Se calcula que el 1,6% de las mujeres estadounidenses padecen bulimia a lo largo de su vida. Aunque es más común que las mujeres vivan con este trastorno, los hombres también pueden ser diagnosticados con él.

Cuando se es cuidador de una persona con bulimia, es importante ser solidario y comprensivo. Aunque puede ser difícil ver a un ser querido sufrir un trastorno alimentario, hay cosas que puede hacer para ayudar.

Reconocer los síntomas de la bulimia en un ser querido

El primer paso para ser un cuidador comprensivo es aprender los signos y síntomas de la bulimia. De este modo, podrá estar atento a ellos en su ser querido.

Algunos signos y síntomas comunes de la bulimia son:

  • Preocupación por la comida o el peso.
  • Hábitos alimentarios poco saludables, como atracones o purgas.
  • Ejercicio excesivo.
  • Uso de laxantes o diuréticos.
  • Depresión o ansiedad.
  • Aislamiento de amigos y familiares.
  • Comportamiento reservado.

Si nota alguno de estos signos y síntomas en su ser querido, es importante que hable con él. Es posible que le dé vergüenza contarle lo que le ocurre, pero es importante que le haga saber que usted está a su lado.

Tipos de trastornos alimentarios

Los trastornos alimentarios más comunes son:

Anorexia

Las personas con anorexia se matan de hambre por un intenso miedo a engordar. A pesar de tener un peso inferior al normal o incluso demacrado, nunca creen estar lo suficientemente delgados. Además de restringir las calorías, las personas con anorexia también pueden controlar su peso con ejercicio, pastillas para adelgazar o purgas.

Bulimia

La bulimia implica un ciclo destructivo de atracones y purgas. Tras un episodio de atracones descontrolados, las personas con bulimia toman medidas drásticas para purgarse de las calorías sobrantes. Para evitar el aumento de peso, vomitan, hacen ejercicio en exceso, ayunan o toman laxantes.

Trastorno por atracón

Las personas con trastorno por atracón comen en exceso de forma compulsiva, consumiendo rápidamente miles de calorías en un corto período de tiempo. A pesar de los sentimientos de culpa y vergüenza por estos atracones secretos, se sienten incapaces de controlar su comportamiento o de dejar de comer incluso cuando están incómodamente llenos.

Trastorno por atracon bulimia

Cómo puedes ayudar a alguien con bulimia

A continuación, se detallan las formas en las que puedes ayudar a alguien a quien se le ha diagnosticado bulimia.

Atención médica

El primer paso en el tratamiento de la bulimia es obtener ayuda profesional. Esto suele incluir terapia y, en algunos casos, medicación. Si su ser querido se resiste a buscar tratamiento, es posible que tenga que apoyarle y animarle.

Cuidados prácticos

Como cuidador, también puede proporcionar cuidados prácticos a una persona con bulimia. Esto incluye la preparación de comidas y aperitivos saludables, y asegurarse de que descansa lo suficiente. También es posible que tenga que ayudarles con las tareas domésticas u otras actividades de la vida diaria.

Cuidado emocional

A continuación, se presentan cinco formas de proporcionar apoyo emocional a una persona con bulimia:

Cuidado emocional bulimia

Proporcionar atención emocional

Escúchelos

Una de las mejores cosas que puede hacer es simplemente escuchar a su ser querido. Esto significa estar a su lado cuando necesite hablar, y no juzgar ni criticar lo que dice.

Tenga paciencia

Es importante tener paciencia con una persona con bulimia. Los trastornos alimentarios pueden ser difíciles de superar y puede llevar tiempo que tu ser querido se recupere.

Evite las discusiones

Las discusiones sólo empeoran la situación. Si no está de acuerdo con algo que su ser querido dice o hace, intente abordar la conversación con calma y respeto.

Ofrezca ánimos

Las palabras de ánimo pueden ayudar mucho a una persona que se está recuperando de la bulimia. Algo tan simple como “estoy aquí para ti” puede marcar una gran diferencia.

Ofrezca animos bulimia

Busque apoyo

Como cuidador, también es importante cuidarse a sí mismo. Asegúrese de encontrar tiempo para sus propios pasatiempos e intereses, y busque el apoyo de amigos o familiares si lo necesita.

Qué evitar como cuidador de una persona con bulimia

A continuación, se indican cinco cosas que debe evitar el cuidador de una persona con bulimia.

Criticar su apariencia

Una de las peores cosas que puede hacer es criticar la apariencia de su ser querido. Esto sólo hará que se sienta peor sobre sí mismo y podría aumentar su trastorno alimentario.

Evitar hacer comentarios sobre su peso

El peso es un tema delicado para una persona con bulimia. Evita hacer comentarios sobre su peso, ya sean positivos o negativos.

