No es raro escuchar las alabanzas a cocinar nuestras propias comidas. Muchos aplauden esta práctica porque puede ahorrar dinero, mejorar nuestra salud y profundizar en nuestras habilidades culinarias. Sin embargo, a pesar de estos beneficios, muchos pueden encontrar que cocinar es aburrido.

Esto es comprensible, ya que cocinar conlleva viajes desalentadores a la tienda de comestibles, platos sucios en abundancia, la posibilidad de activar la alarma de humo de su casa, y un plato incomible aquí o allá. Por estas razones, la cocina puede ser una afición dividida: a algunos nos encanta y otros la odiamos.

Independientemente del bando en el que se sitúe, se ha demostrado clínicamente que cocinar favorece nuestra salud mental. Si le parece una noticia inesperada, no se conforme con nuestra palabra. Siga leyendo para conocer las diferentes formas en que la preparación de sus comidas puede aumentar su bienestar mental, además de algunas ideas para empezar.

El placer de compartir una comida casera

La comida une a la gente y cocinar en casa es una forma estupenda de unir a la familia en torno a la mesa. A todo el mundo le gusta una comida casera, incluso a los adolescentes malhumorados o a los más quisquillosos. Y si vives solo, eso no significa que tengas que cocinar o comer solo. Compartir las comidas con otras personas es una forma estupenda de ampliar tu red social. Además, recibir comentarios de agradecimiento por una comida que hayas preparado para alguien puede suponer una auténtica inyección de autoestima.

Haz que la hora de la comida sea una experiencia social. El simple hecho de hablar con un amigo o con un ser querido en la mesa puede contribuir en gran medida a aliviar el estrés y a mejorar el estado de ánimo. Reúna a la familia y póngase al día de la vida cotidiana de los demás. Si vive solo, invite a un amigo, a un compañero de trabajo o a un vecino.

Apague las pantallas. Deja de ver la televisión, apaga el teléfono y evita otras distracciones para tener una oportunidad real de conectar con la persona con la que compartes la comida. Al evitar las pantallas y comer con otros, también ayudarás a evitar comer en exceso sin sentido.

Cocine con otros. Invita a tu pareja, a tu compañero de piso o a un amigo a compartir las responsabilidades de la compra y la cocina: uno prepara el plato principal y el otro el postre, por ejemplo. Cocinar con otras personas puede ser una forma divertida de profundizar en las relaciones y dividir los costes puede resultar más barato para ambos.

Cocinar favorece una dieta que estimula el cerebro

¿Sabías que ciertos alimentos pueden potenciar tu funcionamiento cognitivo? Un estudio realizado en el 2014 ilustró una conexión entre la mala salud mental y las dietas poco saludables.

Dieta mediterránea

Por el contrario, una dieta equilibrada y sin alimentos procesados puede tener un impacto positivo en tu memoria y favorecer el correcto funcionamiento de los neurotransmisores. Un ejemplo de opciones alimentarias que pueden potenciar estos beneficios para la salud mental es la dieta mediterránea. Esta dieta se centra en grasas saludables como el aceite de oliva, muchas frutas y verduras, cereales integrales, pescado y un mínimo de carne roja.

Es esencial reconocer que el término dieta poco saludable puede estar cargado de mucho estigma y a menudo niega los factores que conducen a la elección de alimentos poco saludables, incluyendo la falta de acceso y la pobreza.

Si considera que los alimentos integrales frescos son inaccesibles para usted, considere la posibilidad de acudir a su organización local de Agricultura Apoyada por la Comunidad (CSA). Se trata de una opción que ofrece frutas y verduras frescas semanalmente y que suele ser más asequible que los mercados de agricultores y las tiendas de comestibles.

Además, algunas ofrecen cajas de fruta y verdura a bajo coste para ayudar a los miembros de la comunidad con dificultades económicas. Llámales para ver cuáles son tus opciones de ayuda.

Dieta mediterranea

Cocinar aumenta la conexión social

¿Con qué frecuencia una receta rinde sólo una porción? Es bastante raro. La comida está pensada para ser compartida, y cocinar ofrece una excusa fácil para crear comunidad. Puede ser tan sencillo como ir al mercado agrícola y charlar con algunos de los vendedores para obtener ideas de recetas.

