Cuando el amor empieza a desvanecerse, antes incluso de enfrentarnos a la posible pérdida de la persona con la que estamos o de la relación que mantenemos, muchos de nosotros lloramos la pérdida de algo dentro de nosotros.
Desenamorarse es como perder una parte de nosotros mismos que antes estaba iluminada. Es uno de los procesos más dolorosos de soportar. No sólo perdemos algo valioso, sino que nos vemos envueltos en el misterio que rodea a esa pérdida. El periodo en el que nos damos cuenta de que nuestros sentimientos han cambiado suele estar plagado de confusión. ¿Qué ha pasado con esa emoción y admiración que antes nos hacía revivir? Según muchos expertos que han estudiado las relaciones de pareja, este misterio es algo que merece la pena explorar cuando sentimos que nos estamos desenamorando.
Hay razones reales por las que la gente se siente infeliz y quiere seguir adelante. Algunas personas cambian de forma real que les hace distanciarse. Otras llegan a conocerse mejor y se dan cuenta de que nunca estuvieron realmente enamoradas, sino en la fantasía. Nadie debería forzarse a permanecer en una situación en la que se siente miserable y menos parecido a sí mismo.
Sin embargo, cuando hablamos de por qué tantas personas experimentan el desamor de alguien que una vez les iluminó y les llenó de alegría, tenemos que preguntarnos qué ocurre para que se produzca este cambio. ¿Nos desenamoramos por las razones correctas? ¿Es posible seguir enamorado a largo plazo o volver a enamorarse después de haberse desenamorado? Quizá le sorprenda que la respuesta abrumadora para muchos en la comunidad científica sea SÍ. El amor real y duradero es posible. Sin embargo, implica cierto esfuerzo, evitar ciertas trampas de la relación y estar dispuesto a superar algunas de nuestras propias defensas y miedos.
Dado que aportamos tanto a nuestras relaciones y a nuestros sentimientos sobre ellas, es valioso practicar la autorreflexión y mirar hacia dentro para ayudar a explorar la cuestión de adónde fue nuestro amor. Muchos de nosotros cuestionamos nuestra relación cuando nuestros sentimientos empiezan a desvanecerse. Es necesario dar sentido a estos sentimientos. Debemos estar seguros de que, si nos vamos, sabemos que es por las razones correctas, y si nos quedamos, estamos haciendo todo lo posible para sentirnos lo más vivos y enamorados. Para entender nuestra propia experiencia de desamor, debemos considerar tres cosas:
¿Por qué te estás desenamorando?
Como dije, uno de los misterios más desafiantes que encontramos en la vida es a dónde van todos esos sentimientos cuando nos desenamoramos. Hay muchas razones por las que las relaciones cambian a peor, pero lo que quizá sea más valioso de considerar son nuestras propias luchas en torno al amor y la intimidad.
Aunque ninguno de nosotros elige desenamorarse, muchos no somos conscientes de las defensas que hemos formado y de las adaptaciones que hemos hecho y que ahora pueden limitar nuestra capacidad de permanecer cerca y conectados a nuestra pareja. Por ejemplo, puede ser difícil mantenerse conectado y confiar completamente en alguien cuando hemos crecido sintiéndonos inseguros y abandonados. Puede ser difícil ser vulnerable y constantemente amable cuando crecimos con personas que eran frías, castigadoras o que tenían su propia dificultad para dar y recibir amor.
Nuestra educación única y nuestros primeros estilos de apego influyen en nuestras defensas y patrones de comportamiento. También pueden crear inseguridades y temores sobre el amor. “Las relaciones interpersonales son la fuente última de felicidad o miseria”, escribió el Dr. Robert Firestone. “El amor tiene el potencial de generar un intenso placer y satisfacción o producir un considerable dolor y sufrimiento”. Cuando nos desenamoramos, puede que, en cierto modo, estemos cayendo en este miedo.
¿Cómo se puede saber si se está cayendo en el amor o sólo se está cediendo al miedo?
