El maltrato infantil se produce cuando un adulto maltrata o desatiende a un niño menor de 18 años, causándole un daño, un daño potencial o una amenaza de daño inminente. El adulto puede ser un pariente, un cuidador, un padrastro, una figura religiosa, un entrenador o una niñera, aunque la mayoría de los autores son los padres del niño.
En Estados Unidos, los niños sufren maltrato o abandono infantil en una proporción de 8,9 por cada 1.000 niños. El maltrato infantil se considera una experiencia adversa en la infancia (ACE) que puede tener efectos a largo plazo en la salud y el bienestar de una persona.
Factores de riesgo de abuso y negligencia
El abuso y la negligencia infantil se dan en todo tipo de familias, sin importar los ingresos, la educación, el tamaño de la familia, la raza, la religión o cualquier otro rasgo. Aunque no hay forma de saber el riesgo exacto al que se enfrenta un niño, hay algunos factores de riesgo de abuso y negligencia que debemos tener en cuenta:
Factores infantiles
- Niños muy pequeños.
- Niños con discapacidades y problemas de salud.
- Niños que ya han sufrido, o están sufriendo, abusos y/o negligencias.
Factores parentales
- Padres que son jóvenes cuando el niño nace.
- Padres mal informados sobre la crianza.
- Problemas de salud mental, especialmente no tratados (por ejemplo, depresión, trastorno antisocial de la personalidad, abuso de sustancias y trastornos relacionados).
Otros factores contextuales
- Factores familiares.
- Hogares monoparentales.
- Violencia en la pareja.
- Estrés emocional y financiero.
- Factores ambientales.
- Pobreza.
- Aislamiento social.
- Violencia en la comunidad.
El maltrato infantil puede producirse en un solo caso o en varios, pero se enmarca en cuatro categorías principales: abuso emocional, abuso sexual, abuso físico y negligencia.
Abuso emocional
También considerado como abuso psicológico o verbal, el abuso emocional es un abuso persistente, no físico, que hace que un niño crea que no es querido, que no tiene valor o que sólo es valioso para satisfacer las necesidades de su autor.3 Las palabras y las acciones se utilizan para manipular o controlar a un niño, causando un daño emocional que puede dar lugar a una baja autoestima, hostilidad, ansiedad, depresión o delincuencia.
Un patrón de comportamiento emocionalmente abusivo es difícil de reconocer o documentar, pero suele estar presente en todas las categorías de abuso infantil, incluyendo el abuso físico y sexual. Cuando un niño es objeto de abuso verbal, a menudo su desarrollo emocional se ve afectado por ello.
Los tipos de abuso emocional pueden incluir:
- Insultar o criticar.
- Establecer expectativas poco razonables.
- Amenazar o aterrorizar.
- Ignorar los límites.
- Despreciar o menospreciar.
- Acoso o ciberacoso.
- Despreciar o invalidar al niño y sus sentimientos.
- Degradar u objetivar al niño.
- Aislar al niño.
Si un niño está siendo maltratado emocionalmente, a menudo mostrará cambios de comportamiento. Esto puede incluir llanto excesivo, mojar la cama, intimidación, parecer demasiado temeroso de sus padres o mostrar síntomas de habla, sueño, alimentación, ansiedad u otro trastorno mental.
Debido a que el abuso emocional es a menudo invisible, los signos y síntomas son difíciles de reconocer, pero sin intervención, esto puede causar problemas de salud mental a largo plazo, como el abuso de sustancias o el TEPT grave.
Abuso sexual
Por ley, los niños no pueden consentir actos sexuales de ningún tipo. Cualquier actividad sexual que se produzca entre un adulto y un menor se considera abuso sexual. En más del 90% de los casos de abuso sexual infantil, el niño o la familia conocen al agresor.
Cualquier acto de explotación sexual realizado por un adulto a un niño o en presencia de un niño se considera abuso. Un agresor no tiene que tocar a un niño para abusar sexualmente de él.