También puedes pedirle a un amigo que experimente en la cocina o invitar a algunos seres queridos a compartir el pan. Sea cual sea tu elección, hay muchas vías de interacción social cuando se trata de comida.

La socialización vinculada a la cocina está fundamentada en investigaciones recientes. Un estudio de 2017 publicado en el Health Education & Behavior Journal cita la cocina como una gran intervención utilizada en entornos terapéuticos y de rehabilitación.1 Si no estás seguro de por dónde empezar, echa un vistazo a algunos tutoriales de YouTube y ponte a experimentar.

Cocinar aumenta la autoestima

Cuando nuestra salud mental se resiente, no es raro que se resienta la forma en que nos sentimos con nosotros mismos. Si pensamos que nuestro cerebro no está funcionando correctamente, ese pensamiento suele convertirse en una bola de nieve que nos hace creer que no somos capaces de hacer nada correctamente.

Si logras hacer una receta que has estado esperando perfeccionar, tu autoestima puede aumentar considerablemente. Incluso si se trata de algo tan sencillo como un plato de pasta de tres ingredientes (fideos, mantequilla, parmesano… ¡voilá!), está clínicamente demostrado que cocinar aumenta considerablemente la confianza en uno mismo. Esto se debe a que la sensación de crear algo tangible que otros pueden disfrutar puede ser muy gratificante.

Cocinar puede ayudarte a crear una rutina

La rutina es tan beneficiosa para nuestro cerebro que se ha creado una forma de psicoterapia en torno a ella. La terapia del ritmo interpersonal y social (IPSRT) es una forma de psicoterapia que se utiliza con mayor frecuencia con quienes padecen el trastorno bipolar.

Esta terapia reconoce cómo los acontecimientos estresantes de la vida y los cambios en la rutina diaria pueden desencadenar problemas de salud mental; en el caso del trastorno bipolar, pueden contribuir a la aparición de un episodio depresivo o maníaco.

Este tipo de terapia enseña a la gente a crear un horario para acostarse, levantarse y comer, entre otras actividades diarias. Al seguir una rutina, nuestro ritmo circadiano puede equilibrarse.

El ritmo circadiano es el reloj interno de nuestro cuerpo que regula el cortisol, una hormona del estrés, y la melatonina, la hormona que controla nuestro ciclo de sueño y vigilia. Cocinar puede convertirse en un pilar de tu rutina, contribuyendo así a aumentar tu bienestar general.

Cocinar amplía la creatividad

Un estudio reciente afirma que la incorporación de actividades creativas en la vida diaria puede mejorar significativamente el estado de ánimo y el bienestar general.

Otro estudio califica la cocina como una actividad creativa, llegando a destacar las conexiones entre la cocina y la mejora del estado de ánimo. Así que no podemos negar la ciencia: ponerse el gorro de cocinero y explorar con valentía su cocina puede llevarle a sentirse mejor que nunca.

“NO MÁS ESTRÉS” Es un libro digital disponible en PDF, en el cual se explica algunas maneras de disminuir o eliminar el estrés y la ansiedad.

No queremos presentarnos como profesionales médicos. Todo lo que queremos hacer es brindar algunas herramientas para implementar en tu vida para ayudarte a enfrentar mejor esas cosas que nos abruman y nos hacen sentir fuera de control.

Los consejos para el manejo del estrés son métodos simples y rentables para controlar el estrés de manera efectiva. Se pueden practicar en cualquier lugar y en cualquier momento.

Cómo empezar

Llegados a este punto, es posible que esté de acuerdo con la idea de cocinar para mejorar su salud mental, pero puede que no tenga ni idea de por dónde empezar. He aquí algunas ideas:

Reflexione sobre cuáles son algunos de sus alimentos favoritos para disfrutar. Tal vez le guste la comida que le resulte extremadamente intimidante para intentar cocinarla usted mismo, como el sushi o el filet mignon. No pasa nada: puedes utilizarla como idea de los sabores que te pueden gustar. Por ejemplo, puedes probar a hornear salmón en tu horno o hacer una simple hamburguesa en una sartén.

Piensa en una clase de cocina. Es probable que esté rodeado de otras personas que también están ganando confianza en la cocina, lo que puede ayudar a que la experiencia sea mucho menos estresante. Si te pone nerviosa ir sola, pide a un amigo que te acompañe.

