Casi el 70% de los padres dicen que se sienten distraídos por su teléfono móvil cuando pasan tiempo con sus hijos. El phubbing parental, cuando un padre ignora a su hijo mientras usa su teléfono móvil, es un problema para los niños y para los padres. Los expertos afirman que el uso de los teléfonos móviles no es el problema, sino el modo en que los padres los utilizan.

“Creo que la gran pregunta es… ¿los padres prestan toda su atención cuando sus hijos la necesitan? ¿O los alejan más de lo normal? A veces le pasa a todo el mundo. La clave es cuánto”, explica la doctora Mary Alvord, coautora de Conquer Negative Thinking for Teens.

El uso del móvil es una norma social. La friolera del 97% de los estadounidenses posee algún tipo de teléfono móvil. Su uso generalizado puede suponer un reto para los padres a la hora de apartarse de él.

“Los padres confían en la comodidad de los teléfonos inteligentes (por ejemplo, alarmas, lectura de libros, programación, noticias, conexiones sociales, etc.), creando así una sensación de dependencia. De hecho, a menudo oímos a los padres comentar que ‘no pueden ir a ninguna parte’ sin su teléfono”, señala Felice Martin, MS, NCC, LPC, CPCS, NeuroCoach+ NeuroLeader, Behavioral Health Associates of Georgia, LLC.

Los teléfonos móviles son prácticos y útiles en la acelerada sociedad actual. Pero cuando el “phubbing” paterno hace que los padres ignoren o no atiendan las necesidades de sus hijos, es importante reconocer el problema y buscar soluciones prácticas para dar a los niños la atención que necesitan.

¿Qué es el phubbing y por qué se está normalizando?

Debido a la necesidad de describir un fenómeno social que no existía hace no muchos años, el diccionario australiano Macquaire desarrolló en 2012 una campaña en todo el mundo dedicada a familiarizar a la población con la palabra phubbing (Pathak, 2013). Combinación de las palabras phone (teléfono) y snubbing (despreciar), este término hace referencia al hecho de, en una reunión social, ignorar a alguien prestando atención al teléfono móvil en lugar de hablar con esa persona cara a cara.

Este comportamiento, ciertamente dañino en cualquier interacción social, se está convirtiendo en un lugar común. Varoth Chotpitayasunondh y Karen Douglas (2016) han investigado recientemente las causas y consecuencias psicológicas de este comportamiento. Estos autores descubrieron que, como se podía predecir intuitivamente, una de las causas que nos lleva a ignorar deliberadamente a la persona con la que estamos es la adicción al teléfono móvil.

Phubbing y adicción a los teléfonos inteligentes

Entre los factores que predicen la adicción al móvil, y por tanto al phubbing, se encuentra la adicción a Internet y su uso excesivo, que está muy relacionada con otras adicciones no químicas como la ludopatía.

Como predictor de la adicción a Internet y a los teléfonos inteligentes, estos investigadores de la Universidad de Kent encontraron que un factor influyente era la capacidad de autocontrol del usuario. Cuanto menos autocontrol, más posibilidades de ser adicto a Internet, al smartphone y, por tanto, más posibilidades de phubbing. Un último factor importante que se identificó fue el miedo y la preocupación de quedar fuera de los eventos, sucesos y conversaciones que se están dando en el círculo social, provocando un uso problemático del teléfono móvil.

El comportamiento de phubbing, argumentan los autores, se está volviendo normal y aceptable debido a lo que se conceptualiza en psicología social como “reciprocidad”. Ignorar repetidamente a otras personas por estar pendiente del móvil hace que otros, intencionadamente o no, devuelvan esta acción social.

A pesar de que no es agradable para nadie ser ignorado, a menudo se intercambian roles a lo largo de las diferentes interacciones sociales, siendo “ignorante” en unas ocasiones e ignorado en otras. Dado que el aprendizaje social es básico en la adquisición de nuevos comportamientos, este intercambio, según los investigadores, nos lleva a asumir el falso consenso de que esta forma de actuar es algo aceptable e incluso normal. Los autores confirmaron esto al encontrar que aquellos que eran más ignorantes y aquellos que tendían a ser más ignorados veían estos comportamientos como más aceptables socialmente.