Los tipos de abuso sexual incluyen:
- Un adulto que expone sus genitales a un niño.
- El acoso sexual.
- Relaciones sexuales de cualquier tipo, incluidas las vaginales, orales o anales.
- Incidentes de agresión sexual con un objeto.
- Masturbación en presencia de un niño.
- Llamadas telefónicas, mensajes de texto u otras interacciones de carácter sexual.
- Obligar a un niño a realizar actos sexuales.
- Producir, poseer o distribuir imágenes o vídeos pornográficos de niños.
- Tráfico sexual.
- Mutilación genital femenina.
- Incesto.
El abuso sexual puede ocurrir una o muchas veces, pero puede tener efectos duraderos en la salud y la salud mental del niño.
Algunos signos y síntomas de abuso sexual incluyen que los niños guarden secretos, muestren un comportamiento sexual inapropiado, eviten quitarse la ropa, cambien sus hábitos alimenticios, tengan dolor recurrente al orinar, cambien su estado de ánimo o pierdan el interés por la escuela y las actividades, entre otros. El abuso sexual también puede causar una enfermedad de transmisión sexual o un embarazo.
En los adolescentes, se sabe que el abuso sexual provoca numerosos problemas de salud mental, como autolesiones, abuso de sustancias, trastornos alimentarios, depresión, ansiedad o ideación suicida.
Maltrato físico
Cualquier acto de daño cometido contra un niño que produzca una lesión es maltrato físico, incluso si no es intencionado. Este tipo de maltrato puede causar problemas de salud física y mental en la edad adulta y es una causa común de morbilidad y mortalidad infantil.
Los tipos de maltrato físico incluyen:
- Sacudir fuertemente a un bebé, también conocido como síndrome del bebé sacudido.
- Golpear al niño con el puño o con un objeto.
- Quemar al niño con agua caliente, un cigarrillo o una plancha.
- Dar patadas.
- Atar al niño.
- Privar al niño de aire o mantenerlo bajo el agua.
Un niño dañado puede mostrar signos físicos, como moretones, quemaduras, cicatrices, pérdida de cabello, fracturas de huesos u otras lesiones. Puede ocultar ciertas partes del cuerpo con la ropa o culpar de la lesión a un hermano. Su explicación de la lesión puede cambiar o no coincidir con la propia lesión. También es posible que retrasen la búsqueda de atención médica, que cambien con frecuencia de proveedor de atención primaria o que tengan un largo historial de visitas al servicio de urgencias.
Aunque algunos padres siguen utilizando los azotes como forma de castigo, pueden considerarse una forma de maltrato físico, ya que pueden provocar daños emocionales y/o físicos.
Negligencia
La negligencia se produce en el 61% de los casos de maltrato infantil. Es la forma más común de maltrato infantil en Estados Unidos.
La negligencia infantil se produce cuando uno de los padres o cuidadores no proporciona alimentos, alojamiento, ropa, atención médica o supervisión para mantener o proteger la salud, la seguridad y el bienestar del niño, lo que da lugar a un daño o a una amenaza de daño.
Los tipos de negligencia incluyen:
- No proporcionar al niño atención o tratamiento médico cuando lo necesita.
- Negar a un niño comida, ropa o refugio.
- Abandonar o encerrar a un niño en una habitación durante horas.
- Dejar a un niño pequeño solo en casa sin cuidador o con cuidadores negligentes.
- Exponer a un niño a abusos domésticos.
- No inscribir a un niño en la escuela o negarle el acceso a la educación.
Por desgracia, la negligencia puede producirse con o sin intención. Un padre o cuidador puede no tener recursos económicos para comprar comida, mantener un refugio o vestir a sus hijos. Aun así, este maltrato puede dar lugar a problemas de desarrollo, deficiencias cognitivas y problemas emocionales, sociales y de comportamiento.
