La persona auténticamente lógica mantiene su lógica arraigada en la verdad y nunca deja que se convierta en un mero engaño verbal.
Convertirse en una persona lógica no es sólo cuestión de memorizar y aplicar fórmulas, o de aprender a distinguir entre un silogismo válido y otro inválido. Más bien implica cultivar hábitos y habilidades intelectuales que, aunque parezcan sencillos y obvios, sólo se consiguen tras años de lucha y educación.
En su libro Ser lógico: A Guide to Good Thinking, el venerable profesor de filosofía D.Q. McInerny expone los siguientes hábitos que las personas deben cultivar si quieren pensar con claridad y eficacia:
¿Qué es el pensamiento lógico?
El pensamiento lógico es el acto de analizar una situación y llegar a una solución sensata. Al igual que el pensamiento crítico, el pensamiento lógico requiere el uso de habilidades de razonamiento para estudiar un problema de forma objetiva, lo que le permitirá llegar a una conclusión racional sobre cómo proceder. Cuando utilizas los hechos de los que dispones para abordar un problema al que te enfrentas en el trabajo, por ejemplo, estás utilizando habilidades de razonamiento lógico.
Es un proceso en el que se utiliza el razonamiento de forma coherente para llegar a una conclusión. Los problemas o situaciones que implican un pensamiento lógico exigen una estructura, relaciones entre hechos y cadenas de razonamiento que “tengan sentido”.
En este artículo, exploraremos las razones por las que el pensamiento lógico puede ayudarte a ser un profesional más fuerte con consejos sobre cómo puedes mejorar tus habilidades de pensamiento lógico.
¿Por qué son importantes las habilidades de pensamiento lógico?
Las habilidades de pensamiento lógico son importantes porque pueden ayudarle a razonar sobre decisiones importantes, resolver problemas, generar ideas creativas y establecer objetivos, todo lo cual es necesario para desarrollar su carrera. Tanto si acaba de entrar en el mercado laboral como si quiere avanzar en su carrera, se encontrará a diario con retos que requieren habilidades de razonamiento lógico. Cuanto más fuertes sean sus habilidades de pensamiento lógico, más fácilmente podrá idear soluciones y planes que le beneficien a usted y a su lugar de trabajo.
Características de una persona lógica
Están atentos
“Muchos errores de razonamiento se explican porque no prestamos suficiente atención a la situación en la que nos encontramos”, escribe McInerny. Así, la persona lógica se ha entrenado para prestar siempre atención a los detalles -incluso en situaciones que le son familiares- para no cometer un juicio descuidado.
Aclaran los hechos
Si un hecho determinado es una cosa realmente existente a la que tenemos acceso, entonces la manera más segura de establecer su facticidad es ponernos en su presencia. Entonces tenemos una prueba directa de ello. Si no podemos establecer la facticidad por medio de pruebas directas, debemos comprobar rigurosamente la autenticidad y la fiabilidad de cualquier prueba indirecta a la que recurramos para que, sobre la base de esa prueba, podamos establecer con seguridad la facticidad de la cosa.
Se aseguran de que sus ideas son claras
Nuestras ideas son el medio por el que nuestra mente entiende el mundo objetivo. Las ideas claras reflejan fielmente ese mundo, mientras que las ideas poco claras nos dan una visión distorsionada del mundo. La persona lógica pone constantemente a prueba sus ideas para asegurarse de que representan fielmente sus objetos.
Son conscientes de los orígenes de las ideas
La persona lógica sabe cuáles de sus ideas se basan en cosas que existen realmente en el mundo. Sabe, por ejemplo, que su idea de “gato” corresponde a cosas del mundo objetivo conocidas como “gatos”. Como contraejemplo, hay mucha gente que tiene la idea de que existió una mujer papa llamada Juana en el siglo IX. Pero si dedicaran tiempo a investigar el origen de esa idea, descubrirían que los historiadores respetables consideran que se originó en una leyenda.
