La autoconexión es un estado del ser, uno en el que sintonizas regularmente con tus propias necesidades emocionales, espirituales y físicas, y las honras en tus acciones diarias. Escuchas tu intuición. Habitas plenamente en tu cuerpo físico. Eres capaz de identificar rápidamente qué es lo que te hace daño, qué tipo de movimiento necesita tu cuerpo, cuándo necesitas un poco de tiempo a solas y cómo lo que estás haciendo en este momento encaja en tu propósito vital más amplio. Es un estado elevado del ser.
Cuando vives una vida autoconectada, valoras tu tiempo y lo utilizas sabiamente… promoviendo las causas y prioridades que más te importan. Dedicas tiempo a las actividades significativas y evitas las insignificantes. Tienes claro lo que te importa, con una fuerte brújula interna que te avisa cuando te desvías del camino. Te sientes realizado tanto en el momento como en el panorama general, porque sabes que estás atendiendo tus necesidades más profundas.
Cuidas tu salud con hábitos nutricionales, de ejercicio y de sueño que mantienen tu cuerpo único funcionando al máximo. También cuidas tu salud emocional, comprobando regularmente que no hay ninguna necesidad insatisfecha ni ningún asunto sin resolver. Reconoces y expresas tus emociones. Te tomas tiempo para reflexionar y agradecer. Eres honesto contigo mismo y con los demás.
Cultivas una curiosidad ilimitada cuando se trata de aprender sobre ti mismo, sobre los demás, sobre el mundo y sobre las muchas formas de experimentar la alegría. Puede que te sientas transportado a un estado de flujo mientras haces arte. Puede que te deleites en tu unidad con otros seres vivos mientras caminas por el bosque. Puede que no. Pero dominas el lenguaje de tu persona y captas rápidamente lo que te funciona y lo que no.
La autoconexión influye en todos los ámbitos de la vida, desde la salud mental y física hasta la satisfacción que obtenemos de las conexiones sociales, el trabajo y las aficiones. Por eso, todas las intervenciones de la teoría de la conexión empiezan por aprender a mejorar la autoconexión. Pero seamos claros: Nadie vive en perfecta autoconexión, en todas las áreas de la vida, el 100% del tiempo. Al fin y al cabo, ¡sólo somos humanos! Lo mejor que podemos hacer es desarrollar hábitos que garanticen que nos revisamos a nosotros mismos con regularidad, que respetamos nuestras prioridades y que nos ayudan a restablecer la conexión cuando (inevitablemente) se pierde o se amortigua en el clamor de la vida moderna.
Muchos de nosotros vamos por la vida desconectados de nuestro ser interior, buscando algo más (o alguien más) para completarnos. Cuando atraemos nuestra conciencia hacia el interior, empezamos a sentirnos apoyados, guiados y en paz. Como cualquier relación, la que tenemos con nosotros mismos requiere tiempo y compromiso para construirla.
Cultivar una relación sana con uno mismo suele llevar toda una vida. Aunque a menudo nos hablamos de forma negativa y crítica a nosotros mismos, te beneficiarás más de un estímulo tranquilo y de un enfoque positivo.
Los beneficios que cambian la vida al conectarse con uno mismo
1. Claridad sobre los momentos y decisiones mas difíciles de la vida
Una conexión más profunda te da la oportunidad de una profunda introspección y reflexión. Conoce la dirección que debe tomar tu vida, incluso si parece que no puedes encontrarla por ti mismo. Durante tu vida diaria, el mundo te dirá muchas cosas sobre hacia dónde deberías dirigirte, pero al mismo tiempo puede ahogar esos importantes susurros con distracciones en forma de trabajo, relaciones o acontecimientos mundiales.
2. Avanzar en tu viaje personal
Una vez que reconoces el verdadero camino de tu vida, puede darte la fuerza y el valor para recorrerlo. La comunicación te ayuda a romper las barreras que enfrentas en tu vida diaria. Con la oportunidad de no estar atado por las restricciones físicas y emocionales de la vida, puedes encontrar tu verdadero yo y comprender el propósito de tu vida.
