Las expectativas son lo que creemos que va a ocurrir, mientras que la realidad es lo que realmente ocurre. Aunque esperamos que ambas coincidan, a menudo no es así. Esta disparidad entre las expectativas y la realidad puede conducir a menudo a sentimientos de descontento e infelicidad.
Este artículo explora cómo las expectativas pueden conducir a sentimientos de decepción cuando la realidad no está a la altura. También trata algunas de las estrategias que puedes utilizar para gestionar tus expectativas.

¿Qué son las expectativas?

Las expectativas se refieren a las creencias que se tienen sobre los resultados de los acontecimientos. Aunque estas expectativas pueden desempeñar un papel importante a la hora de determinar lo que ocurre y pueden contribuir a un comportamiento orientado a la consecución de objetivos, también pueden llevar a la decepción cuando la realidad no se ajusta a lo que usted esperaba que ocurriera.

Algunos de los signos más comunes de que puede tener expectativas son:

  • Anticipar un resultado determinado.
  • Tener una visión en su mente de cómo se desarrollarán las cosas.
  • Tener una idea fija de lo que quiere o necesita de una situación.

Cuando las expectativas no se cumplen, pueden producirse sentimientos de decepción, frustración e incluso enfado.
En algunos casos, las personas pueden estar tan apegadas a sus expectativas que son incapaces de ver la realidad de una situación. Esto puede impedirles actuar o tomar decisiones que les beneficien.

Las investigaciones demuestran que las personas son sorprendentemente ineptas para predecir cómo se sentirán en diversas situaciones. Por ejemplo, un estudio reveló que las parejas de recién casados tendían a estimar que sus niveles de felicidad aumentarían (o al menos se mantendrían igual) durante los cuatro años posteriores al matrimonio. En realidad, sus niveles de felicidad tendían a disminuir durante ese periodo.

La trampa de las expectativas frente a la realidad

La novela de Charles Dickens “Grandes esperanzas” expone el problema de las expectativas. El personaje principal, Pip, hereda dinero de un benefactor secreto. Considera esta fortuna como un trampolín para casarse con la chica de sus sueños.
Cuando finalmente se entera de que el dinero no formaba necesariamente parte de ese plan mayor, se da cuenta de que había dado por sentadas muchas relaciones y regalos importantes en su vida. Sus expectativas le habían impedido apreciar plenamente su realidad.

La investigación

Diversos estudios han demostrado que las personas suelen olvidarse de apreciar lo que ya poseen mientras sueñan con un panorama más amplio.
Se realizó un estudio en el que se recordó a un grupo de personas la riqueza y se les dio chocolate. Se observó que no podían disfrutar de su chocolate tanto como debían, ya que la imaginación de la riqueza y otras posibilidades corría por sus mentes.

Mientras que al otro grupo no se le recordaron las grandes expectativas de la vida, sino sólo el chocolate (las cosas que están disfrutando en el presente). En este estudio se observó una brecha muy pequeña entre los ejemplos de expectativas y la realidad, que está respaldada por los pensamientos de nuestra mente.

El estrés de las expectativas frente a la realidad

Nuestras expectativas son grandes hasta cierto punto cuando las mantenemos limitadas en una situación determinada. Por ejemplo, una madre que espera que su hijo se parezca a un bebé de Instagram, una esposa que desea ver a su marido como una estrella de cine de acción o el trabajo que se espera que pague tanto como Suits de Netflix. Sin embargo, si alguna de estas expectativas no se acerca a la realidad, se convierte en una causa de estrés.
El estrés de las expectativas ha aumentado incluso en el mundo de las redes sociales, según sugieren los estudios. Este estrés puede ser tan intenso que aparezcan signos como:

  • Dolor de cabeza.
  • Insomnio.
  • Dolor en el pecho.
  • Vómitos.
  • Traumatismo emocional.

