Explicaciones e impactos del sesgo inconsciente

Un sesgo implícito es una asociación, creencia o actitud inconsciente hacia cualquier grupo social. Debido a los sesgos implícitos, las personas pueden atribuir a menudo ciertas cualidades o características a todos los miembros de un grupo concreto, un fenómeno conocido como estereotipo.

Es importante recordar que los sesgos implícitos operan casi por completo a nivel inconsciente. Mientras que los sesgos y prejuicios explícitos son intencionados y controlables, los implícitos lo son menos.

Una persona puede incluso manifestar su desaprobación explícita de una determinada actitud o creencia y, al mismo tiempo, albergar prejuicios similares en un nivel más inconsciente. Estos prejuicios no tienen por qué coincidir con nuestro propio sentido del yo y de la identidad personal. En muchos casos, las personas pueden mantener asociaciones positivas o negativas con respecto a su propia raza, género, religión, sexualidad u otra característica personal.

Por qué es importante el sesgo implícito 

Las ciencias de la mente han descubierto que la mayoría de nuestras acciones ocurren sin nuestros pensamientos conscientes, lo que nos permite funcionar en nuestro mundo extraordinariamente complejo. Esto significa, sin embargo, que nuestros prejuicios implícitos suelen predecir cómo nos comportaremos con más precisión que nuestros valores conscientes. Múltiples estudios han descubierto también que las personas con mayores niveles de prejuicios implícitos contra las personas de raza negra son más propensas a clasificar como armas lo que no lo son (como un teléfono por una pistola, o un peine por un cuchillo), y en simulaciones por ordenador son más propensas a disparar a una persona desarmada. Del mismo modo, los médicos blancos que asociaban implícitamente a los pacientes negros con ser “menos cooperativos” eran menos propensos a derivar a pacientes negros con síntomas coronarios agudos para que recibieran trombólisis para una atención médica específica.

Causas

Aunque a la gente le gustaría creer que no es susceptible de sufrir estos prejuicios y estereotipos, la realidad es que todo el mundo incurre en ellos, lo quiera o no. Esta realidad, sin embargo, no significa que usted tenga necesariamente prejuicios o esté inclinado a discriminar a otras personas. Simplemente significa que tu cerebro funciona de forma que hace asociaciones y generalizaciones.

Además del hecho de que estamos influenciados por nuestro entorno y los estereotipos que ya existen en la sociedad en la que hemos nacido, en general es imposible separarse de la influencia de la sociedad.

Sin embargo, puedes ser más consciente de tu pensamiento inconsciente y de las formas en que la sociedad te influye.

Es la tendencia natural del cerebro a cribar, ordenar y categorizar la información sobre el mundo lo que lleva a la formación de estos sesgos implícitos. Somos susceptibles de sufrir prejuicios debido a estas tendencias:

Tendemos a buscar patrones

El sesgo implícito se produce por la tendencia natural del cerebro a buscar patrones y asociaciones en el mundo. La cognición social, es decir, nuestra capacidad para almacenar, procesar y aplicar información sobre las personas en situaciones sociales depende de esta capacidad para formar asociaciones sobre el mundo.

Nos gusta tomar atajos

Al igual que otros sesgos cognitivos, el sesgo implícito es el resultado de la tendencia del cerebro a tratar de simplificar el mundo. Como el cerebro está constantemente inundado de más información de la que podría procesar, los atajos mentales hacen que sea más rápido y fácil para el cerebro clasificar todos estos datos.

Nuestra experiencia y los condicionamientos sociales juegan un papel importante. Los prejuicios implícitos están influidos por las experiencias, aunque estas actitudes pueden no ser el resultado de una experiencia personal directa. El condicionamiento cultural, las representaciones de los medios de comunicación y la educación pueden contribuir a las asociaciones implícitas que las personas se forman sobre los miembros de otros grupos sociales.

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Test de Actitudes Implícitas

El término sesgo implícito fue acuñado por primera vez por los psicólogos sociales Mahzarin Banaji y Tony Greenwald en 1995. En un influyente artículo en el que presentaban su teoría de la cognición social implícita, proponían que el comportamiento social estaba influido en gran medida por asociaciones y juicios inconscientes.

En 1998, Banaji y Greenwald publicaron su ahora famoso Test de Asociación Implícita (IAT) para apoyar su hipótesis. La prueba utiliza un programa informático que muestra a los encuestados una serie de imágenes y palabras para determinar cuánto tiempo tarda alguien en elegir entre dos cosas.

