¿Su pareja se queja de que no se siente bien pero no quiere ir al médico? ¿Su pareja hace planes para una noche romántica o una escapada con usted y luego lo arruina por estar demasiado cansado o no sentirse bien? ¿Su pareja hace promesas que no se cumplen? ¿Su pareja reconoce que hay problemas en su relación, pero se niega a cambiar de comportamiento o a acudir a un consejero matrimonial con usted?

Si su respuesta es “sí” a todas o a la mayoría de estas preguntas, parece que tiene un cónyuge o pareja que se niega a cambiar o no está motivado para hacerlo.

No se puede vs. No se quiere

Las razones por las que la gente no cambia son complejas. Pero se puede decir que tanto la capacidad como la voluntad de cambiar están influidas por nuestra salud mental y emocional.

Si tu pareja parece querer realmente cambiar, pero sigue cayendo en los mismos viejos hábitos, eso parece más una cuestión de “no puede” que de “no quiere”.

Lo haría si pudiera, ¿verdad? Incluso ha dicho cosas como: “Si pudiera chasquear los dedos y ser diferente, lo haría”.

No dudas de su sinceridad. Pero esto plantea una pregunta. Si tu pareja comparte tu deseo de cambio, pero no puede cumplirlo, ¿qué pasa entonces?

Para algunas personas, basta con saber que su pareja quiere cambiar de verdad. Soportarás el comportamiento no deseado durante un periodo de tiempo indeterminado, siempre y cuando él lo intente.

Pero eso os pone a los dos en una posición infeliz. Tú tienes una pareja que no se comporta bien, y él tiene una pareja a la que decepciona regularmente.

Y como no hay una fecha límite para el cambio, esto puede durar años. Es un viaje lleno de baches, con momentos malos y momentos mejores, y a veces incluso momentos maravillosos.

Pero al final, seguirás deseando que tu pareja cambie.

El hecho es que, si el mal comportamiento de tu pareja no cambia, no importa si es porque no quiere o no puede. No estás obligado a quedarte con alguien que intenta (y no consigue) hacer lo correcto.

La motivación por sí misma no arreglará el problema. Sólo un mejor comportamiento puede arreglar el mal comportamiento.

Cuando no puedas cambiar a tu cónyuge, cámbiate a ti mismo

Que tu pareja se niegue a cambiar no significa que estés indefenso. Todavía tienes la opción de centrarte en ti mismo y en tu propio cambio. A menudo, su propia transformación produce la tan deseada modificación del comportamiento de su pareja.

No puedes cambiar a alguien a quien no le gusta el cambio o lo ve como algo necesario. Lo que sí puede hacer es cambiar usted mismo o cambiar a su pareja.

Si su pareja se niega a cambiar, intente introducir innovaciones en sus propios comportamientos y responda a las situaciones de forma diferente.

Eso puede provocar que ellos también vean y reaccionen de otra manera, novedosa.

Problemas que dañan a una pareja

La frustración por la falta de seguimiento de las buenas intenciones por parte de su cónyuge, por decir una cosa y luego hacer otra, o por romper promesas, puede erosionar lentamente la intimidad emocional y física de su matrimonio. Esta frustración puede aumentar si su cónyuge se niega a buscar asesoramiento matrimonial con usted.

¿Qué puede hacer cuando se enfrenta a un cónyuge que tiene un problema grave o un comportamiento problemático? He aquí algunos ejemplos de comportamientos de un cónyuge que pueden destruir o causar grandes fricciones en su matrimonio:

  • No dedica tiempo a los niños ni a usted.
  • Abusa emocional o físicamente.
  • Es infiel con frecuencia.
  • Se emborracha a menudo o bebe demasiado.
  • Tiene una actitud muy negativa.
  • No ser capaz de mantener un trabajo.

Gastar demasiado dinero

Si su cónyuge no cambia, no está dispuesto a trabajar para mejorar su matrimonio o no busca ayuda, puede estar en el camino del divorcio. Aunque no es fácil enfrentarse a este tipo de situaciones, a continuación, le ofrecemos algunas orientaciones sobre cómo afrontar un matrimonio difícil cuando sólo uno de los dos quiere cambiar.

No hay respuestas fáciles cuando su cónyuge no ve ninguna razón para un cambio. Algunas situaciones se pueden manejar y otras son las que rompen el trato. Sólo tú sabes lo que puedes tolerar y seguir estando emocionalmente sano.

