El sesgo del actor-observador es un término de la psicología social que se refiere a la tendencia a atribuir las propias acciones a causas externas mientras se atribuyen los comportamientos de otras personas a causas internas. Es un tipo de sesgo de atribución que influye en la forma en que las personas perciben e interactúan con otras personas. Esencialmente, las personas tienden a hacer diferentes atribuciones dependiendo de si son el actor o el observador en una situación.

El concepto de asimetría actor-observador fue introducido por primera vez en 1971 por los psicólogos sociales Jones y Nisbett.

En este artículo se explica qué es el sesgo actor-observador y cómo funciona. También ofrece algunos ejemplos de cómo este sesgo puede influir en el comportamiento, así como algunas medidas que puede tomar para minimizar sus efectos.

¿Qué es el sesgo del actor-observador?

Definición: Según el sesgo del actor-observador, las personas explican su propio comportamiento con causas situacionales y el comportamiento de otras personas con causas internas.

El sesgo del actor-observador tiende a ser más pronunciado en situaciones en las que los resultados son negativos. En una situación en la que una persona experimenta algo negativo, el individuo suele culpar a la situación o a las circunstancias. Cuando algo negativo le ocurre a otra persona, la gente suele culpar al individuo por sus elecciones, comportamientos y acciones personales.

Por ejemplo, cuando un médico le dice a alguien que sus niveles de colesterol son elevados, el paciente puede culpar a factores que están fuera de su control, como las influencias genéticas o ambientales. ¿Pero qué ocurre cuando otra persona descubre que sus niveles de colesterol son demasiado altos? En estas situaciones, la gente lo atribuye a cosas como una mala alimentación y la falta de ejercicio.

Ejemplos de sesgo actor-observador

Te encuentras con un viejo amigo después de mucho tiempo y decides ponerte al día. Llegas incluso 10 minutos antes de la hora prevista, pero tu amigo se presenta 20 minutos tarde. Se disculpa por ello, pero su disculpa cae en saco roto, y ya has llegado a la conclusión de que este amigo tuyo no tiene ningún respeto por ti ni por tu tiempo. Ahora cambiemos los papeles. Supongamos que tu amigo llega a tiempo, pero tú llegas 20 minutos tarde. En este caso, es poco probable que tengas algún reparo en llegar tarde, porque tuviste una razón genuina, sea cual sea.

Cuando vas a una velocidad normal y otro coche te adelanta a toda velocidad, consideras que esa persona es tonta por su forma de conducir. Sin embargo, cuando tú mismo pasas a toda velocidad por delante de otro que va a velocidad normal, es poco probable que te consideres tonto, porque obviamente tienes prisa por llegar a algún sitio.

Haces un plan para cenar con tu pareja, pero cuando llegas a casa por la noche, estás agotado. Decides cancelar el plan porque estás cansado. En cambio, si tu pareja decide cancelar el plan porque está cansada, la llamas perezosa.

Cuando tu compañero llora después de haber sido reprendido por algo, tiendes a creer que sólo trata de encubrir su incompetencia. En cambio, cuando tú lloras después de que te hayan reprendido por algo, dices que se debe a la situación.

Mientras juegas, si tu amigo tropieza y se cae, dirás que ha sido torpe. En cambio, si tú te tropiezas y te caes, dirás que te has caído porque tenías los cordones desatados.

El sesgo actor-observador se confunde a menudo con el error de atribución fundamental. Aunque ambos son tipos de sesgos de atribución, son diferentes entre sí. A diferencia del sesgo del actor-observador, el error de atribución fundamental no tiene en cuenta nuestro propio comportamiento. Suele limitarse a las causas internas del comportamiento de otras personas. En el primer ejemplo, por ejemplo, el error de atribución fundamental se produce cuando tu amigo llega tarde y no tienes en cuenta los factores externos que pueden haber influido en su comportamiento.

Señales del sesgo actor-observador

Hay diferentes señales que indican que el sesgo del actor-observador puede estar influyendo en las interpretaciones de un acontecimiento. Algunos indicadores son:

  • Culpar a otras personas de provocar los acontecimientos sin reconocer el papel que ha desempeñado.
  • Estar sesgado culpando a extraños por lo que les sucede, pero atribuyendo los resultados a fuerzas situacionales cuando se trata de amigos y familiares.
  • Centrarse sólo en los aspectos negativos de una situación e ignorar los positivos.
  • Ignorar las causas internas que contribuyen al resultado de las cosas que te ocurren.
  • No prestar atención a los factores situacionales al evaluar el comportamiento de otras personas.
  • Echar demasiada culpa a las fuerzas externas cuando las cosas no salen como uno quiere.

En otras palabras, cuando te ocurre a ti, está fuera de tu control, pero cuando le ocurre a otra persona, todo es culpa suya.

