Cuando se habla del desarrollo humano, la individuación se refiere al proceso de formación de una personalidad estable. A medida que una persona se individúa, adquiere un sentido más claro de sí misma que se separa de sus padres y de los demás que la rodean. Carl Jung utilizó ampliamente el término “individuación” en su obra sobre el desarrollo de la personalidad.
Este proceso de desarrollo de una identidad separada es un objetivo importante de la adolescencia, pero es algo que continúa durante toda la vida de una persona.
En la obra de Carl Jung, éste sugería que se trataba de un proceso de autorrealización. A lo largo de la vida, las personas son propensas a perder el contacto con ciertos aspectos de su verdadero yo. A través de la individuación, son capaces de integrar estos aspectos de sí mismos con todos los nuevos aprendizajes y experiencias que adquieren a lo largo de la vida.
¿Qué es la individuación?
La identidad única de uno mismo, que está separada de la de cualquier otro individuo, se desarrolla a través del proceso de individuación. La individuación es continua y puede considerarse tanto un objetivo como un proceso que dura toda la vida.
Carl Jung defendía la individuación como un importante objetivo vital. En la psicología junguiana, la individuación describe un proceso de autorrealización: el descubrimiento del propósito de la vida o de lo que uno cree que es el significado de la vida, por ejemplo. Según la psicología junguiana, cuando los individuos pierden el contacto con ciertos aspectos de su yo, pueden ser capaces de reintegrar estos aspectos de su naturaleza a través de la individuación. Dado que la individuación contribuye a la diferenciación y la forma de la psique individual, quienes no experimentan dificultades con el proceso de individuación en curso pueden encontrar más fácil mantener el bienestar mental y emocional.
Aunque Jung consideraba la individuación como un proceso que se produce en gran medida en la segunda mitad de la vida, el psiquiatra Michael Fordham fomentó la comprensión del proceso como uno que comienza en la infancia, después del nacimiento, tras las primeras etapas de la separación. Margaret Mahler también contribuyó a desarrollar esta teoría del proceso de individuación. Según Mahler, un individuo comienza la vida en una relación simbiótica con el cuidador principal (normalmente la madre) antes de reconocerse como un ser separado y formar una identidad independiente.
Etapas tempranas de la individuación
Según Mahler, el bebé comienza su vida en un estado de fusión. En este estado, el bebé y la madre (u otro cuidador) existen esencialmente como uno solo. El proceso de separación-individuación comienza alrededor del cuarto o quinto mes de vida con la fase de diferenciación, en la que el bebé empieza a reconocer que la madre es un ser separado. La fase de práctica comienza alrededor del octavo mes. Durante este periodo, el bebé suele ganar movilidad y empezar a pasar tiempo lejos de la madre. El acercamiento, que suele comenzar en torno a los 15 meses, implica que el bebé es cada vez más consciente de su separación de la madre. La última etapa de este proceso, según el modelo de Mahler, comienza alrededor de los 2 años. En esta etapa, el bebé suele reconocer un sentido de identidad personal y mantener una representación mental estable de la madre u otro cuidador, incluso cuando la madre u otro cuidador no están presentes.
Cuando el proceso de separación-individuación se lleva a cabo con éxito, el niño suele ser capaz de tener un sentido de autonomía saludable y un firme sentido de identidad individual. Cuando los padres permiten una independencia cada vez mayor, el niño suele ser capaz de desarrollar un sentimiento de confianza en sí mismo. Si los padres son excesivamente protectores o ansiosos, el niño puede experimentar sentimientos de inadecuación y/o duda. Además, la aceptación por parte de los padres de los sentimientos del niño se considera esencial para el proceso de individuación.
La individuación en la adolescencia y la juventud
El proceso de individuación de los padres adquiere gran importancia en la adolescencia. Lo ideal es que la familia deje al niño espacio para crecer y explorar aspectos de la identidad, la personalidad y el yo (dentro de lo razonable) con el fin de descubrir y desarrollarse (incluso cuando esto se contradice con lo que la familia podría desear para el niño). Cuando los padres no aceptan los sentimientos, las elecciones o las identidades de sus hijos, el proceso de individuación puede verse afectado negativamente. Además, los niños a los que no se les permite experimentar emociones desafiantes como la tristeza, la preocupación o la ira pueden tener dificultades para aprender a conocer o confiar en sus propios sentimientos y, por lo tanto, pueden no desarrollar adecuadamente un sentido de confianza en sí mismos.