Durante el estudio, los investigadores chinos encuestaron a 530 estudiantes

Todos ellos tenían entre 10 y 18 años, edades en las que los adolescentes suelen volverse algo obsesionados con el teléfono. Pero los investigadores no estaban tan interesados ​​en sus hábitos telefónicos como en los de sus padres.

Según CBS News, a los estudiantes se les entregaron dos cuestionarios que les pedían que calificaran el uso del teléfono inteligente de sus padres en diversas circunstancias.

Se pidió a los participantes que imaginaran escenarios como “Durante una hora de comida típica con mis padres, mis padres se retiran y revisan sus teléfonos celulares”, y los calificaron en una escala del 1 al 5.

Si la idea de que sus hijos respondan una pregunta como esa le da un ligero nudo en el estómago, no está solo.

Al final, se descubrió que “phubbing” tenía algunos efectos bastante significativos

“Según la definición de “phubbing”, el presente estudio definió ‘phubbing de los padres’ como un fenómeno en el que los padres usan sus teléfonos móviles para hacer que un niño se sienta excluido en las interacciones entre padres e hijos”, explicaron los autores del estudio.

Sorpresa, sorpresa: no deja a los niños sintiéndose cálidos y confusos por dentro.

“El estudio reveló que el phubbing de los padres se asoció con la depresión de los estudiantes al final de la infancia y la adolescencia a través de dos caminos”, continuaron los autores. “El presente estudio destaca la necesidad de establecer normas familiares que regulen el uso del teléfono móvil para reducir el phubbing”.

Los niños y el phubbing parental

Los niños necesitan el amor y el cuidado de sus padres. Los estudios demuestran que los niños criados en entornos de apoyo tienen más probabilidades de prosperar. Ese apoyo incluye la atención de los padres.

Siendo realistas, los padres no pueden escuchar a sus hijos las 24 horas del día. Por eso es aún más importante que, cuando tengan tiempo para estar juntos, los padres estén comprometidos y centrados en su hijo. Cuando los niños creen que sus padres les ignoran, el dolor que sienten es muy real.

“El dolor de ser ignorado se experimenta tanto somáticamente (físicamente) como psicológicamente. El cerebro no distingue el dolor, sólo le dice al cuerpo y a la mente: ‘Me duele'”, señala Martin. “El phubbing puede hacer que el niño se sienta inadecuado, solo, rechazado y desestimado. Los investigadores han descubierto que los niños se ponen ansiosos o se deprimen cuando se les ignora. Pueden pensar que son insignificantes”.

A menudo, los niños actúan para conseguir la atención que ansían.

“Cuando los niños empiezan a pensar así, suelen aislarse. También sobrecompensarán negativa o positivamente para conseguir cualquier tipo de atención”, añade Martin.

Las investigaciones demuestran que cuando los padres favorecen su teléfono en lugar de escuchar a sus hijos, esto puede incluso acelerar los sentimientos de depresión.4 Los niños que se sienten emocionalmente desatendidos pueden tener problemas de ansiedad, malas notas en la escuela, abuso de sustancias e incluso tendencias suicidas.

Además del riesgo de que los niños busquen atención de otras maneras, también pueden empezar a emular el comportamiento de sus padres. Los padres tienen que ser conscientes del uso que hacen del teléfono y del mensaje que envían.

“Los padres son los primeros maestros de sus hijos… Es importante que los padres gestionen su salud mental”, señala Martin. “A menudo los padres utilizan el teléfono como distracción para hacer frente a los factores de estrés de la vida”.

Los niños y el phubbing parental

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¿Cómo afecta el phubbing a nuestras relaciones cercanas?

La mera presencia (visible) de un teléfono móvil sobre la mesa puede reducir la percepción de cercanía, confianza y calidad de conversación entre dos personas, siendo este efecto más pronunciado cuando se habla de temas emocionalmente relevantes (Przybylski & Weinstein, 2013).

Alrededor del 70% de los participantes en un estudio sobre la influencia de la tecnología en las relaciones de pareja (McDaniel y Coyne, 2016) afirmaron que los ordenadores o los smartphones interferían de alguna forma en su convivencia. Cuanto mayor sea la frecuencia de interferencia de las tecnologías, mayor será el impacto en su bienestar (menor satisfacción con la relación, con la vida en general y más síntomas depresivos).

