Si tienes TDAH, probablemente sepas lo que es pensar demasiado: cuando tus pensamientos quedan atrapados en un bucle y repasas una y otra vez los mismos pensamientos sin sentirte mejor o encontrar una solución. Es posible que te quedes estancado en preocupaciones cotidianas o eventos futuros, pero una gran parte de tu pensamiento excesivo probablemente esté relacionado con el pasado. Ya sea algo que sucedió la semana pasada o hace décadas, es posible que sigas deseando haber hecho o dicho algo diferente. Esto puede provocar sentimientos de vergüenza o arrepentimiento.

Si tienes TDAH, tu cerebro trabaja más rápido que el de los demás y puede realizar más bucles de pensamiento que tus compañeros neurotípicos.

Puede ser útil reflexionar sobre una situación pasada: qué funcionó y qué harías de manera diferente la próxima vez. Por otro lado, pensar demasiado es perjudicial y puede resultar en tristeza o depresión. Puede hacerte sentir ansioso y reducir tu confianza en tu capacidad para desenvolverte en el mundo. También puede hacerte menos sociable porque eres consciente de lo que dices y haces.

¿Qué es el pensamiento excesivo del TDAH?

El TDAH se produce cuando te concentras en un tema en un bucle de pensamientos continuos, rumiando sobre él lo suficiente como para interferir en tu vida diaria. Es posible que tengas problemas para concentrarte en el momento presente porque estás atrapado en el círculo de escenarios que se repiten una y otra vez en tu cabeza.

Por lo general, el TDAH ocurre cuando estás molesto por el pasado o preocupado por el futuro. En el primer caso, el TDAH implica repetir el evento en tu mente, a veces imaginando resultados diferentes y deseando haberte comportado de manera diferente. En el segundo caso, el TDAH puede implicar imaginar varios resultados de un evento, tanto buenos como malos.

El TDAH a veces te impulsa a actuar para prepararte para el futuro o resolver un error del pasado. La mayoría de las veces, te deja sintiéndote paralizado (posiblemente con parálisis por TDAH) o indefenso. El TDAH rara vez es productivo y puede aumentar el estrés, causar insomnio y, en última instancia, es malo para tu salud.

Por qué pensar demasiado es algo común en las personas con TDAH

A continuación, se indican algunas razones por las que pensar demasiado puede parecer algo natural para las personas con TDAH:

Síndrome del cerebro ocupado

El cerebro con TDAH es como una ciudad bulliciosa que nunca duerme, constantemente llena de pensamientos, ideas y emociones.

Ese cerebro ocupado hace que sea difícil concentrarse en una sola cosa.

¡Es por eso que muchas personas con TDAH necesitan ruido de fondo cuando intentan dormir o ruido blanco para concentrarse en las tareas!

Hiperconcentración

Las personas con TDAH pueden quedar profundamente absortas en un pensamiento o tema en particular.

La concentración intensa puede llevar al análisis excesivo y la rumia.

Por otro lado, esta puede ser una habilidad maravillosa y, a menudo, ocurre cuando alguien siente una profunda pasión por un proyecto o tema.

Preocupación y ansiedad

El TDAH puede hacer que sea un desafío realizar un seguimiento de las tareas y responsabilidades diarias.

La preocupación y la ansiedad son los bandidos del pensamiento excesivo; saben exactamente qué pensamientos atrapar, por lo que te roban la paz.

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TDAH y perfeccionismo

Algunas personas con TDAH pueden desarrollar tendencias perfeccionistas como mecanismo de afrontamiento.

El perfeccionismo puede hacer que rumie sobre errores pasados ​​u obsesión por cada pequeño detalle.

La gran lucha por filtrar

El cerebro con TDAH puede tener dificultades para filtrar los pensamientos y estímulos irrelevantes.

A menudo nos bombardean con pensamientos que otros podrían descartar fácilmente.

Además, todos ocurren simultáneamente, así que ya sabes… ¡es divertido!

Por qué es peligroso pensar demasiado en el TDAH

Si bien pensar demasiado puede ser un efecto secundario natural de manejar un evento o problema importante de la vida, pensar demasiado en el TDAH lo lleva al siguiente nivel. Las personas con TDAH piensan mucho más rápido que las que no lo tienen. Pensar rápido es una habilidad valiosa: te permite evaluar y comprender las situaciones rápidamente y encontrar soluciones sobre la marcha cuando tu mente está alerta y despejada.

