¿Te has encontrado alguna vez con un insulto o fijándote en tus errores? Las críticas suelen tener más impacto que los cumplidos, y las malas noticias suelen llamar más la atención que las buenas.

La razón es que los acontecimientos negativos tienen un mayor impacto en nuestro cerebro que los positivos. Los psicólogos lo denominan sesgo negativo (también llamado sesgo de negatividad), y puede tener un poderoso efecto en tu comportamiento, tus decisiones e incluso tus relaciones.

¿Qué es el sesgo de negatividad?

El sesgo de negatividad es nuestra tendencia no sólo a registrar más fácilmente los estímulos negativos, sino también a insistir en estos acontecimientos. También conocido como asimetría positivo-negativo, este sesgo de negatividad significa que sentimos el aguijón de una reprimenda con más fuerza que la alegría de un elogio.

Este fenómeno psicológico explica por qué puede ser tan difícil superar las primeras impresiones y por qué los traumas del pasado pueden tener efectos tan duraderos. En casi todas las interacciones, es más probable que nos fijemos en las cosas negativas y que las recordemos después con mayor intensidad.

Como humanos, tendemos a:

  • Recordar mejor las experiencias traumáticas que las positivas.
  • Recordar mejor los insultos que los elogios.
  • Reaccionar más fuertemente a los estímulos negativos.
  • Pensar en cosas negativas con más frecuencia que en las positivas.
  • Responder con más fuerza a los acontecimientos negativos que a los igualmente positivos.

Por ejemplo, puede estar teniendo un gran día en el trabajo cuando un compañero hace un comentario fuera de lugar que le resulta irritante. Entonces, te encuentras reflexionando sobre sus palabras durante el resto de la jornada laboral.

Cuando llegas a casa y alguien te pregunta cómo ha ido tu día, respondes que ha sido terrible, aunque en general haya sido bastante bueno a pesar de ese incidente negativo.

Este sesgo hacia lo negativo le lleva a prestar mucha más atención a las cosas malas que suceden, haciéndolas parecer mucho más importantes de lo que realmente son.

Lo que dice la investigación

La investigación ha demostrado que, en una amplia gama de acontecimientos psicológicos, las personas tienden a centrarse más en lo negativo cuando intentan dar sentido al mundo.

Tendemos a…

  • Prestar más atención a los acontecimientos negativos que a los positivos.
  • Aprender más de los resultados y experiencias negativas.
  • Tomar decisiones basadas en información negativa más que en datos positivos.

Son las “cosas malas” las que captan nuestra atención, se quedan en nuestra memoria y, en muchos casos, influyen en las decisiones que tomamos.

Motivación

Las investigaciones psicológicas sugieren que el sesgo negativo influye en la motivación para completar una tarea. Las personas tienen menos motivación cuando un incentivo se presenta como un medio para ganar algo que cuando el mismo incentivo les ayudará a evitar la pérdida de algo.

Esto puede influir en su motivación para perseguir un objetivo. En lugar de centrarse en lo que ganará si sigue trabajando para conseguir algo, es más probable que se centre en lo que podría tener que abandonar para lograr ese objetivo.

Motivacion negatividad

Las malas noticias

Además, los estudios han demostrado que es más probable que las noticias negativas se perciban como verdaderas. Dado que la información negativa llama más la atención, también puede considerarse que tiene mayor validez. Esta podría ser la razón por la que las malas noticias parecen atraer más atención.4

Política

Las diferencias en el sesgo de negatividad también se han relacionado con la ideología política. Algunas investigaciones sugieren que los conservadores pueden tener respuestas psicológicas más fuertes a la información negativa que los liberales. Algunas pruebas, por ejemplo, han descubierto que las personas que se consideran políticamente conservadoras son más propensas a calificar los estímulos ambiguos como amenazantes.

Estas diferencias en el sesgo de negatividad podrían explicar por qué algunas personas son más propensas a valorar cosas como la tradición y la seguridad, mientras que otras están más abiertas a abrazar la ambigüedad y el cambio

Ejemplos de sesgo negativo

El sesgo de negatividad puede tener diversos efectos en el mundo real sobre la forma de pensar y actuar de las personas. ¿Le resulta familiar alguna de estas situaciones y acontecimientos?

Has recibido una evaluación de tu rendimiento en el trabajo que ha sido bastante positiva en general y ha destacado tu buen rendimiento y tus logros. Algunos comentarios constructivos señalan áreas en las que podrías mejorar, y te encuentras fijándote en esas observaciones. En lugar de sentirse bien por los aspectos positivos de la evaluación, se siente molesto y enfadado por los pocos comentarios críticos.

