Culpar a la víctima es un fenómeno en el que se responsabiliza a las víctimas de delitos o tragedias de lo que les ha ocurrido. La culpabilización de la víctima permite a las personas creer que esos sucesos nunca podrían ocurrirles a ellos. La culpabilización de la víctima es conocida en los casos de violación y agresión sexual, en los que a menudo se acusa a la víctima del delito de invitar al ataque debido a su ropa o comportamiento.

Un ejemplo conocido de culpabilización de la víctima

En el 2003, una niña de 14 años llamada Elizabeth Smart fue secuestrada en su habitación en Salt Lake City, Utah, a punta de cuchillo. Pasó los siguientes nueve meses cautiva de sus secuestradores, Brian Mitchell y Wanda Barzee. Después de que se hiciera público su rescate y los detalles de su cautiverio, mucha gente se preguntó por qué no había intentado escapar o revelar su identidad.

Este tipo de preguntas, por desgracia, no son infrecuentes después de que la gente se entere de un suceso terrible. ¿Por qué, después de un crimen tan horrible, tanta gente parece “culpar a la víctima” de sus circunstancias?

Cuando aparecen noticias sobre la violación de una mujer, muchas preguntas se centran en lo que las víctimas llevaban puesto o hacían para “provocar” el ataque. Cuando la gente es asaltada, otros se preguntan a menudo qué hacían las víctimas a tan altas horas de la noche o por qué no tomaron medidas adicionales para protegerse del delito.

Por qué los seres humanos tienden a culpar a las víctimas

¿Qué hay detrás de esta tendencia a culpar a la víctima?

Nuestras atribuciones contribuyen

Un fenómeno psicológico que contribuye a esta tendencia a culpar a la víctima se conoce como error fundamental de atribución.

Este sesgo consiste en atribuir los comportamientos de otras personas a características internas y personales, ignorando las fuerzas y variables externas que también podrían haber influido.

Cuando un compañero de clase suspende un examen, por ejemplo, probablemente atribuya su comportamiento a una serie de características internas. Puede que creas que el otro alumno no ha estudiado lo suficiente, que no es lo suficientemente inteligente o que simplemente es un vago.

Sin embargo, si tú suspendieras un examen, ¿a qué achacarías tu mal rendimiento? En muchos casos, la gente culpa de sus fallos a fuentes externas. Podrías protestar porque el aula estaba demasiado caliente y no podías concentrarte, o porque el profesor no calificó el examen de forma justa o incluyó demasiadas preguntas trampa.

Nuestras atribuciones contribuyen culpa a la victima

La retrospectiva es 20/20

Otra cuestión que contribuye a nuestra tendencia a culpar a la víctima se conoce como el sesgo retrospectivo.

Cuando observamos un acontecimiento que ocurrió en el pasado, tenemos la tendencia a creer que deberíamos haber sido capaces de ver las señales y predecir el resultado.

Esta retrospectiva hace que parezca que las víctimas de un crimen, un accidente u otra forma de desgracia deberían haber sido capaces de predecir y prevenir cualquier problema que les haya ocurrido.

Y esto no es algo que ocurra sólo cuando analizamos cosas como una violación o una agresión. Cuando alguien se pone enfermo, la gente a menudo busca culpar a los comportamientos del pasado por el estado de salud actual de la persona.

¿Cáncer? Deberían haber dejado de fumar. ¿Enfermedad cardíaca? Supongo que deberían haber hecho más ejercicio. ¿Intoxicación alimentaria? Deberían haber sabido que no debían comer en ese nuevo restaurante.

Estos casos de culpabilidad parecen sugerir que la gente simplemente debería haber sabido o esperado que esas cosas sucedieran dado su comportamiento, cuando en realidad no había forma de predecir el resultado.

Nos gusta creer que la vida es justa cuando no lo es

Nuestra tendencia a culpar a la víctima también proviene en parte de nuestra necesidad de creer que el mundo es un lugar justo y equitativo. Cuando le ocurre algo malo a otra persona, a menudo creemos que debe haber hecho algo para merecer ese destino. Los psicólogos sociales llaman a esta tendencia el fenómeno del mundo justo.

¿Por qué sentimos esta necesidad de creer que el mundo es justo y que la gente tiene lo que se merece?

Porque si pensamos que el mundo no es justo, entonces se hace más evidente que cualquiera puede ser víctima de una tragedia. Sí, incluso tú, tus amigos, tu familia y tus otros seres queridos. Por muy precavido y concienzudo que seas, a las personas buenas les pueden pasar cosas malas, y de hecho les pasan.

