Muchas personas temen tener la menstruación por diversos motivos. Dado que la menstruación afecta directamente a cerca de la mitad de la población, puede valer la pena considerar los factores que pueden hacer que la experiencia sea mejor para tus necesidades.

Aunque es posible que ese momento del mes nunca esté a la altura de los anuncios publicitarios de compresas y tampones, es posible reflexionar sobre lo que puedes necesitar para que tu periodo sea menos terrible cada pocas semanas.

Cómo puedes cuidarte a ti misma

Según un artículo de una revista del 2019, la licencia menstrual es una política laboral que proporciona tiempo libre cuando las folxs no pueden trabajar debido a la menstruación y es ofrecida en Japón, China, Corea del Sur, Taiwán y Zambia y por empresas como Coexist, Gozoop y Victorian Women’s Trust.

Desgraciadamente, los resultados de 600 respuestas en línea sobre una posible política de permiso menstrual no auguran una buena aplicación en los Estados Unidos, ya que se teme que pueda ser injusta para los hombres cis y que puedan aprovecharse de ella quienes menstrúan.

Tal vez no puedas tomarte una semana libre al mes, pero con suerte, puedes ser más amable con tu cuerpo y tu mente.

En una revisión sistemática de 2019 sobre las estrategias de autocuidado y las fuentes de conocimiento sobre la menstruación, se descubrió que el dolor del periodo o dismenorrea, afecta aproximadamente a tres cuartas partes de las folx menores de 25 años que menstrúan.

Dado que las folxs que menstrúan tienden a tener su periodo mensualmente, este dolor puede interrumpir a menudo los planes de asistencia al trabajo y a la escuela.

Según ese meta-análisis, la mayoría de las estrategias de autocuidado para gestionar su periodo se basan en recomendaciones de personas que no son profesionales de la salud, por lo que las intervenciones psicoeducativas serían beneficiosas.

Aunque las folx que menstrúan pueden dudar en explorar estrategias farmacológicas para el autocuidado de su periodo, las que lo hicieron tenían más probabilidades de tomar medicamentos menos eficaces que los AINE, que proporcionaban un alivio mínimo del dolor.

Lamentablemente, puede haber barreras culturales para explorar un enfoque médico para los desafíos de la menstruación, por lo que se recomendó que la psicoeducación incluyera estrategias de manejo no farmacológicas eficaces, incluyendo el uso del ejercicio y el calor para el autocuidado.

Dado que el estigma puede estar asociado a la menstruación, los enfoques psicoeducativos pueden ser útiles para desafiar esos prejuicios y dar espacio a las tan necesarias discusiones.

Cómo pueden ayudar los seres queridos

A veces puede ser cuestión de pedir ayuda durante ese tiempo si la necesitas. Dado que el estrés a menudo puede empeorar los síntomas del periodo cuando se sangra, eso puede afectar a la salud mental. Teniendo esto en cuenta, puede ser útil comprobar con uno mismo lo que se necesita para hacer frente a la situación.

Según un artículo de una revista del 2017 basado en un ensayo de control aleatorio con 83 mujeres que menstrúan, la terapia cognitivo-conductual (TCC) basada en la pareja demostró ser eficaz en el manejo de sus desafíos, en comparación con los enfoques de TCC individuales y un grupo de control en lista de espera.

Aunque es posible que no todas las mujeres que menstrúan tengan una pareja romántica, este estudio demuestra la eficacia de recurrir a los seres queridos en busca de apoyo.

Especialmente teniendo en cuenta cómo la menstruación puede afectar a experiencias como los niveles de energía, el dolor y el sueño, es comprensible que las personas que recibieron apoyo de sus seres queridos fueran más capaces de afrontar la situación.

Cómo impacta la opresión en la menstruación

Según un artículo de una revista del 2018 basado en encuestas a 225 folx que menstrúan, los temas emergentes incluían los impactos negativos en su vida diaria, junto con las percepciones de los proveedores de atención médica y la sociedad de que estos desafíos no constituían una preocupación lo suficientemente legítima para la atención.

Dado que la menstruación afecta a cerca de la mitad de la población de forma regular, estas percepciones opresivas suponen una barrera sustancial.

Esta realidad sólo empeora si también se oprime de otras maneras. En su libro New Blood, Chris Bobel comparte “la noción de Evelyn Higginbotham de ‘respetabilidad sexual’, una norma impuesta e interiorizada por las mujeres negras en su intento de ser respetadas en el contexto de la sociedad racista” y la aplica a todas las mujeres racializadas.