Sin embargo, las mentes de personas con TDAH que se mueven rápido también experimentan más pensamientos negativos que sus contrapartes sin TDAH. A medida que un pensamiento negativo se convierte en otro, atraen más pensamientos sombríos como imanes, atrayendo uno tras otro hasta que es difícil ver algo más que problemas.

Este patrón de pensamiento puede durar días más, alimentando un flujo ininterrumpido de diálogo interno negativo que puede derivar en problemas más graves, como depresión o ansiedad.

El exceso de pensamiento en el TDAH puede provocar depresión

Las espirales continuas de pensamientos negativos y de diálogo interno que acompañan al exceso de pensamiento en el TDAH pueden dificultar el disfrute de cosas como el tiempo con los seres queridos, las actividades o las comidas favoritas. La culpa y la vergüenza por el pasado o el miedo al futuro pueden volverse omnipresentes, lo que lleva al aislamiento y al desgano porque se sienten muy pesados ​​emocionalmente. Con el tiempo, estos sentimientos pueden volverse agudos o evolucionar hacia otros problemas de salud mental, como la depresión crónica, caracterizada por sentimientos de tristeza, vacío o entumecimiento.

Además de una mente que se mueve rápidamente, una persona con TDAH siente emociones intensamente y puede tener dificultades para regularlas. Sus cerebros también tienen problemas para procesar la dopamina correctamente, porque a menudo no tienen suficiente. La depresión grave se ha relacionado con un nivel bajo de dopamina en el cerebro, lo que significa que una persona con TDAH puede ser propensa a la depresión.

No todos los pensamientos relacionados con el TDAH son malos

A pesar de que pensar demasiado es una característica destacada de la mayoría de las personas con TDAH, también vale la pena saber que algunas personas que viven con TDAH hacen exactamente lo contrario. Algunas no desarrollan métodos de pensamiento o reflexión para lidiar con sus cerebros con TDAH. Una persona con TDAH tiende a saltar de una actividad a otra y tampoco aprende de los eventos que sucedieron durante el día. Debido a eso, no desarrolla un plan para lidiar con su día, lo que hace que los días estresantes constantes se repitan una y otra vez.

La ansiedad puede ser consecuencia de pensar demasiado en el TDAH

Pensar demasiado en el TDAH puede llevarte a un punto en el que no puedes dejar de imaginar el peor resultado posible de cada situación y te obligas a clasificar las soluciones para sentirte preparado. Pero, en lugar de sentirte preparado, te sientes más ansioso. Los ciclos emocionales de culpa y miedo que surgen al pensar demasiado en el TDAH pueden aumentar los niveles de estrés, lo que conduce a la ansiedad si no se controla.

Los síntomas de ansiedad incluyen sentirse inquieto, nervioso o con pánico, aumento de la frecuencia cardíaca, pensamientos acelerados, una sensación de que algo terrible está a punto de suceder, respiración rápida y una sensación general de tensión en los músculos. Estos síntomas pueden causar insomnio, temblores corporales y ansiedad o ataques de pánico.

Aunque esto le puede pasar a cualquiera, una persona con TDAH puede ser más susceptible a la ansiedad porque su mente construye y analiza rápidamente escenarios. Puede reproducir docenas de secuencias apocalípticas cada pocos minutos y, como el cerebro humano no diferencia el peligro imaginario del real, las respuestas de estrés en el cuerpo aumentan en consecuencia.

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El equilibrio es la clave

A veces, el equilibrio es esencial para ayudarte a controlar tu tendencia a pensar demasiado en las cosas. Tomemos como ejemplo esta situación: después de que le diagnosticaran cáncer en etapa II, Alice salió del hospital con una revelación: se dio cuenta de que su cáncer requeriría toda su atención a partir de ahora, y no iba a permitirlo. No iba a ceñirse a su enfermedad. En cambio, planificó las cosas y se le ocurrieron formas de “distraerse” de alguna manera de preocuparse o pensar demasiado en su cáncer. Se centró más en las cosas que eran importantes: su familia y su carrera. También hizo hincapié en priorizar los detalles más pequeños, como hacer ejercicio por la mañana y tomar té por la tarde.

