Las relaciones son una parte importante de una vida sana. Las investigaciones han demostrado sistemáticamente que los vínculos sociales son fundamentales para la salud mental y física. Las personas que tienen relaciones saludables tienen mejores resultados de salud, son más propensas a tener comportamientos saludables y tienen un menor riesgo de mortalidad.
Por ejemplo, las investigaciones han demostrado que las personas con relaciones románticas seguras tienen un menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Es importante recordar que no existe una relación perfecta. Cada relación tiene una mezcla de características saludables y no saludables. Lo que hace que un vínculo sea positivo es que cada persona reconoce que estos vínculos requieren trabajo y que cada persona debe esforzarse por mantener la conexión y remediar los problemas.
La gente suele dedicar mucho tiempo a hablar de cómo detectar una mala relación, pero se habla mucho menos de lo que constituye exactamente una relación sana. ¿Cómo puedes saber si tu relación es sana y qué puedes hacer para que una relación buena sea aún mejor?
Preguntas para hacerse a sí mismo:
- ¿Confían el uno en el otro?
- ¿Se respetan mutuamente?
- ¿Se apoyan mutuamente en sus intereses y esfuerzos?
- ¿Son honestos y abiertos el uno con el otro?
- ¿Son capaces de mantener su identidad individual?
- ¿Hablan de sus sentimientos, esperanzas, miedos y sueños?
- ¿Sienten y expresan cariño y afecto?
- ¿Hay igualdad y equidad en su relación?
Las necesidades de cada persona son diferentes. Por ejemplo, algunas personas tienen mayores necesidades de apertura y afecto que otras. En una relación sana, cada persona puede obtener lo que necesita.
Características de las relaciones sanas
Aunque todas las relaciones son diferentes, hay algunas características clave que ayudan a diferenciar una conexión interpersonal sana de otra que no lo es.
Confianza
La confianza en la pareja es un componente clave de cualquier relación sana. Las investigaciones sugieren que la capacidad de confiar en los demás está influenciada por el estilo de apego general. Las relaciones experimentadas en las primeras etapas de la vida ayudan a conformar las expectativas que se tienen de las relaciones futuras. Si sus relaciones anteriores han sido seguras, estables y de confianza, es más probable que también confíe en sus futuras parejas. Sin embargo, si sus relaciones pasadas fueron inestables y poco fiables, es posible que tenga que resolver algunos problemas de confianza en el futuro.
La confianza también se establece por la forma en que la pareja se trata. Cuando ves que tu pareja te trata bien, es fiable y estará ahí cuando la necesites, es más probable que desarrolles esa confianza.
Construir la confianza requiere que la pareja se revele mutuamente compartiendo cosas sobre sí misma. A medida que pasa el tiempo, surgen oportunidades para poner a prueba y evaluar esa confianza. A medida que crece la confianza, la relación se convierte en una gran fuente de confort y seguridad. Si sientes que tienes que ocultar cosas a tu pareja, puede ser porque te falta esta confianza esencial.
Apertura y honestidad
En una relación sana debes sentir que puedes ser tú mismo. Aunque todas las parejas tienen distintos niveles de franqueza y autoexclusión, nunca debes sentir que tienes que ocultar aspectos de ti mismo o cambiar tu forma de ser. Ser abierto y honesto con el otro no sólo ayuda a sentirse más conectado como pareja, sino que también ayuda a fomentar la confianza.
La autodivulgación se refiere a lo que uno está dispuesto a compartir sobre sí mismo con otra persona. Al principio de la relación, es posible que te reprimas y seas más cauto con lo que estás dispuesto a revelar. Con el tiempo, a medida que aumenta la intimidad de la relación, la pareja empieza a revelar más de sus pensamientos, opiniones, creencias, intereses y recuerdos.
Esto no significa que tengas que compartir todo con tu pareja. Cada persona necesita su propia intimidad y espacio. Lo más importante es que cada miembro de la pareja se sienta cómodo compartiendo sus esperanzas, miedos y sentimientos si así lo desea. Las parejas sanas no necesitan estar juntas todo el tiempo ni compartirlo todo.
Sin embargo, las diferencias de opinión sobre el grado de honestidad que debe haber en una relación a veces pueden causar problemas. Afortunadamente, un estudio reveló que cuando las personas no están satisfechas con el nivel de apertura de su pareja, suelen discutir el problema con ella. Este es un buen ejemplo de cómo abordar un problema abiertamente puede ayudar a fortalecer una relación.
