El TDAH y la ira pueden estar relacionados, y algunos niños con TDAH experimentan frecuentes arrebatos de ira. Los adultos con TDAH también pueden experimentar ira e irritabilidad. Aunque son comunes, estas emociones intensas afectan el comportamiento, impactan las relaciones y tensan la vida familiar.
Comprender las causas de la ira y la frustración con el TDAH, junto con algunas estrategias para controlar estas emociones intensas, puede ayudar a evitar que estos breves estallidos de ira provoquen daños a largo plazo.
El vínculo entre el TDAH y la ira
Los niños y adultos con TDAH a menudo experimentan emociones con mayor intensidad que sus compañeros sin TDAH. Esto se conoce como desregulación emocional o poca capacidad para controlar las respuestas emocionales o mantenerlas dentro de un rango aceptable de reacciones emocionales típicas. Puede caracterizarse por:
- Irritabilidad persistente.
- Aumento de la impaciencia, especialmente cuando se está estresado.
- Reacciones exageradas en respuesta a factores estresantes menores.
- Emociones intensas.
- Estallidos de ira explosiva.
- Dificultad para expresar la ira con palabras.
Las investigaciones sugieren que la desregulación emocional es común en las personas con TDAH. Aproximadamente el 70 % de las personas con TDAH en la edad adulta experimentan desregulación, aunque las experiencias individuales pueden variar.
En los niños, las afecciones comórbidas como la agresión impulsiva y el trastorno negativista desafiante (ODD), así como los efectos secundarios de los medicamentos, pueden hacer que sea más probable que su hijo se sienta de mal humor, agresivo, impaciente y enojado.
A continuación, se presentan algunas de las razones más comunes por las que los niños y adultos con TDAH pueden presentar arrebatos de ira:
Impulsividad
La impulsividad es un síntoma del TDAH que a menudo es causado por una incapacidad para concentrarse y controlar las conductas. La naturaleza impulsiva del TDAH significa que si alguien se siente enojado, lo comunica de inmediato. Esto suele ser más evidente en los niños, ya que aún no han desarrollado las estrategias que desarrollan los adultos con TDAH.
Más del 50 % de los preadolescentes con TDAH experimentan agresividad impulsiva,1 que también se conoce como agresividad afectiva y se caracteriza por emociones fuertes e imprevistas, generalmente ira, que suelen surgir en el calor del momento.
Cambios de humor y trastornos del estado de ánimo
Cuando se padece TDAH, el estado de ánimo cambia muy rápidamente a lo largo del día. Puede haber muchos episodios de felicidad, tristeza y frustración, todo en una tarde.
Además, las personas con TDAH experimentan altas tasas de trastornos del estado de ánimo comórbidos que pueden causar irritabilidad y alimentar cambios de humor y arrebatos de ira, entre ellos:
- Trastornos de ansiedad.
- Trastorno bipolar.
- Depresión.
- Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo.
En los adultos con TDAH, las afecciones comórbidas más comunes incluyen trastornos del estado de ánimo, ansiedad, consumo de sustancias y personalidad.
Frustración
La frustración es una emoción que surge de los desafíos que se interponen en el camino de las metas. La capacidad de lidiar con la frustración se conoce como tolerancia a la frustración. Una baja tolerancia a la frustración puede significar que las personas con TDAH se sientan frustradas rápidamente, y esto puede resultar rápidamente en arrebatos de ira.
Baja autoestima
Es común que los niños y adultos con TDAH experimenten una baja autoestima. Cuando son niños, los síntomas del TDAH pueden dificultarles el logro académico. También les dificulta hacer y mantener amistades, lo que genera una sensación de aislamiento y una baja autoestima que puede persistir hasta la edad adulta.
La baja autoestima y la sensación de ansiedad por una situación que no pueden controlar también pueden generar sentimientos de ira.
Factores desencadenantes
Los factores desencadenantes varían de una persona a otra. Puede resultar útil llevar un registro de los factores desencadenantes de la ira, ya que esto le permite investigar por qué algo desencadena su ira y controlar mejor la reacción. Algunos factores desencadenantes comunes de la ira relacionada con el TDAH incluyen:
- Frustración e impaciencia, como cuando una persona tiene que esperar en espera o en una fila.