Al contrario de lo que se podría suponer, nuestros miedos en torno a la intimidad tienden a ser mayores a medida que nos acercamos a otra persona. Por lo tanto, podemos permitirnos enamorarnos al principio, pero asustarnos cuando la relación se profundiza o se vuelve más “seria”. “El amor -la amabilidad, el afecto, la sintonía sensible, el respeto, el compañerismo- no sólo es difícil de encontrar, sino que para muchas personas es aún más desafiante aceptarlo y tolerarlo… A menudo les resulta difícil aceptar ser amados y reconocidos por lo que realmente son”, dijo el doctor Robert Firestone. “Muchas personas no son conscientes de que ser amadas o especialmente valoradas les hace sentir enfadadas y retenidas”.
En su investigación, los doctores Robert y Lisa Firestone, han enumerado las razones psicológicas más comunes por las que el amor nos asusta sin que seamos plenamente conscientes:
- El amor despierta ansiedad y nos hace sentir vulnerables.
- Hace aflorar la tristeza y los sentimientos dolorosos del pasado (es decir, un amor que no sentimos de niños).
- El amor a menudo provoca una dolorosa crisis de identidad, ya que se nos ve bajo una luz nueva y más positiva.
- Desconecta a las personas de un “vínculo de fantasía” con sus padres o primeros cuidadores.
- Despierta la culpa en relación con la superación de un padre o cuidador.
- El amor suscita cuestiones existenciales dolorosas y temores en torno a la pérdida.
¿Te estás desenamorando o te estás desenganchando de la fantasía?
Muchos de nosotros no somos conscientes de las formas en que pueden tener miedo al amor. Puede que veamos que el verdadero problema de la relación son las formas en que ha cambiado. Podemos enumerar todos los problemas que tiene nuestra pareja, la forma en que él ya no nos mira o ella ya no nos trata. O puede que nos demos cuenta de que nuestro propio comportamiento ha cambiado y lo achaquemos a que ya no sentimos lo mismo hacia nuestra pareja. Sin embargo, la verdadera pregunta que hay que hacerse es ¿por qué cambiaron estas dinámicas en primer lugar? La respuesta suele tener que ver con el miedo y la fantasía.
Cuando describimos que la chispa se está apagando en nuestras relaciones, no solemos ser conscientes de un proceso en el que estamos participando que está literalmente apagando las llamas. Un “vínculo de fantasía” es un concepto desarrollado por el Dr. Robert Firestone, que describe cómo las parejas renuncian al amor real por una fantasía de conexión. “La mayoría de las personas tienen miedo a la intimidad y, al mismo tiempo, les aterra estar solos”, dice Firestone. “Su solución es formar un vínculo de fantasía -una ilusión de conexión y cercanía- que les permite mantener la distancia emocional al tiempo que apacigua la soledad”.
El vínculo de fantasía se crea cuando una pareja sustituye el fondo de la relación real por la forma de ser pareja. Empiezan a sobrepasar los límites del otro, relacionándose como un “nosotros” en lugar de un “tú” y un “yo”. Caen en la rutina y empiezan a hacer cosas por costumbre o por expectativa, en lugar de por verdadera pasión o interés. Pueden intentar controlarse mutuamente, mostrando menos respeto por la autonomía e independencia del otro. Este tipo de relación disminuye naturalmente la atracción, y suele haber menos relación física y personal. En última instancia, incurrir en estos patrones puede llevar a una pareja cada vez más lejos no sólo del otro, sino de ellos mismos y de sus sentimientos amorosos. Cuando nos planteamos por qué nos estamos desenamorando, es útil analizar hasta qué punto podemos haber caído en un vínculo de fantasía con nuestra pareja.
Es triste ver cómo sufren, sufren y sufren; con su autoestima por el suelo por que la persona que aman los rechazó. Si tú eres una de esas personas, si tú quieres sanar tu corazón y recuperar tu autoestima participa ahora mismo en el curso más poderoso y efectivo para recuperar el corazón que existe en el habla hispana.
