Todas las actividades para aliviar el estrés del mundo no servirán de nada si no te cuidas a ti mismo. La meditación no te servirá de nada si no duermes lo suficiente. De hecho, cuando intentas meditar, puedes quedarte dormido porque no estás atendiendo a la necesidad de sueño de tu cuerpo.
Del mismo modo, ir al gimnasio de vez en cuando no te aliviará mucho el estrés si no alimentas tu cuerpo regularmente con comida sana y rica en nutrientes. Si quieres que tus actividades para aliviar el estrés sean efectivas, debes atender primero a tus necesidades básicas.
Este artículo analiza algunos de los diferentes tipos de autocuidado y por qué son tan importantes. También cubre algunas de las cosas que puedes hacer para desarrollar tu propio plan de autocuidado.
¿Qué es el autocuidado?
El autocuidado se ha definido como “un proceso multidimensional y multifacético de participación intencionada en estrategias que promueven un funcionamiento saludable y mejoran el bienestar”. Esencialmente, el término describe un acto consciente que una persona realiza para promover su propia salud física, mental y emocional.
El autocuidado puede adoptar muchas formas. Puede ser asegurarse de que se duerme lo suficiente cada noche o salir unos minutos a tomar aire fresco.
El autocuidado es vital para desarrollar la capacidad de resistencia frente a los factores de estrés de la vida que no se pueden eliminar. Cuando hayas tomado medidas para cuidar tu mente y tu cuerpo, estarás mejor equipado para vivir tu mejor vida.
Sin embargo, por desgracia, muchas personas consideran el autocuidado como un lujo, en lugar de una prioridad. En consecuencia, se sienten abrumados, cansados y mal equipados para afrontar los inevitables retos de la vida.
Es importante que evalúes cómo te cuidas en varios ámbitos diferentes para asegurarte de que cuidas tu mente, tu cuerpo y tu espíritu.
Diferentes tipos de autocuidado
El autocuidado no consiste sólo en encontrar formas de relajarse. Se trata de cuidarse mentalmente, físicamente, emocionalmente, socialmente y espiritualmente. Para cuidar tu salud y bienestar, es importante encontrar un equilibrio que te permita abordar cada una de estas áreas. A veces puedes necesitar más autocuidado en un área específica para restablecer el equilibrio o encontrar alivio a un factor de estrés en tu vida.
Autocuidado físico
Tienes que cuidar tu cuerpo si quieres que funcione de forma eficiente. Ten en cuenta que existe una fuerte conexión entre tu cuerpo y tu mente. Cuando cuides tu cuerpo, también pensarás y te sentirás mejor.
El autocuidado físico incluye la forma en que alimentas tu cuerpo, cuánto duermes, cuánta actividad física realizas y cómo atiendes tus necesidades físicas. Acudir a las citas médicas, tomar la medicación según lo prescrito y controlar su salud forman parte de un buen autocuidado físico.
En lo que respecta al autocuidado físico, hágase las siguientes preguntas para evaluar si hay algunas áreas que necesita mejorar:
- ¿Duermes lo suficiente?
- ¿Su dieta alimenta bien a su cuerpo?
- ¿Se hace cargo de su salud?
- ¿Hace suficiente ejercicio?
Autocuidado social
La socialización es clave para el autocuidado. Pero, a menudo, es difícil sacar tiempo para los amigos y es fácil descuidar tus relaciones cuando la vida se vuelve ajetreada.
Los vínculos estrechos son importantes para tu bienestar. La mejor manera de cultivar y mantener relaciones estrechas es dedicar tiempo y energía a construir tus relaciones con los demás.
No hay un número determinado de horas que debas dedicar a tus amigos o trabajar en tus relaciones. Cada persona tiene unas necesidades sociales ligeramente diferentes. La clave es averiguar cuáles son tus necesidades sociales y dedicar el tiempo suficiente a tu agenda para crear una vida social óptima.
Para evaluar tu autocuidado social, considera:
- ¿Pasas suficiente tiempo cara a cara con tus amigos?
- ¿Qué haces para cultivar tus relaciones con los amigos y la familia?
Autocuidado mental
La forma de pensar y las cosas con las que llenas tu mente influyen en gran medida en tu bienestar psicológico.
El autocuidado mental incluye hacer cosas que mantengan tu mente aguda, como los rompecabezas, o aprender sobre un tema que te fascina. La lectura de libros o el visionado de películas que te inspiran alimentan tu mente.