Por ejemplo, se muestran imágenes de rostros de diferentes orígenes raciales junto con una palabra positiva o negativa. A continuación, se les pediría que hicieran clic en una palabra positiva cuando vieran una imagen de alguien de una raza y que hicieran clic en una palabra negativa cuando vieran a alguien de otra raza.

Interpretación de los resultados

Los investigadores sugieren que cuando alguien hace clic rápidamente, significa que posee una asociación inconsciente más fuerte. Si una persona hace clic rápidamente en una palabra negativa cada vez que ve a una persona de una raza determinada, los investigadores sugieren que esto indicaría que tiene un sesgo negativo implícito hacia los individuos de esa raza.

Además de una prueba de actitudes raciales implícitas, el IAT también se ha utilizado para medir los prejuicios inconscientes relacionados con el género, el peso, la sexualidad, la discapacidad y otras áreas. El IAT ha crecido en popularidad y uso durante la última década, pero recientemente ha sido criticado.

Entre las principales críticas se encuentra la constatación de que los resultados de la prueba pueden carecer de fiabilidad. Los encuestados pueden obtener una puntuación alta en cuanto a prejuicios raciales en una prueba, y una puntuación baja en la siguiente.

También es preocupante que las puntuaciones de la prueba no guarden necesariamente relación con el comportamiento individual. Las personas pueden puntuar alto en un tipo de sesgo en el IAT, pero esos resultados pueden no predecir con exactitud cómo se relacionarían con los miembros de un grupo social específico.

Aprende a tomar el control de tu mente con varios hábitos que encontraras ,bloquea todo esos pensamientos negativos que te afectan diariamente y cambia el chip para que seas una persona de mente poderosa.

Relación del sesgo implícito con la discriminación

Es importante entender que el sesgo implícito no es lo mismo que el racismo, aunque ambos conceptos están relacionados. El racismo manifiesto implica un prejuicio consciente contra los miembros de un grupo racial concreto y puede estar influido por prejuicios tanto explícitos como implícitos.

Otras formas de discriminación en las que pueden influir los prejuicios inconscientes son la discriminación por edad, el sexismo, la homofobia y la discapacidad.

Una de las ventajas de ser consciente del impacto potencial de los prejuicios sociales implícitos es que puedes adoptar un papel más activo en la superación de los estereotipos sociales, la discriminación y los prejuicios.

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Efectos

Los prejuicios implícitos pueden influir en la forma de comportarse con los miembros de los grupos sociales. Los investigadores han descubierto que estos prejuicios pueden tener efectos en diversos entornos, como la escuela, el trabajo y los procedimientos judiciales.

Escuela

Los prejuicios implícitos pueden dar lugar a un fenómeno conocido como amenaza de los estereotipos, en el que las personas interiorizan estereotipos negativos sobre sí mismas basados en asociaciones de grupo. Las investigaciones han demostrado, por ejemplo, que las niñas pequeñas suelen interiorizar actitudes implícitas relacionadas con el género y el rendimiento en matemáticas.

Se ha demostrado que, a la edad de 9 años, las niñas exhiben las creencias inconscientes de que las mujeres tienen preferencia por el lenguaje sobre las matemáticas. Cuanto más fuertes sean estas creencias implícitas, menos probable será que las niñas y las mujeres persigan el rendimiento en matemáticas en la escuela. También se cree que estas creencias inconscientes influyen en la inhibición de las mujeres a la hora de seguir carreras en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM).

Los estudios también han demostrado que las actitudes implícitas también pueden influir en la forma en que los profesores responden al comportamiento de los estudiantes, lo que sugiere que los prejuicios implícitos pueden tener un poderoso impacto en el acceso a la educación y el rendimiento académico.

Un estudio, por ejemplo, descubrió que los niños negros -y los varones negros en particular- tenían más probabilidades de ser expulsados de la escuela por problemas de comportamiento. Cuando se les dijo a los profesores que estuvieran atentos a los comportamientos problemáticos, era más probable que se centraran en los niños negros que en los blancos.

En el lugar de trabajo

Aunque la prueba de actitudes implícitas en sí misma puede tener trampas, estos problemas no niegan la existencia del sesgo implícito. O la existencia y los efectos de los prejuicios y la discriminación en el mundo real. Estos prejuicios pueden tener consecuencias muy reales y potencialmente devastadoras.

