Si tiene una serie de preferencias fijas, le resulta difícil adaptarse al cambio o le han dicho que tiene una forma de pensar rígida, es posible que desee ser más flexible.

Constantemente nos enfrentamos a situaciones y momentos que nos desafían y nos dejan una mezcla de sentimientos a menudo no deseados. Nos gusta pensar que podemos forzarlos a salir con la lógica o con pura fuerza de voluntad.

Ahí es donde entra en juego la flexibilidad psicológica. Cuando aprovechamos esta mentalidad, podemos ver los problemas tal y como son y tomar decisiones más intencionadas.

“Las personas flexibles son muy adaptables y pueden ajustarse rápidamente a nuevas situaciones. Suelen ser pensadores versátiles, capaces de ser creativos y de tomar caminos alternativos para hacer que las cosas sucedan”, dice Clarissa Silva, científica del comportamiento, coach de relaciones y creadora del ‘Método de la Hipótesis de la Felicidad’.

Este artículo explora algunas de las características de las personas flexibles, los beneficios de este rasgo y algunos pasos que puedes dar para ser más flexible.

Flexibilidad

La flexibilidad mental es la capacidad de cambiar dinámicamente el curso del pensamiento o la acción, en función de los requisitos de una situación.1 Implica ser capaz de abandonar un patrón previo de respuestas en favor de una respuesta alternativa que se adapte mejor a las circunstancias actuales.

¿Por qué es importante la flexibilidad psicológica?

Desarrollar esta habilidad es más crucial que nunca en tiempos de cambio y desafío. Las investigaciones demuestran que la flexibilidad psicológica puede ayudar a reducir el estrés, la ansiedad, la depresión, los trastornos de estrés postraumático y otros problemas de salud mental (Masuda et al., 2011). Además, los estudios han demostrado que la flexibilidad psicológica puede fomentar la resiliencia y ayudar a las personas a gestionar el dolor crónico.

Si algo es externamente preocupante, amenazante o aterrador, a menudo hay formas de deshacerse de él. Podemos eliminarlo o evitarlo en el futuro.

Sin embargo, tratar de alejar nuestras experiencias internas es como intentar mover una roca de 2.000 libras. Cuanto más lo intentas, más te agotas.

Eso significa que, si sentimos falta de confianza en el trabajo, miedo al fracaso, agobio, ansiedad o enfado, identificamos el sentimiento como el problema. Creemos que tenemos que deshacernos de él antes de disfrutar de nuestra vida.

Pero dedicar tiempo a intentar alejar estos pensamientos no deja mucha energía para el trabajo, la familia o cualquier otra cosa que sea importante para ti en tu vida.

Sin embargo, cuando somos más flexibles psicológicamente, podemos evaluar la situación en lugar de la emoción. Podemos tomar decisiones en las que nos sentimos más seguros, ya que se alinean con nuestros valores.

La flexibilidad psicológica implica:

  • Permanecer en el momento presente.
  • Estar abierto a experimentar cualquier pensamiento o sentimiento que aparezca (bueno o malo).
  • Actuar al servicio de nuestros valores.

La flexibilidad psicológica es un concepto central de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), desarrollada por Steven C. Hayes.

Según el sitio web de Hayes, ACT es “una forma de psicoterapia popular basada en la evidencia que utiliza la atención plena, la aceptación y los métodos basados en los valores”. Enseña a los individuos estrategias para mantenerse presentes y conscientes, eligiendo responder de forma que se alinee con sus valores y objetivos.

La flexibilidad psicológica favorece la regulación de las emociones y ofrece a las personas una forma de actuar más consciente.

Cuando una persona es psicológicamente flexible, tomará decisiones basadas en sus valores y creencias de larga duración en lugar de las emociones inmediatas a corto plazo que esté experimentando.

Por el contrario, podemos definir la inflexibilidad psicológica por las acciones realizadas en respuesta a una respuesta psicológica, independientemente de cómo se alineen con los valores de la persona.

Un individuo psicológicamente inflexible puede experimentar lo siguiente:

  • Recurrir al “afrontamiento por evitación”.
  • Ansiedad o preocupación abrumadoras.
  • Falta de visión de futuro.
  • Incapacidad para reconocer patrones en su comportamiento.

Características de las personas flexibles

Así es como las personas flexibles se comparan con las personas rígidas e inflexibles.

