La psicología humanista es una perspectiva que hace hincapié en observar al individuo en su totalidad y destaca conceptos como el libre albedrío, la autoeficacia y la autorrealización. En lugar de centrarse en la disfunción, la psicología humanista se esfuerza por ayudar a las personas a desarrollar su potencial y maximizar su bienestar.
Esta área de la psicología surgió en la década de 1950 como reacción al psicoanálisis y al conductismo, que habían dominado la psicología durante la primera mitad del siglo. El psicoanálisis se centraba en comprender las motivaciones inconscientes que impulsan el comportamiento, mientras que el conductismo estudiaba los procesos de condicionamiento que producen el comportamiento.
Los pensadores humanistas consideraban que tanto el psicoanálisis como el conductismo eran demasiado pesimistas, ya que se centraban en las emociones más trágicas o no tenían en cuenta el papel de la elección personal.
Sin embargo, no es necesario pensar en estas tres escuelas de pensamiento como elementos contrapuestos. Cada rama de la psicología ha contribuido a nuestra comprensión de la mente y el comportamiento humanos.
La psicología humanista añadió otra dimensión que adopta una visión más holística del individuo.
Historia de la psicología humanista
El desarrollo inicial de la psicología humanista estuvo muy influido por las obras de algunos teóricos clave, especialmente Abraham Maslow y Carl Rogers. Otros destacados pensadores humanistas fueron Rollo May y Erich Fromm.
En 1943, Abraham Maslow describió su jerarquía de necesidades en “A Theory of Human Motivation”, publicado en Psychological Review. Más tarde, a finales de la década de 1950, Abraham Maslow y otros psicólogos celebraron reuniones para debatir el desarrollo de una organización profesional dedicada a un enfoque más humanista de la psicología.
Acordaron que temas como la autorrealización, la creatividad, la individualidad y otros relacionados eran los temas centrales de este nuevo enfoque. En 1951, Carl Rogers publicó “Client-Centered Therapy” (Terapia centrada en el cliente), que describía su enfoque humanista y dirigido al cliente de la terapia. En 1961 se creó el Journal of Humanistic Psychology.
También fue en 1961 cuando se formó la Asociación Americana de Psicología Humanista y, en 1971, la psicología humanista se convirtió en una división de la APA. En 1962, Maslow publicó “Hacia una psicología del ser”, en la que describía la psicología humanista como la “tercera fuerza” de la psicología. La primera y la segunda fuerza eran el conductismo y el psicoanálisis, respectivamente.
Hoy en día, los conceptos centrales de la psicología humanista pueden verse en muchas disciplinas, incluidas otras ramas de la psicología, la educación, la terapia, los movimientos políticos y otras áreas. Por ejemplo, la psicología transpersonal y la psicología positiva se basan en gran medida en influencias humanistas.
Los objetivos del humanismo siguen siendo tan relevantes hoy en día como lo eran en los años 40 y 50, y la psicología humanista continúa empoderando a las personas, aumentando el bienestar, empujando a la gente hacia la realización de su potencial y mejorando las comunidades de todo el mundo.
Psicología humanista vs. El modelo médico
Uno de los principios básicos de la psicología humanista es la creencia de que centrarse en un individuo es más beneficioso e informativo que hacerlo en grupos de individuos con características similares. El humanismo también subraya la importancia de la realidad subjetiva como guía del comportamiento.
El modelo médico asume que los problemas conductuales, emocionales y psicológicos son a menudo consecuencias de problemas físicos; por lo tanto, se debe adoptar un enfoque médico para el tratamiento. Aunque esto puede ser cierto en el caso de algunas afecciones que son consecuencia de un daño físico, como una lesión cerebral traumática, puede resultar problemático aplicar un modelo médico a todos los problemas de salud mental.
Algunas de las diferencias más evidentes entre los problemas de salud mental y física radican en la naturaleza y el tratamiento de las preocupaciones. Las dificultades de salud mental, a diferencia de los problemas físicos, suelen mejorar cuando la persona que las padece habla de lo que le ocurre o habla del problema. Además, las enfermedades físicas pueden ser el resultado de interacciones fisicoquímicas o de la actividad de agentes patógenos, mientras que los problemas de salud mental suelen estar estrechamente vinculados a las relaciones interpersonales.
Los partidarios del modelo médico podrían considerar a las personas que experimentan problemas de salud mental como “pacientes” que padecen una “enfermedad” que se puede “diagnosticar” y “curar” una vez identificados los “síntomas” específicos. Sin embargo, los psicólogos humanistas creen que cada individuo es un ser social único y valioso al que a menudo se ayuda mejor a través de relaciones genuinas de persona a persona. En lugar de centrarse en síntomas específicos, los partidarios del enfoque humanista hacen hincapié en cuestiones como la autocomprensión, la autoestima positiva y el autocrecimiento, con el objetivo de ayudar a cada individuo abordando y tratando a la persona en su totalidad.