Los investigadores han descubierto que las personas tienden a experimentar este sesgo con menos frecuencia con las personas que conocen bien, como los amigos cercanos y los miembros de la familia. ¿Por qué? Porque tienen más información sobre las necesidades, las motivaciones y los pensamientos de esas personas, y es más probable que tengan en cuenta las fuerzas externas que influyen en el comportamiento.

Señales del sesgo actor observador

Causas del sesgo actor-observador

Cuando las personas son los actores de una situación, les resulta más difícil ver su situación de forma objetiva. Sin embargo, cuando son los observadores, pueden ver la situación desde una perspectiva más distante.

Por ejemplo, imagina que tu clase se está preparando para hacer un gran examen. No observas tus comportamientos de estudio (o la falta de ellos) antes del examen, sino que te centras en las variables situacionales que afectaron a tu rendimiento en el examen. El aula estaba calurosa y congestionada, tu lápiz se rompía constantemente y el estudiante que estaba a tu lado no dejaba de hacer ruidos de distracción durante todo el examen.

Cuando obtienes los resultados y te das cuenta de que has hecho un mal trabajo, culpas a esas distracciones externas de tu mal rendimiento en lugar de reconocer tus malos hábitos de estudio antes del examen.

Uno de tus amigos también sacó un mal resultado, pero inmediatamente consideras que suele saltarse las clases, que rara vez lee el libro de texto y que nunca toma apuntes. Ahora que eres el observador, las atribuciones cambian para centrarse en las características internas en lugar de en las mismas variables situacionales que crees que contribuyeron a tu baja puntuación en el examen.

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Tipos (o sesgos relacionados) con el sesgo del observador

1. Efecto observador-expectívico

El efecto observador-expectante puede producirse de varias formas diferentes, como cuando el investigador trata inconscientemente a los participantes de los distintos grupos de forma diferente, lo que conduce a resultados desiguales entre los grupos (por ejemplo, si es más probable que haga preguntas o dé instrucciones a un grupo).

Cuando el investigador trata deliberadamente a los participantes de forma diferente porque se ha formado una hipótesis y quiere probarla. También puede ser cuando el investigador influye en el comportamiento de los participantes cambiando su lenguaje corporal, su postura, su tono de voz o su apariencia de determinadas maneras.

Un ejemplo de sesgo del observador es cuando los médicos esperan un determinado resultado basándose en sus experiencias previas y luego influyen inconscientemente en sus pacientes para conseguir el resultado esperado (como decir “sé que esto va a doler” al poner una inyección). Este fenómeno se denomina sesgo de expectativa.

2. Sesgo del actor-observador

El sesgo actor-observador se refiere al fenómeno en el que atribuimos nuestras acciones a factores externos (por ejemplo, “He suspendido el examen porque era demasiado difícil”), pero atribuimos las acciones de otras personas a sus rasgos internos (por ejemplo, “Ha suspendido el examen porque es tonta”).

Para entender esto, vamos a desglosarlo:

  • El “actor” es la persona que realiza la conducta.
  • El “observador” es la persona que observa el comportamiento de otra persona.
  • La “atribución” se refiere a lo que creemos que “causó” el comportamiento de una persona.

Nos ayuda a entender por qué nos inclinamos a culpar a los demás de las cosas que ocurren, incluso cuando no nos culparíamos a nosotros mismos por actuar de la misma manera.

Por ejemplo, si obtienes una mala nota en un examen, es probable que atribuyas tu fracaso a algún factor ajeno a ti: tal vez el profesor es parcial en tu contra, o tal vez las preguntas eran más difíciles de lo habitual. Sin embargo, si ves que otra persona suspende un examen, es probable que atribuyas su fracaso a algo interno: tal vez no haya estudiado lo suficiente o simplemente no sea tan inteligente como los demás.

3. El efecto Hawthorne

El efecto Hawthorne es un tipo de sesgo del observador que puede producirse en los estudios de investigación en los que el comportamiento de una o más personas observadas cambia simplemente porque están siendo observadas. El nombre proviene de una serie de experimentos realizados en la fábrica Hawthorne Works de Western Electric Company en Cicero, Illinois, durante las décadas de 1920 y 1930. Durante estos experimentos, los investigadores trataron de determinar si los cambios en la iluminación mejorarían la productividad.

Descubrieron que la productividad aumentaba mientras realizaban el estudio, incluso cuando probaban diferentes escenarios de iluminación y los niveles de luz disminuían. Esto les llevó a creer que, en lugar de ser las luces las que causaban el aumento de la productividad, era simplemente el hecho de que las personas recibían más atención de sus supervisores de lo normal lo que mejoraba la productividad.

4. Sesgo del experimentador

El sesgo del experimentador del sesgo del observador es que el investigador cree lo que está buscando, y por lo tanto lo encontrará. Antes de comenzar un estudio de investigación, es posible que ya haya formulado una idea de cuáles serán los resultados.