Personas flexibles

  • Dinámicas y versátiles en su forma de pensar.
  • Abiertas a nuevas ideas y formas de hacer las cosas.
  • Dispuestas a probar nuevas experiencias.
  • Capaces de adaptarse a diferentes situaciones.
  • Capaces de hacer frente a factores de estrés inesperados.
  • Consciente de los pensamientos y sentimientos de los demás.
  • Propensos a sugerir soluciones creativas a los problemas.

Personas inflexibles

  • Rígidas en sus procesos de pensamiento.
  • Fijas en sus hábitos y preferencias.
  • A menudo no están dispuestas a probar cosas nuevas.
  • Se sienten nerviosos e incómodos en situaciones nuevas.
  • Incapaces de afrontar retos inesperados.
  • Desconsideran las preferencias de los demás.
  • Se resisten al cambio.

Ventajas de ser flexible

La flexibilidad es un rasgo que puede resultar útil en varias situaciones. Por ejemplo, ser flexible y tener una mentalidad abierta en el trabajo puede ayudarle a ser más eficiente y a enfrentarse a factores de estrés inesperados.

Ser flexible en la vida diaria puede ayudar a evitar la frustración y los conflictos si las cosas no salen como uno quiere, lo que a su vez puede ayudar a reducir el riesgo de padecer trastornos de salud como la ansiedad, la depresión y el dolor crónico.5 Además, ser flexible con las preferencias alimentarias y estar abierto a diferentes experiencias puede ser útil mientras se viaja o durante las ocasiones sociales con los amigos y la familia.

La flexibilidad es también un ingrediente importante en las relaciones, y puede conducir a un mayor éxito en las relaciones románticas, a una dinámica familiar más fluida y a un mayor bienestar en general.

¿Cómo se mide la flexibilidad psicológica?

Hay un puñado de formas de medir la flexibilidad psicológica. Una opción común es el Cuestionario de Aceptación y Acción (AAQ), desarrollado por Hayes y sus colegas.

Este sencillo cuestionario hace siete preguntas, calificando su comportamiento en una escala de siete puntos. Para obtener sus resultados, sume las siete puntuaciones para obtener una puntuación total.

Una puntuación total más alta se correlaciona con una menor flexibilidad psicológica. Pero este breve cuestionario está pensado para ser repetido a lo largo del tiempo. Y sus resultados sólo están pensados para ser comparados entre sí a medida que usted crece y no con la puntuación de otro individuo.

De esta manera, puede seguir sus cambios a lo largo del tiempo en relación con los demás, en lugar de cómo se relacionan con una población o un grupo demográfico.

Tener flexibilidad para poder fluir con lo que nos da la vida es imprescindible si queremos vivir en paz. La vida es cambio y las cosas casi nunca salen tal y cómo hemos planeado. aprende a ser flexible y a adaptarte con facilidad ante cualquier imprevisto.

Cómo ser más flexible

A continuación, Silva comparte algunas estrategias que pueden ayudarle a ser más flexible:

Considere opciones alternativas

Si eres propenso a pensar de forma inflexible, es posible que sólo te sientas cómodo con una determinada forma de hacer las cosas. Sin embargo, es importante recordar que hay muchas soluciones para cualquier situación y más de una forma de hacer las cosas. Considera diferentes opciones y sopesa los pros y los contras de cada una antes de tomar una decisión.

Considere opciones alternativas flexible

Empieza a hacer pequeños cambios

Puedes practicar la flexibilidad introduciendo pequeños cambios en tu rutina diaria. Por ejemplo, si suele ver la televisión antes de acostarse, pruebe a leer un libro en su lugar. O, si normalmente coges el autobús para ir al trabajo, prueba a ir en bicicleta. Hacer las cosas de forma diferente puede ayudarte a practicar la habilidad de adaptación.

Pruebe nuevas experiencias

Intenta probar regularmente nuevas experiencias. Por ejemplo, puedes probar un nuevo restaurante o cocina al menos una vez al mes. También puedes probar una actividad nueva, como aprender un instrumento, practicar un deporte, hacer voluntariado, tomar clases de cocina, ir de excursión o hacer cualquier otra actividad que te atraiga.

Conoce a gente nueva

Conocer a gente nueva de diversos orígenes puede exponerte a diferentes perspectivas. Ver las cosas a través de los ojos de otra persona puede ayudarte a entender que hay más de una forma de hacer las cosas.