Aunque su pareja tenga necesidades diferentes a las suyas, es importante encontrar formas de compromiso sin dejar de mantener sus propios límites. Los límites no tienen que ver con el secreto, sino que establecen que cada persona tiene sus propias necesidades y expectativas.
Los límites saludables en una relación te permiten seguir haciendo las cosas que son importantes para ti, como salir con los amigos y mantener la privacidad, sin dejar de compartir cosas importantes con tu pareja.
Una pareja que tiene expectativas poco saludables de apertura y honestidad puede esperar saber cada detalle de dónde estás y qué estás haciendo, restringir con quién puedes pasar el tiempo o exigir acceso a tus cuentas personales de redes sociales.
Respeto mutuo
En las relaciones estrechas y saludables, las personas se respetan mutuamente. No se rebajan ni menosprecian mutuamente y se ofrecen apoyo y seguridad.
Las parejas pueden mostrarse respeto mutuo de varias maneras. Entre ellas se encuentran:
- Escucharse mutuamente.
- No dejar las cosas para más tarde cuando tu pareja te pide que hagas algo.
- Ser comprensivos y perdonar cuando una persona comete un error.
- Construirse mutuamente; no derribar al otro.
- Hacer un hueco en tu vida para tu pareja.
- Interesarse por las cosas que le gustan a su pareja.
- Permitir que su pareja tenga su propia individualidad.
- Apoyar y fomentar las actividades y pasiones de su pareja.
- Mostrar aprecio y gratitud por el otro.
- Sentir empatía por el otro.
Afecto
Las relaciones sanas se caracterizan por el cariño y el afecto. Las investigaciones han demostrado que la pasión inicial que marca el comienzo de una nueva relación tiende a disminuir con el tiempo, pero esto no significa que disminuya la necesidad de afecto, consuelo y ternura.
El amor apasionado suele darse al principio de la relación y se caracteriza por un intenso anhelo, fuertes emociones y la necesidad de mantener la cercanía física. Este amor apasionado acaba transformándose en amor compasivo, que se caracteriza por sentimientos de afecto, confianza, intimidad y compromiso.
Aunque esos intensos sentimientos iniciales acaban volviendo a los niveles normales, las parejas que mantienen relaciones sanas son capaces de construir una intimidad progresivamente más profunda a medida que la relación avanza.
Sin embargo, es importante recordar que las necesidades físicas son diferentes para cada individuo. No hay una cantidad “correcta” de afecto o intimidad. La clave de una relación sana es que ambos estén satisfechos con el nivel de afecto que comparten con su pareja. Una relación de pareja nutrida se caracteriza por el cariño y el afecto genuinos que se expresan de diversas maneras.
Buena comunicación
Las relaciones sanas y duraderas ya sean de amistad o de pareja, requieren la capacidad de comunicarse bien.
Un estudio reveló que el estilo de comunicación de una pareja era más importante que el estrés, el compromiso y la personalidad para predecir si las parejas casadas acabarían divorciándose.
Aunque pueda parecer que las mejores relaciones son las que no implican conflictos, saber discutir y resolver las diferencias de opinión con eficacia es más importante que limitarse a evitar las discusiones para mantener la paz.
A veces el conflicto puede ser una oportunidad para fortalecer la conexión con la pareja. Las investigaciones han demostrado que el conflicto puede ser beneficioso en las relaciones íntimas cuando es necesario abordar problemas graves, lo que permite a los miembros de la pareja realizar cambios que benefician el futuro de la relación.
Cuando surgen los conflictos, las personas con relaciones sanas son capaces de evitar los ataques personales. En lugar de ello, siguen siendo respetuosos y empáticos con su pareja mientras discuten sus pensamientos y sentimientos y trabajan para encontrar una solución.
Dar y recibir
Las relaciones sólidas se caracterizan por la reciprocidad natural. No se trata de llevar la cuenta o sentir que se debe a la otra persona. Uno hace cosas por el otro porque realmente lo desea. Esto no significa que el dar y recibir en una relación sea siempre 100% equitativo. A veces, un miembro de la pareja puede necesitar más ayuda y apoyo. En otros casos, uno de los miembros de la pareja puede preferir asumir el papel de cuidador. Estos desequilibrios están bien, siempre y cuando cada persona esté de acuerdo con la dinámica y ambos reciban el apoyo que necesitan.
