Muchas parejas experimentan problemas de relación en algún momento y reconocer los problemas de relación y desarrollar comportamientos y herramientas para prevenirlos no sólo le ayudará a mediar en los conflictos y problemas. También le ofrecerá nuevas formas de tratar con su pareja en el futuro.
Los problemas en las relaciones pueden presentarse de muchas formas. Al reconocer los problemas del pasado y al mismo tiempo tener en cuenta las herramientas que desarrollas para prevenir futuros problemas en la relación, tú y tu pareja están en un camino saludable hacia una relación amorosa y duradera.
Problemas más comunes en las relaciones
Como la mayoría de las relaciones interpersonales, la mayoría de las parejas románticas experimentan algún reto en algún momento de su relación. Algunos de estos retos comunes pueden ser la infidelidad, la pérdida de intimidad, las dificultades de comunicación, los retos del estrés, las presiones financieras, la violación de los límites, la dificultad para equilibrar las expectativas individuales y de la pareja, el divorcio, la separación y la ruptura. Sea cual sea el reto, es importante señalar que todas las relaciones diádicas experimentarán algún tipo de malestar en algún momento. A continuación, examinaremos algunos de los retos más comunes de las relaciones románticas.
Discusiones
Establece reglas para las discusiones, como tomarse un tiempo, no decir palabrotas y ceñirse al punto. Establece un horario para hablar de los problemas antes de que se acumulen. Pregúntate por qué estás realmente descontento. Las discusiones sobre a quién le tocaba cargar el lavavajillas suelen tener que ver con cuestiones más profundas que no has podido expresar, como la ira o la tristeza.
Comunicación
Algunas parejas tienen estilos de comunicación diferentes, como los que hablan y los que no hablan, o las personas que se ocupan de las cosas hablando y las que les gusta seguir adelante. Otras parejas solían comunicarse bien, pero han dejado de escucharse mutuamente; en su lugar, intentan llenar los espacios en blanco y leer la mente. A veces, cada conversación se convierte en una batalla.
Todos estos problemas pueden superarse si la pareja está dispuesta a identificar lo que falla y a hacer algunos cambios. Incluso puedes hacerlo tú mismo si tu pareja no quiere hablar contigo de ello. Pregúntese: “¿Qué pasa cuando quiero hablar de algo importante?” “¿Cuándo fue la última vez que me esforcé por escuchar y comprender realmente a mi pareja?”
Piensa primero en lo que quieres decir. Elige el momento y el lugar. Practica el “tiempo de conversación”, en el que cada uno tiene tres minutos para decir lo que necesita sin ser interrumpido y luego tu pareja responde. Utiliza el correo electrónico o escribe una carta si tienes algo importante que decir y no encuentras las palabras. Intenta utilizar frases en “yo” y evita culpar a la otra persona; cuando la gente se pone a la defensiva es difícil escuchar bien.
Crecer separados
“Algunas parejas cambian juntas, pero puede ser difícil cuando uno de los dos parece hacer la mayor parte del cambio”.
Es normal cambiar con el tiempo. Algunas parejas cambian juntas, pero puede ser difícil cuando uno de los dos parece hacer la mayor parte del cambio. Es importante pensar en cómo puedes tener una relación satisfactoria con esta “nueva” persona y no gastar tu energía lamentándote por la persona que era. Esto tiene el potencial de ser emocionante, ya que podéis descubrir nuevas formas de estar juntos. Si hablan entre ustedes y realmente sienten que quieren cosas diferentes como individuos, su relación puede seguir funcionando, siempre y cuando tengan lo suficiente para mantenerse conectados como pareja.
Infidelidad
Las relaciones pueden reconstruirse después de las infidelidades, pero se necesita honestidad y la voluntad de responder a las heridas que quedan. Las aventuras no suelen surgir de la nada, así que merece la pena dedicar tiempo a aprender las lecciones, como, por ejemplo, si ambos eran felices antes, si hablaban, si sentían que habían perdido la intimidad. A veces estas conversaciones son difíciles y puede ser útil hablar con un tercero neutral, como un consejero.