El autocuidado mental también implica hacer cosas que te ayuden a mantenerte mentalmente sano. Practicar la autocompasión y la aceptación, por ejemplo, te ayuda a mantener un diálogo interior más saludable.
Aquí tienes un par de preguntas que debes tener en cuenta cuando pienses en tu autocuidado mental:
- ¿Tienes tiempo suficiente para realizar actividades que te estimulen mentalmente?
- ¿Estás haciendo cosas proactivas que te ayuden a mantenerte mentalmente sano?
Autocuidado espiritual
Las investigaciones demuestran que un estilo de vida que incluya la religión o la espiritualidad es generalmente un estilo de vida más saludable.
Sin embargo, alimentar su espíritu no tiene por qué implicar la religión. Puede implicar cualquier cosa que le ayude a desarrollar un sentido más profundo de significado, comprensión o conexión con el universo.
Tanto si le gusta meditar, como asistir a un servicio religioso o rezar, el autocuidado espiritual es importante.
Al considerar su vida espiritual, pregúntese:
- ¿Qué preguntas te haces sobre tu vida y tu experiencia?
- ¿Participa en prácticas espirituales que le resultan satisfactorias?
Autocuidado emocional
Es importante contar con habilidades de afrontamiento sanas para lidiar con emociones incómodas, como la ira, la ansiedad y la tristeza. El autocuidado emocional puede incluir actividades que le ayuden a reconocer y expresar sus sentimientos de forma regular y segura.
Tanto si habla con su pareja o con un amigo cercano sobre cómo se siente, como si reserva tiempo para actividades de ocio que le ayuden a procesar sus emociones, es importante incorporar el autocuidado emocional a su vida.6
Al evaluar sus estrategias de autocuidado emocional, considere estas preguntas:
- ¿Tiene formas saludables de procesar sus emociones?
- ¿Incorpora a su vida actividades que le ayuden a sentirse recargado?
- ¿Por qué es importante el autocuidado?
Se ha demostrado que tener una rutina de autocuidado eficaz tiene una serie de importantes beneficios para la salud. Algunos de ellos son:
- Reducir la ansiedad y la depresión.
- Reducir el estrés y mejorar la capacidad de recuperación.
- Mejorar la felicidad.
- Aumentar la energía.
- Reducir el agotamiento.
Un curso para aprender a cuidarte mejor y ponerte como prioridad ante cualquier situación o cualquier persona. Practicar el autocuidado no tiene nada que ver con los roles que tienes en la vida, ni la edad. Dedicar un tiempo para sí mismo y hacerlo prioridad te permite ser más feliz y disfrutar a plenitud cada momento. En este curso te enseñamos y te ayudamos a integrarlo a tu rutina.
Fortalecer las relaciones interpersonales
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el autocuidado es importante porque puede ayudar a promover la salud, prevenir enfermedades y ayudar a las personas a afrontar mejor la enfermedad.
Las formas específicas de autocuidado también se han relacionado con diferentes beneficios para la salud y el bienestar, incluyendo una vida más larga. El ejercicio, la búsqueda de un propósito en la vida y el sueño se han relacionado con un aumento de la esperanza de vida.
Desarrolle su plan de autocuidado
Un plan de autocuidado eficaz debe adaptarse a su vida y a sus necesidades. Tiene que ser algo creado por ti, para ti. Personalizar tu propio plan de autocuidado puede actuar como una medida preventiva para asegurarte de que no te sientes abrumado, estresado y agotado.
Evalúa qué áreas de tu vida necesitan más atención y autocuidado. Y reevalúa tu vida a menudo. A medida que tu situación cambia, es probable que tus necesidades de autocuidado también cambien.
A la hora de elaborar tu plan de autocuidado, los siguientes pasos pueden ser útiles:
Evalúa tus necesidades
Haz una lista de las diferentes partes de tu vida y de las principales actividades que realizas cada día. El trabajo, la escuela, las relaciones y la familia son algunas de las que podrías enumerar.
Considere sus factores de estrés
Piensa en los aspectos de estas áreas que te causan estrés y considera algunas formas de abordar ese estrés.
Diseña estrategias de autocuidado
Piensa en algunas actividades que puedas hacer para sentirte mejor en cada una de estas áreas de tu vida. Pasar tiempo con los amigos o desarrollar límites, por ejemplo, puede ser una forma de construir conexiones sociales saludables.