Has discutido con tu pareja y después te has centrado en todos sus defectos. En lugar de reconocer sus puntos buenos, rumias todas sus imperfecciones. Incluso los defectos más triviales se amplifican, mientras que las características positivas se pasan por alto.

Te humillaste delante de tus amigos hace años y todavía recuerdas el suceso. Te encuentras encogido de vergüenza por ello, aunque tus amigos probablemente lo hayan olvidado por completo.

De dónde viene el sesgo negativo

Nuestra tendencia a prestar más atención a las cosas malas y a pasar por alto las buenas es probablemente un resultado de la evolución. En los primeros tiempos de la historia de la humanidad, prestar atención a las amenazas malas, peligrosas y negativas del mundo era literalmente una cuestión de vida o muerte. Los que estaban más atentos al peligro y prestaban más atención a las cosas malas que les rodeaban tenían más probabilidades de sobrevivir.

Esto significaba que también era más probable que transmitieran los genes que les hacían estar más atentos al peligro.

La perspectiva evolutiva sugiere que esta tendencia a fijarse más en lo negativo que en lo positivo es simplemente una forma en que el cerebro intenta mantenernos a salvo.

Desarrollo

Las investigaciones sugieren que este sesgo de negatividad empieza a surgir en la infancia. Los niños muy pequeños tienden a prestar más atención a las expresiones faciales y al tono de voz positivos, pero esto empieza a cambiar cuando se acercan al año de edad.

Los estudios cerebrales indican que, alrededor de esta época, los bebés comienzan a experimentar mayores respuestas cerebrales a los estímulos negativos. Esto sugiere que el sesgo negativo del cerebro surge durante la segunda mitad del primer año de vida del niño. Hay algunas pruebas de que el sesgo puede empezar incluso antes en el desarrollo.

Un estudio reveló que los bebés de tan sólo tres meses de edad muestran signos del sesgo de negatividad cuando hacen evaluaciones sociales de los demás.

La respuesta del cerebro

Las pruebas neurocientíficas han demostrado que existe un mayor procesamiento neuronal en el cerebro en respuesta a los estímulos negativos. Los estudios que incluyen la medición de potenciales cerebrales relacionados con eventos (ERPs), que muestran la respuesta del cerebro a estímulos sensoriales, cognitivos o motores específicos, han demostrado que los estímulos negativos provocan una mayor respuesta cerebral que los positivos.

En los estudios realizados por el psicólogo John Cacioppo, se mostró a los participantes imágenes positivas, negativas o neutras. Los investigadores observaron entonces la actividad eléctrica del cerebro. Las imágenes negativas produjeron una respuesta mucho más fuerte en la corteza cerebral que las imágenes positivas o neutras.

Dado que la información negativa provoca un aumento de la actividad en una zona crítica del cerebro para el procesamiento de la información, nuestros comportamientos y actitudes tienden a estar más condicionados por las malas noticias, las experiencias y la información.

Aprende a tomar el control de tu mente con varios hábitos que encontraras, bloquea todo esos pensamientos negativos que te afectan diariamente y cambia el chip para que seas una persona de mente poderosa.

Efectos

Aunque es posible que ya no necesitemos estar en constante alerta máxima como lo necesitaban nuestros primeros antepasados para sobrevivir, el sesgo de negatividad sigue teniendo un papel protagonista en el funcionamiento de nuestro cerebro. Las investigaciones han demostrado que el sesgo negativo puede tener una gran variedad de efectos en la forma de pensar, responder y sentir de las personas.

Algunas de las áreas cotidianas en las que puedes sentir los resultados de este sesgo incluyen tus relaciones, la toma de decisiones y la forma en que percibes a las personas.

Relaciones

El sesgo de negatividad puede tener un efecto profundo en tus relaciones. El sesgo puede llevar a las personas a esperar lo peor de los demás, especialmente en las relaciones estrechas en las que las personas se conocen desde hace mucho tiempo.

Por ejemplo, puede anticiparse negativamente a la reacción de su pareja y entrar en la interacción con las defensas en alerta máxima. El resultado suelen ser las discusiones y el resentimiento.

Cuando se trata de relaciones, es valioso recordar que los comentarios negativos suelen tener mucho más peso que los positivos. También es importante ser conscientes de nuestra propia tendencia a fijarnos en lo negativo. Al comprender esta tendencia natural del ser humano, puedes centrarte en encontrar formas de dar un respiro a los demás y dejar de esperar lo peor.