El abandono puede conducir a la promiscuidad sexual, el abuso de sustancias, las alucinaciones visuales, los retrasos cognitivos, el trastorno antisocial de la personalidad, la distimia y otros trastornos mentales.
Factores para fortalecer a las familias y proteger a los niños
Aunque los grupos que trabajan para proteger a los niños pueden funcionar de forma muy diferente, muchos siguen un modelo que se centra en las formas de proteger a los niños y construir familias más fuertes.
Crianza y apego
Los padres y cuidadores brindan afecto y cariño de diferentes maneras, según las necesidades del niño y la forma en que aprendieron a ser padres. Son importantes los vínculos positivos y constantes entre los niños y los adultos de su vida. El impacto es más significativo en los niños más pequeños, pero los cuidadores siguen nutriendo a sus hijos durante toda su vida.
Habilidades sociales y emocionales del niño
Los niños cuentan con los padres y los cuidadores para conocer las emociones y aprender a relacionarse con los demás en su vida. Estas habilidades son importantes para proteger a los niños de cualquier daño.
Resiliencia de los padres
Los padres que pueden cambiar sus actitudes y comportamientos en beneficio de sus hijos proporcionan una fuerza y un apoyo más constantes. La resiliencia emocional es una combinación de flexibilidad y fuerza que puede aprenderse y practicarse. Piense en un resorte que rebota, o en una caña que se dobla, pero no se rompe bajo tensión.
Conocimiento de la crianza y el desarrollo infantil
Todo padre o cuidador debe convertirse en un experto aprendiendo
Habilidades de crianza
¿Cómo crecen y cambian los niños?
Sobre las necesidades y capacidades únicas de su propio hijo
Conexiones sociales
Construir redes de confianza con la familia y los amigos hace que una familia sea más fuerte y resistente. Las familias que tienen dificultades necesitan la ayuda de amigos, vecinos y otros seres queridos.
Sistemas de apoyo para momentos de necesidad
Para proporcionar a los niños un cuidado adecuado, las familias deben tener cubiertas sus necesidades básicas en cuanto a alimentación, ropa, vivienda y acceso a otros elementos esenciales (transporte, cuidado de los niños, atención médica). Cuando las familias tienen dificultades para satisfacer esas necesidades, los recursos comunitarios y sociales pueden ayudar.
Es útil pensar en los factores que protegen a un niño del abuso y la negligencia como una serie de barreras, con el niño en el interior, la sociedad en general en el exterior, y en medio, las familias y otros sistemas sociales que afectan a la vida del niño.
Habilidades para el individuo
Entre los ejemplos de características y habilidades individuales que han demostrado proteger el bienestar general de los niños se encuentran los siguientes:
Autorregulación
Habilidades y estrategias de afrontamiento saludables para gestionar las emociones y controlar los comportamientos.
Habilidades relacionales
Herramientas para construir relaciones saludables (como la honestidad, la comunicación efectiva, la afirmación de los límites interpersonales, las habilidades de rechazo, el compromiso y el trabajo en equipo).
Habilidades de resolución de problemas
Desarrollar la resiliencia y resolver los conflictos de forma competente con un equilibrio entre la búsqueda de ayuda y la autonomía.
Participación en actividades positivas
Las actividades extraescolares, los clubes, los grupos religiosos y los trabajos gratificantes ayudan a crear un sentido de comunidad y de logro.
Cómo reconocer las señales de maltrato infantil
En 2019, los Servicios de Protección Infantil recibieron 4,4 millones de remisiones por el presunto maltrato de 7,9 millones de niños. La mayoría de las denuncias provienen de profesionales, como trabajadores de la educación, trabajadores legales y policiales, personal médico y miembros del personal de los servicios sociales. Sin embargo, los amigos, vecinos y familiares denunciaron el 15,7% de las veces.
Todos los niños son susceptibles de ser maltratados y, por desgracia, si un niño sufre una forma de maltrato, puede estar sufriendo otra.