Señales de que te estás desenamorando
Cuando una relación se vuelve menos vital, a menudo hay muchos elementos en juego. El Dr. John Gottman, uno de los principales investigadores de las relaciones de pareja, ha pasado 25 años observando las interacciones de las parejas. Enumera los cuatro comportamientos más tóxicos entre las parejas, lo que él llama los “cuatro jinetes”, que son los siguientes:
- Crítica: ¿Culpas o atacas a tu pareja?
- Defensividad: ¿Se cierra a las opiniones de su pareja?
- Desprecio: ¿Pone los ojos en blanco, se burla o aleja a su pareja?
- Bloqueo: ¿Te cierras en tus interacciones con tu pareja? ¿Su tono y lenguaje corporal subyacente es distante o retraído?
Cuando nos enamoramos por primera vez, tendemos a tratar a nuestra pareja con un nivel de respeto y amabilidad que conecta con nuestros propios sentimientos de amor. Pero el amor no es sólo un sentimiento que va y viene, sino que surge de esta forma de tratar al otro. Siempre debemos intentar pensar en el amor como un verbo. Requiere una acción real para existir y prosperar. Cuando adoptamos comportamientos destructivos, nos hacemos un flaco favor a nosotros mismos y a nuestra pareja al limitar las expresiones/sentimientos de afecto. Todos actuamos de formas que no nos gustan de vez en cuando, pero siempre es beneficioso considerar si alguno de los cuatro jinetes se ha abierto camino en alguna parte de nuestra relación.
También es útil tener en cuenta las siguientes preguntas planteadas por la Dra. Lisa Firestone para ayudar a evaluar la situación y determinar si la relación en sí no está funcionando.
- ¿Está mi relación afectando negativamente a otras áreas de mi vida?
- ¿Me siento molesto y fragmentado la mayor parte del tiempo?
- ¿Estoy demasiado distraído por mi relación como para funcionar de forma saludable?
- ¿Rara vez me siento yo mismo?
- ¿Estoy ansioso o desesperado por mi pareja?
- ¿Siento que hay algo malo en mí que estoy desesperado por arreglar?
- ¿Mi relación ha afectado o perjudicado a mis amistades?
- ¿Ha afectado a mi forma de ser padre o madre (es decir, me distraigo del cuidado de mis hijos o dependo demasiado de ellos para satisfacer mis necesidades)?
- ¿Me siento crónicamente avergonzado de mí mismo?
- ¿Me siento deprimido o desesperanzado sobre mi vida la mayor parte del tiempo?
Si una relación nos causa este tipo de angustia, podemos decidir que no es adecuada para nosotros. Podemos terminar la relación o buscar asesoramiento que nos ayude a entender lo que está pasando.
¿Puedes evitar el desamor?
Todas las relaciones se enfrentan a retos, porque ninguna persona es perfecta. Si hemos caído en algunos patrones destructivos o nuestra relación tiene algunas características de un vínculo fantasioso, no debemos desesperar. Estos problemas existen a lo largo de un continuo. Es realmente posible dar un giro para recuperar el amor que una vez compartimos con otra persona. La respuesta corta a la pregunta de si podemos evitar desenamorarnos es que sí. Mantenerse enamorado es posible, pero como la mayoría de las cosas buenas de la vida, suele requerir cierto esfuerzo.
Un estudio neurológico de la Universidad de Stony Brook dirigido por Bianca P. Acevedo y Arthur Aron reveló una actividad cerebral similar entre las parejas que acababan de enamorarse y las que llevaban más de 20 años juntas. Estas parejas de larga duración experimentaron lo que los investigadores denominaron “amor romántico”, que se caracteriza por “intensidad, compromiso e interés sexual”. Esta forma de amor está relacionada con la satisfacción marital, el bienestar, la alta autoestima y la longevidad de la relación. Cuando las parejas mantienen la intensidad, el compromiso y la conexión física, pueden mantener sus cerebros encendidos y avivar sus sentimientos amorosos mutuos durante décadas. Esto llevó al Dr. Acevedo a concluir: “Las parejas que llevan mucho tiempo juntas y desean recuperar su ventaja romántica deben saber que es un objetivo alcanzable que, como la mayoría de las cosas buenas de la vida, requiere energía y devoción.”