Relacionan las ideas con los hechos
McInerny escribe: “Para evitar que mi idea sea un producto de puro subjetivismo, en cuyo caso no podría ser comunicada a los demás, tengo que tocar continuamente la base de los muchos hechos del mundo objetivo de los que nació la idea”. Esto es fácil de hacer con las ideas que tienen una simple correspondencia con cosas del mundo fuera de nuestras mentes (por ejemplo, mi idea de “gato” se refiere a un gato real). Es mucho más difícil de hacer, como todos hemos experimentado, con ideas más complejas como el capitalismo y el socialismo, o el conservadurismo y el liberalismo. Para que estas ideas sigan siendo sólidas, deben estar constantemente vinculadas a hechos accesibles para todos y apoyadas en ellos.
Combinan las palabras con las ideas
Sólo podemos comunicar nuestras ideas a los demás si utilizamos palabras que las transmitan con precisión. Pero encontrar las palabras adecuadas puede ser difícil. Cuando surgen dificultades, debemos volver a las fuentes:
“¿Cómo nos aseguramos de que nuestras palabras sean adecuadas a las ideas que pretenden transmitir? El proceso es esencialmente el mismo que seguimos cuando confirmamos la claridad y solidez de nuestras ideas: Debemos volver a las fuentes de las ideas. A menudo no podemos dar con la palabra adecuada para una idea porque no tenemos una idea firme. Por lo general, cuando aclaramos la idea cotejándola con su fuente en el mundo objetivo, nos llega la palabra correcta”.
Comunican con eficacia
La lógica consiste, en última instancia, en determinar si las afirmaciones son verdaderas o falsas. Para que los demás determinen con exactitud la verdad de una afirmación, es necesario comunicársela de forma clara.
McInerny ofrece las siguientes directrices para una comunicación clara:
- No dé por sentado que su público entiende lo que quiere decir si no lo hace explícito.
- Hable con frases completas.
- No trate las afirmaciones evaluativas (por ejemplo, “Esa obra de arte es fea”) como si fueran afirmaciones de hechos objetivos.
- Evite las dobles negaciones.
- Adapte su lenguaje a su audiencia.
Evitan el lenguaje vago y ambiguo
“Vago” y “ambiguo” vienen ambos de palabras latinas que significan “errante”. El lenguaje vago y ambiguo tiende a vagar alrededor de las ideas en lugar de tener un significado fijo y definido. Una persona lógica utiliza un lenguaje preciso para que su oyente sepa exactamente de qué está hablando y pueda evaluar adecuadamente la veracidad de sus afirmaciones. Si se refiere a términos más complejos como “libertad” o “igualdad”, se asegura de establecer su comprensión particular de esos términos.
Evitan el lenguaje evasivo
El problema con el lenguaje evasivo, el lenguaje que no declara directamente lo que un orador o escritor tiene en mente, es doble. En primer lugar, y obviamente, puede engañar a la audiencia. En segundo lugar, y de forma más sutil, puede tener un efecto nocivo en las personas que lo utilizan, distorsionando su sentido de la realidad. El usuario da forma al lenguaje, pero el lenguaje también da forma al usuario. Si utilizamos sistemáticamente un lenguaje que sirve para distorsionar la realidad, podemos llegar a creernos nuestra propia retórica retorcida.
Buscan llegar a la verdad de las cosas
El propósito de la lógica, según McInerny, es llegar a la verdad de las cosas. Explica que hay dos formas básicas de verdad: la verdad “ontológica” -lo que realmente existe y tiene un ser real- y la verdad “lógica” -la verdad de los enunciados-. En última instancia, nos recuerda, “lo que determina la verdad o la falsedad de una afirmación es lo que existe realmente en el mundo real”. La verdad lógica, en otras palabras, se basa en la verdad ontológica”.
La persona auténticamente lógica, por tanto, mantiene su lógica enraizada en la verdad y nunca deja que se convierta en un mero truco verbal.
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Cómo fortalecer las habilidades de pensamiento lógico
Hay muchas maneras de reforzar el pensamiento lógico en tu trabajo diario. He aquí algunos métodos que puedes considerar para desarrollar tus habilidades de pensamiento lógico:
- Dedicar tiempo a pasatiempos creativos.
- Practicar el cuestionamiento.
- Socialice con otras personas.
- Aprenda una nueva habilidad.