No puedes cambiar a tu cónyuge

Es importante aceptar que no puedes cambiar a tu cónyuge. Sólo puede cambiar usted mismo y sus propias reacciones. Cambiar su propio comportamiento puede provocar que su cónyuge quiera hacer cambios.

Intente responder de forma diferente a las situaciones difíciles. Si han tenido la misma discusión una y otra vez, diga que no va a repetir el tema y salga de la habitación. Si no ha expresado sus sentimientos anteriormente, comparta lo que siente con su cónyuge. Nunca te pongas en peligro ni a ti ni a tus hijos permaneciendo en una situación de maltrato.

Conócete a ti mismo

Conócete a ti misma y observa tus propias actitudes, comportamientos, expectativas, esperanzas, sueños, recuerdos, preocupaciones, desencadenantes de comportamiento, miedos, etc. Pregúntese cuánto tiempo cree que puede permanecer en su matrimonio si las cosas no mejoran.

Considere la posibilidad de un asesoramiento individual para evitar sentirse deprimido o impotente, para comprender su papel en el conflicto de su matrimonio y para aclarar sus planes para el futuro.

Decida cuáles son los comportamientos negativos de su cónyuge con los que puede convivir y cuáles son los que rompen el trato. Decide si eres capaz de adaptarte a las situaciones irritantes e hirientes de tu matrimonio o no.

Afronte los problemas

Es posible que su cónyuge no esté tan frustrado e infeliz como usted. Al compartir su amor por su cónyuge, exprese sus preocupaciones y temores sobre el futuro de su matrimonio. Si tiene dudas sobre su amor, haga una lista de lo que ama de su pareja.

No posponga la conversación con su cónyuge para identificar los comportamientos y afrontar los temas que están creando problemas en su matrimonio.

Afronte los problemas una pareja que no quiere cambiar

La forma de enfrentar las crisis de pareja, al paso del tiempo la etapa de enamoramiento, en donde ambos miembros de la pareja ven al otro con un antifás color de rosa, pero al cabo del tiempo este enamoramiento cede ante las diferencias individuales y si no están suficientemente preparados les será complicado superar las crisis que inevitablemente se presentarán.

Estrategias para las conversaciones difíciles

Van a surgir algunos temas que son incómodos de discutir. Sin embargo, la comunicación constructiva es la clave:

  • Acuerden fijar un plazo para reevaluar cómo van las cosas.
  • Sé cordial y no te enfrentes.
  • Piensen y discutan soluciones al problema. Planteen la posibilidad de una terapia matrimonial.
  • Elijan un momento en el que ninguno de los dos esté cansado.
  • Aclare cómo el problema está afectando a su matrimonio.
  • No sermoneen.
  • Identifiquen el problema.
  • Elijan un lugar para la conversación que esté libre de distracciones.
  • Manténgase en el tema.

Hable de lo que quiere en su relación, no de lo que no quiere. Explica qué es lo que los hace felices y satisfechos a los dos.

Prueba a decir algo como esto “Discrepamos mucho y eso está provocando una desconexión entre nosotros. Por eso me gustaría que fuéramos a buscar terapia de pareja” o “Te quiero y me importa lo nuestro. Necesito ayuda para aprender a comunicarme mejor contigo. Me gustaría intentar una terapia contigo”.

Reevaluar

Si las cosas no van bien cuando los dos estáis preparados para reevaluar vuestros problemas matrimoniales, pensad en estas preguntas:

  • ¿Se trata de una crisis temporal o del fin de su matrimonio?
  • ¿Qué es lo mejor que podría pasar si seguís juntos?
  • ¿Qué es lo mejor que podría pasar si se divorcian?
  • ¿Qué es lo peor que puede pasar si siguen juntos?
  • ¿Qué es lo peor que puede pasar si te divorcias?

No hay respuestas fáciles cuando sólo uno de los dos está dispuesto a abordar sus problemas matrimoniales. Hay cosas que podéis hacer que pueden ayudar a mejorar vuestra capacidad para afrontar la situación, pero terminar la relación también es una opción. Sólo tú puedes decidir qué es lo mejor para ti.

Cómo dejar ir a tu pareja cuando se niega a cambiar

Si su pareja se niega a cambiar, debe preguntarse: “¿qué es tan importante que se niega a cambiar a pesar de conocer los efectos negativos?”.

