Todos los narradores profesionales se han hecho alguna vez esta misma pregunta. Incluso si está pensando en convertirse en un narrador “sólo por diversión”, es probable que esté lleno de algunas ansiedades, aprensiones y muchas preguntas sobre el proceso. “¿Cómo empiezo? “¿Se reirá la gente de mí? “¿Cómo reservo mi primera actuación?” “¿Cuándo cobro?” Y la lista de preguntas es interminable. Todos los “profesionales” de hoy en día han llegado a su estatus profesional de una manera diferente, y todos ellos han saltado muchos obstáculos. Podemos ofrecer una serie de sugerencias para iniciar el proceso, y usted puede explorarlas según sus propios intereses y necesidades. Tenga en cuenta que son intencionadamente genéricas, pero puede “llegar” con una combinación de estas pistas y sus propios conocimientos y experiencia.

¿Cuál es mi primer paso?

Encuentra una historia que sientas que realmente quieres contar. Si la historia no te convence, se notará cuando la cuentes. Tu lenguaje corporal reflejará cuánto te gusta (o no) la historia.

Seleccione la historia adecuada

A la hora de elegir un cuento, hay que tener en cuenta varios aspectos:

  • Tema.
  • Longitud.
  • El lenguaje y el vocabulario.
  • El nivel de lenguaje de los alumnos.

A los niños pequeños les gustan los libros protagonizados por monstruos y animales, así que elige libros como El patito feo o El león y el ratón.

¿Dónde puedo encontrar mi primera historia?

Hay varios lugares. Piensa en lo siguiente:

Hay muchos volúmenes de colecciones de cuentos en las secciones de prácticamente todas las bibliotecas. La mayoría de los bibliotecarios estarán encantados de ayudarte a seleccionar algunas antologías que puedan encajar con tus intereses. Pida también a su bibliotecario que le muestre algunos libros infantiles populares como posibilidades. Ten en cuenta que puedes leer docenas (o incluso cientos) de historias antes de que una te atraiga.

Busca en tu propia vida posibles historias personales que quieras elaborar. Pero ten cuidado, porque muchos narradores noveles tienden a hacer estas historias personales demasiado largas para la mayoría del público. Si las historias que vas a contar son probablemente las que creas sobre tu propia vida, escucha las historias personales diseñadas por los profesionales y observa cómo las han hecho atractivas para los oyentes (pero no reproduzcas sus historias).

Examine sus propias colecciones de cuentos. Incluso las historias que te gustaban de pequeño pueden resultar interesantes.

Explore el material de narración de cuentos de dominio público. Estos no necesitarán permisos posteriores para que los utilices en tus programas de cuentacuentos.

Escucha las grabaciones de historias realizadas por los profesionales, pero no “tomes prestadas” sus historias. Han dedicado innumerables horas a elaborar y presentar estas historias a la perfección, y si encuentras una que absolutamente debes aprender, entonces contacta primero con el narrador para pedirle permiso. Respeta la respuesta que recibas. Este mismo principio se aplica a cualquier historia con derechos de autor.

Donde hallar por primera vez una historia infantil

Después de encontrar esta historia, ¿Cómo la aprendo?

Hay varios métodos utilizados por los profesionales. Probablemente, el más común es el siguiente: Lea la historia muchas veces hasta que la “voz” de la historia le resulte muy familiar. A continuación, practique con la primera parte de la historia hasta que se sienta bien con su voz. Continúa con cada sección de la historia hasta que hayas llegado a su final.

¿Qué pasa con la memorización de la historia?

Esto puede acarrear graves problemas, aunque es el método que utilizan varios narradores. Considere la posibilidad de intentar poner la historia en su propio lenguaje natural, de modo que, si alguna vez se “atasca”, pueda continuar con sus propios patrones de conversación. Si dependes de una memorización estricta, algo puede hacer que te “despistes”, entonces estás en un aprieto con tus oyentes. No obstante, tenga en cuenta que el material literario debe ser fiel a la lengua original. Además, muy pocos autores aceptan que se cuenten sus historias a menos que sea “palabra por palabra”. Si alguno de estos casos se aplica a usted, decida si debe seleccionar una historia diferente para aprender.

¿Cuándo estaré listo para contar mi primera historia?

