Una superstición es la creencia de que los asuntos humanos no están influidos por un comportamiento intencionado o por causas naturales, sino por la magia, el azar y el favor divino.
Suelen implicar creencias y prácticas que intentan influir en los acontecimientos para obtener un buen resultado o evitar uno malo.
También suelen implicar la creencia en la suerte, una fuerza misteriosa que provoca el éxito o la adversidad como una cuestión de azar y no por nuestro propio esfuerzo. Históricamente, la suerte se ha representado y personificado como muchas cosas, desde la Dama Fortuna hasta la Rueda de la Fortuna, como se muestra a continuación.
Resumiendo, son creencias muy arraigadas que parecen tener su origen en la casualidad o en la tradición cultural más que en la lógica o los hechos. Suelen estar relacionadas con creencias paganas o prácticas religiosas muy extendidas en el pasado.
Nuestros antepasados no inventaron las supersticiones porque fueran más ignorantes o ingenuos que nosotros, sino porque carecían de muchas formas concretas de influir en los resultados de supervivencia de sus vidas. Las supersticiones ofrecían una forma de sentirse más en control, de la misma manera que lo hacen ahora. Por eso la gente muy educada y sofisticada sigue creyendo en ciertas supersticiones.
La mayoría de las supersticiones son divertidas e inofensivas, tanto si se cree sinceramente en ellas como si no. Pero algunas supersticiones pueden contribuir a la aparición de enfermedades mentales, como el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
A continuación, se explica el significado de las supersticiones más comunes y cuándo hay que preocuparse por los comportamientos supersticiosos.
¿Qué causa las supersticiones?
Las supersticiones tienen dos causas principales: la tradición cultural y las experiencias individuales.
Si has crecido impregnado de las supersticiones de una cultura o religión concreta, es posible que arrastres estas creencias, incluso de forma subconsciente.
Las supersticiones pueden adoptar la forma de sentarse en una silla “de la suerte” cuando su equipo favorito se enfrenta a su rival, o realizar la misma serie de toques en el plato cuando le toca batear en el béisbol.
Estos comportamientos son simplemente formas de calmar la ansiedad o de preparar el cerebro para la concentración. Son más bien hábitos que dan a la persona que los realiza una sensación de control sobre lo desconocido.
Por ejemplo, si llevas la camiseta de tu jugador favorito a un partido de fútbol y ese jugador marca un touchdown, puedes creer que las dos circunstancias están conectadas: que una elección (llevar la camiseta) provocó el resultado deseado. Probablemente sepas que las dos cosas no están relacionadas, pero aferrarte a la creencia te hace sentir mejor que dejarla ir.
Una revisión de la literatura sobre este tema demostró que, aunque las creencias supersticiosas no se relacionan necesariamente con mejores resultados para los deportistas, el efecto placebo de la creencia era suficiente para que valiera la pena creer en ella.
Según la Asociación Americana de Psicología, muchas personas saben que sus rituales o creencias supersticiosas están desconectadas de la realidad. Pero eso no significa que estén dispuestos a dejar de lado la creencia.
Un estudio realizado en el 2016 sugiere firmemente que las supersticiones son intuiciones poderosas que nuestro cerebro no quiere corregir. Aunque la parte lógica de nosotros sepa que nuestros comportamientos supersticiosos no afectan a los resultados, aferrarse a ellos sigue siendo una forma de “ir a lo seguro”.
Cuando las supersticiones afectan a la salud mental
Para la mayoría de las personas, las supersticiones son inofensivas. Pero hay ocasiones en las que las supersticiones pueden convertirse en un obstáculo en su vida cotidiana.
Para las personas con TOC, las supersticiones pueden manifestarse como fijaciones. Las personas con TOC pueden sentirse incapaces de despreciar los comportamientos o creencias supersticiosas. Esto puede desencadenar pensamientos obsesivos o ansiedad, entre otros síntomas del TOC. A veces se denomina TOC de “pensamiento mágico”.
Las personas que padecen otras enfermedades mentales, como el trastorno de ansiedad generalizada, también pueden verse afectadas negativamente por las supersticiones.