- Comportamiento impulsivo, como cuando una persona siente ira momentáneamente y reacciona exageradamente.
- Problemas de memoria y atención, que pueden hacer que una persona se concentre en una emoción pasajera, dándole demasiado poder.
- Problemas sociales y de relación, especialmente sentimientos de rechazo o desaprobación.
- Consecuencias de problemas de planificación y fechas límite incumplidas, como no entregar un proyecto de trabajo o meterse en problemas por no cumplir con una fecha límite.
- Baja autoestima.
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Efectos secundarios de los medicamentos
En los niños, no es raro que experimenten un período difícil cuando se les está pasando el efecto de los medicamentos estimulantes, lo que resulta en un aumento de las crisis y las rabietas. Esto se conoce como efecto rebote de la medicación y es el resultado de la velocidad a la que su hijo en particular metaboliza la medicación.
Informe a su médico si su hijo está experimentando un efecto rebote de la medicación. Dado que tiende a ocurrir con mayor frecuencia con estimulantes de acción más corta que pueden salir del organismo de su hijo rápidamente, su médico puede agregar una dosis muy pequeña de medicamento de liberación inmediata aproximadamente una hora antes de que ocurra este efecto de rebote para que la transición al dejar el medicamento sea más suave.
Un estudio doble ciego descubrió que los niños que tomaban estimulantes tenían una reducción de la irritabilidad y las rabietas después de recibir el antidepresivo Celexa (citalopram).
Exceso de energía
El exceso de energía, o hiperactividad, puede presentarse como hiperactividad física y verbal. La energía y la inquietud que acompañan al TDAH pueden ser demasiado para manejar a veces hasta que finalmente se desbordan en palabras de enojo o reacciones físicas.
Trastorno negativista desafiante
Aproximadamente un tercio de todos los niños con TDAH también tienen trastorno negativista desafiante. Los niños con TND muestran conductas desafiantes y hostiles hacia las figuras de autoridad.
A menudo pierden los estribos, discuten con los adultos con frecuencia, desafían activamente las reglas, culpan a los demás, molestan deliberadamente a los demás, son susceptibles, se enojan fácilmente y se comportan de manera enojada y resentida en general.
Obviamente, algunas conductas negativistas son esperables en los niños, y el TND solo se diagnostica si el patrón de conducta es significativamente más intenso y frecuente en comparación con otros niños de la misma edad. Si cree que su hijo puede tener TND, programe una cita con su pediatra.
Cómo ayudar a su hijo
Como padre, puede ser difícil ver a su hijo perder el control. Si bien no puede hacer que la ira desaparezca, puede ayudar a su hijo a manejar mejor estas emociones intensas. Aquí hay algunos consejos que pueden ayudarlo.
Trabaje con el médico de su hijo
Trabajar en estrecha colaboración con el médico de su hijo es fundamental para controlar la ira de su hijo. Pueden recetar medicamentos adecuados y recomendar terapia, adaptaciones especiales, habilidades sociales y cambios en el estilo de vida.
Mantenga informado al médico de su hijo sobre los efectos secundarios de los medicamentos y sobre lo que funciona y lo que no para ayudar a controlar la ira de su hijo.
Fomente el ejercicio
Si la ira es un problema para su hijo, asegúrese de proporcionarle salidas adecuadas. El juego y el ejercicio extenuantes al aire libre pueden ser liberaciones muy poderosas para los niños con TDAH.
Correr, saltar, saltar a la comba, trepar: estas actividades físicas básicas ayudarán a liberar parte de la tensión, la inquietud y la energía adicional que suelen acompañar al TDAH. Asegúrese de que su hijo participe en este tipo de juego a diario.
Pruebe las artes marciales
Considere inscribir a su hijo en una clase de artes marciales. Las artes marciales son una excelente opción de ejercicio para un niño con TDAH. Ayudan a desarrollar la autodisciplina y el autocontrol, lo que a su vez ayuda con la impulsividad. También mejoran la autoestima y son una forma maravillosa de liberar energía.
Ayude a su hijo a expresar emociones
Anime a su hijo a “usar sus palabras” en lugar de actuar agresivamente. Al principio, esto puede resultarles difícil porque es una habilidad nueva.