Esto nos devuelve a la idea de que el amor es un verbo. Conectar con nuestros propios sentimientos amorosos a menudo implica pasar a la acción. Erich Fromm escribió una vez: “Sólo hay una prueba de la presencia del amor: La profundidad de la relación, y la vitalidad y fuerza en cada persona implicada; éste es el fruto por el que se reconoce el amor”. También es Fromm quien dijo célebremente que el amor “no es un sentimiento, es una práctica”. Antes de decidir que nos hemos desenamorado, quizá queramos pensar en todas las acciones que podemos llevar a cabo para comprobar nuestros propios sentimientos amorosos. ¿Podemos comprometernos a vivir plenamente en nosotros mismos antes de dar por muerta nuestra relación?
“El amor implica comportamientos. Es una habilidad”, dijo la Dra. Lisa Firestone. “Cuando elegimos cada día tratar a otra persona con gentileza, afecto, amabilidad y respeto, cultivamos y hacemos crecer nuestra propia capacidad de amar”. Tras años de investigación sobre las relaciones, los doctores Robert y Lisa Firestone desarrollaron la Tabla de Interacciones de Pareja para distinguir las características de una relación ideal, amorosa y romántica, y de un vínculo de fantasía.
Cualidades importantes para un amor duradero
No ser defensivo y abierto vs enfadarse y cerrarse
Esto es lo contrario de la evasión. Tenemos que acoger la retroalimentación. La comunicación abierta con nuestra pareja nos permite conocernos realmente y abordar los problemas que perjudican la relación.
Honestidad frente a engaño
Tenemos que ser capaces de confiar en el otro para sentirnos completamente vulnerables.
Respeto a la independencia vs sobrepasar los límites
La Dra. Lisa Firestone dice que en una relación debemos intentar ampliar el mundo del otro, no reducirlo. Eso significa apoyar los intereses y la independencia del otro. Permitir que el otro se exprese plenamente como es.
Afecto físico y sexualidad personal vs falta de afecto y sexualidad rutinaria
La razón principal para mantener estos sentimientos a largo plazo fue la presencia de comportamientos físicamente afectuosos, como abrazos y besos. Esto concuerda con la investigación del Dr. Acevedo, que subraya la importancia de la conexión física en el amor romántico duradero.
Comprensión frente a incomprensión
Para amar a alguien, tenemos que verle tal y como es. Debemos tratar de entender lo que están experimentando.
Manipulaciones de dominio vs comportamientos de no control
Hay que procurar una relación igualitaria y respetuosa. Ninguna de las dos personas debe intentar controlar a la otra ni negarle oportunidades de ser ella misma.
Antes de decidir renunciar al amor o a las relaciones, es valioso reflexionar sobre las defensas que aportamos y las dinámicas que pueden estar limitando nuestra capacidad de amar. Este es un proceso que puede alterar el curso de nuestras vidas. Debemos conocernos a nosotros mismos para poder enamorarnos de verdad de otra persona. Sólo cuando nos damos cuenta de quiénes somos podemos saber plenamente lo que queremos.
Podemos utilizar la experiencia de enamorarse o desenamorarse como una oportunidad para conocernos mejor, para comprender nuestras tendencias, nuestros miedos y nuestros patrones. Podemos reconocer los comportamientos en los que caemos y que pueden crear distancia en nuestras relaciones. Y podemos afrontar el reto de cambiar estos comportamientos con autocompasión.
Cualquier lección que aprendamos, podemos llevarla a cualquier relación. Así, cuando sea la correcta, tendremos las herramientas para luchar por el amor que queremos a largo plazo.