Relaciones negatividad

Toma de decisiones

El sesgo negativo puede influir en el proceso de toma de decisiones. En su famoso trabajo, los investigadores Kahneman y Tversky, galardonados con el Premio Nobel, descubrieron que, a la hora de tomar decisiones, las personas dan más importancia a los aspectos negativos de un acontecimiento que a los positivos.

Esta tendencia a dar demasiada importancia a lo negativo puede influir en las decisiones que toma la gente y en los riesgos que está dispuesta a asumir.

Al imaginar situaciones en las que se gana una determinada cantidad de dinero o se pierde la misma cantidad, el riesgo de pérdida tiende a ser mayor en la mente de las personas. La gente suele temer las consecuencias del resultado negativo más que desear las posibles ganancias positivas, incluso cuando las dos posibilidades son equivalentes.

La gente tiene una reacción negativa más fuerte ante la pérdida de 20 dólares que los sentimientos positivos que les produce la ganancia de 20 dólares.

Percepción de las personas

Al formarse una impresión de los demás, las personas también tienden a centrarse más en la información negativa. Por ejemplo, los estudios han demostrado que cuando se dan adjetivos “buenos” y “malos” para describir el carácter de otra persona, los participantes dan más peso a los descriptores malos cuando se forman una primera impresión.

Cómo superar el sesgo de negatividad

El sesgo de negatividad puede hacer mella en tu salud mental, provocando que:

  • Que te quedes con pensamientos oscuros.
  • Dañe sus relaciones con sus seres queridos.
  • Dificultar el mantenimiento de una visión optimista de la vida.

Afortunadamente, hay medidas que puede tomar para cambiar su forma de pensar y combatir la tendencia al pensamiento negativo, entre ellas:

Detener la autoconversación negativa

Empiece a prestar atención al tipo de pensamientos que pasan por su mente. Después de que se produzca un acontecimiento, es posible que te encuentres pensando cosas como “no debería haber hecho eso”. Esta autoconversación negativa determina la forma en que piensas en ti mismo y en los demás.

Una táctica mejor es detener esos pensamientos en cuanto empiezan. En lugar de fijarte en los errores del pasado que no pueden cambiarse, considera lo que has aprendido y cómo podrías aplicarlo en el futuro.

Detener la autoconversacion negativa

Reformule la situación

La forma en que te hablas a ti mismo de los acontecimientos, las experiencias y las personas desempeña un papel importante en la interpretación de los acontecimientos. Cuando te des cuenta de que interpretas algo de forma negativa, o de que sólo te centras en el aspecto negativo de la situación, busca formas de replantear los acontecimientos desde un punto de vista más positivo.

Esto no significa ignorar los peligros potenciales o llevar gafas de color de rosa, sino simplemente reenfocar los acontecimientos para darles la misma importancia que a los buenos.

Establezca nuevos patrones

Cuando te encuentres rumiando cosas, busca una actividad edificante para salir de esta mentalidad negativa. Por ejemplo, si te encuentras repasando mentalmente algún acontecimiento o resultado desagradable, intenta conscientemente redirigir tu atención a otra parte y realiza una actividad que te produzca alegría.

Algunas ideas más para alejar tu mente de los pensamientos negativos:

  • Salga a caminar.
  • Escuchar música alegre.
  • Lee un buen libro.

Saborea los momentos positivos

Dado que las experiencias positivas tardan más en ser recordadas, es importante prestar más atención a las cosas buenas que suceden. Mientras que las cosas negativas pueden transferirse y almacenarse rápidamente en la memoria a largo plazo, hay que esforzarse más para conseguir el mismo efecto de los momentos felices.

Así que cuando ocurra algo bueno, tómate un momento para concentrarte en ello. Reproduzca el momento varias veces en su memoria y concéntrese en los maravillosos sentimientos que evoca el recuerdo.

El sesgo de negatividad puede tener un poderoso impacto en su comportamiento, pero ser consciente de él significa que puede tomar medidas para adoptar una perspectiva más positiva de la vida. Adoptar un enfoque más consciente que implique ser consciente de su propia tendencia a la negatividad y elevar conscientemente los pensamientos más felices al primer plano de la conciencia, es una de las mejores maneras de combatir el sesgo negativo.

Rumiar lo negativo puede pasar factura, por lo que tomar medidas para combatir este sesgo puede contribuir a mejorar el bienestar mental.

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