Traumas
Los acontecimientos de la vida y las presiones externas pueden tener un impacto en su relación. Algunas personas lo afrontan uniéndose, pero es igual de común que los acontecimientos los separen. Intenta no encerrarte y luchar solo. Hazle saber a tu pareja cómo te sientes. Por ejemplo, puede que no se dé cuenta de que estás despierta por la noche preocupada por la salud de tu padre y que por eso estás de mal humor por la mañana. Intenta ver los factores de estrés de la vida como algo a lo que os enfrentáis juntos como “equipo de nosotros”. Pero recuerda que, en una relación a largo plazo, otras cosas tienen prioridad a veces y eso está bien.
Agradecimiento
Puedes acabar sintiéndote poco apreciado o abandonado cuando uno de los miembros de la pareja no dedica suficiente tiempo a la relación, por ejemplo, trabajando muchas horas o dando prioridad a los niños. Discutidlo. ¿Qué ofrecen ambos a la relación? ¿Cómo funciona la división del trabajo en su caso? A veces se trata de la comunicación: por ejemplo, tu pareja valora lo que haces por ella, pero no lo dice. Ayúdense a sentirse apreciados dándose cuenta y diciéndoselo el uno al otro.
Sexo
Algunos problemas sexuales pueden requerir ayuda médica especializada, ya sea a través de una conversación con tu médico de cabecera o acudiendo a un terapeuta sexual capacitado (encuentra más información aquí). A veces, la cantidad de sexo que quieres o cómo quieres que sea tu vida sexual puede convertirse en un problema. Merece la pena considerar cómo te comunicas con tu pareja sobre el sexo y cómo podrías hablar más abiertamente. Pregúntate también si el problema sexual es un síntoma de otras dificultades en vuestra relación o si se llevan muy bien aparte de este asunto. Si este es el caso, habla de lo que quieres y no quieres, y sé amable y respetuoso con los deseos de tu pareja.
Dinero
“Una de cada 10 personas discute con su pareja por dinero, deudas o finanzas al menos una vez a la quincena”
Las presiones financieras pueden ser una carga para muchos, según el reciente informe de Relate, “In Too Deep”, que descubrió que una de cada 10 personas discute con su pareja sobre el dinero, las deudas o las finanzas al menos una vez cada quince días. Sin embargo, ocultar a la pareja temas como las deudas también puede causar problemas como la desconfianza. No hay una actitud correcta o incorrecta hacia el dinero, y algunas personas son más ahorradoras o gastadoras por naturaleza. Si vuestras actitudes son similares, es poco probable que haya un problema. Pero si son diferentes, podría ser una fuente de tensión en su relación. A muchas parejas les resulta útil tener algo de dinero compartido para sus gastos comunes, así como cierta independencia financiera.
Aburrimiento
La mayoría de las parejas de larga duración pasan por fases en las que se sienten estancados o en las que se quieren, pero no se sienten “enamorados”, y es natural que su relación cambie con el tiempo. El compañerismo, la compatibilidad, la historia compartida y el hecho de conocer a alguien por dentro suelen ser las cosas que la gente valora en las relaciones duraderas, pero a veces se dan por sentadas. Si estas cosas no te parecen suficientes y quieres crear más emoción, trata de pensar en lo que tiene que pasar y luego habla con tu pareja. Intenta ser parte de la solución para salir de la rutina en lugar de quejarte del papel de tu pareja en el estancamiento.
Los niños
Es muy fácil que los padres se polaricen, siendo uno el policía bueno y el otro el malo. La co-paternidad no siempre se siente cooperativa cuando se tienen estilos diferentes. A menudo esto sucede porque tenemos ideas firmes que recibimos de nuestra educación y asumimos que es la norma. Las reglas de la casa que se acuerdan en familia pueden ser útiles; presentar una posición coherente en la medida de lo posible puede evitar el escenario del policía malo y el policía bueno. Hay muchas pruebas de que los niños captan los conflictos de los padres, así que les ayuda si los minimizas. Recuerda también que vuestra relación es mucho más que una familia: seréis una pareja incluso después de que los niños se hayan ido de casa. Así que intentad dedicaros tiempo el uno al otro: eso beneficiará a vuestra relación y será bueno para toda la familia.
