La ansiedad, el enrojecimiento, la sudoración y los temblores pueden ser síntomas del trastorno de ansiedad social (TAE). Cuando tiene ansiedad social, puede aparecer sonrojo y otros síntomas cuando se encuentra en una situación social que le causa miedo a ser el centro de atención o a ser evaluado o juzgado negativamente por los demás.
Un sonrojo problemático puede ser una fuente de dolor emocional y malentendidos, ya que otros pueden asumir que estás avergonzado o que estás ocultando algo cuando solo es tu ansiedad la que está actuando.
Obtenga más información sobre cómo la ansiedad social provoca el sonrojo, qué puede hacer al respecto y cómo afrontarla.
Conceptos básicos sobre sonrojarse
El rubor es una reacción corporal involuntaria en la que la cara, las orejas, el cuello y, a veces, la parte superior del pecho se enrojecen. Esto es causado por vasodilatación, un ensanchamiento de los vasos sanguíneos cerca de la superficie de la piel. El desencadenante más común del sonrojo es sentirse avergonzado o cohibido. Con menos frecuencia, puede ocurrir en respuesta a otras emociones como la ira o la excitación.
El sonrojo ocurre más en situaciones en las que otros pueden evaluarte, como al hablar en público, en una cita o en una reunión de trabajo. No está del todo claro por qué el cuerpo humano tiene una respuesta de sonrojo, pero es algo que todo el mundo experimenta en algún momento.
Diferentes tipos de sonrojo
Consideramos normal sonrojarse en los encuentros interpersonales si se produce en proporción a la situación que lo provoca, no produce sufrimiento psicológico y no interfiere en la vida diaria del individuo. El simple hecho de sonrojarse en situaciones sociales no puede considerarse un síntoma morboso, una enfermedad o un trastorno. Además, ponerse rojo en determinadas situaciones no sólo es apropiado, sino esperado (por ejemplo, al recibir reconocimiento público o al verse involucrado en un percance social).
Por el contrario, consideramos que el sonrojo es anormal si es severo o frecuente, si hace sufrir a la persona y si interfiere con el nivel habitual de desempeño y/o interacciones sociales de la persona. Si el sonrojo es anormal, casi siempre hay miedo a sonrojarse (eritrofobia).
Curiosamente, la literatura científica no suele diferenciar entre los dos tipos de sonrojo descritos anteriormente: el sonrojo que se espera en determinados contextos y no limita al individuo, frente al rubor que causa dolor emocional e interfiere significativamente en el desempeño académico/laboral de la persona. funcionamiento o relaciones interpersonales. Para este último hemos acuñado previamente el término rubor patológico (PB) para enfatizar la importancia de hacer la distinción conceptual entre el rubor facial normal y su contraparte patológica.
Desde el punto de vista de su rapidez de aparición y localización, se han descrito dos tipos de enrojecimiento facial: en primer lugar, el típico rubor, que aparece rápidamente (en cuestión de segundos) en cara, cuello y orejas, y se extiende uniformemente. sobre las zonas afectadas; y segundo, el “rubor progresivo”, que ocurre más lentamente y aparece primero como manchas rojas, generalmente en la parte superior del pecho o en la parte inferior del cuello. A medida que pasan los minutos, se extiende hacia la parte superior del cuello, la mandíbula y las mejillas. Incluso en su punto máximo, un rubor progresivo tiene un color con manchas en lugar de uniforme. Vale la pena tener presente la distinción porque, como veremos más adelante, influye en la respuesta al tratamiento.
Perspectiva psiquiátrica
Pierre Janet (1903), incluyó el miedo a sonrojarse (eritrofobia) dentro del grupo de fobias relacionadas con situaciones sociales. Sin embargo, dentro de los conceptos actuales de trastornos mentales, la enfermedad más asociada con la coloración facial es el trastorno de ansiedad social (TAE), antes conocido como fobia social. Este trastorno afecta al 13 por ciento de la población en algún momento de su vida. Según un estudio, hasta el 50 por ciento de los pacientes con trastorno de ansiedad social dicen que se sonrojan con frecuencia.
La décima versión de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Relacionados (CIE-10) de la Organización Mundial de la Salud define la fobia social, o trastorno de ansiedad social, como un miedo marcado a ser el centro de atención o a comportarse de manera embarazosa. o humillante, lo que conduce a la evitación social. La última versión del Manual Diagnóstico y Estadístico de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (DSM-5) caracteriza el trastorno de ansiedad social como la presencia de ansiedad marcada y persistente en diferentes situaciones sociales o públicas por temor a que puedan resultar embarazosas. Curiosamente, a diferencia de sus predecesores, esta es la primera versión que afirma que “el sonrojo es una respuesta física característica del trastorno de ansiedad social”, lo que hace justicia a este síntoma en gran medida ignorado.