Evitar hacer comentarios sobre su peso

Pedirle que coma más o menos

Pedir a una persona con bulimia que coma más o menos no es útil. Esto puede desencadenar su trastorno alimentario y hacerle sentir que le estás juzgando.

Presionarle para que haga ejercicio

El ejercicio es importante para todo el mundo, pero puede ser un desencadenante para alguien con bulimia. Evita presionarle para que haga ejercicio y deja que sea él quien decida cuánto quiere hacer.

Sacar a relucir su trastorno alimentario todo el tiempo

Es importante que le apoyes, pero también tienes que dar a tu ser querido un poco de espacio. Sacar a relucir su trastorno alimentario todo el tiempo sólo hará que se sienta más cohibido y podría agravar su trastorno.

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Cómo hablar con un ser querido sobre la bulimia

A continuación, se ofrecen cinco ideas sobre cómo hablar con un ser querido sobre la bulimia.

Como hablar con un ser querido sobre la bulimia

Elija un buen momento

Cuando saques el tema, asegúrate de elegir un buen momento. Esto significa elegir un momento en el que no se sienta provocado de ninguna manera.

Sea comprensivo

Asegúrese de que su ser querido sepa que está ahí para él y que apoya su recuperación.

Evite los juicios de valor

Cuando hable con su ser querido, asegúrese de evitar cualquier juicio. Esto incluye juicios sobre su apariencia o peso.

Escúchele

Asegúrese de escuchar a su ser querido cuando le hable. Esto significa ser respetuoso y no interrumpirle.

Escuchele bulimia

Busque ayuda de un especialista

Si se siente abrumado, asegúrese de buscar la ayuda de un profesional. Puede ser un terapeuta o consejero especializado en trastornos alimentarios.

Si eres el cuidador de una persona con bulimia, es importante que le des apoyo y comprensión. Asegúrate de proporcionarle atención emocional y práctica, y evita cualquier cosa que pueda desencadenar su trastorno alimentario. Si necesita ayuda, no dude en acudir a un profesional.

Cuándo intervenir

Si cree que su ser querido está en peligro, es importante intervenir. Esto significa pedir ayuda si se está purgando, restringiendo la ingesta de alimentos o realizando otros comportamientos perjudiciales. Si está preocupado por su seguridad, no dude en pedir ayuda a un profesional.

Consejos para cuidarse a sí mismo como cuidador

A continuación, se ofrecen cinco consejos para cuidarse a sí mismo como cuidador.

Asegúrese de cuidarse a sí mismo

Es importante dedicar tiempo a sus propias aficiones e intereses. Esto le ayudará a evitar el agotamiento y le convertirá en un mejor cuidador a largo plazo.

Asegurese de cuidarse a si mismo bulimia

Busque apoyo

Si se siente abrumado, asegúrese de buscar el apoyo de amigos o familiares. También existen grupos de apoyo para cuidadores de personas con trastornos alimentarios.

Tómese descansos

Asegúrese de tomar descansos cuando los necesite. Esto puede ser tomarse unos minutos para sí mismo cada día o tomarse un fin de semana libre.

Coma sano y haga ejercicio

Es importante que cuide su propia salud física como cuidador. Esto significa seguir una dieta saludable y hacer ejercicio con regularidad.

Busque ayuda profesional

Si tiene dificultades para afrontar la situación, no dude en buscar ayuda profesional. Puede ser de un terapeuta o consejero con experiencia en ayudar a los cuidadores de personas con trastornos alimentarios.

Si eres el cuidador de una persona con bulimia, es importante que le des apoyo y comprensión. No todas las personas con bulimia querrán buscar tratamiento, pero como cuidador, puedes proporcionar apoyo emocional y práctico. Si se siente abrumado, asegúrese de buscar la ayuda de un profesional.

Busque ayuda profesional bulimia

Lo que no hay que hacer

Evite los ultimátums. A menos que se trate de un menor de edad, no se puede obligar a nadie a seguir un tratamiento. La decisión de cambiar debe venir de ellos. Los ultimátums sólo añaden presión y promueven más secretismo y negación.

Evita hacer comentarios sobre la apariencia o el peso. Las personas con trastornos alimentarios ya están demasiado centradas en su cuerpo. Incluso las afirmaciones de que no están gordos contribuyen a su preocupación por la delgadez. En su lugar, dirija la conversación hacia sus sentimientos. ¿Por qué tienen miedo de ser gordos? ¿Qué creen que van a conseguir estando delgados?

