Externalizar es un término psicológico que describe los trastornos psiquiátricos en los que las personas tienen problemas para controlar sus emociones y comportamientos. Las personas con trastornos de externalización dirigen su comportamiento antisocial y agresivo hacia afuera (externamente) hacia otras personas en lugar de volver sus sentimientos hacia adentro (internalizarlos) hacia sí mismos.
Una persona diagnosticada con un trastorno de externalización tiene dificultades para controlar las emociones y los impulsos y los expresa de maneras que violan los derechos de los demás. Por ejemplo, puede confrontar a otras personas con enojo y agresividad, oponiéndose a figuras de autoridad o “aceptándolas”, o contraatacando contra los límites sociales.
Este artículo cubrirá los trastornos de salud mental con externalización y dará ejemplos de conductas de externalización.
Trastornos psiquiátricos con externalización
La quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría agrupa los trastornos externalizantes bajo el título formal de “Trastornos disruptivos, del control de los impulsos y de la conducta”.
Trastorno de oposición desafiante
Este trastorno de externalización se caracteriza por un comportamiento desafiante y poco cooperativo, agresión y hostilidad y falta de respeto a la autoridad. Los criterios de diagnóstico para el trastorno de oposición desafiante incluyen:
Estado de ánimo enojado/irritable. La persona a menudo:
- Es rápido para perder los estribos.
- Es susceptible o se molesta fácilmente.
- Esta enojado y resentido.
Comportamiento argumentativo/desafiante. La persona a menudo:
- Discute con figuras de autoridad o, si es un niño o adolescente, con un adulto.
- Desafía activamente o se niega a cumplir reglas o solicitudes de figuras de autoridad.
- Molesta deliberadamente a los demás.
- Culpa a otros por sus errores o mala conducta.
- Venganza (rencor).
La persona ha mostrado este comportamiento: Al menos dos veces en los últimos seis meses.
En este trastorno de externalización, el comportamiento se relaciona con la angustia de una persona o de otras personas cercanas a ella y tiene un efecto negativo en su capacidad para funcionar.
Desorden de conducta
El trastorno de conducta se caracteriza por un comportamiento que ignora a otras personas y no sigue las reglas de comportamiento socialmente aceptadas. Los criterios para diagnosticar la conducta incluyen combinaciones de síntomas que involucran:
Comportamiento agresivo hacia personas y animales
Por ejemplo:
- Intimidar, amenazar, intimidar, iniciar peleas físicas, usar armas mortales y/o abusar físicamente de personas o animales.
Destrucción de propiedad
Por ejemplo:
- Provocar incendios deliberadamente o destruir propiedad de otro modo.
- Mintiendo.
- Robo.
- Infracciones graves de las normas de conducta normalmente aceptadas.
En este trastorno de externalización, el comportamiento de una persona afecta gravemente negativamente su capacidad para funcionar socialmente, incluso en el trabajo o la escuela. Además, si la persona tiene 18 años o más, el diagnóstico sólo se realiza si no cumple con los criterios diagnósticos de otro trastorno externalizante llamado trastorno de personalidad antisocial.
Pyromania (Prender fuego)
Este trastorno de externalización se caracteriza por provocar incendios deliberados. Los criterios para diagnosticar la piromanía incluyen combinaciones de síntomas como:
- Múltiples actos de incendio intencional.
- Tensión/excitación antes de iniciar el incendio.
- Fascinación/atracción por el fuego, los objetos utilizados para provocar incendios y/o las consecuencias sociales de los incendios.
- Placer, alivio o gratificación durante y después del acto o al ver arder un fuego.
- Falta de una razón subyacente para provocar incendios (por ejemplo, por dinero o para encubrir un delito).
En este trastorno, el incendio no se explica mejor por un episodio maníaco o un diagnóstico de trastorno de conducta o trastorno de personalidad antisocial.
Cleptomanía (robar)
Este trastorno de externalización implica tener una compulsión por robar. Los criterios para diagnosticar la cleptomanía incluyen:
- Incapacidad repetida para resistir la tentación de robar objetos innecesarios (no robados por valor monetario).
- Mayor tensión justo antes del robo.
- Placer, alivio o gratificación durante el robo.
En este trastorno, los robos no se cometen para expresar ira o venganza. Los robos tampoco son respuestas a delirios o alucinaciones.