Ahora bien, si el sonrojo y sus concomitantes emocionales son un componente normal del trastorno de ansiedad social, ¿por qué centrarse en el enrojecimiento facial, y concretamente en aquel con connotación patológica (ruborismo patológico), en lugar de centrarse en el trastorno de ansiedad social? Hay varias razones.
En primer lugar, nuestro objetivo es centrarnos en las preocupaciones de los pacientes, y los pacientes están angustiados, no por el trastorno de ansiedad social en sí, sino por el color revelador de sus mejillas. Esto se muestra claramente en que muchas veces recurren a tratamientos quirúrgicos, frecuentemente antes de consultar a un profesional de salud mental.
Una segunda razón para centrarse específicamente en el sonrojo es llamar la atención sobre un fenómeno que generalmente se trivializa y casi siempre se supone que es una experiencia normal cuando, de hecho, esa experiencia puede convertirse en un síntoma morboso.
En tercer lugar, la creencia general de que los criterios de diagnóstico psiquiátrico actuales corresponden a condiciones biológicas realmente existentes es una ilusión. El psiquiatra español Julio Sanjuan ha investigado esta cuestión basándose en la enorme paradoja de que todavía no disponemos de un único marcador biológico que sea lo suficientemente específico como para ser incluido dentro de los criterios diagnósticos de ni siquiera un trastorno psiquiátrico. Por eso hoy en día muchos investigadores se centran más en la correlación de síntomas concretos, como alucinaciones, falta de concentración y ansiedad, que en la biología detrás de las enfermedades de nosología incierta incluidas en las clasificaciones actuales. Por tanto, sería perfectamente razonable buscar el factor o factores biológicos correlativos al sonrojo patológico.
Finalmente, si bien nuestra experiencia ha demostrado que el sonrojo patológico ocurre comúnmente con el trastorno de ansiedad social, los sonrojados crónicos pueden sufrir ciertos síntomas de ansiedad social sin cumplir todos los criterios requeridos para ese diagnóstico.
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Impactos de la eritrofobia
Si tiene miedo de sonrojarse o de que lo vean mientras se sonroja, puede hacer que se sienta aislado. Es posible que evite grupos grandes o situaciones sociales, incluso con amigos. Las reuniones familiares pueden ser un desafío particular ya que los familiares tienen una manera de provocar vergüenza. El lugar de trabajo o las situaciones profesionales también pueden resultar difíciles, lo que le llevará a no realizar determinadas tareas o proyectos. Como resultado, es posible que no alcance ciertos objetivos. Esto puede hacer que sea muy difícil sentirse positivo, lo que genera otros problemas como baja autoestima y estado de ánimo deprimido.
Cómo la ansiedad causa una cara sonrojada
El enrojecimiento es una respuesta fisiológica normal que hace que la cara, el cuello y/o el pecho se enrojezcan. Aunque las dos palabras a menudo se usan indistintamente, el rubor se limita a la cara, mientras que el rubor tiende a ser más intenso y generalizado en otras partes del cuerpo.
El rubor ocurre cuando una situación aterradora desencadena la respuesta de lucha o huida del cuerpo. Cuando experimentas miedo, tu cuerpo libera adrenalina. La adrenalina hace que la sangre se redirija a los músculos y aumenta el ritmo cardíaco para que esté listo para correr si es necesario.
Los pequeños músculos de los vasos sanguíneos generalmente los mantienen ligeramente apretados; sin embargo, durante un episodio de sonrojo, los nervios del cuerpo envían señales para relajar estos músculos. Cuando los vasos sanguíneos se ensanchan, pasa más sangre a la piel, provocando una apariencia enrojecida. Un ritmo cardíaco rápido y la tensión muscular también pueden contribuir a un aumento del flujo sanguíneo, mejorando el efecto.
En las personas con ansiedad social, la respuesta de lucha o huida puede desencadenarse durante una interacción social, especialmente una que causa miedo a la vergüenza o al juicio.
No todas las personas con TAE se sonrojan, y no todas las personas que se sonrojan tienen TAE. Sin embargo, para aquellos con TAE que tienen problemas para sonrojarse, el enrojecimiento de la cara suele ocurrir con frecuencia.