La relación de pareja evoluciona, cambia y madura, pasa por diferentes etapas, generando un cambio de perspectiva lo que puede conllevar a generar conflictos en la relación. En la mayoría de los casos, muchos matrimonios fallan porque se sienten agotados tanto físico/ mentalmente, pero ¿Por qué no darle la oportunidad a un último intento? Aprende a solucionar los problemas que tengas con tu pareja y enamórate una vez más de la persona a la que una vez consideraste el amor de tu vida.
Problemas en la relación: Prevención
Combatir los problemas habituales de las relaciones es mucho más fácil de lo que crees. En primer lugar, conviértase en un comunicador honesto y eficaz, sin resentimientos ni actitudes. Al conversar claramente con su pareja, podrá discutir cualquier tema que les haya causado tensión a usted y a su pareja. Despreciar, discutir y gritar no son formas eficaces de comunicarse. Asegúrate de pedir consejo si tienes dificultades para comunicarte con tu cónyuge o pareja.
Cultivar la conexión creando un espacio seguro para el otro
Cuando una persona a la que aprecias señala un defecto o comparte algo con lo que no está satisfecho, tu miedo a salir herido te hace propenso a ponerte a la defensiva. Es posible que sientas la necesidad de protegerte, lo que puede llevar a comportamientos como aislarse de tu pareja, guardar secretos y ser poco auténtico. Por eso es importante que en los momentos de conflicto ambos se sientan seguros para mantener la conversación.
Cuando se cultiva una relación en la que tú y tu pareja os sentís seguros, los dos podéis compartir cosas sensibles con el otro sin ningún tipo de juicio o condena. Como resultado, se produce una conexión genuina.
¿Qué hacer?
No olvides recordar a tu pareja en los momentos de conflicto que estáis en el mismo bando. Esto ayuda a enmarcar la conversación en el sentido de que el objetivo es más bien descubrir juntos cómo resolver el problema en lugar de intentar demostrar quién tiene razón o no. Hacer esto ayuda a las parejas a derribar sus muros.
Cuando tu pareja comparta contigo algo vulnerable, no hagas preguntas que empiecen con “por qué”. En su lugar, intente hacer las preguntas “¿Qué ha pasado?”. Las preguntas que empiezan con “Por qué” provocan automáticamente que su cerebro se ponga a la defensiva. Por ejemplo, en lugar de preguntar “¿Por qué has hecho eso?”, puedes preguntar “¿Qué ha pasado para que hayas hecho eso?”.
Presta atención a tu lenguaje no verbal que puede estar impidiendo que tu pareja se sienta segura para compartir contigo. Evita cruzar los brazos, distraerte mirando a otra parte o fruncir el ceño. En su lugar, relaje su cuerpo, mantenga el contacto visual y preste toda su atención.
Participar tanto en las emociones como en las acciones durante los conflictos
Un hecho común que se observa en muchas relaciones es que uno de los miembros de la pareja suele intentar arreglar el conflicto ofreciendo soluciones, mientras que el otro quiere simplemente ser consolado por la emoción que siente.
Una ilustración hilarante pero precisa de esta situación puede verse en este sketch “No se trata del clavo”.
Muchas relaciones tienen problemas porque cada miembro de la pareja tiende a centrarse en la mitad de la imagen cuando se trata de resolver un conflicto.
Hay una parte de tu cerebro que te ayuda a razonar y utilizar el pensamiento lógico y hay una parte de tu cerebro que siente las emociones. Lo que es importante saber es que cuando uno está atrapado en el cerebro emocional, la parte pensante de su cerebro se apaga temporalmente. Esto significa que las habilidades de resolución de conflictos, como el pensamiento crítico, el razonamiento lógico y la empatía, se desactivan temporalmente.
Por eso a menudo tomamos decisiones irracionales y hacemos cosas de las que nos arrepentimos cuando estamos emocionados. También es la razón por la que es difícil escuchar la razón o las soluciones que se nos proponen cuando estamos experimentando emociones intensas.