Los adolescentes continúan individualizándose de sus padres a medida que avanzan hacia la edad adulta. Eligen sus propios colegios, amigos, aficiones, carreras y destinos de viaje, y toman una serie de decisiones vitales que pueden estar en desacuerdo con las elecciones de sus familias o con lo que éstas quieren para ellos. Aquellos que se han individualizado con éxito probablemente serán capaces de tomar estas decisiones con poca ansiedad. Sin embargo, el proceso de individuación puede ser un reto para algunos, por una serie de razones, y tomar decisiones que se aparten de los ideales y valores familiares puede resultar difícil. La incapacidad de individuación, o la supresión o negación del verdadero yo, puede causar angustia y tener un impacto negativo en el desarrollo de un sentido de identidad definido.
Signos de individuación
La individuación se produce a lo largo de toda la vida, pero es una parte importante de los años de la preadolescencia, la adolescencia y la juventud. Cuando se produce la individuación:
Las personas pueden buscar la privacidad
Durante la adolescencia, los preadolescentes y los adolescentes pueden querer más privacidad. Durante esta época, los padres deben acostumbrarse a la idea de que sus hijos quieran pasar tiempo a solas en sus dormitorios. Es posible que ya no sean tan abiertos sobre lo que ocurre durante la jornada escolar o en sus amistades. Pueden tener relaciones románticas o enamoramientos que se guardan para sí mismos.
Pueden centrarse en sí mismos más que en los demás
El egocentrismo adolescente puede surgir debido al proceso de individuación. Los adolescentes suelen centrarse en sus propias preocupaciones y pueden tener dificultades para ver las cosas desde la perspectiva de los demás.
Pueden rebelarse contra las normas familiares o culturales
Los jóvenes que experimentan el proceso de individuación también pueden rebelarse aparentemente contra sus padres. Si sus padres son cristianos conservadores, por ejemplo, el niño puede empezar a interesarse por el budismo o anunciar su interés por el ateísmo. El niño puede rechazar el conservadurismo para abrazar la política liberal.
Puede personalizar su apariencia
Durante esta época, los niños pueden vestirse, peinarse o escuchar música a la que sus padres se oponen. Los padres no deben tomarse estas decisiones de estilo como algo personal.
En la edad adulta, las personas pueden pasar por períodos en los que cambian su forma de presentarse al mundo. Al igual que en la adolescencia, pueden probar nuevos estilos o incluso hacer cambios más importantes como cambiar de trabajo o mudarse a un nuevo lugar.
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Impacto de la individuación
El proceso de individuación puede suponer un reto y, en ocasiones, provocar agitación y conflicto en algunas personas. Sin embargo, suprimir o negar el auténtico yo, puede conducir a la angustia y a problemas con la identidad propia.
Una mala individuación puede conducir a una serie de problemas. Algunos de ellos son:
- Ansiedad.
- Depresión.
- Falta de límites.
- Falta de conciencia de sí mismo.
- Baja satisfacción con la propia vida.
- Baja autoestima.
- Problemas de motivación y de fijación de objetivos.
- Mala toma de decisiones.
- Baja autoestima.
- Dudas sobre sí mismo.
Los niños que no desarrollan un sentido saludable de sí mismos pueden deprimirse de adultos o tener una crisis existencial. Pueden preguntarse por qué eligieron la carrera que hicieron o el cónyuge que tienen y cuestionarse si realmente debían llevar un determinado estilo de vida. ¿Hicieron estas elecciones conscientemente o simplemente escucharon lo que otros (concretamente sus padres) les dijeron que hicieran?
La individuación es importante no sólo para el desarrollo de una identidad sana, sino también para el desarrollo de relaciones sanas. Si las personas no están seguras de lo que quieren, pueden buscar relaciones que carezcan de límites y apoyo adecuados. Pueden sentirse incapaces de perseguir sus propios intereses y objetivos y, en su lugar, limitarse a seguir lo que otros quieren que hagan.