La psicología humanista en la terapia
Los psicólogos humanistas suelen abstenerse de utilizar técnicas que fomenten el estudio objetivo, como la observación no participante y la experimentación científica. Como los terapeutas humanistas tienden a creer que reducir la naturaleza humana a meros números le roba su riqueza, son más propensos a utilizar métodos cualitativos de estudio, como las entrevistas no estructuradas y la observación participante.
Las entrevistas no estructuradas permiten al terapeuta acceder a los pensamientos y experiencias de un individuo sin dirigir la sesión hacia ningún tema o idea en particular. La observación participante, que requiere que el terapeuta participe en el estudio, facilita la formación de relaciones personales y brinda al terapeuta la oportunidad de obtener información directa de la persona en terapia. Otras formas de recopilación de datos cualitativos incluyen el análisis de biografías, diarios y cartas.
La psicología humanista integra múltiples técnicas terapéuticas, como la terapia centrada en la persona de Carl Rogers, también conocida como “terapia rogeriana”. El humanismo sugiere que una persona se crea con una prioridad distinta de necesidades e impulsos y que cada persona debe confiar en un sentido personal de sabiduría interior y curación. Los psicólogos que practican este método de terapia adoptan un enfoque no patológico, centrándose en los rasgos y comportamientos productivos, adaptativos y beneficiosos del individuo en tratamiento.
Aportaciones del humanismo a la psicología
El enfoque humanista ha hecho varias contribuciones significativas al campo de la psicología. Presentó un nuevo enfoque para comprender la naturaleza humana, nuevos métodos de recopilación de datos en los estudios del comportamiento humano y una amplia gama de técnicas de psicoterapia que han demostrado ser eficaces. Algunos de los principales conceptos e ideas que surgieron del movimiento humanista incluyen:
- Jerarquía de necesidades.
- Terapia centrada en la persona.
- Consideración positiva incondicional.
- Libre albedrío.
- Autoconcepto.
- Autorrealización.
- Experiencias cumbre.
- Persona plenamente funcional.
El humanismo ha inspirado muchas modalidades contemporáneas de terapia, y la mayoría de los terapeutas valoran principios rogerianos como la consideración positiva incondicional, aunque no se identifiquen como defensores del enfoque humanista. Este enfoque orientado a los valores considera a los seres humanos como intrínsecamente impulsados a maximizar sus elecciones e interacciones creativas con el fin de obtener una mayor sensación de libertad, conciencia y emociones de afirmación de la vida, y el terapeuta y la persona en terapia cooperan con el fin de establecer objetivos terapéuticos y trabajar para alcanzar los hitos establecidos que puedan ayudar a promover un cambio positivo. La autorrealización suele considerarse fundamental en este enfoque.
La psicología humanista subraya el valor inherente del ser humano y se centra en su capacidad y voluntad de mantener la dignidad al tiempo que crece en autoestima y competencia. Esta orientación de valores se considera responsable de la creación de otros modelos de terapia que utilizan habilidades interpersonales con el fin de maximizar la experiencia vital.
Al escribir este libro quise compartir mi experiencia y conocimientos en el campo de la escucha activa y la consejería, y espero que los lectores encuentren estos conceptos útiles en sus propias vidas tanto personales como profesionales.
Limitaciones de la psicología humanista
La dependencia del humanismo de las experiencias subjetivas de los individuos puede dificultar la medición, el registro y el estudio objetivos de las variables y características humanísticas. El énfasis en la recopilación de datos cualitativos hace casi imposible medir y verificar cualquier observación realizada en terapia. No sólo puede resultar difícil comparar un conjunto de datos cualitativos con otro, sino que la falta general de datos cuantitativos significa que las teorías clave no pueden apoyarse en pruebas empíricas.
Otras críticas al enfoque incluyen su falta de eficacia en el tratamiento de problemas graves de salud mental y las generalizaciones que se hacen sobre la naturaleza humana, así como el rechazo total de algunos conceptos conductistas y psicoanalíticos importantes. Por ejemplo, aunque la psicología humanista sostiene que los estudios con animales son inútiles para estudiar el comportamiento humano, algunos estudios con animales han dado lugar a conceptos aplicables a las personas. Además, la psicología humanista se centra exclusivamente en el libre albedrío y la mente consciente, pero las investigaciones demuestran que la mente inconsciente desempeña un papel importante en la psicología humana.
Otros tipos de humanismo
El humanismo es una filosofía que subraya la importancia de los factores humanos en lugar de fijarse en cuestiones religiosas, divinas o espirituales. El humanismo se basa en la idea de que las personas tienen la responsabilidad ética de llevar una vida que les satisfaga personalmente y que, al mismo tiempo, contribuya al bien común.
El humanismo subraya la importancia de los valores y la dignidad humanos. Propone que las personas puedan resolver los problemas a través de la ciencia y la razón. En lugar de buscar en las tradiciones religiosas, el humanismo se centra en ayudar a las personas a vivir bien, lograr el crecimiento personal y hacer del mundo un lugar mejor.