Para resolver eficazmente los problemas difíciles con tu pareja, debes conectar primero con el estado emocional del otro para calmarlo y así poder reactivar la parte pensante de su cerebro. Al hacerlo, ambos estarán en la misma longitud de onda y en mejor posición para encontrar soluciones juntos.
¿Qué hacer?
Los conflictos difíciles casi siempre comienzan en la parte emocional del cerebro. Cuando tu pareja comparte contigo un problema molesto, es importante responder primero con tu cerebro emocional.
En primer lugar, escuche a su pareja y acostúmbrese a responderle para confirmar cómo se siente, teniendo cuidado de no ser condescendiente ni hablar con desprecio.
Por ejemplo, cuando tu pareja te cuente algo que le ha disgustado, antes de dejar que tus reflejos mentales te den consejos, puedes decir simplemente algo como “Vaya, eso es una mierda, no te culpo por estar enfadada por eso. Yo también lo estaría si me pasara eso”. Puede resultar extraño decir cosas así al principio, pero a medida que lo hagas más, te resultará más natural y reconfortante para tu pareja.
Una vez que tu pareja se sienta reconfortada, es el momento de ver si está dispuesta a redirigir la conversación para hacer una lluvia de ideas sobre cómo resolver el problema utilizando el lado pensante del cerebro.
Ponga nombre a sus emociones cuando hable con el otro
Aunque parezca sencillo, es importante poner en palabras lo que se siente. Sin embargo, el reto es que, aunque tu pareja puede escuchar tus sentimientos cuando hablas, a menudo es difícil que sienta realmente lo que tú sientes. Para poder ayudar a tu pareja a sentir las mismas emociones, tienes que contar la historia que hay detrás.
La gente siente lo que tú sientes a través de tus historias. Cuando relatas con sinceridad lo que te ha pasado cuando has tenido un mal día o algo grosero que te ha dicho alguien, ayuda a tu pareja a sentir lo que tú estás sintiendo.
En realidad, compartir abiertamente tus historias detrás de tus sentimientos tiene un doble beneficio. También te ayuda a activar la parte pensante de tu cerebro y a dar sentido a lo sucedido. Como resultado, tienes una comprensión más profunda de por qué te sientes así, lo que en realidad te da más control para hacer algo para resolverlo.
¿Qué hacer?
Cuando tengas problemas para expresarle a tu pareja cómo te sientes, simplemente desempaca la historia de lo que te sucedió. Al compartirla, trata de nombrar los sentimientos que estabas experimentando durante las partes clave de la historia para ayudarte a darle más sentido a lo que sucedió.
Haga partícipe a su pareja en lugar de enfurecerla
Muchas discusiones se producen por cosas en las que la pareja es reincidente. Esto puede ser especialmente frustrante y a menudo puede dar lugar a comentarios airados que conducen al agujero negro de lanzarse insultos hirientes.
Cuando estás molesto o disgustado con tu pareja, hacer un comentario crítico hacia él o presionar intencionadamente sus botones no arreglará el problema. En lugar de eso, sólo empeorarás las cosas y terminarás en un huracán emocional con el otro.
Cuando tengas un problema con tu pareja, es importante que utilices estrategias que te ayuden a mantener la calma y a comunicarte con él de forma reflexiva en lugar de arremeter con ira.
¿Qué hacer?
Intenta no presionar a tu pareja, aunque te parezca que te está molestando intencionadamente. En su lugar, respira hondo y haz que la conversación vuelva a ser más productiva formulando preguntas que inviten a la reflexión en lugar de contraatacar.
Por ejemplo, si tu pareja no limpia lo que ensucia por muchas veces que se lo digas, en lugar de recurrir al típico “¡eres tan desaliñados!” y molestar a tu pareja, puedes intentar que te ayude a resolver las cosas. Puedes compartir con él tu frustración e invitarle a que te ayude a resolver el problema.
No domines la relación
Una vez que uno de los miembros de la pareja intenta empezar a controlar al otro siendo autoritario y exigiéndole cosas, se convierte en una relación insana.
Este tipo de entornos tóxicos impiden que la pareja pueda ser ella misma a tu alrededor. A menudo sentirán que tienen que andar con pies de plomo contigo porque tienen miedo de molestarte.