Pero al creer que el mundo es justo, al creer que la gente se merece lo que le pasa y al culpar a la víctima, la gente es capaz de proteger su ilusión de que cosas tan terribles nunca podrían ocurrirles.

Pero las cosas malas pueden ocurrirle, y probablemente le ocurrirán, en algún momento de su vida. Así que la próxima vez que te preguntes qué ha hecho otra persona para provocar su desgracia, tómate un momento para considerar las atribuciones psicológicas y los prejuicios que afectan a tu juicio. En lugar de culpar a la víctima, intenta ponerte en el lugar de esa persona y, en su lugar, prueba a sentir un poco de empatía.

La mayoría de nosotros venimos de una cultura judeocristiana que nos ha hecho creer que somos culpables de demasiadas cosas, aprende a perdonar y saber perdonarte porque es algo extremadamente liberador y conveniente para vivir de manera sana y equilibrada.

¿Qué es el fenómeno del mundo justo?

Culpar a las víctimas para racionalizar por qué ocurren cosas malas

En psicología, el fenómeno del mundo justo es la tendencia a creer que el mundo es justo y que la gente tiene lo que se merece. Como la gente quiere creer que el mundo es justo, busca formas de explicar o racionalizar la injusticia, a menudo culpando a la persona en una situación que en realidad es la víctima.

Melvin J. Lerner propuso la teoría del mundo justo (también llamada hipótesis del mundo justo) en la década de 1960. Se dio cuenta de que las personas solían pensar en el mundo como algo justo y equitativo para dar sentido o hacer frente a diversas injusticias.

El fenómeno del mundo justo ayuda a explicar por qué la gente a veces culpa a las víctimas de su propia desgracia, incluso en situaciones en las que las personas no tienen ningún control sobre los acontecimientos que les ocurren.

El fenómeno del mundo justo y la culpabilización de las víctimas

La teoría del mundo justo postula que cuando las personas son víctimas de la desgracia, los demás tienden a buscar cosas que puedan explicar sus circunstancias. En otras palabras, la gente tiende a buscar algo o alguien a quien culpar por los acontecimientos desafortunados.

Pero, en lugar de atribuir simplemente un mal giro de los acontecimientos a la mala suerte o a fuerzas que escapan al control de alguien, la gente tiende a mirar el comportamiento del individuo como fuente de culpa.

Esta creencia también lleva a la gente a pensar que cuando a las personas les ocurren cosas buenas es porque son buenas y merecen su feliz fortuna. Las personas extremadamente afortunadas suelen considerarse más merecedoras de su buena suerte.

En lugar de atribuir su éxito a la suerte o a las circunstancias, la gente tiende a atribuir su fortuna a características intrínsecas del individuo. A menudo se considera que estas personas son más inteligentes y trabajadoras que las menos afortunadas.

Ejemplos del fenómeno del mundo justo

El ejemplo clásico de esta tendencia se encuentra en el libro de Job en la Biblia. En el texto, Job sufre una serie de terribles calamidades. En un momento dado, su antiguo amigo sugiere que Job debe haber hecho algo terrible para merecer sus desgracias. La investigación ha demostrado una fuerte relación entre el punto de vista del mundo justo y la religiosidad.

Ejemplos más modernos del fenómeno del mundo justo pueden verse en muchos lugares. A menudo se culpa a las víctimas de agresiones sexuales de su ataque, ya que otros sugieren que fue el propio comportamiento de la víctima el que causó la agresión.

Otro ejemplo del fenómeno del mundo justo es cuando la gente culpa a las víctimas de los delitos de odio. Por ejemplo, en los casos de violencia policial contra individuos negros, algunos dicen que sólo hay “unas cuantas manzanas podridas” en el cuerpo de policía. Pero esto niega la realidad de la experiencia de la víctima y el papel que juega el racismo sistémico en la violencia.

El fenómeno del mundo justo también se manifiesta en la discriminación y el juicio moral contra las personas con VIH o SIDA. Algunas personas creen que quienes viven con VIH o SIDA no merecen tener acceso a una atención sanitaria de alta calidad, por ejemplo, porque son “culpables” de su enfermedad.

Las personas que viven en la pobreza a menudo se enfrentan a prejuicios y se les culpa de sus circunstancias. Si el mundo es justo, las personas que viven sin recursos adecuados simplemente no están haciendo algo bien. Pero esta perspectiva ignora los factores que contribuyen a la pobreza, como las desigualdades económicas, la falta de acceso a los recursos y los efectos del trauma y el racismo.