Cuando las supersticiones se convierten en una fuerte motivación para participar en ciertas actividades o evitarlas, es una indicación de que puede haber una condición de salud mental subyacente.
¿Existe un tratamiento cuando las supersticiones se convierten en un problema?
Si las supersticiones se han convertido en un obstáculo para usted, se le remitirá a un especialista en salud mental que pueda ayudarle. Entre las opciones de tratamiento se encuentran la terapia cognitivo-conductual, la terapia de exposición y el entrenamiento para invertir el hábito.
A algunas personas se les pueden recetar medicamentos como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), los betabloqueantes o, en raras ocasiones, sedantes para ayudar a aliviar la ansiedad. Dado que los sedantes a veces pueden dar lugar a un uso indebido o a una dependencia, no suelen ser un tratamiento de primera línea.
Técnicas aplicables comprometiendo al lector a reprogramar su mente integrando nuevos hábitos y mas. Conocerás con profundidad como funciona tu mente y como te vinieron programando para tener determinados pensamiento y comportamientos.
Supersticiones comunes
Echemos un vistazo a las supersticiones comunes, sus orígenes y lo que significan para nosotros hoy en día.
Malos augurios y buena suerte
- Los gatos negros
En algún momento, los gatos negros se asociaron con fuerzas malignas y brujas que cambian de forma. En la tradición alemana se cree que un gato negro que se cruza en el camino de izquierda a derecha es señal de malas noticias y de muerte en un futuro próximo.
Curiosamente, algunas culturas creen que los gatos negros son un signo de buena suerte.
- Pasar por debajo de una escalera
Cuando las escaleras están en uso, crean una forma de triángulo. Culturas como la de los antiguos egipcios consideraban que los triángulos eran sagrados, y caminar bajo una escalera interrumpe la forma perfecta del triángulo.
Pasar por debajo de una escalera se considera un acto de desafío y una invitación a la mala suerte.
- Romper un espejo
Mirar tu propio reflejo no era sólo una forma de comprobarte a ti mismo: en las culturas antiguas, consultar un espejo era una forma de consultar el futuro. Mirarse en un espejo roto daba lugar a un reflejo distorsionado, que indicaba que se avecinaba una tragedia o mala suerte.
- Número 13
En algunas tradiciones religiosas, el “12” se considera el número perfecto. El número que viene después del 12 se consideraría imperfecto o profano.
En las primeras tradiciones cristianas y nórdicas, el decimotercer invitado a una mesa es el que hará caer a todo el grupo. Incluso existe una palabra para designar el miedo al número trece, llamada triskaidekafobia.
- Trébol de cuatro hojas
No está claro por qué los tréboles de cuatro hojas pasaron a significar buena suerte. Es de suponer que un trébol de cuatro hojas sería una anomalía encontrada en un parche de trébol de tres hojas, y encontrar uno es algo raro.
Las cuatro hojas del trébol de cuatro hojas simbolizan la fe, la esperanza, el amor y la suerte.
- Cuervos
Los cuervos son aves carroñeras y muchos creen que pueden sentir la muerte antes de que ocurra. Por esta razón, algunas personas creen que ver un cuervo solitario significa que la calamidad es inminente.
- Tocar madera
Hacer una afirmación como “este será un buen año” se consideraba arrogante y una invitación a los espíritus entrometidos que pretendían desbaratar tus planes.
Después de hacer una declaración para indicar que se prevén cosas buenas, se acostumbra a “golpear la madera” de las paredes o los muebles que le rodean como forma de ahuyentar a estos espíritus malignos.
Suerte en el amor
- Ver a la novia la noche antes de la boda
A día de hoy, muchos futuros esposos evitan verse la noche antes de la boda.
Esta tradición puede remontarse a los matrimonios concertados, en los que los cónyuges se veían por primera vez momentos antes de pronunciar sus votos. Se creía que mantener a los novios separados incluso justo antes de la boda evitaba que ambas partes se echaran atrás.
- Algo viejo, algo nuevo
Esta superstición tiene más que ver con la tradición que con la suerte. Llevar “algo viejo y algo nuevo” el día de la boda era una forma de honrar la herencia de la novia y de trasladar el pasado al futuro.