El término “humanismo” se utiliza a menudo de forma más amplia, pero también tiene importancia en diversos campos, como la psicología.
Humanismo religioso
Algunas tradiciones religiosas incorporan elementos del humanismo como parte de sus sistemas de creencias. Algunos ejemplos de humanismo religioso son los cuáqueros, los luteranos y los universalistas unitarios.
Humanismo laico
El humanismo secular rechaza todas las creencias religiosas, incluida la existencia de lo sobrenatural. Este enfoque subraya la importancia de la lógica, el método científico y la racionalidad a la hora de comprender el mundo y resolver los problemas humanos.
Usos de la psicología humanista
La psicología humanista se centra en el potencial de cada individuo y subraya la importancia del crecimiento y la autorrealización. La creencia fundamental de la psicología humanista es que las personas son innatamente buenas y que los problemas mentales y sociales son el resultado de desviaciones de esta tendencia natural.
La psicología humanista también sugiere que las personas poseen agencia personal y que están motivadas para utilizar este libre albedrío para perseguir cosas que les ayuden a alcanzar su pleno potencial como seres humanos.
La necesidad de realización y crecimiento personal es un motivador clave de todo comportamiento. Las personas buscan continuamente nuevas formas de crecer, de ser mejores, de aprender cosas nuevas y de experimentar crecimiento psicológico y autorrealización.
Algunas de las formas en que se aplica la psicología humanista dentro del campo de la psicología incluyen:
Terapia humanista
Han surgido varios tipos diferentes de psicoterapia que se basan en los principios del humanismo. Entre ellas se incluyen la terapia centrada en el cliente, la terapia existencial y la terapia Gestalt.
Desarrollo personal
Dado que el humanismo subraya la importancia de la autorrealización y de alcanzar el máximo potencial, puede utilizarse como herramienta de autodescubrimiento y desarrollo personal.
Cambio social
Otro aspecto importante del humanismo es la mejora de las comunidades y las sociedades. Para que los individuos estén sanos e íntegros, es importante desarrollar sociedades que fomenten el bienestar personal y proporcionen apoyo social.
Impacto de la psicología humanista
El movimiento humanista tuvo una enorme influencia en el curso de la psicología y aportó nuevas formas de pensar sobre la salud mental. Ofreció un nuevo enfoque para comprender los comportamientos y las motivaciones humanas y condujo al desarrollo de nuevas técnicas y enfoques de la psicoterapia.
Algunas de las principales ideas y conceptos que surgieron como resultado del movimiento de la psicología humanista incluyen un énfasis en aspectos como:
- Terapia centrada en el cliente.
- El libre albedrío.
- Persona plenamente funcional.
- Jerarquía de necesidades.
- Experiencias cumbre.
- Autorrealización.
- Autoconcepto.
- Consideración positiva incondicional.
Cómo aplicar la psicología humanista
Algunos consejos de la psicología humanista que pueden ayudar a las personas a perseguir su propia realización y actualización son:
- Descubrir sus propias fortalezas.
- Desarrollar una visión de lo que se quiere conseguir.
- Tener en cuenta sus propias creencias y valores.
- Buscar experiencias que te aporten alegría y desarrollen tus habilidades.
- Aprender a aceptarse a uno mismo y a los demás.
- Céntrese en disfrutar de las experiencias en lugar de limitarse a alcanzar objetivos.
- Siga aprendiendo cosas nuevas.
- Busque cosas que le apasionen.
- Mantén una actitud optimista.
Uno de los principales puntos fuertes de la psicología humanista es que hace hincapié en el papel del individuo. Esta escuela de psicología da más crédito a las personas para controlar y determinar su estado de salud mental.
También tiene en cuenta las influencias del entorno. En lugar de centrarse únicamente en nuestros pensamientos y deseos internos, la psicología humanista también da crédito a la influencia del entorno en nuestras experiencias.
La psicología humanista ayudó a eliminar parte del estigma asociado a la terapia e hizo más aceptable que personas normales y sanas exploraran sus capacidades y potencial a través de la terapia.
Posibles escollos
Aunque la psicología humanista sigue influyendo en la terapia, la educación, la sanidad y otros ámbitos, no ha estado exenta de críticas.
Por ejemplo, a menudo se considera que el enfoque humanista es demasiado subjetivo. La importancia de la experiencia individual dificulta el estudio y la medición objetivos de los fenómenos humanistas. ¿Cómo podemos saber objetivamente si alguien está autorrealizado? La respuesta, por supuesto, es que no podemos. Sólo podemos confiar en la valoración que hace el individuo de su experiencia.
Otra crítica importante es que las observaciones no son verificables; no existe una forma precisa de medir o cuantificar estas cualidades. Esto puede dificultar la realización de investigaciones y el diseño de evaluaciones para medir conceptos difíciles de medir.