La tensión entre el yo interior y el yo exterior es común en el mundo moderno. Cada uno de nosotros se ve arrastrado en múltiples direcciones cada día y, como resultado, nuestras acciones y comportamientos no siempre se alinean con nuestros valores fundamentales.
Sin embargo, tomar conciencia de nuestro yo interior y de su equilibrio con el exterior es la base de una buena salud mental, física y espiritual.
Por eso es un aspecto importante a tener en cuenta a la hora de trabajar en un buen equilibrio en tu vida.
Todos los días te enfrentas a distintos niveles de desafíos, agitación emocional, estrés y otras perturbaciones. Por desgracia, estos acontecimientos aparentemente inofensivos pueden acumularse y afectar drásticamente a varios aspectos de tu vida, incluido el equilibrio armónico entre tu yo interior y tu yo exterior. Hasta cierto punto, también pueden afectar a tu autoconciencia general y sacudir tus valores fundamentales y tu sistema de creencias.
Entonces, ¿cómo se puede mantener el equilibrio entre el yo interior (emocional y espiritual) y el exterior (físico y social)? ¿En qué se diferencian? Aprende más sobre estos dos y cómo se relacionan entre sí, y cómo puedes encontrar una mejor manera de navegar a través de los desafíos en la recuperación de su equilibrio.
Las dos partes del yo
A lo largo del tiempo, los grandes sabios han enseñado que no existe el yo. El yo, tal como lo conocemos, es simplemente una proyección de nuestra mente. Esto puede resultar alucinante, pero esta enseñanza es un hilo de oro que tejen los maestros espirituales, desde Buda hasta Byron Katie. El desasimiento es un concepto difícil de comprender porque debemos experimentar un desasimiento completo de todo lo que vemos y creemos, y este desasimiento es a menudo un proceso largo y tedioso.
Para los que estamos en el largo camino hacia el no-yo, es útil empezar con lo que los filósofos y psicólogos llaman las dos partes del yo. Yo llamo a estas dos partes del yo nuestro yo esencial y nuestro yo social.
El yo esencial
Al nacer, sólo habitamos el mundo de la experiencia directa, el mundo que descubrimos a través de nuestros cinco sentidos. Esta experiencia directa (veo, experimento) es el sistema operativo de nuestro yo esencial. Nuestro yo esencial puede resumirse en una palabra: amor. Somos nosotros los que estamos enamorados del mundo y de nosotros mismos cuando vemos y experimentamos el mundo desde nuestra verdadera naturaleza. No hay filtros. Cuando vivimos desde nuestro yo esencial, estamos presentes en este momento y sentimos un conocimiento encarnado de que somos amados, estamos seguros, somos vistos y estamos conectados.
El yo social
A medida que crecemos, aprendemos a pensar. A medida que crece nuestra capacidad de pensar y razonar, pasamos más tiempo en nuestra mente y pasamos menos tiempo presentes con nuestra experiencia directa. Nuestro yo social nace y sigue creciendo a través del condicionamiento social. Nuestro condicionamiento está influenciado por nuestros cuidadores, nuestros profesores, nuestros amigos, nuestro entorno, nuestras experiencias y cómo reaccionamos a nuestras experiencias y nuestro entorno. A medida que nuestra mente sigue produciendo lenguaje, pensamientos, creencias y emociones, da sentido al mundo que encontramos. Y el significado que hacemos rara vez es preciso.
El pensamiento no es el enemigo; sin embargo, cuando utilizamos el pensamiento para revivir el pasado y preocuparnos por el futuro, nos separamos de nuestro ser esencial. Esta separación crea sufrimiento y conduce a una tensión interior.
Conflicto entre el yo interior y el exterior
Los problemas comienzan cuando el yo interior y el yo exterior están en conflicto o desequilibrados. En sus términos más sencillos, un conflicto entre el yo interior y el exterior se refiere a un desajuste: piensas una cosa, pero haces otra.
Cuanto mayor es el conflicto, mayor es la diferencia entre lo que el yo interior cree que es correcto y lo que el yo exterior hace. Este conflicto acaba provocando un estrés que puede ser perjudicial para la mente, el cuerpo y el espiritual.