Por tanto, esta conducta de phubbing no se limita a encuentros esporádicos entre amigos, compañeros de trabajo o de clase, etc., sino que puede afectar directamente a la estructura de nuestras relaciones más íntimas y tener cierta influencia en nuestra calidad de vida.

Soluciones prácticas

Las personas consultan sus teléfonos móviles unas 60 veces al día, por término medio.6 Así pues, el uso continuado y persistente de los teléfonos móviles ha llegado para quedarse. Sin embargo, los expertos afirman que los padres pueden adoptar medidas de seguridad para asegurarse de que los niños pasan el tiempo que necesitan.

Aunque ésta es bastante obvia, es importante. Deja el teléfono cuando pases tiempo de calidad con tus hijos.

“Hay que dejar el teléfono, sobre todo con los adolescentes. Cuando estén dispuestos a hablar contigo… tienes que prestarles toda la atención. Esto significa que puede ser necesario poner el teléfono en otra habitación”, afirma el Dr. Alvord.

Los padres también pueden poner sus teléfonos en el modo “No molestar” o silenciar sus timbres. Dado que los estudios demuestran que escuchar una notificación del teléfono es una gran distracción,7 eliminar ese sonido puede ayudar a los padres a concentrarse en lo que tienen delante: sus hijos.

Otra opción es establecer zonas libres de teléfonos. Tener una cesta donde todos pongan sus teléfonos antes de sentarse a cenar garantiza muchas menos interrupciones. Los teléfonos se guardan para la noche en familia y otros espacios de tiempo acordados.

Los espacios sin teléfono en la casa también son una opción. Cuando los miembros de la familia quieren pasar tiempo de calidad juntos, saben que esta habitación especial es un espacio seguro sin la interrupción de los teléfonos.

Los padres también pueden considerar la posibilidad de establecer un temporizador para el uso del teléfono. Deje que los niños sepan que en una hora, recibirán tiempo ininterrumpido con usted. Puede ser un incentivo para ellos, así como para mamá y papá.

La realidad es que es fundamental poner en práctica formas de convivir con los teléfonos sin restar importancia a los miembros de la familia.

“No podemos escapar de la era digital; sin embargo, podemos gestionar cómo nos relacionamos con la era digital. Animo a los padres a que dejen sus teléfonos cuando se comuniquen con sus hijos. El contacto visual es importante y permite al niño saber que se le valora”, concluye Martin.

Esto puede no ser una gran sorpresa

Después de todo, la investigación ha destacado durante años nuestra creciente codependencia de nuestros teléfonos inteligentes.

Un informe reciente de Harvard descubrió algunas estadísticas bastante reveladoras, como el hecho de que el 73% de las personas han experimentado una sensación de pánico cuando no pueden encontrar sus teléfonos. Pero eso no es tan innovador, considerando que el adulto estadounidense promedio pasa hasta 4 horas al día en sus dispositivos.

Y cuando se trata de crianza, esta no es exactamente una conversación nueva

Los padres se han sentido avergonzados durante años por ser “esa mamá en su teléfono en el parque”. En respuesta, hemos visto una avalancha de artículos de opinión defensivos sobre el tema, que argumentan que hay muchas razones por las que una mamá o un papá podrían estar hablando por teléfono en un momento dado. La mayoría de las razones no significan que sean “malos padres”.

De hecho, el tema surgió a principios de este mes cuando un letrero en una sala de maternidad del Reino Unido se volvió viral para recordar a los padres que “bajen sus teléfonos” y miren a su bebé durante la alimentación. Fue compartido por el nuevo padre Ash Cottrell, quien dijo que le parecía “triste” que las enfermeras sintieran la necesidad de emitir tal recordatorio.

Y cuando se trata de crianza esta no es exactamente una conversacion nueva

Lo que esto significa para usted

Los teléfonos móviles son una parte importante de nuestras vidas. Gestionamos nuestros horarios, comprobamos el tiempo y nos mantenemos conectados con nuestros dispositivos. Pero el uso de los teléfonos no sustituye el tiempo de calidad cara a cara, especialmente con nuestros hijos. Es fundamental que los padres regulen el uso del teléfono para que sus hijos reciban el amor y la atención que merecen.

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