Acude a tu círculo más cercano. Pedir a un ser querido que te enseñe algunos consejos y trucos para preparar tus comidas puede ser una forma cómoda de empezar. Además, ofrece una interacción social que puede servir de gran consuelo en momentos difíciles.

Independientemente de cómo decida empezar, no deje que el miedo o la falta de confianza le intimiden. Todo el mundo empieza por algún sitio y los beneficios de la cocina para la salud mental son una buena razón para empezar.

Superar los obstáculos para cocinar en casa

A pesar de todas las ventajas, muchos de nosotros seguimos pensando que preparar las comidas es una tarea, algo para lo que no tenemos tiempo, o algo que sólo es apto para cocineros experimentados. ¿Quizás has intentado cocinar antes y no te ha gustado el resultado final, o quizás tus hijos prefieren la comida para llevar?

Superar los obstáculos para cocinar en casa suele empezar por cambiar la forma de ver la preparación de las comidas o el tiempo que se pasa en la cocina. Algunas de las razones más comunes por las que no cocinamos en casa, y qué hacer al respecto, son

1 obstáculo: “No tengo tiempo para cocinar”

Claro, comprar, cortar los ingredientes, cocinar y limpiar después puede llevar mucho tiempo. Pero hay muchas maneras de acelerar las cosas:

  • Compra por Internet y pide que te envíen todos los ingredientes a la puerta de tu casa.
  • Haz que tu familia participe. Intercambia las tareas de compra y limpieza con tu cónyuge o con un compañero de piso.
  • Haz parte de la preparación con antelación. Por ejemplo, corta las verduras durante el fin de semana, cuando estás menos presionado, para reducir el tiempo de cocción final.
  • Utiliza ingredientes frescos. Las ensaladas y las recetas de comida cruda pueden tardar sólo unos minutos en prepararse.

Considere la preparación de las comidas como una experiencia agradable y relajante en lugar de como una tarea: no le parecerá que le lleve tanto tiempo.

2 obstáculo: “Es más barato comer comida rápida”

A primera vista, puede parecer que comer en un restaurante de comida rápida es más barato que hacer una comida casera. Pero eso no suele ser así. Un estudio de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Washington reveló que las personas que cocinan en casa tienden a tener dietas más saludables en general, sin que el gasto en alimentos sea mayor. Otro estudio descubrió que los que cocinan en casa con frecuencia gastan unos 60 dólares menos al mes en comida que los que comen fuera más a menudo.

3 obstáculo: “Estoy demasiado cansado para cocinar al final de un día ajetreado”

  • Crear comidas saludables no tiene por qué suponer una gran inversión de esfuerzo.
  • Si cargas una olla de cocción lenta con carne y verduras por la mañana, llegarás a casa con una comida bien caliente por la noche, con una preparación mínima y poca limpieza.
  • Haz comidas a granel y congela las sobras en porciones individuales para comerlas cuando no tengas tiempo o energía para cocinar.

Si cocinas tu proteína principal una vez a la semana, como un pollo asado o pechugas de pavo cocinadas a fuego lento, puedes utilizar la carne para crear comidas rápidas y fáciles durante la semana, como sopa, ensaladas, sándwiches, burritos o platos de pasta.

4 obstáculo: “No sé cocinar”

  • Si te intimida la perspectiva de preparar una comida casera, es importante recordar que cocinar no es una ciencia exacta.
  • Por lo general, no hay ningún problema en omitir un ingrediente o sustituir una cosa por otra.
  • Busca en Internet o compra un libro de cocina básico para obtener ideas de recetas sencillas.

Como ocurre con todo, cuanto más cocines, mejor lo harás. Incluso si eres un completo novato en la cocina, pronto dominarás algunas comidas rápidas y saludables.

5 obstáculo: “Aunque cocine una comida sana en casa, no consigo que mi familia se la coma”

  • Con el tiempo, puedes destetar a tu familia (y a ti mismo) del sabor de la comida para llevar y de la comida envasada.
  • Empieza con poco, cocinando sólo una o dos veces a la semana para dar a las papilas gustativas de todos la oportunidad de adaptarse.
  • A los niños pequeños les encanta cocinar y les divierte comer lo que han ayudado a preparar.

El impulso infantil de imitar es muy fuerte, así que cuanto más te vean comer alimentos saludables, más probable será que te sigan.

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