El autodesprecio se define como una forma de hacer que nosotros mismos, nuestras capacidades o nuestros logros parezcan menos importantes. En las discusiones cotidianas o en las conversaciones silenciosas que reproducimos en nuestra cabeza, es muy probable que utilicemos un lenguaje que disminuya nuestros logros.

Afirmaciones como “Oh, no es para tanto, cualquiera podría haberlo hecho” o “Soy tan idiota” se asocian con frecuencia al autodesprecio porque contienen una autoevaluación negativa.

¿Qué es el autodesprecio?

El autodesprecio es una forma de hablar de uno mismo que refleja un estado cognitivo, como la baja autoestima o la autovaloración negativa.

En las discusiones cotidianas o en conversaciones tranquilas a solas, es muy probable que empleemos un lenguaje que menosprecia nuestros logros. Declaraciones como “Oh, no es para tanto, cualquiera podría haberlo hecho” o “Soy tan idiota” suelen asociarse con el autodesprecio porque este tipo de afirmaciones contienen una autoevaluación negativa.

Las afirmaciones autodespreciativas tienden a restarnos importancia ante nuestros compañeros, seres queridos y colegas, pero ¿con qué fin? Este artículo analiza por qué realizamos actos que parecen autosabotearnos y cómo afecta el autodesprecio a nuestro bienestar.

¿Por qué nos autodespreciamos?

Cuando interactuamos con la gente, la vanagloria es, comprensiblemente, una de las últimas impresiones que queremos dejar. Para evitarlo, se tiende a ir en la otra dirección y restar importancia a los atributos positivos o incluso insultarse para parecer humilde.

Hablar de esta manera suele ser para asegurarse de que no hay una suposición de ego que pueda resultar desagradable o potencialmente amenazadora. La gente también lo hace para parecer más agradable.

Los investigadores se han dado cuenta de que adoptamos el autodesprecio en un intento de parecer más modestos o de optimizar nuestras afirmaciones para obtener una reacción adecuada de nuestro interlocutor. En el caso de las personas influyentes y muy bien situadas, esta forma de comunicación suele disfrazarse hábilmente para parecer más realistas y ganar apoyos.

Si acaba de ganar un concurso o un desafío, no se sorprenda si se encuentra utilizando expresiones como “no me lo merezco” o “había mejores participantes que yo” como forma de compensar a los participantes menos afortunados.

Los analistas también han descubierto que, para que tu yo actual parezca más simpático, una forma fácil de hacerlo es lanzar pullas a tu yo del pasado para producir risas o una forma más profunda de comprensión por parte de tu audiencia.

Sin embargo, aunque el autodesprecio se asocia a menudo con la humildad, existe la posibilidad de que fomente el autosabotaje, un resultado al que no aspiran demasiadas personas.

Signos de autodesprecio

Veamos algunos indicadores comunes del lenguaje y el comportamiento autodespreciativos:

No acepta los cumplidos

Ya se trate de un comentario sobre lo bien que te quedan los zapatos o de un elogio por parecer descansado un lunes por la mañana, el autodesprecio suele producir respuestas que explican lo viejos que están tus zapatos o ponen en evidencia lo asustadizo que pareces debajo de todo el maquillaje.

Para no parecer engreído, el autodesprecio suele provocar una rápida refutación a las distintas formas de halago.

Instintivamente te minimizas

En determinadas situaciones, el autodesprecio se convierte en algo natural. No importa si todo el mundo es consciente de cuánto sueño has perdido trabajando en una presentación o cuánto esfuerzo has puesto en editar tu primer vídeo de TikTok. En el momento en que recibes algún elogio por ello, la reacción instintiva es restar importancia a tus esfuerzos.

Instintivamente te minimizas autodesprecio habito inofensivo o comportamiento malsano

Crees que promocionarte te hará desagradable

Hay casos en los que eres completamente consciente de lo impresionantes que son tus habilidades y logros. Sin embargo, reconocerlos, sobre todo ante desconocidos o compañeros, te hace temer que te consideren pomposo o insufrible.

Para evitarlo, puedes hacer bromas sobre la importancia de tu trabajo o restarle importancia para parecer menos impactante.

Impacto del autodesprecio

Convertirse constantemente en el blanco de las bromas o restar importancia al trabajo que se hace puede parecer eficaz para hacer reír y parecer más realista. Sin embargo, esta práctica de socavar tu autoridad, elegir a los demás por encima de ti mismo y guardar silencio sobre tus logros puede tener consecuencias no deseadas, no sólo para ti, sino para los demás que puedan relacionarse contigo.