Trastorno explosivo intermitente
Este trastorno de externalización se caracteriza por episodios repentinos de ira intensa. Los criterios para diagnosticar el trastorno explosivo intermitente en niños de 6 años y mayores incluyen:
La agresión verbal, la agresión física y el daño a la propiedad impulsivos, no planificados y excesivos no deben lograr resultados como obtener dinero o poder.
En este trastorno de externalización, los estallidos agresivos repetidos crean angustia grave o deterioro de la capacidad de funcionamiento de una persona, tienen consecuencias financieras o legales y no se explican mejor por otro trastorno médico o psiquiátrico.
Desorden de personalidad antisocial
A diferencia de otros trastornos externalizantes, el trastorno de personalidad antisocial es un trastorno de personalidad del Grupo B que se analiza principalmente en el DSM-5 bajo el título “Trastornos de la personalidad”. Se describe como “un patrón de desprecio y violación de los derechos de los demás” en personas de 18 años o más cuyo comportamiento demostró evidencia de trastorno de conducta antes de los 15 años.
Los criterios para diagnosticar este trastorno externalizante incluyen combinaciones de síntomas que implican ignorar y violar los derechos de los demás. Por ejemplo:
- Violar la ley.
- Mintiendo.
- Actuando irresponsablemente.
- Mostrar un desprecio imprudente por la seguridad propia o de los demás.
- Sin remordimiento.
Si bien la psicopatía a menudo se asocia con el trastorno de personalidad antisocial, no todas las personas con ASPD serían consideradas psicópatas.
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¿Qué causa la externalización?
Los trastornos de externalización no son causados por una sola cosa. Es una combinación de factores de riesgo como los antecedentes familiares (genética) y el entorno de una persona (como su vida hogareña y sus experiencias en la escuela) que contribuyen a que tenga uno de estos trastornos y/o muestre conductas de externalización.
Ejemplos de externalización
A continuación, se muestran algunos ejemplos de comportamientos de externalización:
- Un niño llora y grita cuando le dicen que no puede conseguir un juguete en la tienda. Cuando un cuidador intenta levantarlo, el niño le muerde la mano.
- Un estudiante discute con un maestro, volviéndose hostil y usando un lenguaje inadecuado para el aula.
- Un niño rompe platos y vasos en el suelo de la cocina cuando le piden que lave los platos después de cenar.
- Un estudiante arroja una silla al otro lado del salón mientras pelea con un compañero.
Un adolescente sentado en el gimnasio de la escuela durante un partido de baloncesto saca su vaporizador y da una calada a pesar de que hay carteles que indican claramente que no se puede fumar ni vapear en las instalaciones. Cuando un entrenador los confronta, el adolescente comienza a gritar y patear las gradas. Después de hacer una escena, salen furiosos.
Tratamiento de los trastornos de externalización
Dado que la externalización es parte de otro trastorno, los proveedores que supervisen su atención decidirán el tratamiento de salud mental que mejor se adapte a la condición de una persona y a sus necesidades generales. En el caso de los niños, los cuidadores y el apoyo escolar también pueden participar en la planificación del tratamiento.
Es posible que se necesite una combinación de terapia y medicación para ayudar a las personas con trastornos de externalización. Por ejemplo, algunas personas se benefician del uso de la terapia cognitivo-conductual (TCC) para aprender a identificar y cambiar sus conductas agresivas. También puede ser útil para los padres y otros adultos en la vida del niño recibir terapia y capacitación para aprender cómo apoyar a un niño con conductas externalizantes.
Los medicamentos generalmente no son el tratamiento de primera línea para la mayoría de los trastornos de externalización y no existen medicamentos específicos aprobados por la FDA para tratar afecciones específicas como el trastorno de personalidad antisocial o el trastorno de oposición desafiante. Sin embargo, algunos medicamentos, como los antidepresivos y los antipsicóticos, pueden ser útiles si una persona con estos trastornos también tiene otra afección de salud mental.
El comportamiento de externalización significa que una persona tiene problemas para controlar sus emociones y comportamientos. Los comportamientos de externalización están relacionados con afecciones de salud mental específicas, como el trastorno de personalidad antisocial y el trastorno de oposición desafiante. Dado que los comportamientos de externalización pueden tener un efecto negativo importante en la vida de una persona y ponerla en peligro a ella y a los demás, es importante que obtenga el apoyo que necesita. La terapia y, a veces, los medicamentos pueden ayudar a las personas con trastornos de externalización a controlar sus conductas de manera más eficaz.
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