Si este es el caso, te estás preparando para un sesgo del observador. Cuando tienes una idea predeterminada de cuáles serán los resultados y realizas un estudio para probar tu teoría, si no obtienes los resultados exactos que confirman tu teoría, puedes tener la tentación de tergiversar esos resultados para hacerlos más acordes con tus predicciones.

Así, si está realizando un estudio sobre si tomar ácido fólico durante el embarazo ayuda a reducir el riesgo de tener un hijo autista, y tiene la hipótesis de que sí ayuda a reducir ese riesgo, pero después de realizar su estudio descubre que no es así, puede decidir que el ácido fólico sí reduce el riesgo, pero sólo cuando se combina con otra vitamina.

Sesgo del experimentador

Impacto del sesgo actor-observador

El sesgo del actor-observador puede ser problemático y a menudo da lugar a malentendidos y discusiones. Durante una discusión, es posible que culpes a otra persona de un suceso sin tener en cuenta otros factores que también influyeron.

El sesgo del actor-observador también lleva a las personas a evitar asumir la responsabilidad de sus acciones. En lugar de reconocer su papel, echan la culpa a otra persona. Esto puede crear conflictos en las relaciones interpersonales.

El sesgo del actor-observador también hace que sea más difícil para las personas reconocer la importancia de cambiar su comportamiento para evitar problemas similares en el futuro.

Cómo evitar el sesgo del actor-observador

No es posible eliminar por completo el sesgo del actor-observador, pero hay medidas que se pueden tomar para ayudar a minimizar su influencia. Las estrategias que pueden ser útiles son las siguientes

No culpar a la víctima

El sesgo del actor-observador contribuye a la tendencia a culpar a las víctimas de su desgracia. En lugar de considerar otras causas, la gente suele apresurarse a juzgar, sugiriendo que las acciones de la víctima causaron la situación.

Cuando te encuentres haciendo esto, da un paso atrás y recuérdate que puede que no estés viendo todo el panorama. En su lugar, intenta ser empático y considerar otras fuerzas que podrían haber dado forma a los acontecimientos.

Céntrate en resolver el problema

Aunque tu primer instinto sea averiguar qué ha provocado la situación, dirigir tu energía hacia la búsqueda de una solución puede ayudarte a desviar la atención de la asignación de la culpa. También puede darte una imagen más clara de todos los factores que han intervenido, lo que en última instancia puede ayudarte a hacer juicios más precisos.

Centrate en resolver el problema

Practique la gratitud

En lugar de culpar a otras causas cuando sucede algo terrible, dedica algunos momentos a concentrarte en sentir gratitud. Aunque hayas sufrido un revés, mantener una actitud más optimista y agradecida puede beneficiar tu bienestar. También puede ayudarte a considerar algunos de los otros factores que han influido en la situación, ya sean internos o externos.

El sesgo del actor-observador es un tipo de error de atribución que puede tener un impacto negativo en su capacidad para juzgar con precisión las situaciones. Además de crear conflictos con los demás, también puede afectar a tu capacidad para evaluar y modificar tu propio comportamiento.

Ser consciente de este sesgo puede ayudarte a encontrar formas de superarlo. En lugar de centrarse en buscar culpables cuando las cosas van mal, busque formas de entender mejor la situación o incluso de mejorarla. Sé empático y busca soluciones en lugar de tratar de asignar la culpa.

Preguntas frecuentes

¿Cómo puedo evitar el sesgo del actor-observador?

Aunque no se puede eliminar por completo el sesgo del actor-observador, ser consciente de esta tendencia y tomar medidas conscientes para superarla puede ser útil. Cuando te encuentres asignando culpas, da un paso atrás y trata de pensar en otras explicaciones. ¿Hay aspectos de la situación que puedas estar pasando por alto? ¿Podrían haber influido fuerzas externas en las acciones de otra persona? ¿Hay cosas que podrías haber hecho de forma diferente y que podrían haber afectado al resultado? Hacerse estas preguntas puede ayudarte a analizar la situación de forma más deliberada y objetiva.

¿Cuál es la diferencia entre el sesgo del actor-observador y el sesgo de interés propio?

El sesgo de autoservicio se refiere a la tendencia a atribuirse el mérito personal de los acontecimientos positivos para proteger la autoestima.  En este caso, se centra sólo en el “actor” de una situación y está motivado por la necesidad de mejorar y defender la imagen de sí mismo. El sesgo del actor-observador, por el contrario, se centra en las acciones de la persona que realiza un comportamiento, así como de quienes lo observan.

¿Qué cosas pueden hacer que una persona tenga un sesgo?

Muchos sesgos atribucionales y cognitivos se producen como resultado del funcionamiento de la mente y sus limitaciones. Dado que el cerebro sólo es capaz de manejar cierta cantidad de información, las personas recurren a atajos mentales para acelerar la toma de decisiones. Aunque a veces son útiles, estos atajos a menudo conducen a errores, juicios erróneos y pensamientos sesgados.

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