A lo largo de su matrimonio, habrá momentos en los que tendrán que tener conversaciones “imprescindibles”. Son las conversaciones de las que ambos no quieren hablar. Son conversaciones sobre temas y situaciones difíciles. Son las conversaciones que pueden hacer que ambos se enfaden, se pongan a la defensiva, estén tristes y se sientan heridos.

Aunque tener una charla matrimonial difícil probablemente no sea algo que ninguno de los dos desee, evitar ciertas conversaciones puede hacer que los problemas empeoren más adelante. Usted y/o su pareja pueden amargarse o enfadarse cuando las cosas no se resuelven, así que lo mejor es abordar cualquier problema con una comunicación honesta y directa.

Este artículo trata de las razones por las que las parejas deben tener conversaciones difíciles y de cómo mantenerlas. También ofrece consejos y estrategias para iniciar las discusiones.

Razones para tener conversaciones difíciles sobre su matrimonio

Pretender que no hay nada malo probablemente hará que usted y su pareja caminen sobre cáscaras de huevo alrededor del otro; no sabrán cómo actuar alrededor del otro si pueden comunicarse con honestidad. En última instancia, ignorar sus problemas puede hacer que su matrimonio fracase.

Tener una charla matrimonial difícil demuestra que te preocupas lo suficiente por tu cónyuge y tu matrimonio como para tener la conversación.

Es común que las personas utilicen tácticas de evasión cuando no quieren hablar de algo. Pero aplazar las conversaciones puede generar resentimiento con el tiempo, lo que hace aún más difícil abordar los problemas con el tiempo.

Por ejemplo, si tú y tu pareja tienen problemas económicos o no estáis de acuerdo en la forma en que queréis criar a sus hijos, no hablar de estas cosas no va a hacer que desaparezcan. Si no deciden cómo quieren proceder juntos como un frente unificado, es probable que uno o ambos se sientan alejados de la pareja, o incluso que se sientan desatendidos o dejados de lado por su pareja.

Postergar estas conversaciones sólo las hace más difíciles. Por ejemplo, evitar hablar de temas difíciles relacionados con el dinero o la crianza de los hijos puede dar lugar a discusiones y conflictos en el futuro. Hablar abiertamente con su pareja le permite desarrollar una comunicación sincera y abierta que fortalece su relación.

El coste de la deshonestidad y de ocultar tus sentimientos a tu pareja

Cuando no nos abrimos y hablamos de temas difíciles con nuestro cónyuge (o pareja), nunca aprendemos a construir puentes sólidos de comprensión. La mayoría de nosotros queremos ser sinceros, pero nos cuesta encontrar las palabras “perfectas” o el “momento adecuado” en nuestras apretadas agendas, así que no decimos nada en absoluto. Posponemos las conversaciones cruciales para mantener la paz.

Sin embargo, cuando reprimimos nuestros sentimientos, negamos nuestras necesidades o permitimos que los desacuerdos corroan nuestra relación, nos negamos a nosotros mismos -y a nuestra pareja- la oportunidad de crecer y construir confianza.

Es cierto que la sinceridad puede escocer. Sin embargo, este resultado suele producirse cuando no compartimos nuestra perspectiva con cariño, o lanzamos nuestra ira sin tener en cuenta los sentimientos o la experiencia de la otra persona.

Entonces, ¿cómo cambiamos las emociones negativas por las positivas? ¿Cómo aprovechamos el poder de nuestro amor para lograr una mayor intimidad?

Desarrollar una mentalidad de aceptación

Antes de entablar una conversación difícil, es importante tener una mentalidad de aceptación en la que aceptemos incondicionalmente a nuestra pareja en su humanidad. (Siento decírtelo, pero no hay cónyuges perfectos, ni humanos perfectos). Sin embargo, esta aceptación no significa que miremos hacia otro lado. También debemos responsabilizar a nuestro cónyuge de ser lo mejor posible y abogar por lo que es mejor para nuestra relación.

Una mentalidad de aceptación nos permite hacer el amor con nuestras palabras, lo que garantiza una mayor intimidad y cercanía. Cuando decimos nuestra verdad, incluso cuando es difícil, mostramos a nuestra pareja que estamos dispuestos a sentirnos incómodos y a hacer lo que sea necesario para crear una relación sana. Cuando decimos a nuestra pareja lo que es necesario para fortalecer nuestro vínculo y profundizar nuestra conexión, el amor crece. Nuestro amor nos empuja a tener conversaciones difíciles que fortalecerán nuestra relación y profundizarán nuestra comprensión mutua. No ignores el empujón.

Desarrollar una mentalidad de aceptacion

Cosas importantes a tener en cuenta

Estos son los consejos para cuando tengas que tener esa conversación difícil. Aprender a tener conversaciones difíciles es el primer paso.