A menudo, este conflicto surge debido a que pasas muy poco tiempo considerando tu yo interior. ¿Cuántas veces estás “corriendo en vacío”, luchando por superar las exigencias del día, sin considerar si tus acciones y comportamientos están en línea con tu yo interior?
El conflicto entre los dos yoes puede provocar estrés, lo que le hace más vulnerable a la enfermedad. Su funcionamiento diario también puede verse afectado. Puede que te sientas exitoso por fuera pero vacío por dentro. Cuando esto ocurre, también puedes correr el riesgo de buscar soluciones rápidas para curar tu dolor, como recurrir a las drogas o al alcohol.
Una forma de identificar si estás experimentando un conflicto entre tu interior y tu exterior es identificar las diferencias entre tus verdaderos valores y tus acciones externas.
Tómate un momento y haz una lista de tus valores fundamentales. Pueden ser cosas como creer en el valor de la honestidad, la integridad, la amistad, la ayuda, etc.
Haz una lista de las actividades que realizas cada día y que están en consonancia con cada valor. Algunos ejemplos podrían ser llamar a los amigos para ver cómo están o decir la verdad incluso cuando es difícil.
Busca valores que tengan pequeñas acciones diarias que los apoyen. Aquí es donde encontrarás tu conflicto. Si valoras la amistad, pero te pasas el día solo, eso refleja un conflicto entre tus valores (yo interior) y tus acciones (yo exterior).
El yo exterior
A veces es útil presentar al mundo un yo exterior diferente del que experimentamos en el interior. La mayoría de nosotros sopesamos los pros y los contras de compartir nuestros verdaderos sentimientos en función de lo que esperamos en cada serie de circunstancias.
Nuestro yo exterior es lo que presentamos al mundo, y solemos tratar de cuidarlo para que refleje lo mejor. Sin embargo, los problemas surgen cuando esto se convierte en un patrón habitual a expensas de los verdaderos sentimientos.
El yo exterior suele preocuparse por las cosas materiales, como la forma de presentarse (pelo, ropa, etc.), así como por los grupos a los que se pertenece o los personajes que se representan. El yo externo pasa su tiempo haciendo frente a las exigencias de la escuela, el trabajo, la vida en el hogar y cualquier otra distracción del mundo real que experimente cada día.
Este mundo externo puede ser muy exigente, lo que te deja poco tiempo para considerar si lo que está ocurriendo en el exterior de tu vida coincide con lo que en última instancia deseas en el interior.
El yo interior
A diferencia del yo exterior, el yo interior se refiere a lo que no se puede ver: sentimientos, intuición, valores, creencias, personalidad, pensamientos, emociones, fantasías, espiritualidad, deseo y propósito. Un yo interior fuerte significa que manejas bien tus emociones, eres consciente de ti mismo, tienes claridad y un buen sentido de tus valores y sientes un propósito en la vida. También significa que eres capaz de mantener la calma y la resistencia ante la adversidad del mundo exterior.
Es un programa que consta de 5 módulos, el cual incluye videos, audios y PDF. Cada módulo está diseñado para aplicarlo desde la comodidad del hogar u oficina, con técnicas de auto conocimiento que permiten entender dónde y cómo se grabaron esas emociones que bloquean al ser; con la aplicación de herramientas terapéuticas guiadas se logra obtener, un cambio significativo en esos procesos mentales que impiden avanzar en la vida.
Equilibrar el yo interior y el exterior
Una vez que hayas identificado las áreas problemáticas de tu vida, es el momento de empezar a aquietar tu yo exterior con el objetivo de conectar con tu yo interior. Reduce la velocidad, concéntrate en el momento y escucha tus pensamientos a medida que avanzas en tu día.
Si sigues sintiéndote en conflicto, plantéate si necesitas hacer cambios en tu vida para solucionar estos problemas. Tal vez sea necesario cambiar de trabajo, de relación o de amistades.
Sólo tú sabrás qué cambios concretos pueden ayudarte a alinearte con tu verdadero yo interior. Mientras piensa en los cambios que necesita hacer, puede ser útil hacerse las siguientes preguntas:
- ¿Su vida actual le obliga a reprimir sus valores más profundos?
- ¿Qué es lo que más quieres perseguir en la vida? ¿Coincide esto con lo que estás haciendo?
- ¿Te sentirás bien con las decisiones que estás tomando al final de tu vida?