Explicaciones del fenómeno del mundo justo

Entonces, ¿por qué la gente utiliza el fenómeno del mundo justo? Se han propuesto varias explicaciones al respecto:

El miedo a enfrentarse a la vulnerabilidad

A las personas no les gusta pensar en ser víctimas de un crimen violento. Por eso, cuando oyen hablar de un suceso como una agresión o una violación, pueden intentar atribuir la culpa del suceso al comportamiento de la víctima. Esto permite a las personas creer que pueden evitar ser víctimas de un delito mediante estos comportamientos.

El miedo a enfrentarse a la vulnerabilidad culpa a la victima

Un deseo de minimizar la ansiedad

Otra posible explicación del fenómeno del mundo justo es que la gente quiere reducir la ansiedad que le provocan las injusticias del mundo. Al creer que el individuo es completamente responsable de su desgracia, la gente puede seguir creyendo que el mundo es justo y equitativo.

Ventajas y desventajas del fenómeno del mundo justo

El fenómeno de la palabra justa tiene algunos beneficios. Al igual que otros tipos de sesgo cognitivo, este fenómeno protege la autoestima, ayuda a controlar el miedo y permite a las personas seguir siendo optimistas sobre el mundo.

Obviamente, esta tendencia también tiene algunas desventajas importantes. Al culpar a las víctimas, las personas no ven cómo la situación y otras variables contribuyeron a las desgracias de otra persona.

Además, las investigaciones han demostrado una relación entre la creencia en la teoría del mundo justo y el comportamiento deshonesto. En lugar de expresar empatía, el fenómeno del mundo justo a veces hace que la gente se desinterese o incluso desprecie a las personas con problemas.

Cómo evitar el fenómeno del mundo justo

Aunque es beneficioso ser optimista sobre el mundo que te rodea, hay veces que el fenómeno del mundo justo puede impedirte ver la realidad. Estos son algunos consejos para evitar el fenómeno del mundo justo:

Practica la empatía

En lugar de enfadarte o irritarte por la situación de otra persona, intenta tener compasión por lo que está pasando. Comprender las emociones de los demás puede reducir también sus propios niveles de estrés.

Practica la empatia culpa a la victima

Evite culpar a la víctima

Culpar a la víctima es algo que muchos de nosotros hacemos sin darnos cuenta. Pero recuerde que sólo el autor de un delito es responsable de sus acciones. También hay muchos factores externos que contribuyen a la falta de vivienda y a la pobreza, por ejemplo. No des por sentado que sabes por qué le ocurren cosas negativas a alguien.

Infórmate sobre la injusticia social

Si te informas sobre las desigualdades sociales, descubrirás que la gente está sometida a duras realidades todos los días. Nuestros sesgos y prejuicios pueden impedirnos ver la verdad. Cuando te encuentres juzgando la situación de alguien, pregúntate si tu perspectiva se ve afectada por el racismo, el sexismo, la discriminación por razón de edad o cualquier otro tipo de discriminación.

Considera la fuente

Cuando escuches una historia en las noticias, hacerte algunas de las siguientes preguntas puede cambiar tu perspectiva: ¿De quién es la historia que se cuenta? ¿Estoy escuchando más de una perspectiva o sólo el punto de vista de una persona? ¿Es posible que no esté escuchando la historia completa o todos los detalles?

Explora tus emociones

Debajo de tu juicio sobre la circunstancia de otra persona, puedes encontrar miedo y ansiedad porque te preocupa que lo que le ocurrió a ella pueda ocurrirte a ti también. Procesa tus emociones y sé amable contigo mismo.

No es fácil enfrentarse al hecho de que el mundo puede ser un lugar injusto. Pero al hacerlo, serás capaz de mostrar más amabilidad con los demás e incluso contigo mismo cuando ocurran cosas negativas.

El fenómeno del mundo justo podría explicar por qué la gente a veces no ayuda ni siente compasión por las personas que no tienen vivienda, las que sufren adicción o las víctimas de la violencia. Al culparles de sus propias desgracias, las personas protegen su visión del mundo como un lugar seguro y justo, pero a un coste significativo para los necesitados.

Este sesgo cognitivo puede ser difícil de superar, pero ser consciente de él puede ayudar. A la hora de hacer atribuciones, hay que centrarse en todos los elementos de la situación. Esto incluye tener en cuenta el comportamiento de una persona, así como aspectos como los factores ambientales, las presiones sociales y las expectativas culturales.

error: El contenido está protegido