El impacto del autodesprecio constante puede manifestarse de diferentes maneras:

Tu autoestima se ve afectada

El autodesprecio puede tener la intención de animar a los demás a sentirse cómodos, pero puede ocurrir lo contrario para la persona que se involucra con frecuencia en este acto. Ser el blanco habitual de las bromas y menospreciarse constantemente delante de los demás puede convertirse en ataques interiorizados. Cuando esto ocurre, la autoestima y la autopercepción pueden verse afectadas.

Empiezas a sentirte deprimido y ansioso

Imagina que le dices a tu amigo que sus logros no son para tanto o que no es tan inteligente como los demás.

Da un paso más y acostúmbrate a hacerlo delante de sus colegas, amigos y otros compañeros, y seguro que causas algún daño a su salud mental. Hacerte eso a ti mismo es probable que produzca el mismo efecto.

Si te tratas así constantemente, tu salud mental corre el riesgo de verse afectada. En concreto, el humor autodespreciativo se ha relacionado con enfermedades graves como la depresión y la ansiedad.

Empiezas a sentirte menos optimista

Cuando su posición por defecto minimiza los sentimientos y logros válidos, puede ser difícil encontrar la emoción en embarcarse en un nuevo proyecto o celebrar su finalización.

Mediante el autodesprecio, la alegría puede desaparecer de cada oportunidad, mayor o menor, que se le presente. Se sabe que este acto provoca una depreciación del optimismo en las personas que lo practican.

Del mismo modo, a otras personas que reciben tus ataques personales les puede resultar difícil compartir tu humor y pueden sentirse incómodas cuando se relacionan contigo.

Este libro te va a plantar cara y te retará a descubir si tienes autoestima bajo, a veces las actitudes correctas no significan que tengas buen autoestima, a lo mejor te estas engañando y ti te das cuenta, lo peor de todo es que si tú no te das cuenta tener un autoestima malo, bajo o llamalo como desees, puede traerte enfermedades que ni te imaginas, a lo mejor ya las tienes, y no sabes por que son.

Los efectos del autodesprecio

Convertirse en objeto de bromas o restar importancia a su trabajo parece ser eficaz para provocar risas y hacerle parecer más accesible.

Sin embargo, socavar tu autoridad, criticar a los demás sobre ti mismo y guardar silencio sobre tus logros puede tener consecuencias desfavorables, no sólo para ti sino también para quienes te rodean o se relacionan contigo.

Tu autoestima se ve afectada

El objetivo del autodesprecio puede ser hacer que los demás se sientan a gusto, pero para las personas que incurren con frecuencia en este comportamiento, la situación puede ser todo lo contrario.

Las bromas frecuentes y el autodesprecio constante delante de los demás pueden provocar ataques interiorizados. Si esto ocurre, la autoestima y el autoconocimiento pueden resentirse.

Te vuelves depresivo y ansioso

Imagina que les dices a tus amigos que sus logros son insignificantes o que no son tan inteligentes como los demás.

Yendo un paso más allá, si desarrollas el hábito de hacer esto delante de colegas, amigos y otros compañeros, sin duda perjudicarás su salud mental. Es posible que hacerte esto a ti mismo tenga el mismo resultado.

Tu salud mental está en peligro si sigues administrándote este tratamiento a ti mismo. El humor autodespreciativo, en particular, se ha relacionado con enfermedades graves como la depresión y la ansiedad.

Empiezas a sentirte menos optimista

Cuando tu posición por defecto minimiza los sentimientos y los logros efectivos, puede ser difícil entusiasmarse por empezar un nuevo proyecto o celebrar su finalización.

La felicidad puede desvanecerse de cualquier oportunidad, primaria o secundaria, si eres autodestructivo. Como todos sabemos, este tipo de comportamiento puede minar el optimismo de un profesional.

Del mismo modo, a otras personas a las que hayas atacado personalmente puede resultarles difícil perdonarte.

Cómo equilibrar el autodesprecio

El autodesprecio puede resultar beneficioso a la hora de romper el hielo en discusiones incómodas o de parecer más cercano a los demás. Pero, aunque es útil para iniciar una conversación, esta forma de comunicación puede ser más perjudicial que beneficiosa para la salud y el bienestar.