Cuando una persona con TAE se sonroja, suele ir acompañado de una serie de pensamientos automáticos negativos, como “Todos notan lo rojo que estoy” o “Todos piensan que soy raro”. Algunas personas con TAE se sonrojan cuando las ponen en apuros, las convierten en el centro de atención o las toman desprevenidas en una situación social.
Cómo lidiar con el sonrojo debido a la ansiedad social
Debido a que sonrojarse es un proceso automático, es casi imposible detenerlo una vez que ha comenzado. De hecho, cuanto más intentes dejar de sonrojarte, más rojo te pondrás.
Si sonrojarse es un problema para usted, saber cómo dejar de sonrojarse antes de que comience es la mejor manera de disminuir su impacto. Para evitar sonrojarse, piense en situaciones en las que normalmente se sonroja. Si normalmente es cuando te obligan a ser el centro de atención, ten un plan para afrontarlo cuando eso suceda.
Esto podría implicar estrategias de relajación que pueda emplear en el momento. Intente respirar profundamente o concentrarse en un mantra positivo como “Estoy tranquilo y relajado”.
¿Existe una cura para el sonrojo?
Si tu cara se pone roja mucho, quizás te preguntes cómo dejar de sonrojarse. El sonrojo es causado por varias cosas, incluida la vergüenza, la ira o incluso la actividad física. Si bien sonrojarse en sí no es dañino, puede ser una señal de que te sientes abrumado o estresado.
La mejor manera de dejar de sonrojarse es, paradójicamente, dejar de importarte si te sonrojas. Si bien es posible que aún seas propenso a sonrojarte, este se disipará más rápidamente si aprendes a no preocuparte por ello.
Además de controlar su reacción ante el sonrojo, existen varias estrategias que puede utilizar para intentar dejar de sonrojarse en primer lugar. Esto puede ayudarle a sentirse más en control y evitar que se sonroje con tanta frecuencia.
Tratamiento para el miedo a sonrojarse
Hay varios tratamientos disponibles para los problemas de sonrojo. Si su sonrojo va acompañado de otros síntomas físicos o aparece junto con un problema médico, es probable que haya una causa médica y un médico puede ofrecerle el mejor tratamiento.
Afortunadamente, el miedo a sonrojarse se puede tratar. La terapia cognitivo-conductual (TCC) utiliza varias técnicas que pueden ayudarle a encontrar alivio.
Exposición
La exposición es una técnica de terapia CBT que se utiliza para muchos tipos de ansiedad. Implica que usted enfrente intencionalmente (y de manera controlada) la situación que causa el miedo. La exposición te ayuda a dejar de evitar situaciones en las que temes sonrojarte. También le ayuda a dejar de utilizar conductas seguras (cosas que hace para sentirse “seguro” si tiene que superar una situación en la que podría sonrojarse). Estas podrían ser cosas como las siguientes:
- Cubriéndose la cara con gafas de sol grandes.
- Dejar crecer tu cabello para cubrir más de tu rostro.
- Usando un sombrero de ala ancha.
- Usar ropa que cubra el cuello y la parte superior del pecho.
- Usar maquillaje para hacer que el sonrojo sea menos visible.
- Prestando atención solo a tu teléfono en lugar de a las personas que te rodean.
- Apartar la cara de los demás.
Reentrenamiento atencional
El reentrenamiento de la atención te ayuda a desviar la atención de tu cuerpo y de si te estás sonrojando o no. Usted y su terapeuta de TCC planifican situaciones en las que practican prestar mucha atención o concentrarse en lo que sucede a su alrededor. Por ejemplo, podrías dar un paseo por un parque con el objetivo de describir en detalle las vistas, los sonidos, los olores y la gente que hay allí.
Cambiando tu forma de pensar
Un médico clínico de TCC también puede ayudarle a practicar cómo pensar de manera diferente sobre cuán probable o terrible podría ser en realidad la percepción negativa de los demás. Esto puede resultar sorprendentemente útil para las personas con eritrofobia. Un terapeuta de TCC normalmente utilizaría hojas de trabajo y ejercicios de tarea para ayudarlo a fortalecer nuevas formas de pensar sobre el sonrojo.
Cuando se usan juntas, estas técnicas de TCC pueden romper el ciclo que mantiene el miedo a sonrojarse y generar alivio.
El miedo a sonrojarse puede parecer inofensivo o incluso “lindo” para los demás, pero en realidad puede ser debilitante y angustioso. Si el miedo a sonrojarse le frena, póngase en contacto con nosotros.