Un estudio, por ejemplo, descubrió que cuando los solicitantes de empleo negros y blancos enviaban currículos similares a los empleadores, los solicitantes negros tenían la mitad de probabilidades de ser llamados para las entrevistas que los solicitantes de empleo blancos con iguales calificaciones. Esta discriminación es probablemente el resultado de prejuicios tanto explícitos como implícitos hacia los grupos raciales.

Incluso cuando los empleadores se esfuerzan por eliminar los posibles prejuicios en la contratación, los prejuicios implícitos sutiles pueden seguir influyendo en la forma en que se selecciona a las personas para los puestos de trabajo o se las asciende a puestos avanzados. Evitar estos prejuicios por completo puede ser difícil, pero ser consciente de su existencia y esforzarse por minimizarlos puede ayudar.

Entornos sanitarios

No cabe duda de que la edad, la raza o el estado de salud no deberían influir en el tratamiento de los pacientes; sin embargo, los prejuicios implícitos pueden influir en la calidad de la atención sanitaria y tener repercusiones a largo plazo, como una atención subóptima, resultados adversos e incluso la muerte.

Por ejemplo, un estudio publicado en el American Journal of Public Health descubrió que los médicos con altas puntuaciones de sesgo implícito tendían a dominar las conversaciones con los pacientes negros y, como resultado, los pacientes negros tenían menos confianza en el proveedor y valoraban menos la calidad de su atención.

Los investigadores siguen estudiando el sesgo implícito en relación con otros grupos étnicos, así como con condiciones de salud específicas, como la diabetes de tipo 2, la obesidad, la salud mental y los trastornos por consumo de sustancias.

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Entornos legales

Los prejuicios implícitos también pueden tener implicaciones preocupantes en los procedimientos legales, influyendo en todo, desde el contacto inicial con la policía hasta la sentencia. Las investigaciones han revelado que existe una abrumadora disparidad racial en el trato que reciben los acusados negros en las sentencias penales.

No sólo es menos probable que a los acusados negros se les ofrezcan acuerdos de culpabilidad que a los blancos acusados de delitos similares, sino que también es más probable que reciban sentencias más largas y duras que los acusados blancos.

Cómo reducir los prejuicios implícitos

Los prejuicios implícitos afectan al comportamiento, pero hay cosas que puede hacer para reducir sus propios prejuicios:

Concéntrese en ver a las personas como individuos. En lugar de centrarse en los estereotipos para definir a las personas, dedique tiempo a considerarlas a un nivel más personal e individual.

Trabaja para cambiar conscientemente tus estereotipos. Si reconoces que tu respuesta a una persona puede estar arraigada en prejuicios o estereotipos, haz un esfuerzo por ajustar conscientemente tu respuesta.

Tómate el tiempo necesario para hacer una pausa y reflexionar. Para reducir las reacciones reflexivas, tómate tiempo para reflexionar sobre los posibles prejuicios y sustitúyelos por ejemplos positivos del grupo estereotipado.

Ajusta tu perspectiva. Intenta ver las cosas desde el punto de vista de otra persona. ¿Cómo responderías si estuvieras en la misma posición? ¿Qué factores pueden contribuir a la forma de actuar de una persona en un entorno o situación determinados?

Aumente su exposición. Pasa más tiempo con personas de diferentes orígenes raciales. Aprende sobre su cultura asistiendo a eventos o exposiciones de la comunidad.

Practica la atención plena. Pruebe la meditación, el yoga o la respiración concentrada para aumentar la atención y ser más consciente de sus pensamientos y acciones.

Los prejuicios implícitos pueden ser preocupantes, pero también forman parte de la vida. Y lo que es más preocupante, tus actitudes inconscientes pueden no coincidir necesariamente con tus creencias declaradas. Aunque es más probable que las personas tengan prejuicios implícitos que favorezcan a su propio grupo interno, no es raro que también tengan prejuicios contra su propio grupo social.

La buena noticia es que estos prejuicios implícitos no están grabados en piedra. Incluso si se tienen prejuicios inconscientes contra otros grupos de personas, es posible adoptar nuevas actitudes, incluso a nivel inconsciente. Este proceso no es necesariamente rápido ni fácil, pero ser consciente de la existencia de estos prejuicios es un buen punto de partida para empezar a cambiar.

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