3. Un tiempo estructurado para centrarse en uno mismo
La meditación es la herramienta más poderosa para fortalecer tu conexión. Encontrar un momento al día o a la semana para practicar la atención plena es una oportunidad para estructurar una agenda a veces caótica. Cuando meditas, te dedicas a propósito a centrarte en ti mismo, en lugar de en el mundo que te rodea. Seguirás experimentando distracciones, pero aprenderás a dejarlas pasar sin dejar que secuestren tu atención y nublen tu conexión.
4. Una mente mas sana
Además de los beneficios más espirituales de la comunicación, también hay algunos beneficios fisiológicos. La comunicación contigo mismo puedes lograrla a través de la meditación ya que puede reducir el estrés y la ansiedad. Relajar tu mente a propósito y no pensar en las distracciones externas te permite concentrarte en tu conexión pacífica con el mundo que te rodea.
5. Un cuerpo más sano
Uno de los beneficios más tangibles de la comunicación contigo mismo es el aumento general de la salud que lo acompaña. Interactuar con uno mismo puede aumentar tu salud y bienestar al incrementar la producción de anticuerpos, mejorar la calidad del sueño e incluso reducir la inflamación.
6. Equilibrio en tu vida diaria
El equilibrio es un componente clave para conectar con uno mismo. Tener una conexión con tu ser espiritual más interno te da la oportunidad de interactuar con el mundo que te rodea de una manera nueva. En el fondo, tu consciencia sabe más sobre el mundo de lo que tú eres capaz de hacer conscientemente. Una vez que te conectas con tu nivel más alto de consciencia, comprendes más sobre el mundo y aprecias plenamente las relaciones entre facetas de la vida aparentemente inconexas. Esto conduce a una visión del mundo más holística que puede ayudarte a encontrar el equilibrio entre posiciones aparentemente incompatibles en la vida. Encontrar este sentido de equilibrio dentro del mundo te dará la confianza y la estabilidad que necesitas para avanzar hacia la realización de tu potencial.
7. Un mayor sentido de pertenencia
Una conexión contigo mismo te pone en sintonía con el mundo que te rodea. Los lazos espirituales que existen entre tú y la naturaleza te dan una sensación de confort. Saber que siempre hay una parte de ti que pertenece al mundo en el que vives calmará tu inquietud sobre lo que el mundo depara. El mindfulness puede reducir tu percepción de la soledad, según un estudio realizado por la Universidad Carnegie Mellon. En su estudio, encontraron un indicio de que un programa de reducción del estrés basado en la atención plena puede reducir la percepción de la soledad y fomentar un mayor compromiso con los demás.
En este libro veremos como ser más auténticos paso a paso ¡Con ejercicios prácticos en cada capítulo destinados a aumentar tu consciencia y poner en movimiento tu energía!
Aquí algunas formas que te pueden ayudar a tener una mayor conexión contigo mismo
1. Comprueba tu estado de ánimo con regularidad
¿Con qué frecuencia te encuentras contigo mismo? Empieza haciéndote una simple pregunta: ¿Cómo me siento ahora mismo? Luego anota tu respuesta. Sintoniza con tu cuerpo y observa lo que te dice. Presta atención a ese aleteo en el pecho o en el vientre.
2. Encuentra el silencio
Vivimos en un mundo lleno de información, ruido y demandas de nuestro tiempo y atención. Cuando nos bajamos del ajetreo de lo cotidiano durante un rato y nos quedamos en silencio, sintonizamos con nuestro yo más profundo.
Intenta tomarte sólo cinco minutos cada mañana o noche para sentarte en silencio y estar presente. No tienes que preocuparte por vaciar todos los pensamientos de tu cabeza; en su lugar, simplemente nota los pensamientos, dejándolos ir y volviendo a tu centro.
3. Concéntrate en tu respiración
Puedes hacer esto en cualquier lugar y en cualquier momento, por lo que es una forma estupenda de conectar contigo mismo a lo largo del día. Centrarte en la respiración te ayuda a conectar con la tierra y a profundizar en tu interior.
Sólo tienes que centrarte en tu respiración, tomando conciencia de ella. Luego síguela mientras inhalas y exhalas. Siente cómo se eleva el pecho cuando te llena, siguiéndolo hasta el vientre y volviendo a salir. Repítelo durante el tiempo que consideres necesario.