Sin embargo, con práctica y un poco de ayuda de tu parte, se volverá más fácil. Poder expresar cómo se sienten reduce su necesidad de expresarse a través del enojo. Por ejemplo, “Jimmy se llevó mi auto rojo y me siento enojado”.
Observe los patrones
Puede haber momentos específicos del día en los que el enojo de su hijo parezca alcanzar su punto máximo. Si toma nota de los patrones, podrá estar mejor preparado para manejar estos arrebatos. Por ejemplo, puede notar que su enojo es más intenso en estos momentos:
- Después de la escuela, cuando su hijo puede bajar la guardia y liberar sentimientos reprimidos.
- Cuando tiene hambre o está cansado.
- Cuando siente frustración con una tarea.
- Cuando se le está pasando el efecto de la medicación para el TDAH.
Limite el tiempo frente a la pantalla
Supervise los programas que su hijo mira en la televisión o en la computadora. Gran parte de los medios de comunicación en la televisión, películas, videojuegos, etc. son violentos, agresivos e inapropiados.
Los niños con problemas de control de impulsos pueden verse más fácilmente influenciados por las reacciones agresivas que ven. Establezca reglas en torno a estos programas y explíquele a su hijo por qué mirar estos programas (o jugar estos videojuegos) es inapropiado.
Establezca reglas claras y consistentes
Asegúrese de tener reglas claras en la casa sobre el comportamiento. Cuando su hijo esté tranquilo y pueda hablar, siéntense y piensen las reglas juntos. Hable sobre las expectativas y las consecuencias de las conductas, incluido un sistema de recompensas. Luego, una vez que estén establecidas, cúmplalas.
No cambie las reglas ni cree nuevas consecuencias en medio de un arrebato. Sea realista: “Si eso sucede, entonces esta es la consecuencia”. Los límites firmes son útiles para ambos. Si su hijo está trabajando con un terapeuta o consejero, puede pedirle recomendaciones sobre estrategias de disciplina que funcionen bien para los niños con TDAH.
Encontrar apoyo para el TDAH y la ira
Es común experimentar arrebatos de ira con TDAH. Puede estar relacionado con los diversos síntomas que experimenta relacionados con su afección o un efecto secundario de la medicación que está tomando.
Cualquiera sea el motivo de la ira por TDAH, el diagnóstico y el tratamiento tempranos son fundamentales para aprender a controlar lo que de otro modo podría ser un factor muy destructivo en su vida. Obtener apoyo para aprender a controlar su ira puede ayudar a garantizar un resultado positivo. Si está buscando apoyo profesional en salud mental para ayudarlo a manejar la ira por TDAH.
Cómo manejar la ira como adulto con TDAH
Si tiene TDAH en la edad adulta y experimenta sentimientos de ira frecuentes, existen estrategias que pueden ayudarlo a sobrellevarlo.
Ejercicio
Mantenerse físicamente activo tiene una serie de beneficios para las personas con TDAH, que incluyen mejorar el estado de ánimo, reducir la impulsividad y aumentar la atención. También puede ayudar a reducir los sentimientos de hostilidad, lo que puede ayudarle a controlar mejor los sentimientos de ira.
Considere la medicación
Los medicamentos estimulantes pueden ser útiles para reducir los síntomas de irritabilidad.
Mejore la autorregulación
Trabaje en el desarrollo de habilidades de autorregulación para encontrar nuevas formas de controlar los sentimientos de frustración.
Practique la atención plena
La atención plena puede ayudarle a ser más consciente de sus emociones en el momento presente, lo que puede ayudarle a regular sus sentimientos de forma más eficaz.
En conclusión
No es raro que los niños o adultos con TDAH pierdan el control de sus emociones y luchen contra la ira. Supongamos que su hijo tiene arrebatos de ira, especialmente si estas emociones intensas interfieren en sus relaciones, educación y calidad de vida. En ese caso, es esencial enseñarle las habilidades que necesita para lidiar con sus sentimientos de forma saludable. Como adulto, también hay estrategias que puede utilizar para afrontar mejor la situación y evitar que los sentimientos de ira interfieran en su vida y sus relaciones.