El pensamiento de grupo es un fenómeno psicológico en el que las personas se esfuerzan por alcanzar el consenso dentro de un grupo. En muchos casos, las personas dejan de lado sus propias creencias personales o adoptan la opinión del resto del grupo. El término fue utilizado por primera vez en 1972 por el psicólogo social Irving L. Janis.
Las personas que se oponen a las decisiones o a la opinión predominante del grupo en su conjunto suelen permanecer en silencio, prefiriendo mantener la paz antes que perturbar la uniformidad de la multitud. El fenómeno puede ser problemático, pero incluso las personas bien intencionadas son propensas a tomar decisiones irracionales ante la abrumadora presión del grupo.
Por ejemplo, los miembros del grupo pueden ignorar o descartar la información que no es coherente con la decisión que han elegido y expresar una fuerte desaprobación contra cualquier miembro del grupo que pueda estar en desacuerdo.
Janis (1971, 1982) popularizó el término groupthink; sin embargo, no fue él quien originó el concepto. Generalmente se atribuye a George Orwell, ya que describe el fenómeno psicológico como “crimethink” o “doublethink” en su famosa novela distópica titulada 1984 (Orwell, 1949).
Janis describió tempranamente el pensamiento grupal como “el modo de pensar que las personas adoptan cuando la búsqueda de la concurrencia se vuelve tan dominante en un intragrupo cohesivo que tiende a anular la evaluación realista de cursos de acción alternativos”.
El pensamiento de grupo suele tener un efecto negativo. De hecho, Janis lo describió originalmente en su libro publicado en 1972 titulado Victims of groupthink: A psychological study of foreign-policy decisions and fiascos como “un deterioro de la eficiencia mental, de la prueba de realidad y del juicio moral que resulta de las presiones del grupo”.
Señales de pensamiento grupal
El pensamiento grupal no siempre es fácil de discernir, pero hay algunos signos de que está presente. También hay algunas situaciones en las que es más probable que se produzca. Janis identificó una serie de “síntomas” diferentes que indican el pensamiento grupal.
- Las ilusiones de unanimidad llevan a los miembros a creer que todo el mundo está de acuerdo y siente lo mismo. Suele ser mucho más difícil expresarse cuando parece que todos los miembros del grupo están de acuerdo.
- Las creencias incuestionables llevan a los miembros a ignorar posibles problemas morales y a no considerar las consecuencias de las acciones individuales y grupales.
- La racionalización impide que los miembros reconsideren sus creencias y hace que ignoren las señales de alarma.
- Los estereotipos llevan a los miembros del grupo interno a ignorar o incluso demonizar a los miembros del grupo externo que puedan oponerse o desafiar las ideas del grupo. Esto hace que los miembros del grupo ignoren ideas o información importantes.
- La autocensura hace que las personas que podrían tener dudas oculten sus temores o recelos. En lugar de compartir lo que saben, la gente se queda callada y asume que el grupo debe saber más.
- Los “guardianes de la mente” actúan como censores autoproclamados para ocultar al grupo la información problemática. En lugar de compartir información importante, se callan o impiden activamente que se comparta.
- Las ilusiones de invulnerabilidad llevan a los miembros del grupo a ser demasiado optimistas y a asumir riesgos. Cuando nadie habla o expresa una opinión alternativa, hace que la gente crea que el grupo debe tener razón.
A menudo se presiona directamente para que se conformen los miembros que plantean preguntas, y los que cuestionan al grupo suelen ser vistos como desleales o traidores.
Causas
Hay varios factores que pueden influir en este fenómeno psicológico. Algunas causas:
La identidad del grupo: Suele darse más en situaciones en las que los miembros del grupo son muy parecidos entre sí. Cuando hay una fuerte identidad de grupo, los miembros del grupo tienden a percibir a su grupo como correcto o superior mientras expresan desprecio o desaprobación hacia las personas que no pertenecen al grupo.
Limitaciones de tiempo
En relación con el estrés, poner limitaciones de tiempo a la hora de tomar una decisión puede aumentar la cantidad de ansiedad, lo que también conduce al pensamiento grupal.
Grupos muy cohesionados
Los grupos especialmente cohesionados suelen mostrar más síntomas de pensamiento grupal que los que no lo están.