Vuelve a las lagunas que has identificado en el apartado anterior y empieza por las más grandes. Pregúntate qué cambios tendrás que hacer para alinear tu interior y tu exterior.
Por ejemplo, una persona podría optar por cambiar de carrera o reducir las horas de trabajo para pasar más tiempo con la familia. Otra persona podría cambiar su campo de trabajo para alinearse más con sus valores.
Puede que sólo haya que hacer cambios sencillos, como ir más despacio cada día y tomarse tiempo para hablar y escuchar a los demás, en lugar de tener siempre prisa. A veces, el conflicto entre nuestro yo interior y el exterior no es tan grande y no hace falta abordar tanto.
Si estás luchando con un conflicto entre tu yo interior y exterior, esto también podría reflejar un problema de salud mental subyacente. Si los pasos anteriores no funcionan para conciliar los problemas que tienes, considera la posibilidad de reunirte con tu médico o con un profesional de la salud mental para descubrir el origen de tu conflicto y abordarlo mediante un tratamiento adecuado.
Cómo detectar los conflictos internos y externos del yo
La mejor forma de evaluar el conflicto con uno mismo es dar un paso atrás y detectar las diferencias entre la forma de actuar ante la gente y tus emociones internas y valores fundamentales. Estos son algunos de los factores críticos que deberías analizar:
Tus valores fundamentales
Un adulto medio toma unas 35.000 decisiones al día. ¿Te has preguntado alguna vez qué te motiva o impulsa a elegir una opción en lugar de otra? Por ejemplo, cuando eliges entre mudarte a una nueva ciudad para conseguir un trabajo o quedarte en tu ciudad natal y dejar pasar la oportunidad, ¿qué influiría en tu decisión?
Si lo piensas, la mayoría de las decisiones que tomas en tu vida se reducen a considerar tus valores fundamentales. En gran medida, tus valores fundamentales y tus sistemas de creencias te guían a la hora de vivir tu vida. Te permiten tomar decisiones inteligentes y bien informadas.
Las oportunidades en las que no aplicas tus valores
¿Puedes contar las veces que has fallado en la aplicación de tus sistemas de creencias y valores fundamentales? A veces, las personas están tan ocupadas en complacer a los demás que se olvidan de lo que realmente les importa. Por ejemplo, ¿dices que valoras mucho las amistades, pero prefieres estar solo todo el tiempo? ¿Aprecias la honestidad, pero acabas diciendo una mentira para conseguir el trabajo de tus sueños?
Haz una lista de todas las posibles actividades o eventos en los que hayas tenido que hacer ciertos compromisos. A partir de ahí, puedes evaluar los pasos que debes dar para solucionar el problema y hacerlo mejor.
Reducir la brecha entre el yo exterior y el interior
No es ningún secreto que resolver los conflictos entre el yo interior y el exterior no es fácil. Tampoco ocurre de la noche a la mañana. Sin embargo, cuanto antes te des cuenta de que tienes un problema y localices las causas del choque, mejor podrás afrontarlo. Concéntrese en realinear sus objetivos con sus sistemas de creencias. Presta mucha atención a lo que dicen tus pensamientos internos y tenlos en cuenta siempre que tomes una decisión.
Si el problema persiste, o si sigues sintiéndote molesto por dentro, puede que sea el momento de emprender una transformación personal destructiva. Podría incluir el cambio de carrera, la alteración de sus sistemas de creencias o incluso la ruptura de una relación.
Te recomendamos que des un paso atrás. Y lo que es más importante, deberías pensar en tus respuestas a las siguientes preguntas antes de tomar una decisión:
- ¿Sus opciones actuales en la vida le impiden estar a la altura de sus valores y creencias?
- ¿Estás cerca de tus objetivos en la vida y has dado los pasos necesarios para avanzar? Si no es así, ¿cómo puedes hacerlo mejor?
- ¿Cuáles son los pros y los contras de cada opción?
- ¿Qué esperas de tu decisión de cambio de vida y cómo piensas afrontarla?
Es mejor trabajar en las preocupaciones más graves y pasar a los problemas menores. De este modo, tendrás una mejor visión de lo que necesitas para trabajar en ti mismo. También te permite planificar cómo puedes llenar las lagunas y evitar otro conflicto interno.