Esto depende de lo aventurero que seas. Muchos líderes de talleres de narración sugieren que “cuentes la historia a la pared” varias docenas de veces antes de tener una “audiencia real”. Otros sugieren que empieces con un público muy pequeño y admitas que tu historia es un trabajo en curso (para que no esperen la perfección).

Antología de relatos y poemas para niños, es una recopilación de cuentos, relatos, fábulas y poemas para el deleite de los niños de cualquier edad. Para estimular su inteligencia y hacer de ellos lectores asiduos. La idea es que eleven su creatividad y coloquen a volar su imaginación. Son relatos y poemas sencillos, que no solamente deleitaran, sino que, a través de sus moralejas, instruirán.

Técnicas de narración infantil

El arte de contar historias existe desde hace siglos, mucho antes de que se publicaran libros. Hoy en día, el poder de la narración de historias se convierte en una estrategia eficaz que anima un tema aburrido, ofrece importantes lecciones de vida y sirve como descanso de la rutina habitual.

Debe tener un gancho en su apertura

En la escritura, esto se llama un incidente incitante. Engancha al oyente presentándole un problema que le anime a seguir escuchando. Puede utilizar esta táctica en cualquier lección.

La creación de un mundo en el que se lleve a cabo revela la importancia final del proceso que está describiendo.

Por ejemplo, si estás enseñando el concepto de fotosíntesis, empieza tu historia imaginando un mundo en el que todas las flores no tuvieran hojas. Creas un problema que la historia (en este caso la fotosíntesis) resuelve. En muchos casos, los alumnos no se dan cuenta de cuántos principios dan por sentado (la gravedad, la luz, etc.).

Al crear un mundo en el que se da por supuesto, se pone de manifiesto la importancia final del proceso que se está describiendo.

Haz que el personaje sea afín

El personaje principal de su historia debe ser afín al niño. Quiere que se sienta identificado con las elecciones y decisiones del personaje. Si el personaje principal es un fracaso, al pequeño no le importará si tiene éxito o fracasa.

Una forma de conseguirlo es hacer que el personaje “se sienta” real. No debe ser perfecto, sino tener debilidades y talentos como todos nosotros. Yuxtaponga junto al héroe (o heroína) un archienemigo que rivalice con su protagonista. A los niños les encanta apoyar al bueno de la historia.

Ten en cuenta que no tiene por qué ser humano. Por ejemplo, cuando hables de la contaminación, haz que el papel reciclado sea el bueno y las latas de aerosol el enemigo. Todo puede tener una contrapartida buena y otra mala.

Apele a sus sentidos

Cuando prepare su historia, active el mayor número posible de sentidos. Los seres humanos tienen cinco sentidos: La vista, el oído, el tacto, el gusto y el olfato. Cuanto más active los sentidos una historia, más memorable será.

Incluso puede ser útil para lecciones como, por ejemplo, de geografía, puedes utilizar primero un mapa visual. Añade una canción para ayudar a memorizar los países o ciudades.

Mantener el contacto visual

El contacto visual es una de las formas no verbales más importantes de conectar con otras personas. No sólo ayuda a mantener la atención, sino que también transmite una sensación de confianza y veracidad.

Imagine que cuenta una historia mientras se mira los pies. ¿Qué tipo de emociones sentirían, aunque la historia fuera ligera y alegre? Mira siempre directamente a los ojos del niño. Conectarás con ellos y mantendrás su atención durante más tiempo.

La expresión facial es la clave

Utiliza la expresión facial para indicar la emoción, el miedo, el susto, la tristeza o cualquier sentimiento que quieras transmitir. Ponte delante de un espejo y experimenta con distintas expresiones faciales para la actividad de contar historias.

Utiliza accesorios

La narración de cuentos para niños puede ser una combinación de marionetas, teatro, comedia y música. Escoge elementos que puedas sacar a relucir en el momento adecuado durante la sesión de cuentacuentos. Puedes utilizar sombreros o pelucas para representar a distintos personajes. Las marionetas y los muñecos también son un buen accesorio para volver a contar historias sencillas. Los efectos de sonido, cuando se utilizan en el momento adecuado, pueden añadir una sensación de suspense, peligro o felicidad.