De este modo, las folxs BIPOC de géneros marginados pueden enfrentarse a mayores barreras en lo que respecta al apoyo a los desafíos de la menstruación.

Para las personas trans y no binarias, la menstruación puede significar aún más preocupaciones, especialmente si esas experiencias se cruzan también con la racialización.

En el capítulo 68 de un libro en línea del 2020, Klara Rydström argumenta por qué la menstruación debe entenderse fuera de la lente binaria cis, ya que las mujeres cis no son las únicas que experimentan un período.

Desafortunadamente, las personas trans y no binarias pueden encontrarse con disforia cuando menstrúan, dado que los períodos se enmarcan a menudo como “un asunto de mujeres”.

No es de extrañar que un artículo de una revista del 2018 defendiera “un enfoque queer crip feminista del dolor menstrual”, ya que profundizan en cómo a menudo ni siquiera se cree a las folx cuando buscan ayuda médica y cómo incluso el acto de usar con seguridad un lavabo público puede ser peligroso para las folx trans y no binarias.

Si las personas son capaces de entender cómo factores como la supremacía blanca, el capacitismo, la transfobia, etc., hacen que sus periodos sean un calvario, es menos probable que lo interioricen como un reflejo negativo de sí mismas.

Aunque pueda parecer útil decir a las personas que se tomen las cosas con calma cuando tienen la menstruación, esto puede ser mucho más difícil en una sociedad que a menudo no lo permite para los géneros marginados. Especialmente con la realidad del estigma en relación con la menstruación, que puede ser exacerbado si se trata de personas de raza, trans, etc., los cambios sociales son necesarios para que la menstruación sea menos una barrera.

Si las personas se tomaran más en serio cuando plantean los problemas de la menstruación a su proveedor de atención médica, al lugar de trabajo, etc., probablemente se sentirían más cómodas al hacerlo. Para que se produzcan cambios sociales y políticos, además de que los seres queridos ayuden más en casa o estén cada vez más atentos emocionalmente cuando se tiene la menstruación.

Hasta que se produzcan esos cambios sociales, el afrontamiento puede consistir en utilizar el calor y el ejercicio para controlar los calambres y el dolor de espalda. Puede significar encontrar consuelo en un ser querido cuando el alivio sigue sin llegar. Tanto si recurres a enfoques farmacológicos como a enfoques holísticos, o a ninguno de ellos, puede ser útil considerar una variedad de opciones para satisfacer eficazmente tus necesidades únicas.

Como impacta la opresion en la menstruacion

Desde la primera menstruación hasta la menopausia, nuestra realidad conlleva cambios continuos con cada ciclo menstrual. En vez de juzgar nuestro ciclo como un problema o un mero reflejo de nuestras hormonas, este taller puede catalizar en ti una visión más completa de quién eres y aumentar tu autoestima y satisfacción. Es el momento de transformar el tabú menstrual, aceptando plenamente tu cuerpo y sus ciclos. Cuanto más en armonía vivas con las distintas fases, y mejor conozcas sus potencialidades, mejor disfrutarás de los “dones del ciclo” que llevas dentro. Conectar con nuestro ciclo menstrual es sintonizar con nosotras auténticamente.

A lo largo de 14 semanas registraremos juntas los ciclos mientras aprendemos: las características distintivas de tus fases, sobre ginecología autogestiva, alimentación funcional, la gestión de las emociones, minimizar los malestares que te pueda ocasionar la menstruación, usar el ciclo a tu favor hasta el climaterio.

Establecer la conexión entre la salud menstrual y el autocuidado

La salud menstrual es una práctica continua de autocuidado que las personas que menstrúan llevan a cabo a lo largo de su vida reproductiva. Esto afecta a 300 millones de personas en un día cualquiera. En el caso de las menstruantes individuales, podemos imaginar fácilmente las prácticas de autocuidado que se llevan a cabo durante 3-6 días, cada mes, durante la fase menstrual (por ejemplo, la gestión del flujo de sangre, el dolor, las molestias, etc.). Además, las menstruantes también practican el autocuidado durante otras fases del ciclo, en las que los cambios en los niveles hormonales pueden afectar al metabolismo, el apetito, el estado de ánimo e incluso su capacidad de concentración. Esto es especialmente cierto en el caso de quienes padecen trastornos menstruales como el síndrome de ovario poliquístico (SOP), la endometriosis, la dismenorrea u otros.