“Algo prestado” invitaba a la comunidad de la novia a su nueva relación, y “algo azul” debía representar el amor, la pureza y la fidelidad.
- Atrapar el ramo
Durante y después de la ceremonia nupcial, las mujeres que querían casarse estaban desesperadas por encontrar la manera de que la suerte de la nueva novia se les contagiara. Al fin y al cabo, el matrimonio era la única protección institucional a la que se consideraba que tenían acceso las mujeres a partir de cierta edad.
Las mujeres solteras intentaban quitar trozos de tela o pétalos del atuendo de la novia, y a menudo ésta se daba la vuelta, lanzaba el ramo y huía. El ramo se consideraba un objeto de suerte para la persona que pudiera atraparlo.
- El oráculo de las margaritas
El viejo tropo de contar los pétalos de una margarita para determinar si “me quiere, no me quiere” se denomina a veces “deshojar la margarita” o “el oráculo de la margarita”, que tiene su origen en un juego francés.
En el juego, el jugador arranca los pétalos de una margarita de uno en uno, alternando “me quiere” o “no me quiere”. Cuando se arranca el último pétalo, la frase en la que cae el jugador es la respuesta a la pregunta.
- No te sientes en una esquina
Sobre todo, en las tradiciones rusas, se anima a las mujeres solteras a no sentarse en la esquina durante una cena. La superstición dice que sentarse en la esquina “condenará” a esa mujer a una vida de soltería eterna.
Esta superstición puede ser sólo una cuestión de practicidad, ya que sentarse en medio de una animada cena es una forma mucho mejor de conocer gente que sentarse en la esquina o al final.
Riqueza, salud y prosperidad
- Picazón en las manos
Anecdóticamente, se supone que el picor en las manos es un indicador de que la riqueza está en camino y que pronto tendrás dinero en tus manos. Por supuesto, también puede significar sequedad de la piel u otra afección cutánea.
- Arrojar sal
Durante mucho tiempo se ha pensado que la sal es portadora de una energía espiritual. La sal, que solía ser extremadamente difícil de conseguir y la única forma de conservar la carne de forma segura, era tan valiosa que podía utilizarse como moneda.
Derramar sal se consideraba tan irresponsable que era una invitación a la catástrofe. Sin embargo, se pensaba que tirar la sal por encima del hombro izquierdo deshacía la mala suerte de derramarla y restablecía el equilibrio de las cosas.
- Decir “que Dios te bendiga”
Decir “que Dios te bendiga” después de que una persona estornude comenzó antes de que la gente entendiera cómo se transmitían las enfermedades.
Dado que en la Edad Media muchas personas morían a causa de la peste, la práctica de decir “que Dios te bendiga” pretendía proteger a una persona que mostraba síntomas, como la tos y los estornudos.
La bendición también puede haber sido un intento de evitar que los espíritus malignos entraran en el cuerpo después del estornudo, que algunos creían que contenía la esencia de una persona tratando de escapar.
- Una vieja escoba en un nuevo hogar
Se creía que llevar una escoba vieja a un nuevo hogar transfería la mala energía de un lugar a otro. Del mismo modo, se consideraba que daba mala suerte utilizar una escoba que hubiera dejado el anterior ocupante de la casa.
Usar una escoba nueva al mudarse a un nuevo lugar se consideraba un acto de limpieza que purificaba la residencia.
- Hervir leche y arroz
En algunas culturas, hervir leche y arroz es una forma de bautizar un nuevo hogar. La leche y el arroz simbolizan la plenitud, la prosperidad y la riqueza que se recibe en el nuevo espacio.
Lo que hay que saber
En la mayoría de los casos, las supersticiones son inofensivas. De hecho, es posible que tengas supersticiones a las que estás tan acostumbrado que ni siquiera eres consciente de ellas y no tienen mucho impacto en tu vida.
Hay casos en los que el llamado “pensamiento mágico” puede crear un abismo entre la imaginación y la realidad. En esos casos, el tratamiento de un profesional de la salud mental puede ayudar.