Por eso, encontrar el punto medio entre la humildad que anhelas y la confianza en ti mismo que mereces es crucial en tus relaciones con los demás y contigo mismo.

Este equilibrio puede lograrse utilizando los métodos que se describen a continuación.

Aceptar cumplidos

La próxima vez que alguien le haga saber lo estupenda que está por la mañana o lo fantástico que ha resultado su proyecto de trabajo, intente decir un simple “gracias”. Aceptar los elogios, sobre todo cuando son merecidos, es un rasgo con el que debe sentirse cómodo.

Es comprensible que suponga un gran cambio para usted. Pero acostumbrarse a los aplausos, los halagos y los elogios es necesario para romper el ciclo de menospreciarse constantemente. Este cambio será un paso certificado en la dirección correcta para tu felicidad y bienestar.

Lleve un diario

Para controlar sus actos de autodesprecio, puede ser aconsejable llevar un diario en el que detalle la interacción que le llevó a menospreciarse.

Por ejemplo, anotar los pensamientos negativos que siguieron a un cumplido, un elogio o una conversación inofensiva puede ayudarle a ser consciente de los cambios necesarios en su forma de pensar y de hablar cuando se describe a sí mismo ante los demás.

Este acto también puede ser útil para tomar nota de las suposiciones que tiene de sí mismo.

Liberarse de las expectativas

Deja de concentrarte en los detalles y empieza a concentrarte en el panorama general. Lo que verdaderamente deseo en la vida es ser próspero, feliz y amado.

Ésas son mis necesidades vitales, pero en lugar de centrarme en cómo voy a conseguirlas, redirijo mi atención a encarnarlas a diario.

Cada día que completo mis tareas diarias o logro mis objetivos es un día que considero un éxito en mi vida. Cada día que elijo despertarme y ser feliz es un día feliz en mi vida; emito amor en todo lo que hago, y el amor me encuentra y me llena.

Las cosas fructifican en tu vida si trabajas dentro de los parámetros de lo que quieres. Cuando sueltas el cómo de lo que quieres y el cuándo o el plazo que te has fijado para ello, sueltas la ansiedad de la expectativa.

Sé claro en lo que quieres decir y en lo que dices

Si dices que vas a hacer algo, hazlo como puedas. Esto incluye tanto las promesas que te haces a ti mismo como las que haces a los demás. Aunque te lo digas a ti mismo y no lo hagas, la culpa de no cumplir tu palabra te comerá por dentro.

Deja de causarte estrés innecesario. Simplemente haz el esfuerzo, y a la larga te sentirás mejor. Además, si hubieras empezado eso que dijiste que querías hacer hace un año, ya estarías a mitad de camino.

Examínate

Nadie puede utilizar tus defectos o áreas de mejora en tu contra si eres consciente de ellos. Sé dueño de tus defectos; las obras más interesantes son las que tienen defectos.

Del mismo modo, si sabes lo que vales y dónde reside tu belleza, ningún cumplido, elogio o desánimo podrá tocarte. Aprende todo lo que haya que saber sobre ti porque tú eres el mejor y más gratificante proyecto que emprenderás en tu vida.

Dedícate trabajo y esfuerzo

Nada disipa más los pensamientos de autodesprecio que saber que has pagado tus deudas y mereces tu asiento en la mesa del éxito.

Decida ser positivo

Para equilibrar adecuadamente el comportamiento autodespreciativo, es importante pensar y hablar de forma más positiva sobre uno mismo. Del mismo modo que el autodesprecio se convierte en algo natural en tus interacciones, cultiva una cultura en la que te veas y te comuniques contigo mismo de forma positiva y constructiva.

Como nos asusta tanto parecer que nos tomamos demasiado en serio a nosotros mismos, las tácticas evasivas como el autodesprecio son a menudo un rasgo común de nuestra comunicación con los demás y con nosotros mismos.

Pero, aunque esta estrategia puede ser un medio inofensivo de romper el hielo, también tiene el potencial de afectar a la autoestima y a los sentimientos de valía personal cuando se adopta con demasiada frecuencia en nuestras estimaciones de nosotros mismos.

La verdad es que puedes aceptar cumplidos y elogios por tu aspecto o tus logros sin necesidad de menospreciarte repetidamente. En lugar de eso, acuérdate de tener pensamientos positivos sobre ti mismo, muestra un poco de amabilidad y sé siempre consciente de ponerte a ti primero en tus interacciones.

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