Beneficios de ser responsable
Relaciones sólidas y duraderas con los demás
¿Quieres que tus amigos y familiares crean en ti? Asume la responsabilidad de tus actos y podrás cosechar los beneficios de una relación fuerte y duradera con los demás.
Recuerda que nadie es perfecto y que probablemente cometerás errores en varios momentos de tu vida. Pero aquellos que asumen la responsabilidad de sus errores y rinden cuentas de sus acciones cotidianas pueden fomentar la confianza con sus amigos y familiares.
Y, en última instancia, esta confianza puede servir de base para unas relaciones gratificantes con los demás.
Muestra compasión hacia los demás
La responsabilidad y la empatía suelen ir de la mano, y quizá sea fácil entender por qué.
Una persona responsable se preocupa por los demás y hará lo necesario para apoyar a sus amigos y familiares; en cambio, una persona empática es capaz de ponerse en el lugar de otra persona para comprender mejor su perspectiva y actuar en consecuencia.
Como persona responsable, puedes ser un hombro fiable en el que apoyarse para amigos y familiares en momentos de necesidad. Así, poseerás la compasión y la empatía necesarias para poner a los demás por encima de ti mismo, asistir a amigos y familiares cuando requieran una mano amiga.
No culparas a los otros
La vida puede parecer injusta a veces, pero como individuo responsable, nunca culparás a los demás de los problemas que surjan.
Nadie dijo nunca que el camino hacia el éxito fuera fácil. Y aunque este camino está lleno de diversos retos y escollos, un individuo responsable sabe mantener el rumbo sin culpar a los demás. De hecho, este individuo intentará sacar lo mejor de cualquier situación y afrontar cada dificultad a medida que se acerque.
Cuando se trata del juego de la culpa, nadie gana nunca. Pero las personas responsables nunca culparán a los demás de los problemas y, en cambio, se centrarán en encontrar soluciones a los mismos.
Nunca tendrás que preocuparte por convertirte en un quejoso
Reconozcámoslo: A nadie le gusta un quejica, es decir, alguien que aporta negatividad a las interacciones cotidianas con los demás.
Aunque los quejosos están presentes en casi todas partes, nunca tendrás que preocuparte por convertirte en un quejoso si intentas ser más responsable.
Las personas responsables entienden que la vida puede ser dura a veces, pero tratan de encontrar los signos positivos en una situación negativa. Realmente son una raza rara, y como tal, pueden incluso ayudar a otros a sintonizar con los comentarios negativos de los quejosos.
Reconoce que no siempre tiene el control de las circunstancias
Somos humanos, y hay veces que las circunstancias se extienden más allá de nuestro control. Una persona responsable lo reconoce y trata de controlar sólo lo que puede en el día a día.
El mundo puede ser estresante y agotador, sobre todo para quienes intentan gestionar circunstancias que simplemente no pueden controlar.
En cambio, las personas responsables suelen mantener la calma, la frialdad y la serenidad incluso en las situaciones más estresantes, ya que entienden que hay que controlar lo que se puede en todo momento.
Puedes descubrir las mejores formas de hacer varias cosas a la vez
La responsabilidad y la procrastinación son polos opuestos. Además, las personas responsables suelen establecer horarios, fijar prioridades y crear objetivos para asegurarse de que pueden descubrir las mejores formas de realizar varias tareas a la vez día tras día.
Las listas de control son muy populares entre quienes quieren ser más responsables. Estas listas pueden facilitar que cualquiera se mantenga en el camino. Además, cada vez que se termina un elemento de la lista, se puede sentir una sensación de logro al marcar o tachar una tarea completada.
Podrás convertirte en un líder para los demás
La responsabilidad es un privilegio, no un derecho. Por ello, la responsabilidad es un rasgo común que se encuentra en los líderes, ya que estas personas suelen pensar antes de actuar y se centran en el bien común de forma constante.
Además, las personas responsables intentan mantener las cosas sencillas y mantener buenas relaciones con los demás.
Desde llegar a las citas a tiempo hasta quedarse hasta tarde en el trabajo para asegurarse de que un trabajo se complete con éxito, se puede contar con las personas responsables para terminar cualquier tarea lo mejor posible.
A partir de hoy, concéntrese en convertirse en una persona más responsable y podrá experimentar un crecimiento personal sin precedentes.
Ser adulto no significa automáticamente ser responsable. Hay ciertos “adultos” que todavía arrastran sus comportamientos infantiles, como el sentimiento de derecho, la evasión de las obligaciones y la falta de voluntad para asumir la culpa.
Ser responsable es algo más que ser capaz de pagar las facturas. Es una actitud que proviene del crecimiento personal y la madurez.