Analice sus expectativas

Si esperas que la conversación vaya mal, lo hará. Si asumes que tener una charla difícil empeorará la situación, probablemente lo hará. Tienes que definir tus expectativas sobre la conversación y pensar en términos positivos.

Comprenda sus motivaciones

Sepa por qué quiere tener la charla. ¿Quiere hablar con su cónyuge sobre un tema difícil para comprender mejor la perspectiva de su cónyuge sobre el tema? ¿Quiere aclarar un malentendido? ¿Necesita confrontar a su cónyuge sobre una supuesta mentira o un comportamiento hiriente? ¿Le preocupa su nivel de intimidad con el otro y quiere estar más cerca de su cónyuge?

Esté preparado para que sea difícil

Acepte que probablemente será una conversación estresante. Aunque no quiere que ninguno de los dos se sienta estresado, herido o enfadado por la conversación, es importante darse cuenta de que ambos pueden estar a la defensiva y emocionados mientras hablan.

Todos hemos tenido conversaciones que nos ha costado tenerlas, no sabes porque pero sabes que te va a costar un mayor esfuerzo o una mayor tensión, la mayoría de las veces depende de la persona con la que va dirigida esa conversación quizás por qué vas a tratar un tema como amenazante o que anticipes que puede haber alguna tensión que te mal interprete.

Cómo empezar la conversación

A continuación, se ofrecen sugerencias sobre cómo empezar la conservación:

No diga “¿podemos hablar? o “tenemos que hablar”. Comience la conversación con una afirmación que reconozca que el tema es difícil, sensible, conflictivo o delicado. Aclara que sabes que tenéis perspectivas diferentes y que quieres trabajar juntos para comprender mejor esas perspectivas.

Piensa en cómo vas a empezar la conversación. Algunas introducciones que puedes considerar son: “He estado pensando en…”, “¿Qué piensas de…”, “Me gustaría hablar de…”, “Quiero entender mejor tu punto de vista sobre…”. No te vayas por las ramas. Sé sencillo. No te salgas del tema.

Elija el momento y el lugar adecuados

A continuación, más consideraciones importantes:

No manipule a su cónyuge

No invite a su cónyuge al cine cuando en realidad planea tener “la charla” en un restaurante. Sé sincero, no manipulador.

Planifica bien la conversación

Elija el momento adecuado para la conversación. No le pidas a tu cónyuge que acepte una hora para tener la charla sin haberte calmado antes. No tengas una conversación difícil antes o después del sexo.

No esperes tener la conversación inmediatamente

Es importante que des a tu cónyuge algo de tiempo para pensar en el tema del que quieres hablar, pero no debería posponerse durante mucho tiempo. Menciona que te gustaría tener la conversación en un plazo de 48 horas.

No atrape a su cónyuge

Si tienes la conversación en el coche o en un avión, etc. estás atrapando a tu cónyuge.

Acuerde el lugar de la conversación

A menos que su cónyuge esté de acuerdo en tener la conversación en un lugar público, como un restaurante, lleve a sus hijos a una niñera y tenga la conversación en casa.

Estrategias de conversación importantes

Tenga en cuenta estas estrategias útiles:

Muestre respeto por su cónyuge

No hable con desprecio a su cónyuge. No dé por sentado que su cónyuge sabe de qué quiere hablar. No interrumpa a su cónyuge cuando esté hablando.

Sea consciente de la comunicación no verbal

Mantenga el contacto visual

Reconozca lo que oye, entendiendo que el reconocimiento no es necesariamente un acuerdo.

Esté preparado

Respalde sus preocupaciones, pensamientos e ideas con investigaciones y hechos. Mantén la conversación en el tema que habéis acordado tratar. No hables sin parar.

Llega a un acuerdo con el que ambos puedan vivir.

A continuación, fije una hora para hacer un seguimiento para ver cómo están afrontando ambos el problema.

Sepa cuándo debe pedir ayuda

Si el tema o la situación sigue creando problemas en su matrimonio, es posible que ambos necesiten un consejero o un mediador.

Aunque estas conversaciones son difíciles, son esenciales para la salud y el futuro de la relación. Sin embargo, si usted y su pareja intentan tener conversaciones que constantemente no son productivas, o tienen problemas continuos que no pueden resolver por sí mismos, intenten hablar con un consejero profesional, ya sea individualmente o como pareja.

Por qué su cónyuge no le escucha

Los matrimonios exitosos se basan en una comunicación sana y en escucharse mutuamente. Sin embargo, no es raro que las parejas experimenten períodos en los que hablar con el otro se convierte en un reto y la escucha está ausente. Cuando uno de los dos, o los dos, no responden, puede haber un problema. Si la falta de escucha continúa, podría ser una señal de que su matrimonio está en peligro.