Cómo afrontar la individuación
Tanto si te enfrentas a un adolescente rebelde como si luchas por volver a estar en contacto con tu verdadero yo, hay cosas que puedes hacer para facilitar la superación.
Es importante que los padres permitan a los hijos pasar por el proceso de individuación. Aunque los padres quieran que sus hijos vivan como ellos o adopten los mismos valores que ellos, deben reconocer y respetar el hecho de que sus hijos son individuos únicos con sus propios caminos en la vida.
Si tienes fe en tus habilidades como padre y en que has dado a tu hijo una buena base moral, confía en que tu hijo saldrá bien, aunque su vida no se parezca en nada a la tuya.
Crear un espacio seguro para la exploración
Para los padres, dar a sus hijos la seguridad, el espacio y el apoyo para que prueben cosas nuevas. Para los adultos que buscan reafirmar o reintegrar partes de su identidad, trabajen en probar cosas nuevas antes de hacer cambios de vida drásticos. Por ejemplo, buscar nuevas amistades, probar nuevos pasatiempos o explorar nuevos lugares puede ser una forma de probar los cambios que se quieran hacer en la vida.
Considere la posibilidad de una terapia
La psicoterapia puede ser una forma útil de abordar los problemas de individuación, ya que implica analizar y descubrir cosas sobre ti mismo y tus relaciones con los demás. Trabajando con tu terapeuta, puedes entender mejor cómo la dinámica familiar, las características de la personalidad y otras influencias pueden haber jugado un papel en la individuación.
En la terapia, podrá:
- Aprender a expresar sus sentimientos.
- Identificar los pensamientos negativos.
- Practicar la comunicación de sus deseos y necesidades.
- Desarrollar habilidades que le ayuden a expresar su identidad.
- Tratar problemas subyacentes de estrés, ansiedad, depresión u otros problemas de salud mental.
- Reconocer que es normal.
Cuando intervenir
Hay momentos en los que los padres pueden necesitar intervenir durante el proceso de individuación si los adolescentes y preadolescentes tienen comportamientos peligrosos o destructivos. Se sabe que los adolescentes corren riesgos a medida que se convierten en personas independientes.
Aunque es importante que los padres respeten las diferencias entre sus hijos y ellos, no es necesariamente una buena idea dar a su hijo demasiada libertad durante esta época.
Hágale saber que respeta el hecho de que se está convirtiendo en un adulto, pero que las imprudencias a su edad tienen consecuencias en el mundo real que pueden afectarle para el resto de su vida.
Si su hijo muestra signos de experimentar con las drogas o el alcohol, no lo atribuya a la individuación. Puede ser el momento de intervenir.
Establezca límites para los niños, incluso cuando estén en proceso de individuación. Los niños pueden encontrar un sentido de sí mismos sin recurrir a las drogas, el alcohol, la promiscuidad u otros comportamientos que los pongan en peligro.
Como adulto, también hay momentos en los que deberías buscar ayuda si la individuación está contribuyendo a comportamientos de riesgo. Si tiene síntomas de una enfermedad mental, como la depresión o la ansiedad, es importante que hable con su médico. Estas enfermedades pueden empeorar con el tiempo, por lo que abordarlas desde el principio puede ayudarte a afrontarlas y a volver a la normalidad.
Si utilizas mecanismos de afrontamiento poco saludables para lidiar con tus problemas de identidad, como el consumo de alcohol o de sustancias, acude a un profesional de la salud mental para que te ayude. Ellos pueden ayudarte a entender las razones por las que puedes estar luchando y a aprender nuevas formas de afrontar los problemas cuando te sientas angustiado.
La individuación es un proceso crítico durante el desarrollo, especialmente en la adolescencia, cuando los adolescentes y los adultos jóvenes comienzan a afirmar su propia identidad independiente y a establecer un sentido cohesivo de sí mismos. Sin embargo, eso no significa que el proceso termine una vez que la persona llega a la edad adulta. La individuación es un proceso que dura toda la vida, y el sentido del yo puede seguir adaptándose y creciendo a medida que se tienen nuevas experiencias.