A lo largo de la quimioterapia, la radiación y la cirugía constantes, se centró más en el presente y llenó su mente solo con pensamientos inspiradores. Se abstuvo de pensar en su cáncer, lo que la deprimía. Desarrolló una disposición positiva que mantuvo durante todo el año y que la ha ayudado significativamente en su lucha contra el cáncer. Si bien puede que no haya sido el mejor año para Alice, tampoco fue el peor.

Siempre que te dejes atrapar por un bucle de pensamientos excesivos, la historia de Alice te servirá como ejemplo inspirador de que es posible desviar nuestra atención de un pensamiento negativo, sin importar la gravedad de tu TDAH o las circunstancias.

Efectos secundarios del TDAH Pensar demasiado

No hace falta decir que pensar demasiado tiene muchos efectos secundarios adversos. Estos son tres de los más comunes:

Te obliga a aislarte de otras personas

Como tiendes a pensar demasiado, te sentirás más solo que nunca, ya que es muy probable que te estés separando de otras personas. Tu tendencia a analizar en exceso incluso las conversaciones más casuales puede hacer que pienses que las personas estaban diciendo cosas insultantes e hirientes, incluso cuando no era intencional.

Tu confianza disminuye

Cuando recuerdas todos tus errores, incluso los menores, tenderás a perder tu confianza y autoestima. Por ejemplo, llegaste tarde solo una vez, pero como lo repites en tu cabeza unas mil veces, sentirás que también llegaste tarde 1000 veces.

Reduce tu sistema inmunológico

Además de tu bienestar mental, pensar demasiado también afectará y debilitará tu sistema inmunológico, ya que ya no estarás pensando en tu salud. En cambio, estás pensando más en el pensamiento negativo en tu cabeza.

Consejos para evitar pensar demasiado

Incluso si ha pensado demasiado toda su vida, puede cambiar. Aquí hay cuatro sugerencias que le ayudarán.

Observe los momentos en que piensa demasiado

Observe los momentos específicos del día en que piensa demasiado, por ejemplo, en la ducha, conduciendo a casa desde el trabajo, etc. Luego, cree un plan para detener el pensamiento excesivo antes de que comience. Puede configurar un temporizador de 4 minutos para su ducha para no tener la oportunidad de perderse en sus pensamientos. En el automóvil, puede escuchar un podcast interesante.

Conozca sus desencadenantes

Puede haber desencadenantes en su vida que lo hagan más propenso a pensar demasiado. Por ejemplo: sentirse triste, privado de sueño, con resaca o estresado. Es posible que no pueda evitar por completo esas cosas, pero si sabe cuándo es más probable que piense demasiado, puede estar más alerta durante esos momentos.

Procese activamente sus preocupaciones

Si bien pensar demasiado no es bueno, procesar activamente sus preocupaciones es muy útil. Siéntate con un bolígrafo y un papel y escribe todo lo que tengas en mente. En el otro lado del papel, escribe las acciones concretas que podrías llevar a cabo y que te ayudarían.

Por ejemplo, si te preocupas constantemente por hacer presentaciones en el trabajo, únete a Toastmasters. Si necesitas planificar tus vacaciones, divídelas en pequeñas acciones a realizar, como alquilar un coche o reservar un hotel. Si piensas demasiado en el pasado, ¿hay algo proactivo que puedas hacer para que no vuelva a suceder?

Encuentre distracciones

Incluso después de haber creado un plan para abordar sus preocupaciones, es posible que siga pensando demasiado; en este caso, la distracción resulta útil. Cree una lista de posibles actividades para distraerse en lugar de pensar demasiado. Estas actividades deben ser lo suficientemente atractivas e interesantes como para que se dedique a ellas por completo en lugar de pensar. Lo que funciona para una persona puede no funcionar para usted, por lo que puede personalizar su lista. A continuación, se ofrecen algunas sugerencias:

  • Tenga una conversación con un amigo.
  • Mire una película o un programa de televisión.
  • Juegue un juego de computadora o de mesa.
  • Haga ejercicio.
  • Realice un acto de bondad para otra persona.
  • Escuche música.

Si tiene dificultades para controlar sus pensamientos, hable con un profesional de la salud mental. La terapia de conversación puede ayudarlo a aprender nuevas habilidades y estrategias para controlar el pensamiento excesivo. También puede reducir los síntomas del TDAH y ayudarlo a sentirse y rendir al máximo.

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