Utilice pausas dramáticas

La gente suele hablar más rápido de lo que el cerebro puede procesar. Si haces una pausa en los momentos cruciales de la historia, darás a los niños la oportunidad de pensar de forma crítica sobre la información que acabas de dar. No tengas miedo de hacer una pausa, especialmente en un momento de tensión.

Los programas de televisión más populares utilizan pausas dramáticas para enganchar al público a la historia. Cuando parece que el problema es irresoluble, es el momento adecuado para hacer una pausa, dando la oportunidad de pensar en la solución por sí mismo.

Varía el volumen, el tono y la velocidad

A los niños les gusta que el narrador utilice diferentes sonidos vocales para los distintos personajes. Por eso, experimente con voces suaves y fuertes, altas y bajas, chillonas y claras, para dar a la historia una sensación más realista. Por ejemplo, una voz chillona puede representar a una anciana, mientras que una voz alta y aguda para caracterizar a una niña. Esta estrategia de narración ayudará a los niños a reconocer e imaginar fácilmente a cada personaje.

Haz preguntas

Involucre a los pequeños en una narración interactiva. A medida que avanza la historia, haga preguntas abiertas. Esto anima a prestar atención. También es una forma excelente de medir el grado de comprensión de la historia por parte de los niños. Dé a los pequeños unos minutos para reflexionar y procesar toda la información. Después, tómate el tiempo de hablar con el sobre sus sentimientos, su parte favorita de la historia o cuál de los personajes es su favorito.

Repite la historia

A los niños pequeños les encanta la repetición. Vuelve a contar una historia y pide que colabore. Los niños necesitan agudizar su memoria y aprender a narrar una historia por sí mismos. Volver a contar una historia también mejora importantes habilidades para la vida, como la comunicación oral y la escucha.

Crear lo extraordinario a partir de lo ordinario

Una historia no tiene por qué ser dramática para transmitir un mensaje. En muchos casos, tomar un evento mundano y verlo desde un ángulo diferente es igual de profundo.

En muchos casos, tomar un evento mundano y verlo desde un ángulo diferente es igual de profundo.

Por ejemplo, si hablas de aceptar otras culturas, prueba esta táctica. Escoge un ritual común (como que los hombres se afeiten la cara) y cuéntalo desde el ángulo de un personaje de otro mundo que nunca ha visto algo así. Mejor aún, trata a los alumnos como si fueran de otro mundo.

“¿Sabías que el otro día vi a alguien ponerse un cuchillo en la cara?”. Utiliza palabras de vocabulario diferentes (como cuchillo frente a navaja). “Luego, se untó esta sustancia desconocida por toda la cara y utilizó el filo del cuchillo para frotarla”. Puede que los niños se sorprendan cuando les reveles que estabas hablando simplemente del afeitado. A continuación, puedes entrar en la idea y la filosofía que hay detrás de los prejuicios y la discriminación hacia otras culturas que no te resultan familiares.

Evita los desvíos

Simplifique, simplifique, simplifique. Recorta los personajes, las escenas y la información que no sirvan para alcanzar el objetivo de la historia. Si no estás seguro de si algo es crucial o no, cuéntaselo a un amigo o a un compañero y elimina las partes en cuestión.

Si la historia sigue fluyendo bien y tiene sentido, entonces no era necesario.

No desveles demasiado

Cuando cuentas una historia que tiene algún misterio, invitas a los oyentes a que intenten averiguar la solución por sí mismos. Cuando lo hagan, lo más probable es que sea más memorable y duradero.

Lee unas cuantas novelas de misterio y observa cómo el autor va dejando migajas. La clave es dar suficiente información para que el niño pueda resolver el problema, pero no tanta como para que sea obvio. Si no se deja ningún rastro de pistas y de indicios, entonces será frustrante e imposible de resolver.

Lee unas cuantas novelas de misterio y observa cómo el autor va dejando migajas.

Las historias están pensadas para aportar significado, sentimiento y contexto a conceptos que son áridos y sin vida por sí mismos. Invite a sus alumnos a participar en el proceso de narración. Dales lo suficiente como para que entiendan y sigan la historia, pero no tanto como para que les des una lección.

error: El contenido está protegido
Exit mobile version