Mientras que otros pueden querer seguir eludiendo ciertos asuntos de su vida, una persona responsable se asegura de atender cada una de sus obligaciones, sin importar lo incómodo que le resulte. El crecimiento no se detiene a cierta edad.
Modulo 1. Construye…
Construye equipos de trabajo responsables. Domina la herramienta triángulo.
Modulo 2. Transforma…
Transforma el rol suele tomar cada miembro del equipo de manera frecuente en función si ese rol suma o resta al desempeño del equipo. Transmite nuevos mensajes que cambian el comportamiento.
Modulo 3. Conquista…
Conquista el nerviosismo, la intranquilidad y la preocupación a través de la aplicación de los Kits que desarrolle. Su incorporación te dará mayor certeza sobre qué hacer y más tips sobre cómo suavizar aquella conducta que no aporta y modificar convenientemente en responsabilidad.
Las características de una persona responsable
Admiten cuando han cometido un error
Todos tenemos la capacidad de defraudar a nuestras parejas.
Es fácil dejarse llevar por la conversación con ellos y a veces no nos damos cuenta de que hemos dicho o hecho algo que les ha ofendido.
Las personas irresponsables niegan esas faltas; evitan la culpa. Pero no una persona responsable.
Aunque puede ser difícil reconocer un error, es algo que hay que hacer.
Las personas responsables ven el panorama general; dejan de lado su ego en beneficio de la relación en su conjunto.
Si no asumen la responsabilidad ahora, no crecerán para evitar que vuelva a ocurrir en el futuro.
Son coherentes consigo mismos y con los demás
Si una persona responsable dice a los demás que traten a la gente con amabilidad, será coherente con sus palabras y seguirá sus propias instrucciones.
No son hipócritas; son honestos y fieles a sus creencias. Las acciones coinciden con las palabras.
Sin embargo, no son de los que se estancan.
El crecimiento y las nuevas experiencias siempre influirán en su mentalidad y en sus puntos de vista sobre ciertos temas.
Es posible que sus antiguas formas de pensar ya no sean válidas, e incluso que hayan llegado a ser ofensivas.
Una persona responsable hace bien en reflexionar cuidadosamente sobre sus creencias y cambiarlas si cree que están equivocadas.
Nunca llegan tarde
La puntualidad no sólo es un signo de ser responsable, sino también de respeto a la otra persona.
Llegar a una reunión a tiempo (o incluso antes) es una muestra de carácter que dice “me tomo en serio hacer negocios contigo”.
Sin embargo, el hábito de la puntualidad va más allá de las reuniones con otras personas.
Aunque haya quien tenga montones de facturas atrasadas, una persona responsable se esfuerza por evitar que se acumulen esas obligaciones financieras.
Se aseguran de que sus facturas e incluso sus deudas se paguen en el momento adecuado.
No pueden tener esos pagos colgando sobre sus cabezas mientras se ponen a trabajar, así que se ocupan de ello lo antes posible.
Se ponen a trabajar
La procrastinación es una plaga para cualquiera. Si la fecha límite es todavía dentro de unos meses, puede ser fácil decir simplemente: “¿Por qué tanta prisa?”.
La fecha de entrega inevitablemente sorprende a la persona irresponsable y se convierte en una motivación que drena la energía para atiborrar el trabajo, produciendo un resultado de menor calidad.
Una persona responsable no rehúye lo que tiene que hacer. Hace el trabajo que se le pide. Tampoco se atrinchera.
Siempre se esfuerza al máximo. Si aún faltan meses para que se cumpla el plazo, dividen la tarea en pasos sencillos en los que pueden trabajar inmediatamente.
No se entretienen cuando hay una fecha límite en el horizonte.
No dejan que sus emociones se interpongan
Después de un largo día de trabajo, puede ser fácil sucumbir a la tentación de tomar un refresco o una caja de pizza, aunque haya que seguir una dieta.
Cuando estamos agotados, nuestras defensas racionales bajan.
Las decisiones emocionales se toman para la satisfacción a corto plazo – mientras que al mismo tiempo ponen en peligro un objetivo a largo plazo.
Ser conscientes de nuestro estado de ánimo y nuestros sentimientos es importante para cumplir el plan que nos hemos fijado.
Una persona responsable sabe que no debe ir a hacer la compra con el estómago vacío.
Las emociones también pueden obstaculizar la cooperación con los demás.
Guardar rencor pone en peligro el trabajo en equipo necesario para realizar un trabajo de calidad.
Aunque a las personas responsables no les guste todo el mundo, siguen siendo civilizadas en los asuntos profesionales.
Son acogedores con los demás
Las personas responsables no son competitivas cuando alguien tiene un coche más bonito que ellas, ni menosprecian a las personas que ganan menos que ellas.
No importa quién sea esa persona, una persona responsable trata a todos con el mismo respeto fundamental que todos merecen. No son mezquinos con sus problemas.