Falta de perspectivas externas
Considerar sólo las perspectivas de los miembros del grupo puede llevar también al pensamiento grupal.
Motivación para mantener la autoestima de los miembros del grupo
Si los miembros del grupo están motivados para mantener la autoestima de los demás, es posible que no levanten la voz contra el consenso del grupo.
Influencias del líder
El pensamiento grupal también es más probable cuando un líder poderoso y carismático comanda el grupo.
Poco conocimiento
Cuando las personas carecen de conocimientos personales sobre algo o sienten que otros miembros del grupo están más cualificados, es más probable que participen en el pensamiento grupal.
Estrés
Las situaciones en las que el grupo está sometido a una tensión extrema o en las que existen dilemas morales también aumentan la aparición del pensamiento grupal.
Factores contribuyentes
Janis sugirió que el pensamiento grupal tiende a ser el más prevalente en las condiciones:
- Cuando existe un alto grado de cohesión.
- Cuando hay factores situacionales que contribuyen a postergar al grupo (como amenazas externas, problemas morales, decisiones difíciles).
- Cuando hay problemas estructurales (como el aislamiento del grupo y la falta de liderazgo imparcial).
Cómo funciona
¿Por qué se produce el pensamiento de grupo? Piensa en la última vez que formaste parte de un grupo, quizás durante un proyecto escolar. Imagina que alguien propone una idea que te parece bastante pobre.
Sin embargo, todos los demás miembros del grupo están de acuerdo con la persona que propuso la idea, y el grupo parece decidido a seguir ese curso de acción. ¿Expresas tu disconformidad o te limitas a seguir la opinión de la mayoría?
En muchos casos, las personas acaban participando en el pensamiento grupal cuando temen que sus objeciones puedan alterar la armonía del grupo o sospechan que sus ideas pueden provocar el rechazo de otros miembros.
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Impacto del pensamiento de grupo
El pensamiento grupal puede hacer que la gente ignore información importante y, en última instancia, puede llevar a tomar decisiones equivocadas. Esto puede ser perjudicial incluso en situaciones menores, pero puede tener consecuencias mucho más nefastas en determinados entornos. Las decisiones médicas, militares o políticas, por ejemplo, pueden conducir a resultados desafortunados cuando se ven perjudicadas por los efectos del pensamiento grupal.
El fenómeno puede tener altos costes. Entre ellos están:
- La supresión de las opiniones individuales y del pensamiento creativo puede conducir a una resolución de problemas ineficaz.
- Puede contribuir a que los miembros del grupo se autocensuren. Esta tendencia a buscar el consenso por encima de todo también significa que los miembros del grupo pueden no evaluar adecuadamente los posibles riesgos y beneficios de una decisión.
- El pensamiento grupal también tiende a llevar a los miembros del grupo a percibirlo como inherentemente moral o correcto. Las creencias estereotipadas sobre otros grupos pueden contribuir a este sentido sesgado de lo correcto.
Es importante señalar que, aunque el pensamiento de grupo y la conformidad son conceptos similares y relacionados, existen importantes distinciones entre ambos. El pensamiento de grupo se refiere al proceso de toma de decisiones.
Por otro lado, la conformidad es un proceso en el que las personas cambian sus propias acciones para poder encajar en un grupo específico. El conformismo puede provocar a veces el pensamiento de grupo, pero no siempre es el factor que lo motiva.
Peligros potenciales
Aunque el pensamiento grupal puede generar consenso, es por definición un fenómeno negativo que da lugar a un pensamiento y una toma de decisiones defectuosos o desinformados. Algunos de los problemas que puede causar son:
- Ceguera ante resultados potencialmente negativos
- No escuchar a las personas con opiniones discrepantes
- Falta de creatividad
- Falta de preparación para afrontar resultados negativos
- Ignorar información importante
- Incapacidad de ver otras soluciones
- No buscar cosas que aún no conoce el grupo
- Obediencia a la autoridad sin cuestionarla
- Exceso de confianza en las decisiones
- Resistencia a nueva información o ideas
El consenso de grupo puede permitir que los grupos tomen decisiones, completen tareas y terminen proyectos de forma rápida y eficaz, pero incluso los grupos más armoniosos pueden tener algunos problemas. Encontrar formas de reducir el pensamiento de grupo puede mejorar la toma de decisiones y asegurar unas relaciones amistosas dentro del grupo.