- Intenta anticipar el resultado de tus decisiones.
Dedicar tiempo a aficiones creativas
Las salidas creativas, como dibujar, pintar, escribir o tocar música, pueden estimular el cerebro y ayudar a promover el pensamiento lógico. El pensamiento creativo desarrolla de forma natural la capacidad de resolver problemas, lo que puede ayudarle a mejorar su rendimiento en el trabajo.
Aprender un nuevo instrumento, por ejemplo, requiere una profunda reflexión y concentración. Las habilidades de pensamiento lógico que obtendrá de este proceso pueden ayudarle a abordar su trabajo con más atención, desarrollando su capacidad para resolver más problemas con flexibilidad y facilidad.
Además, las aficiones creativas ayudan a reducir el estrés. Cuando tus niveles de estrés son manejables, es probable que te resulte más fácil concentrarte y tomar decisiones lógicas. Puedes manejar el estrés de muchas maneras diferentes, pero desarrollar tu mente creativa es especialmente productivo y puede reforzar tanto tu vida personal como profesional.
Practicar el cuestionamiento
Una de las mejores maneras de reforzar sus habilidades de pensamiento lógico es hacer preguntas sobre cosas que normalmente acepta como hechos. Hacer preguntas con regularidad le ayuda a ver las situaciones de forma más completa, lo que le permite abordar los problemas en el trabajo de forma más lógica y creativa.
Hacer preguntas también puede llevarle a descubrir temas que no había considerado antes, lo que puede animarle a seguir explorando. Puedes utilizar este método en cualquier lugar, especialmente en el trabajo. Piensa en un departamento de tu lugar de trabajo con el que no estés familiarizado y crea una lista de preguntas que te ayuden a entender su propósito.
Por ejemplo, si trabajas en ventas y quieres saber más sobre la optimización de los motores de búsqueda, considera la posibilidad de pedir a alguien de ese departamento una breve entrevista informativa para conocer mejor sus proyectos y procesos actuales. Esto puede ayudarte a pensar de forma más crítica sobre tu papel en el trabajo en relación con ese equipo.
Socializar con otros
Establecer relaciones con otras personas puede ampliar tu perspectiva, dándote más oportunidades para desarrollar tus habilidades de pensamiento lógico. Cuando conoces mejor a alguien y aprendes su punto de vista, puede ayudarte a enfocar los problemas en el trabajo de una manera nueva y diferente.
Hay muchas formas de invertir tiempo en construir relaciones, desde participar en una actividad que os guste a los dos hasta simplemente comer o quedar para tomar un café juntos de forma regular. Cuanto más lógica sea la gestión de los problemas en el trabajo, más fácilmente podrás avanzar en tu carrera.
Aprender una nueva habilidad
Aprender una nueva habilidad también puede ayudarte a agudizar tus habilidades lógicas. Si aprovechas la oportunidad de aprender tan a menudo como sea posible, puedes aplicar el mismo nivel de pensamiento a tu trabajo.
Por ejemplo, puedes decidir empezar a aprender un nuevo lenguaje de codificación, un proceso que requiere pensar y planificar cuidadosamente. Practicar todos los días no solo te ayudará a ponerte en la mentalidad de abordar los problemas de forma reflexiva en el trabajo, sino que también desarrollarás una nueva habilidad que te ayudará a avanzar en tu carrera.
Intente anticipar el resultado de sus decisiones
Cuando trabajes para fortalecer tus habilidades de pensamiento lógico, es útil considerar el impacto que tus decisiones podrían tener en el futuro. Cuanto más preste atención a los resultados de sus decisiones, más fácil le resultará el proceso.
Cuando se te ocurra una solución a un problema en el trabajo, intenta pensar en cuál puede ser el resultado. Con el tiempo, te resultará más fácil pensar en los resultados inmediatos y a largo plazo de tus decisiones, que es un aspecto importante del pensamiento lógico.
Las habilidades lógicas pueden reforzarse fácilmente con la práctica diaria. Cuando aplique estos ejercicios con regularidad, empezará a abordar de forma natural las decisiones cotidianas en el trabajo con una perspectiva más lógica.