Su método de comunicación

A menudo, la forma de decir las cosas es tan importante como lo que decimos. Un tono negativo, argumentativo, un discurso indirecto y/o una agresividad pasiva son sólo algunas de las formas en que puede estar saboteando inadvertidamente sus conversaciones.

He aquí problemas con su forma de comunicarse que podrían estar haciendo que su cónyuge no le escuche, así como sugerencias sobre cómo solucionar el problema para que ambos se sientan respetados y escuchados.

Demasiadas palabras

Es posible que te tomes demasiado tiempo para decir lo que quieres decir. A veces, cuando estamos nerviosos o esperamos una respuesta negativa o un conflicto, podemos alargarnos más de lo necesario. Esto puede resultar frustrante o aburrido para su interlocutor, y su significado puede perderse entre todas esas palabras. Intenta ir al grano. Sin embargo, una pareja cariñosa también debería ser lo suficientemente paciente como para escuchar lo que tienes en mente.

Monopolizar

Su cónyuge probablemente se desconectará si rara vez tiene la oportunidad de hablar. En su intento de que le escuche, puede monopolizar la conversación sin darse cuenta. Las buenas conversaciones permiten que ambas personas contribuyan. Examine cómo escucha cuando su cónyuge está hablando de un tema importante con usted. Modele la forma de escuchar que quiere ver en su pareja, y puede que ellos sigan su ejemplo.

Dar a su cónyuge la oportunidad de hablar y escucharle realmente puede animarle a hacer lo mismo con usted.

Comentarios hirientes

Si usted tiene un historial de decir cosas que son hirientes, insultantes, intimidantes, despectivas o irrespetuosas de las opiniones, creencias y sentimientos de su cónyuge, es posible que su cónyuge no quiera escuchar lo que tiene que decir. Asimismo, si sus conversaciones tienden a convertirse rápidamente en tensas discusiones, es posible que se sienta protegido, a la defensiva, enfadado o fuera de control en estas conversaciones.

También es posible que se desentienda de las conversaciones en un intento de evitar decirte cosas negativas o hirientes. Lo ideal es que ambos trabajen para tener conversaciones civiles en las que ambos digan lo que piensan sin ser crueles. Considera la posibilidad de establecer reglas básicas con las que ambos puedan convivir, como tomar turnos para hablar, no interrumpir, establecer un temporizador para cada orador y no utilizar nunca palabras hirientes.

Consejos para el éxito

  • Evite el sarcasmo, los menosprecios y la desvalorización.
  • Céntrese en la situación, no en la persona.
  • Ten claro el resultado que quieres.
  • Practicar los pasos anteriores te ayudará a crear una comunicación honesta y sólida.

Si utilizan sus palabras para apoyaros mutuamente, pueden resolver los desacuerdos y conflictos de forma rápida y pacífica. El aumento de la honestidad y la franqueza fortalecerá su relación, mientras que el amor con las palabras profundizará la intimidad en todos los niveles.

¿Con quién puedes hablar de tus problemas matrimoniales?

Puedes hablar con un profesional de la salud mental, como un terapeuta o un líder espiritual o religioso. También puede ser útil confiar los problemas matrimoniales a un familiar o amigo de confianza.

Sin embargo, asegúrate de que esa persona no divulgará el contenido de tu conversación a tu pareja. No debes sentir que tienes que ocultar que estás hablando con una persona de confianza o con un terapeuta, pero tu pareja no debe sentir que estás hablando de ella a sus espaldas.

¿Cuáles son los temas de conversación significativos para las parejas?

Compartir con el otro lo que los hace sentir más queridos y respetados. Por ejemplo, pregúntale a tu pareja cuál es su lenguaje amoroso. Hablen de sus expectativas para la relación y de cómo lo ven los dos en el futuro. Conozcan los límites del otro y cómo ser respetuosos con ellos.

Preguntas frecuentes

¿De qué deben hablar las parejas antes de casarse?

Algunas de las preguntas que hay que tener en cuenta antes de casarse son:

  • ¿Cómo manejaremos los desacuerdos y la resolución de conflictos?
  • ¿Cómo gestionaremos nuestras finanzas (queremos un acuerdo prenupcial)?
  • ¿Trabajaremos los dos o sólo uno de nosotros después del matrimonio?
  • ¿Tendremos hijos y, si es así, cuántos?
  • ¿Cómo queremos educar a nuestros hijos?
  • ¿Nos mudaremos después de casarnos (por ejemplo, pasar de un apartamento a una casa)?
  • ¿Cómo manejaremos las diferencias religiosas/espirituales?
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