La mayoría de las veces, la respuesta está en las implicaciones de dicho cambio: en su opinión, ¿qué va a ser diferente cuando se produzca el cambio? ¿Qué se va a sacrificar?

Piénsalo así: un socio que se niega a cambiar está protegiendo algo importante y valioso para él. Del mismo modo, usted necesita que algo sea diferente porque algún valor, necesidad o creencia personal no se valida o satisface.

Puede que tampoco tenga mucho sentido para ellos por qué eligen seguir igual, pero sigue siendo una elección que hacen debido a las ventajas, más o menos ocultas, de esa elección.

Cuando eres consciente de ellas, puedes estimar mejor la probabilidad de que alguna vez estén dispuestos a cambiar. Esta estimación es más precisa si también se tiene en cuenta su opinión al respecto.

Cuando tengas esa estimación, puedes preguntarte si estás dispuesto a esperar, cuánto tiempo y si puedes aceptar que tu pareja se niegue a cambiar.

Si no puedes aceptar la situación tal y como es, y ellos no pueden o no quieren cambiar para mejorarla, tienes que considerar alternativas.

Preguntas para hacerse cuando un compañero se niega a cambiar

Cuando intentes evaluar qué hacer a continuación cuando tu pareja se niega a cambiar, puedes recurrir a algunas preguntas perspicaces. Pueden ayudarle a ver las cosas desde una perspectiva diferente antes de elegir la mejor decisión para usted.

  • ¿Lo que pido es un cambio de comportamiento o de personalidad? ¿Está en juego su sentido de la identidad personal?
  • ¿Su negativa es una cuestión de capacidad o de voluntad?
  • ¿Serán diferentes las cosas si les doy algo de tiempo? ¿Cuánto tiempo puedo dar? ¿Qué factores podrían favorecer su cambio?
  • ¿Cómo sería el escenario ideal de su transformación?
  • ¿Qué transformación consideraría “suficientemente buena”?
  • ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Qué me haría considerar el divorcio?
  • Si mi pareja no puede cambiar y proporcionarme lo que necesito en este momento, ¿hay alguna forma de atender mis necesidades de manera diferente? ¿Puedo apoyarme en mí mismo o en otras personas mientras le doy a mi pareja tiempo y espacio?
  • ¿Les estoy pidiendo que cambien para no tener que enfrentarme a un cambio no deseado por mí mismo?
  • Si siguen igual, ¿podría ser feliz con ellos?

Preguntas para hacerse cuando un compañero se niega a cambiar

¿La terapia es una opción?

Asegúrate de plantear algunas de las preguntas a tu pareja, ya que puede aportar más información y eso puede ayudarte a tomar una decisión.

Si el cambio necesario hace que alguno de los dos sienta que ya no sabe quién es, no es una buena opción. Significa que harás un compromiso en el área de tu identidad.

Si tu pareja se niega a cambiar y no puedes aceptar la situación tal y como está, debes saber que a veces terminar la relación es la única manera de que ambos seáis felices.

Ten en cuenta que, si alguno de los dos hace un compromiso demasiado grande, puede afectar a la forma en que se ven a sí mismos, a ti y a vuestra relación. No serán felices, y ambos miembros de la pareja necesitan sentirse satisfechos para que la relación florezca.

Conclusión

Que la pareja se niegue a cambiar puede traer muchos dolores de cabeza y problemas a una relación. No hay una respuesta fácil sobre qué hacer. Sin embargo, presionarles no es la clave, ya que es necesario que ambos estén contentos para que la unión funcione.

Las cosas que puedes hacer para sobrellevar la situación dependen de lo que te sientas cómodo.

Puedes intentar explicar tu versión de las cosas, los efectos que la falta de cambio está teniendo en ti y en la relación, reducir las expectativas, validar los esfuerzos que están haciendo para fomentar un mayor cambio. Si eso no ayuda, todavía hay alternativas para ti.

El hecho de que la pareja se niegue a cambiar te invita a considerar qué puedes cambiar tú. Si modificas lo tuyo, puede repercutir en ajustes en su comportamiento. También puedes probar con una terapia de pareja para entender la raíz del problema y tratarla.

Si nada más funciona y no puedes aceptar el estado de las cosas, puedes considerar cambiar de pareja. Sólo tú puedes decidir qué es lo mejor para ti y cuánto puedes soportar y aceptar.

error: El contenido está protegido