Escuchan, empatizan, perdonan y olvidan. Aferrarse a los rencores y prejuicios no sólo complica las relaciones, sino que obstaculiza cualquier tipo de crecimiento individual.
No se quejan
Es inevitable que llegue un momento en el que el jefe o el cliente empiecen a actuar de forma molesta.
Dan plazos poco realistas y no tienen claro lo que quieren de ti. Hacen que conseguir cualquier cosa sea un crisol. A veces, ni siquiera son la causa del estrés.
Las expectativas sociales, las situaciones financieras, pueden causar estrés a cualquiera de una manera u otra.
La respuesta común sería frustrarse y cegarse de estrés.
Pero una persona responsable lo sabe mejor.
Bajan la cabeza y trabajan para salir de sus situaciones.
Sin embargo, puede que sigan sintiendo la misma rabia y frustración, pero simplemente redirigen sus energías a otra parte.
Buscan soluciones
Las personas a menudo se demoran en un problema porque llegar a una solución podría tomar demasiado tiempo y energía.
Renuncian a sus esfuerzos por mejorar su situación, por lo que pasan sus días con un estrés adicional innecesario que no pueden molestarse en solucionar.
Para la persona responsable, cuando hay un problema, se esfuerza por encontrar una solución; es un bucle abierto que debe cerrar de alguna manera.
No se sientan a esperar el milagro que quizá nunca llegue. Se ponen a trabajar y buscan soluciones.
Son organizados
A medida que nos hacemos mayores, cada vez hay más obligaciones que compaginar.
Hay una obligación con nuestros hijos, con la familia, con los amigos, con el banco y con nuestro jefe.
Mantenerse al día en todas estas áreas de la vida puede ser un reto para alguien que no está preparado para enfrentarse a la edad adulta y al “mundo real”.
Las personas responsables gestionan su tiempo y sus recursos con prudencia.
Evitan malgastar su energía en cosas que, en última instancia, no les aportan ningún valor, como las fiestas y las compras espontáneas.
Llevan una agenda diaria y revisan sus obligaciones tan a menudo como pueden para asegurarse de que el motor de su vida funciona bien.
Son proactivos
Esperar a que se den las condiciones “adecuadas” para avanzar en un objetivo personal no te llevará a ninguna parte.
Reaccionar simplemente a los acontecimientos de la vida es una forma ineficaz de alcanzar el éxito.
Una persona responsable no sólo vive el momento, sino que tiene la vista puesta en el futuro.
No lo miran con mucha ansiedad, como suele hacer la gente.
Se anticipan a lo que puede ocurrir y hacen los cambios oportunos hoy.
Saben que, si siguen por el camino de la comida basura, las futuras facturas del hospital serán devastadoras.
Así que adoptan el enfoque proactivo de mantener su salud a raya cada día.
Se ciñen a sus valores
Tenemos un sistema de valores subyacente, seamos o no conscientes de ello. Actuar en contra de nuestras creencias es una causa común de estrés y confusión interna.
Aunque a veces puede ser difícil ser honesto, atenerse a los propios valores y decir la verdad demuestra que esa persona es íntegra.
Las personas responsables defienden lo que creen sin vergüenza ni pudor.
Tienen control sobre sus finanzas
Ser responsable con su dinero es una marca de madurez. Una persona responsable no hace compras impulsivas.
Son inteligentes con sus gastos. Presupuestan sabiamente su dinero, dividiéndolo entre sus deseos y necesidades.
Tienen objetivos financieros a largo plazo que no se refieren sólo a ellos, sino también a las personas que aman.
Hay ciertos tipos de personas que ni siquiera soportan ver sus propias cuentas bancarias. Pueden sentirse inseguros al respecto.
Sin embargo, el problema es que no son capaces de gestionar sus gastos.
Las personas responsables se aseguran de saber exactamente de dónde viene su dinero, cuánto y a dónde va todo.
Se vigilan a sí mismos
A medida que envejecemos, la gente empieza a esperar que podamos cuidar de nosotros mismos.
Ya nadie va a cuidar de nosotros.
Nuestros padres envejecen y los jefes se desentienden más, confiando en que puedes cumplir con tu tarea a tiempo.
Las personas responsables pueden cuidar de sí mismas, practicando los valores de la autodisciplina y la independencia.
Hay personas que se niegan a crecer.
Niegan la realidad de su edad y vuelven a sus costumbres infantiles porque les resultan familiares.
Podemos simpatizar con estas personas. Crecer puede ser aterrador cuando miramos hacia atrás en nuestras vidas.
Pero en un momento u otro, tenemos que enfrentarnos a la realidad, madurar y tomar las riendas de nuestra propia vida. Nadie va a hacerlo por nosotros.