Evita avergonzar y culpar. Evita las afirmaciones acusadoras del tipo “tú”, como “sólo necesitas comer”. O “Te estás haciendo daño sin motivo”. Utiliza en su lugar frases con “yo”. Por ejemplo: “Me resulta difícil ver cómo te consumes”. O: “Me da miedo cuando te oigo vomitar”.

Evita dar soluciones simples. Por ejemplo: “Lo único que tienes que hacer es aceptarte”. Los trastornos alimentarios son problemas complejos. Si fuera tan fácil, tu ser querido no estaría sufriendo.

Tratamientos para los trastornos alimentarios

El enfoque de tratamiento adecuado para cada persona depende de sus síntomas, problemas y puntos fuertes específicos, así como de la gravedad del trastorno. Para ser más eficaz, el tratamiento de un trastorno alimentario debe abordar tanto los aspectos físicos como los psicológicos del problema. El objetivo es tratar cualquier necesidad médica o nutricional, promover una relación sana con la comida y enseñar formas constructivas de afrontar las emociones desagradables y los retos de la vida.

Lo mejor suele ser un enfoque en equipo

Entre las personas que pueden participar en el tratamiento se encuentran médicos, profesionales de la salud mental y nutricionistas. La participación y el apoyo de los miembros de la familia también marcan una gran diferencia en el éxito del tratamiento de los trastornos alimentarios.

Tratamiento médico

La primera prioridad es tratar y estabilizar cualquier problema de salud grave. La hospitalización o el tratamiento residencial pueden ser necesarios si su ser querido está peligrosamente desnutrido, sufre complicaciones médicas, está gravemente deprimido o tiene tendencias suicidas, o se resiste al tratamiento. El tratamiento ambulatorio es una opción cuando el paciente no está en peligro médico inmediato.

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Asesoramiento nutricional

Los dietistas o nutricionistas pueden ayudar a su ser querido a diseñar planes de comidas equilibradas, establecer objetivos dietéticos y alcanzar o mantener un peso saludable. El asesoramiento también puede incluir la educación sobre la nutrición adecuada.

Terapia

La terapia desempeña un papel fundamental en el tratamiento de los trastornos alimentarios. Sus objetivos son identificar los pensamientos y sentimientos negativos que están detrás de las conductas alimentarias desordenadas y sustituirlos por actitudes más saludables y menos distorsionadas. Otro objetivo importante es enseñar a la persona a manejar las emociones difíciles, los problemas de relación y el estrés de forma productiva, en lugar de autodestructiva.

Tipos comunes de terapia para el tratamiento de los trastornos alimentarios

Terapia individual

Explora tanto los síntomas del trastorno alimentario como los problemas emocionales e interpersonales subyacentes que los alimentan. Se centra en aumentar el conocimiento de uno mismo, desafiar las creencias disfuncionales y mejorar la autoestima y la sensación de control.

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Terapia familiar

Examina la dinámica familiar que puede contribuir a un trastorno alimentario o interferir en la recuperación. Suele incluir algunas sesiones de terapia sin el paciente, un elemento especialmente importante cuando la persona con el trastorno alimentario niega tener un problema.

Terapia de grupo

Permite que las personas con trastornos alimentarios hablen entre sí en un entorno supervisado. Ayuda a reducir el aislamiento que sienten muchas personas con trastornos alimentarios. Los miembros del grupo se apoyan mutuamente en la recuperación y comparten sus experiencias y consejos.

Mitos y realidades sobre los trastornos alimentarios

Mito 1: Hay que tener un peso inferior al normal para padecer un trastorno alimentario

Realidad: Las personas con trastornos alimentarios tienen todo tipo de formas y tamaños. Muchos individuos con trastornos alimentarios tienen un peso medio o sobrepeso.

Mito 2: Sólo las adolescentes y las mujeres jóvenes se ven afectadas por los trastornos alimentarios

Realidad: Aunque los trastornos alimentarios son más comunes en las mujeres jóvenes en la adolescencia y a principios de los veinte años, se encuentran en hombres y mujeres de todas las edades, desde niños hasta adultos mayores.

Solo los adolescentes y las mujeres jovenes se ven afectadas por los trastornos alimenticios

Mito 3: Las personas con trastornos alimentarios son vanidosas

Realidad: No es la vanidad lo que lleva a las personas con trastornos alimentarios a seguir dietas extremas y a obsesionarse con su cuerpo, sino un intento de lidiar con sentimientos incómodos.

Mito 4: Los trastornos alimentarios no son realmente tan peligrosos

Realidad: Los trastornos alimentarios son enfermedades graves que causan daños tanto físicos como emocionales. Todos los trastornos alimentarios pueden provocar problemas de salud irreversibles e incluso potencialmente mortales, como enfermedades cardíacas, pérdida de masa ósea, retraso en el crecimiento, infertilidad y daños renales.

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