Planifica los retos
Cuando descubras que estás descuidando un determinado aspecto de tu vida, crea un plan de cambio.
Da pequeños pasos
No tienes que abordar todo de una vez. Identifica un pequeño paso que puedas dar para empezar a cuidarte mejor.
Programe tiempo para centrarse en sus necesidades
Incluso cuando sientas que no tienes tiempo para hacer una cosa más, haz del autocuidado una prioridad. Cuando te ocupes de todos los aspectos de ti mismo, descubrirás que eres capaz de actuar con mayor eficacia y eficiencia.
Las exigencias de tu vida diaria pueden dictar qué tipo de autocuidado puedes necesitar más. Un plan de autocuidado para un estudiante universitario ocupado que se siente estimulado mentalmente todo el tiempo y tiene una vida social ajetreada podría necesitar enfatizar el autocuidado físico. Una persona jubilada, por el contrario, puede necesitar incorporar más autocuidado social en su agenda para asegurarse de que sus necesidades sociales están cubiertas.
El autocuidado no es una estrategia única. Tu plan de autocuidado tendrá que adaptarse a tus necesidades y a lo que ocurre actualmente en tu vida. No hay que esperar a llegar al punto de ruptura. El objetivo es tomar medidas cada día para asegurarte de que obtienes lo que necesitas para lidiar con el estrés y los retos a los que te enfrentas en tu vida diaria.
Qué cuenta como autocuidado y qué no
No hay manera de decir exactamente lo que cuenta como autocuidado, porque la definición de cada uno es propia y única.
La regla fundamental es que se trata de algo que te aporta una alegría más sostenida a largo plazo. Y aunque hay muchos ejemplos de autocuidado que parecen estar en la delgada línea que separa un comportamiento que mejora la salud de la autoindulgencia, el autocuidado no tiene por qué consistir en llenar el calendario de experiencias lujosas o actividades que cuestan dinero (aunque ciertamente puede ser así).
Piensa en una manicura, un masaje o cualquier otra actividad que te mime. Puede parecer un capricho, pero si la actividad te ayuda a desestresarte y a sacar tiempo para ti, cuenta como autocuidado. Si la manicura semanal o los días de spa mensuales están fuera de tu alcance, hay muchas otras prácticas de autocuidado que puedes adoptar.
Incluso si no puedes gastar mucho tiempo y dinero, Gill López dice que puedes practicar el autocuidado varias veces a la semana convirtiendo cosas que haces a diario en prácticas de autocuidado.
Tal vez intentes ser más consciente de tus pensamientos durante el viaje al trabajo, o tal vez encuentres formas de hacer que las tareas diarias, como ducharte, sean más agradables. Elige un jabón con un aroma que te guste y concéntrate en las sensaciones físicas de la ducha. Dice Gill López: ¿A qué huele tu ducha? ¿Cómo suena? ¿Cómo se siente el agua caliente en la piel? “Durante unos 10 minutos en la ducha, que tengo que hacer de todos modos, en lugar de dejar que mi cerebro de mono se desboque, estoy ahí mismo”, dice.
Las tareas diarias, como hacer la cama por la mañana, también son ejemplos de autocuidado, o pueden serlo. “Aquí es donde entra en juego la individualidad, porque para algunas personas no hay forma de que hacer la cama se sienta como un autocuidado; puede que sólo se sienta como una tarea”, dice Amsellem, especialista. Pero si te ayuda a reclamar tu día y te da una sensación de logro desde el principio, tendrás eso contigo incluso si el resto del día se descarrila, dice Amsellem.
El simple acto de hacer la cama por la mañana probablemente no sea suficiente para cubrir todo el cuidado personal, dice. Es posible que tengas que dedicar tiempo y energía a otras prácticas de autocuidado, añade. “Pero si hay algunos días en los que te sientes fuera de control, en esos días, empezar el día haciendo lo que querías hacer por ti mismo puede ser una de las mayores formas de autocuidado que realices ese día”.
Y a veces, cuando todos los demás planes de autocuidado se desbaratan (te has saltado la clase de yoga, tu amigo ha cancelado tu cita para tomar un café… todos hemos pasado por ello), son esas pequeñas prácticas de autocuidado las que nos proporcionan la calma suficiente para ayudarnos a pasar el día y despertarnos de mejor humor mañana.