Busca oportunidades

Puede que te encuentres buscando excusas para evitar seguir rutas que están más allá de tu zona de confort. Sin embargo, si quieres ser más flexible, intenta buscar oportunidades en lugar de centrarte en los obstáculos, los errores o los fracasos.

No tengas miedo de cambiar de postura: Tómate el tiempo necesario para reunir información antes de elegir tu mejor opción. No tengas miedo de cambiar tu postura a medida que vayas adquiriendo nueva información. No hay que avergonzarse de cambiar de opinión cuando se está mejor informado.

 

Desafía tus creencias

Si tienes una determinada manera de hacer las cosas, puede ser útil hacer una introspección sobre ella y preguntarte por qué te empeñas en hacer las cosas de esa manera. Utiliza tu capacidad de pensamiento crítico para determinar si esa es realmente la mejor manera.

Mantén una actitud positiva

Aunque salir de tu zona de confort puede ser difícil, puede ser útil mantener una actitud positiva mientras trabajas en la creación de nuevos patrones de pensamiento. Puedes intentar hablarte a ti mismo de forma positiva para superar las tareas más difíciles.

Sé más perceptivo: Intente ser más perceptivo con los pensamientos y sentimientos de los demás. La mayoría de los pensadores flexibles son muy inteligentes emocionalmente. Ser capaz de calibrar los sentimientos de los demás te ayudará a ser más empático y considerado.

Haz algo de ejercicio: Las investigaciones demuestran que ser más activo físicamente puede ayudar a que su cerebro también sea más activo, potenciando la función cognitiva y la flexibilidad mental.

Acuda a terapia: Si tiene problemas en casa, en el trabajo o en el entorno social debido a su inflexibilidad, puede ser útil acudir a un terapeuta. Puede ayudarle a examinar sus creencias, a cuestionar los supuestos problemáticos y a desarrollar habilidades de afrontamiento que promuevan la flexibilidad.

Posibles riesgos de ser menos inflexible

Además de hablar de las ventajas de la flexibilidad, también es importante tener en cuenta los costes de ser inflexible.

He aquí algunas preguntas que debe hacerse para determinar si es inflexible:

  • ¿Te enfrentas a fricciones en tus relaciones personales porque te empeñas en hacer las cosas sólo a tu manera?
  • ¿Le cuesta mantener las amistades o se pelea con frecuencia con su pareja?
  • ¿Ha notado que los pensadores más dinámicos en el trabajo rinden más que usted?

Si ha respondido afirmativamente a estas preguntas, es posible que tenga una tendencia a ser inflexible.

Si no está dispuesto a ser flexible, puede hacer que los demás sientan que sus opiniones, horarios o forma de hacer las cosas no son importantes para usted. Eso puede dar la impresión de que los infravaloras, lo que puede resultar hiriente. Por eso, es importante tener en cuenta los sentimientos de los demás, cuando sea necesario.

Preguntas frecuentes

¿Cómo puedo ser más flexible en el trabajo?

Si quieres ser más flexible en el trabajo, intenta estar más dispuesto a aceptar nuevos proyectos. Por ejemplo, si tu jefe te pregunta si puedes encargarte de un pequeño proyecto secundario, di “sí”, pero sólo si sabes que tienes la capacidad de hacerlo.

Quizás tiendes a acortar las conversaciones con tus compañeros. Intenta alejarte de tu mesa durante unos minutos y conversar con tus compañeros. No es necesario que te metas en largas discusiones, ya que eso limitará tu productividad, pero puede ayudarte a aprender a manejar las interrupciones y a dedicar tiempo a los demás. Además, las interacciones positivas en el trabajo pueden ayudar a que los empleados se sientan más valorados.

¿Tengo que ser siempre flexible?

No, no es necesario ser flexible todo el tiempo. Si eres demasiado flexible, puedes correr el riesgo de agotarte, abandonar tus valores y no satisfacer tus propias necesidades. Ser demasiado flexible puede hacer que te conviertas en una persona complaciente. Por ejemplo, los efectos de la prestación de cuidados pueden incluir el agotamiento y la depresión.8 Por lo tanto, es importante ser consciente y no estirarse demasiado.

Todos deseamos ser más dinámicos y flexibles. Afortunadamente, hay pasos que podemos dar para desarrollar este rasgo. La clave es probar cosas nuevas, conocer gente nueva y estar abierto a nuevas experiencias y perspectivas.

Ser más flexible puede ayudarte a adaptarte, a lidiar con el estrés, a ser más creativo y a tener mejores relaciones.

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