4. Sentir todos los sentimientos
Cuando los tiempos se ponen difíciles, a menudo presionamos y ocultamos lo que sentimos en un intento de mantener la calma. Al hacerlo, nos desconectamos de nuestro ser interior, ya que todos nuestros sentimientos y emociones están ahí para decirnos algo.
Permítete sentir todos los sentimientos. Ten el valor de sentarte con las emociones y los miedos difíciles o incómodos. Sé compasivo contigo mismo y sintoniza con tu respiración para mantenerte conectado a tierra.
5. Prueba la escritura automática
La escritura automática es una forma estupenda de acceder a tu sabiduría interior y profundizar en tu conexión contigo mismo. Coge un cuaderno o un diario y empieza haciéndote una pregunta como: “¿Qué necesito saber hoy?”. Escucha la respuesta y escríbela.
El truco es no pensar demasiado en lo que estás escribiendo, sino dejar que tu pluma fluya por la página sin editar, juzgar o sentirte culpable. Esta es una gran herramienta cuando nos sentimos atascados, ya que a menudo ya tenemos todas las respuestas que necesitamos; sólo tenemos que descubrirlas.
6. Crea un ritual matutino
Dedica un tiempo cada mañana, antes de empezar el día, a sentarte y sintonizar contigo mismo. Incluso si todo lo que puede encontrar son cinco minutos, convierta en una práctica habitual el hecho de comprobar su estado cada mañana y dedicar tiempo a hacer algo que alimente su alma.
Quizá quieras establecer una intención para el día, dedicar tiempo a la meditación, sacar tu diario o repetir afirmaciones positivas. Lo que sea que funcione para ti y el tiempo que tengas, haz que sea una práctica diaria para profundizar en tu conexión contigo mismo.
7. Toma conciencia de tus pensamientos
Las cosas en las que nos centramos son las que se convierten en nuestra realidad, así que empieza a ser consciente de tus pensamientos. Fíjate en los momentos en los que surgen el miedo o la autocrítica. No juzgues estos pensamientos, sino que elige conscientemente dejarlos ir o reencuadrarlos en una nueva perspectiva. Cuando somos capaces de hacer esto, estamos más equipados para manifestar las cosas que realmente deseamos.
8. Mueve tu cuerpo
Considera el movimiento y el ejercicio como una forma de amor propio en lugar de una tarea. Escucha lo que tu cuerpo necesita y fluye con él en lugar de forzarte a hacer algo que se siente como una tarea.
Da un paseo por la naturaleza, baila en la cocina, corre, ve a una clase o haz yoga. Elige lo que sientas que es expansivo y liberador para tu cuerpo. Siente realmente lo que es moverse y estirar tu cuerpo, anclándote en cualquier sensación que te surja.
9. Haz más de lo que te hace feliz
¿Qué es lo que realmente hace cantar a tu corazón? ¿Qué te ilumina? Tal vez sea pintar o ser creativo. Tal vez te guste preparar una comida nutritiva para ti y tu familia o salir a la naturaleza. Sea lo que sea lo que te gusta hacer, hazlo más a menudo. ¿Dónde puedes hacer un hueco en tu agenda para estas actividades? ¿Qué puede dejar de hacer en su lista de tareas para permitirse sintonizar con su alegría interna?
10. Sonríe
Empieza cada día saludándote a ti mismo en el espejo. Tómate un tiempo para conectarte mirándote a los ojos. Sonríete a ti mismo y siente cómo se eleva tu energía. Incluso puedes decir una afirmación positiva o meditar en voz alta para ti mismo en el espejo. Reconoce tu propia presencia antes de seguir con tu día.
Estas pequeñas acciones diarias nos ayudan a profundizar en nuestra conexión con nosotros mismos. Nos ayudan a mantener los pies en la tierra, a ganar confianza y a vivir alineados con lo que realmente queremos. Al mismo tiempo que mejores las relaciones interpersonales y transmites felicidad a tu entorno y hace que te dispongas a hacer las cosas con una mayor motivación.