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Señales de problemas
Las relaciones pueden cambiar con el tiempo y no todas las relaciones son 100% saludables todo el tiempo. Los momentos de estrés, en particular, pueden llevar a comportamientos poco saludables y mecanismos de afrontamiento que pueden crear problemas. Una relación no es saludable cuando lo malo supera a lo bueno o cuando ciertos comportamientos son perjudiciales para uno o ambos individuos.
- Sentirse presionado para cambiar quién es.
- Descuidar tus propias necesidades para dar prioridad a tu pareja.
- Sentirse presionado para dejar las cosas que le gustan.
- Falta de privacidad o presión para compartir cada detalle de su vida con su pareja.
- Control desigual sobre los recursos compartidos, incluidos el dinero y el transporte.
- Intentos de controlar sus comportamientos.
- Criticar lo que hace, con quién pasa el tiempo, cómo se viste, etc.
- Tener miedo de compartir sus opiniones o pensamientos.
- Mala comunicación.
- Falta de equidad a la hora de resolver los conflictos.
- Sentir que pasar tiempo juntos es una obligación.
- Evitar al otro.
- Gritar.
- Violencia física.
Algunos problemas pueden ser temporales y algo que pueden abordar juntos, ya sea con métodos de autoayuda o consultando a un profesional de la salud mental. Cuando se trata de problemas más graves, como los comportamientos abusivos, su principal preocupación debe ser mantener su seguridad.
Cómo construir una relación más sana
Los comportamientos tóxicos suelen ser una señal de que una relación insana debe terminar. Para otros problemas, hay muchas maneras de arreglar los puntos débiles y construir una relación más sana.
Algunos pasos que puede dar para fortalecer su relación:
Mostrar aprecio
Las parejas que sienten gratitud por el otro se sienten más cercanas y tienden a estar más satisfechas con sus relaciones. Un estudio publicado en la revista Personal Relationships descubrió que mostrar gratitud por la pareja puede ser una forma importante de aumentar la satisfacción en las relaciones románticas.
Otro estudio descubrió que sentir gratitud por la pareja romántica era un factor de predicción de la duración de la relación.
Mantener el interés
Seguir el ritmo diario del trabajo y los hijos puede hacer que las parejas caigan en la misma rutina. El aburrimiento puede conducir a una mayor insatisfacción a medida que avanza la relación. Los investigadores han descubierto, por ejemplo, que las parejas que declararon sentirse aburridas en el séptimo año de su relación eran más propensas a experimentar insatisfacción matrimonial nueve años después.
¿Qué puede hacer para mantener vivo el romance a largo plazo?
- Dedicar tiempo al otro; programar citas o reservar un tiempo a la semana para centrarse en el otro.
- Probar cosas nuevas juntos; ir a clases o probar un nuevo hobby que les guste a los dos.
- Salgan de la misma rutina.
- Encuentre tiempo para la intimidad.
Cuando buscar ayuda
Todas las relaciones van a tener sus baches en el camino. Los conflictos económicos, los retos de la crianza de los hijos y otras diferencias pueden crear altibajos en una relación duradera. Incluso si usted y su pareja tienen una relación sana la mayor parte del tiempo, a veces pueden surgir problemas que podrían beneficiarse de la ayuda profesional.
Si crees que tu relación podría beneficiarse de la ayuda externa, considera la posibilidad de hablar con un consejero o terapeuta. Un profesional de la salud mental experto en tratar problemas interpersonales y de relación puede ayudarles a ambos a aprender a comunicarse, escucharse y afrontar algunos de los problemas que pueden estar dificultando su relación.
Es importante recordar que no se puede obligar a nadie a cambiar su comportamiento a menos que quiera hacerlo. Si su pareja no está interesada o dispuesta a ir a terapia, vaya por su cuenta y concéntrese en sus propias necesidades y bienestar. Trabaje en la construcción de su sistema de apoyo social fuera de la relación y considere la posibilidad de poner fin a una relación si finalmente no es saludable.
Incluso si su relación parece saludable, puede ser útil a veces dar un paso atrás y buscar mejoras que puedan hacer juntos. Las relaciones sanas se caracterizan por la capacidad de reconocer los problemas, incluidos los suyos propios, que pueden suponer una amenaza para el éxito de la relación a largo plazo. Si están dispuestos a analizar su relación, pueden trabajar juntos para construir una relación más satisfactoria.