Si el niño presenta los siguientes signos y síntomas, puede estar sufriendo alguna forma de maltrato:
- Tiene hambre o está agotado constantemente.
- Mostrar signos de deterioro de la salud o de la salud mental.
- Faltar a la escuela repetidamente.
- Vestirse con ropa sucia o inadecuada para el tiempo que hace.
- Experimentar graves cambios de humor y comportamiento.
Si tienes razones para creer que se está produciendo un abuso infantil, díselo a alguien de inmediato. Dependiendo del estado, sólo algunos miembros de la sociedad, como los profesionales médicos y los profesores de educación infantil, pueden y están obligados a informar de las sospechas de maltrato infantil, pero nunca debes ocultar tu preocupación. La vida de un niño puede estar en peligro.
Los niños son vulnerables a los malos tratos y, según su edad, pueden no saber ni entender el maltrato infantil. Por este motivo, el maltrato infantil puede quedar sin denunciar y sin abordar. Para prevenir y combatir el maltrato infantil, depende de todos nosotros, vecinos, miembros de la comunidad, médicos y otros miembros de la sociedad, intervenir.
Los profesionales formados pueden investigar la situación y poner al niño en contacto con los servicios pertinentes si se confirma el abuso. A continuación, pueden iniciar el proceso de recuperación, empezando por el diagnóstico, el tratamiento y la atención continua.
Formación en prevención de abuso sexual contra la niñez y adolescencia. La capacitación que brindaremos tiene el propósito de dar a conocer una problemática existente en el mundo entero, como lo es el abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes. La finalidad de la misma es contribuir en la enseñanza a partir de un aprendizaje compartido, que propicie la reflexión y la creatividad para erradicar y/o disminuir los efectos nocivos que produce. Muchas situaciones de abuso son evitables con la intervención de adultos sanos íntegramente y confiables. A través de la presente capacitación convocamos a los mismos a asumir sus funciones como agentes de cambio en el lugar donde estén y hacia donde se dirijan.
Cómo reconocer las señales de maltrato infantil
En el 2019, los Servicios de Protección Infantil recibieron 4,4 millones de remisiones por el presunto maltrato de 7,9 millones de niños. La mayoría de las denuncias provienen de profesionales, como trabajadores de la educación, trabajadores legales y policiales, personal médico y miembros del personal de los servicios sociales. Sin embargo, los amigos, vecinos y familiares denunciaron el 15,7% de las veces.
Todos los niños son susceptibles de ser maltratados y, por desgracia, si un niño sufre una forma de maltrato, puede estar sufriendo otra.
Si el niño presenta los siguientes signos y síntomas, puede estar sufriendo alguna forma de maltrato:
- Tiene hambre o está agotado constantemente.
- Mostrar signos de deterioro de la salud o de la salud mental.
- Faltar a la escuela repetidamente.
- Vestirse con ropa sucia o inadecuada para el tiempo que hace.
- Experimentar graves cambios de humor y comportamiento.
Si tienes razones para creer que se está produciendo un abuso infantil, díselo a alguien de inmediato. Dependiendo del estado, sólo algunos miembros de la sociedad, como los profesionales médicos y los profesores de educación infantil, pueden y están obligados a informar de las sospechas de maltrato infantil, pero nunca debes ocultar tu preocupación. La vida de un niño puede estar en peligro.
Los niños son vulnerables a los malos tratos y, según su edad, pueden no saber ni entender el maltrato infantil. Por este motivo, el maltrato infantil puede quedar sin denunciar y sin abordar. Para prevenir y combatir el maltrato infantil, depende de todos nosotros, vecinos, miembros de la comunidad, médicos y otros miembros de la sociedad, intervenir.
Los profesionales formados pueden investigar la situación y poner al niño en contacto con los servicios pertinentes si se confirma el abuso. A continuación, pueden iniciar el proceso de recuperación, empezando por el diagnóstico, el tratamiento y la atención continua.