organiza.

En general, los cerebros jóvenes tienden a ser más sensibles y receptivos a las experiencias que los cerebros mucho más viejos. Pero esto no significa que los cerebros adultos no sean capaces de adaptarse.

La genética también puede influir. La interacción entre el entorno y la genética también desempeña un papel en la configuración de la plasticidad del cerebro.

La edad y el entorno juegan un papel importante

La neuroplasticidad es un proceso continuo

La plasticidad es un proceso continuo a lo largo de la vida y en ella intervienen otras células cerebrales además de las neuronas, como las células gliales y vasculares. Puede producirse como resultado del aprendizaje, la experiencia y la formación de la memoria, o como resultado de daños en el cerebro.

Mientras que la gente solía creer que el cerebro se fijaba a partir de cierta edad, las investigaciones más recientes han revelado que el cerebro nunca deja de cambiar en respuesta al aprendizaje.

En los casos de daños en el cerebro, como en el caso de un accidente cerebrovascular, las áreas del cerebro asociadas a ciertas funciones pueden resultar dañadas. Con el tiempo, partes sanas del cerebro pueden hacerse cargo de esas funciones y las capacidades pueden recuperarse.

Conocimientos prácticos y fácticos de las disciplinas que conforman la neurociencia. Se adquieren datos motivantes acerca de hábitos neuro saludables que va a incidir sobre el mejor funcionamiento del cerebro. Se cuestionan y rompen paradigmas de un siglo de estancamiento en cuanto a supuestas verdades que nos limitaban y concebían al sistema nervioso central como un hardware rígido e inmutable; la neuroplasticidad, la neurogénesis, la neuro nutrición y otros conceptos ya demostrados en este siglo, dan una visión panorámica fascinante de nuestro órgano réctor.

Cómo funciona la plasticidad del cerebro

Los primeros años de la vida de un niño son una época de rápido crecimiento del cerebro. Al nacer, cada neurona de la corteza cerebral tiene unas 2.500 sinapsis; a los tres años, este número ha crecido hasta la friolera de 15.000 sinapsis por neurona.

Sin embargo, el adulto medio tiene aproximadamente la mitad de ese número de sinapsis. ¿Por qué? Porque, a medida que adquirimos nuevas experiencias, algunas conexiones se refuerzan y otras se eliminan. Este proceso se conoce como poda sináptica.

Las neuronas que se utilizan con frecuencia desarrollan conexiones más fuertes y las que se utilizan poco o nunca acaban muriendo.

Al desarrollar nuevas conexiones y podar las débiles, el cerebro es capaz de adaptarse al entorno cambiante.

Como funciona la PLASTICIDAD del CEREBRO

La plasticidad del cerebro también tiene limitaciones

Sin embargo, es importante señalar que el cerebro no es infinitamente maleable. Algunas zonas del cerebro son responsables en gran medida de determinadas acciones. Por ejemplo, hay zonas del cerebro que desempeñan un papel fundamental en aspectos como el movimiento, el lenguaje, el habla y la cognición.

Los daños en áreas clave del cerebro pueden dar lugar a déficits en esas áreas porque, aunque sea posible una cierta recuperación, otras áreas del cerebro simplemente no pueden hacerse cargo por completo de las funciones que se vieron afectadas por el daño.

Cómo mejorar la plasticidad del cerebro

Hay cosas que puede hacer para ayudar a fomentar la adaptación y el cambio de su cerebro. Algunas de las formas en que puede utilizar la neuroplasticidad de forma beneficiosa son:

Enriquecer su entorno

Se ha demostrado que los entornos de aprendizaje que ofrecen muchas oportunidades para centrar la atención, la novedad y el desafío estimulan cambios positivos en el cerebro. Esto es especialmente importante durante la infancia y la adolescencia, pero enriquecer el entorno puede seguir proporcionando recompensas al cerebro hasta la edad adulta.

Las investigaciones han demostrado que el sueño desempeña un papel importante en el crecimiento de las dendritas en el cerebro. Las dendritas son los crecimientos en el extremo de las neuronas que ayudan a transmitir la información de una neurona a la siguiente. Si se refuerzan estas conexiones, se puede fomentar una mayor plasticidad cerebral.

Se ha demostrado que el sueño tiene efectos importantes en la salud física y mental. Puede encontrar formas de mejorar su sueño practicando una buena higiene del sueño.

Entre las cosas que puede probar se incluyen:

Hacer arte

Crear arte puede ayudarte a ver el mundo de formas nuevas y únicas. Puedes utilizar el arte para ordenar y expresar emociones, compartir experiencias personales o profundizar en tus luchas personales, por ejemplo.

Las investigaciones realizadas en el 2015 sugieren que formas de arte como el dibujo y la pintura benefician directamente a tu cerebro al potenciar la creatividad y mejorar las capacidades cognitivas.

Las actividades artísticas también pueden ayudar a crear nuevas vías y fortalecer las conexiones existentes en el cerebro, lo que conduce a una mejor función cognitiva en general.

¿No tienes experiencia artística? No hay problema. Como muchas otras habilidades, las artísticas suelen mejorar con el tiempo y la práctica.

Hacer arte para mejorar la PLASTICIDAD del CEREBRO

Haga ejercicio

Se ha demostrado que la actividad física regular tiene una serie de beneficios para el cerebro. Algunas investigaciones sugieren que el ejercicio podría ayudar a prevenir la pérdida de neuronas en áreas clave del hipocampo, una parte del cerebro involucrada en la memoria y otras funciones.

La actividad física también fortalece el cerebro. El ejercicio -el aeróbico en particular- puede conducir a mejoras en las capacidades cognitivas como el aprendizaje y la memoria. El ejercicio también ayuda a mejorar la coordinación motora fina y la conectividad cerebral, y puede proteger contra el deterioro cognitivo.

¿Otro beneficio de la actividad física como ejercicio de neuroplasticidad? Ayuda a promover el aumento del flujo sanguíneo y el crecimiento celular en el cerebro, lo que las investigaciones relacionan con la reducción de los síntomas de la depresión.

Si haces ejercicio con otra persona o en un grupo más grande, probablemente también verás algunos beneficios sociales.

Las conexiones sociales fuertes mejoran la calidad de vida y el bienestar emocional, por lo que relacionarse con otras personas con mayor regularidad puede ser otra forma estupenda de potenciar la salud del cerebro y ayudar a aliviar los síntomas de la ansiedad y la depresión.

Las recomendaciones de ejercicio pueden variar en función de la edad, la capacidad y la salud, pero es una buena idea realizar al menos un poco de actividad todos los días.

Viajar

Si le gusta viajar, aquí tiene una razón más para salir y explorar algún lugar nuevo: viajar puede ayudar a mejorar la flexibilidad cognitiva, inspirarle y potenciar la creatividad.

Experimentar nuevos paisajes y entornos también puede ayudarle a aprender sobre diferentes culturas y a convertirse en un mejor comunicador, lo cual puede tener beneficios cognitivos adicionales.

Visitar nuevos lugares también puede ayudar a ampliar su visión general del mundo, lo que puede ayudar a abrir su mente y darle una nueva perspectiva sobre cosas más cercanas, como los objetivos profesionales, las amistades o los valores personales.

Si no puedes salir al mundo en este momento, no te preocupes. Todavía puedes hacer un viaje más cerca de casa.

Inténtalo:

  • Dar un largo paseo por un nuevo barrio.
  • Hacer la compra en otra parte de la ciudad.
  • Ir de excursión.
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