El comportamiento controlador surge de la inseguridad y la ansiedad, por lo que, si te encuentras a ti mismo o a tu pareja actuando de esta manera, puede ser importante hablar de ello e investigar la raíz del problema.
¿Qué hacer?
En lugar de decirle a tu pareja que deje de hacer algo o que haga las cosas de una manera determinada, intenta fomentar las conversaciones al respecto. Si no están de acuerdo, abre la puerta a las alternativas y a la negociación. Seguramente habrás experimentado que cuando alguien te ordena hacer las cosas de una manera determinada, suele ser más desagradable que útil.
O si es al revés y eres tú quien recibe las órdenes, expresa que no te gusta que tu pareja te diga lo que tienes que hacer y que agradecerías que te pidiera cosas en lugar de exigirlas.
Aunque sean una pareja, es importante tener límites y respetar los del otro.
¿Eres infeliz?
¿Te hacen sentir feliz? Si no eres feliz con esta persona, es posible que quieras romper con ella antes de llegar demasiado lejos. Pero si llevas un tiempo en una relación con esta persona y de repente te sientes infeliz, intenta averiguar por qué. ¿Te sientes poco apreciado? ¿Peleas todo el tiempo? ¿Te aburres? Averiguar cuál es el problema es el 75% de la batalla. Una vez que sepas cuál es el problema, podrás solucionarlo.
Todo el mundo tiene desacuerdos de vez en cuando. Nadie puede llevarse bien todo el tiempo. Sois individuos con vuestros propios pensamientos y sentimientos, así que no podéis esperar que vuestra pareja esté siempre de acuerdo con vosotros y viceversa. Aprende a hablar con el otro y a escucharlo. Si esperas que te escuche, tendrás que ser capaz de escucharle. Y esto no significa sentarse a esperar que dejen de hablar para poder opinar. Tienes que escuchar realmente lo que te dicen para poder entender su punto de vista y sus sentimientos. Si no, ¿de qué sirve?
Confianza
Si no hay confianza, la relación se acabará. Todos los problemas comunes de las relaciones tienen su origen en la falta de confianza y respeto, e ignorar este hecho os llevará fácilmente a ti y a tu pareja a la ruptura. Asegúrate de permitirte ser vulnerable. Asegúrate de que tu pareja pueda ver y sentir tus emociones hacia ella. Al bajar la guardia, permites que tu pareja vea un lado diferente de ti, lo que conducirá a una base sólida de comprensión y, en última instancia, de respeto.
Sin embargo, la confianza es una calle de doble sentido. No puedes esperar que tu pareja confíe en ti si le cuestionas constantemente sus intenciones. O si no te has ganado su confianza. Si te acabas de conocer y esperas que confíe en tu palabra, te vas a llevar una decepción. Tienes que demostrarles que se puede confiar en ti, y tú también tienes que confiar en ellos. Si has roto ese vínculo de confianza haciendo algo como mentir o engañar a tu pareja, puede que necesites ayuda para recuperar esa confianza. Es posible que necesites asesoramiento para que las cosas vuelvan a su cauce.
Problemas de pareja y asesoramiento en línea
Si tiene problemas de relación, tenga en cuenta que no hay una forma limpia de abordarlos. El mejor enfoque es definir el problema de relación que usted y su pareja están experimentando y abordarlo inmediatamente. Ignorar los problemas sólo los empeorará, y la investigación de las causas y la prevención de los problemas de pareja os ayudará a ambos a mantener una relación amorosa y duradera. Si lo habéis intentado una y otra vez, pero no sabéis qué hacer, puede que sea mejor que los dos busquéis ayuda.
Hay muchas maneras de obtener ayuda para los problemas de relación, pero la que tiene más sentido es la terapia de relación en línea. Incluso si no estáis seguros de cuál es el problema, o si sabéis cuál es pero no podéis solucionarlo por vuestra cuenta. No tiene que hacerlo solo. Hay profesionales que han tenido años de educación y experiencia en ayudar a la gente a arreglar sus problemas de relación que pueden ayudarle con lo que está pasando.