La naturaleza secreta o tabú de la menstruación, así como las restricciones culturales y ambientales, repercuten directamente en la capacidad de las personas que menstrúan para gestionar sus períodos y significa que el autocuidado se realiza a menudo en espacios secretos y privados. Además, cuando hay un acceso limitado a una educación precisa, existe el riesgo de que las mujeres y las niñas realicen prácticas menstruales perjudiciales y tomen decisiones desinformadas sobre su cuidado menstrual.

“El autocuidado permite que las personas se conviertan en agentes de su propia salud, lo que lleva a mejorar los resultados, especialmente en el ámbito de la salud sexual y reproductiva, donde el estigma puede impedir que busquen atención.”

Cómo adoptar el autocuidado durante la menstruación

No es ningún secreto que nuestros cuerpos no siempre se sienten bien durante la menstruación y los días previos. Desde los calambres hasta la hinchazón, la fatiga, los cambios de humor y mucho más, puede ser un período difícil de superar. Y lo que es peor, ocurre cada mes, lo que hace que parezca que no hay un final a la vista. La buena noticia es que puedes minimizar algunas de las molestias que experimentas durante el ciclo menstrual y el periodo premenstrual con algunas tácticas de autocuidado y bienestar.

Estas son algunas de las mejores maneras de cuidarse un poco más durante el periodo menstrual y los días previos. Aunque ninguna de ellas es una cura para todo, esperamos que algunas de ellas te hagan sentir mucho mejor que de costumbre cuando llegue ese temido momento del mes.

Priorizar la alimentación

Es bastante común tener antojos de carbohidratos y alimentos azucarados cuando se acerca la menstruación, pero estos pueden hacer que tus niveles de energía se desplomen y también contribuir a los cambios de humor, la hinchazón y la retención de líquidos. En lugar de recurrir a las galletas, los panecillos y otros carbohidratos vacíos, céntrate en las proteínas y las grasas saludables para mantener estables los niveles de azúcar en sangre y reducir la inflamación, la fibra para favorecer una digestión saludable y reducir la hinchazón, y mucha agua, que puede ayudar a la digestión, la regulación hormonal y la hidratación.

También debes asegurarte de consumir una dieta variada con un alto contenido en todas las vitaminas y minerales recomendados. Algunas vitaminas, como la riboflavina y la tiamina, procedentes de alimentos integrales, pueden reducir el riesgo de padecer el síndrome premenstrual. Por otra parte, el hierro es importante, ya que algunas mujeres experimentan una deficiencia de hierro durante la menstruación.

Asegúrate de estar bien descansada

¿Notas que te sientes fatigada o que tienes problemas para dormir cuando tu periodo está presente o cerca? No está sola. Dormir lo suficiente durante el periodo y el periodo premenstrual puede hacer que te sientas con más energía y ayudar a estabilizar tus hormonas. Para crear un entorno que te anime a estar bien descansada, asegúrate de que tu habitación tiene una temperatura agradable, apaga las pantallas unas horas antes de que quieras dormirte e intenta establecer un horario en el que te despiertes y te vayas a dormir a la misma hora cada día.

Mantente activo

Un poco de ejercicio puede ayudar a aliviar algunos de los síntomas del síndrome premenstrual y del período. Una clase de yoga puede aliviar el estrés, la hinchazón y los calambres, mientras que un paseo o una carrera pueden animar a tu cuerpo a liberar endorfinas que mejoran el estado de ánimo. Vigila tus niveles de energía y elige un entrenamiento que te haga sentir bien, teniendo en cuenta que el hecho de que tengas la regla no significa que tengas que huir de los entrenamientos de alta intensidad en todo momento. De hecho, al comienzo de la menstruación puedes tener más energía y fuerza que de costumbre, gracias a la disminución de los niveles de estrógeno y progesterona. Dicho esto, si te sientes cansada, asegúrate de escuchar a tu cuerpo y hacer un entrenamiento que sea ligero o reparador.

Mantente activo

Báñate o utiliza una almohadilla térmica

El calor, ya sea de una almohadilla térmica, un baño caliente o una ducha caliente, es una de las mejores maneras de aliviar la tensión y reducir el dolor asociado a los calambres o a las agujetas. Además, puede ayudarte a sentirte más relajado y cómodo en general. Prueba a añadir un poco de sal a tu baño para conseguir un alivio adicional del dolor.

error: El contenido está protegido