¿El pensamiento de grupo puede ser positivo?
El pensamiento grupal, por definición, da lugar a una decisión irracional o peligrosa. Sin embargo, es posible que los equipos tomen decisiones de forma armoniosa y con pocos desacuerdos, de manera que no sea necesariamente indicativo de pensamiento grupal. Aunque los equipos que funcionan bien pueden (y deben) tener algún conflicto, el debate (siempre que sea respetuoso) es antitético al pensamiento de grupo.
¿El pensamiento de grupo y la conformidad son la misma cosa?
El pensamiento de grupo y la conformidad son conceptos relacionados pero distintos. El pensamiento de grupo se refiere específicamente a un proceso de toma de decisiones; puede estar motivado por el deseo de conformarse, pero no siempre lo está. El conformismo, en cambio, se refiere a los individuos que (intencionadamente o no) cambian sus comportamientos, apariencias o creencias para sincronizarse con los del grupo.
¿Cuáles son los principales ejemplos de pensamiento colectivo?
Las maniobras militares arriesgadas o desastrosas, como la escalada de la guerra de Vietnam o la invasión de Irak, suelen citarse como ejemplos de pensamiento colectivo. En el artículo original de Janis, destacaba el pensamiento grupal durante la invasión de Bahía de Cochinos en 1961.
¿Por qué es bueno permitir la disidencia?
La disidencia saludable se ha relacionado con un pensamiento más creativo y, en última instancia, con una mayor innovación en las organizaciones. Pedir a una persona que haga deliberadamente de abogado del diablo y discuta las soluciones propuestas por la mayoría es una estrategia que ha demostrado ser eficaz contra el pensamiento de grupo.
¿La diversidad protege contra el pensamiento grupal?
Se ha demostrado que la diversidad -tanto la demográfica como la de pensamiento- reduce la posibilidad de pensar en grupo. Los diferentes orígenes, creencias o rasgos de personalidad de los miembros del grupo pueden generar ideas únicas que pueden inspirar la innovación. Sin embargo, es fundamental que todos los miembros del grupo -independientemente de su posición o demografía- puedan contribuir a la toma de decisiones del grupo.
¿Cómo pueden las organizaciones fomentar el pensamiento crítico?
Las organizaciones que quieran apoyar el pensamiento crítico, la creatividad y la innovación deben, en primer lugar, fomentar una cultura en la que se permita y aliente la disidencia. Deben recompensar la asunción de riesgos, estar abiertas a las ideas de todos los miembros del grupo -independientemente de su experiencia o posición- y crear oportunidades regulares para que los individuos compartan sus ideas, grandes y pequeñas.
Consejos para evitar el pensamiento de grupo
Hay medidas que los grupos pueden tomar para minimizar este problema. En primer lugar, los líderes pueden dar a los miembros del grupo la oportunidad de expresar sus propias ideas o de argumentar en contra de las ideas ya propuestas.
También puede ser útil dividir a los miembros en equipos más pequeños e independientes. A continuación, se presentan otras ideas que pueden ayudar a evitar el pensamiento de grupo.
- Al principio, el líder del grupo debe evitar manifestar sus opiniones o preferencias al asignar las tareas. Déle tiempo a la gente para que tenga sus propias ideas primero.
- Asigna al menos a una persona para que asuma el papel de “abogado del diablo”.
- Discuta las ideas del grupo con un miembro externo para obtener opiniones imparciales.
- Anime a los miembros del grupo a seguir siendo críticos. No desaliente la disidencia o los desafíos a la opinión predominante.
- Antes de tomar grandes decisiones, los líderes deben celebrar una reunión de “segunda oportunidad” en la que los miembros tengan la posibilidad de expresar las dudas que les queden.
- Premie la creatividad y ofrezca a los miembros del grupo oportunidades periódicas para compartir sus ideas y pensamientos.
También se ha demostrado que la diversidad entre los miembros del grupo mejora la toma de decisiones y reduce el pensamiento de grupo.
Cuando las personas que forman parte de un grupo tienen una formación y una experiencia diversas, pueden aportar mejor perspectivas, información e ideas diferentes. Esto mejora las decisiones y hace menos probable que los grupos caigan en patrones de pensamiento grupal.