Una comparación desigual entre las expectativas y la realidad con ejemplos

Expectativas

  • Mi carrera me dará una satisfacción personal completa.
  • Mi marido o esposa responderá de una manera determinada y sólo me hará feliz.
  • Mi casa se instalará cerca del mar o bajo la montaña.
  • Me jubilaré después de los 65 años y viviré tranquilamente en una comunidad de ancianos.
  • Mis hijos o nietos me visitarán cada Navidad y hornearán galletas juntos.

La realidad

  • No estoy muy contento con mi trabajo y puede que tenga que cambiarlo según las condiciones laborales.
  • El marido y la mujer tienen personalidades diferentes y es posible que no se entiendan del todo.
  • Es posible que uno de ellos no pueda vivir hasta los 65 años o que tenga que luchar contra enfermedades como el cáncer, las discapacidades u otros problemas de salud mental.
  • Los niños pueden o no visitarnos en Navidad debido a una pandemia de coronavirus o a la cancelación de vuelos en el último momento.
  • Mi casa no está ni cerca del mar ni en las faldas de una montaña, pero dondequiera que esté, es un paraíso para mí.

Una comparacion desigual entre las expectativas y la realidad con ejemplos

Las expectativas pueden reducir la gratitud

Cuando sus expectativas superan la realidad, a menudo significa que no aprecia lo que tiene. Por el contrario, es posible que espere más o que compare lo que tiene con lo que podría tener.
Por ejemplo, un estudio descubrió que los participantes que fueron expuestos a un recordatorio subliminal de riqueza pasaron menos tiempo saboreando una barra de chocolate y mostraron menos disfrute de la experiencia que otros sujetos a los que no se les recordó la riqueza.
La gratitud consiste en apreciar lo que se tiene en lugar de lamentar lo que no se tiene. La investigación ha descubierto que practicar la gratitud y trabajar activamente para saborear el momento puede tener un efecto positivo en el bienestar subjetivo y la felicidad.

Las expectativas pueden no ser realistas

Por último, tus expectativas pueden sacar lo mejor de ti cuando esperas más de lo que es realista en una situación determinada. Puede que esperes que tu pareja esté a la altura de lo que ves en las películas románticas, que tu trabajo sea una versión idealizada con la que soñabas de niño o incluso que tu vida se ajuste a lo que ves en Instagram.
Las expectativas pueden crear un estrés importante cuando no coinciden con la realidad. Además, considera cómo las redes sociales pueden contribuir en gran medida a esto. Comparas nuestros peores momentos (los que no se consideran compartibles en línea) con los mejores momentos de los demás, que muy a menudo se filtran para parecer perfectos.
Puede que ni siquiera te des cuenta de esta comparación errónea. Esto puede ser parte de la razón por la que quienes pasan más tiempo en las redes sociales tienden a ser menos felices.
Cómo gestionar las expectativas
Aprender a gestionar tus expectativas puede ser útil cuando intentas evitar la trampa de las expectativas frente a la realidad. Es importante analizar en profundidad cómo se comparan tus expectativas con la realidad (y cómo se ve afectado tu estado de ánimo por ello).

Toma conciencia de tus expectativas

Empieza por evaluar tus expectativas en una situación. Si quieres salir de la trampa de las expectativas frente a la realidad, todo se reduce a la toma de conciencia. Ser consciente de lo que esperas es un buen comienzo. Tomar conciencia de lo que “deberías” esperar también es una buena idea.
Cuando te enfrentes a una nueva situación, pregúntate qué esperas que ocurra.
Pregúntate si tus expectativas deberían ser así. ¿De dónde vienen esas expectativas y son realistas?
Cuando te sientas decepcionado, intenta pensar si era realista esperar lo que esperabas. (Si es así, haz un plan para conseguir lo que quieres la próxima vez. Si no, piensa en cómo podrías gestionar tus expectativas).

Practica la gratitud

Cuando veas que lo que ocurre no es lo que esperabas, busca activamente lo positivo de lo que tienes. Puede que descubra que, una vez superada la decepción, tiene algo que no se había dado cuenta de que quería inicialmente. Esto te ayuda a apreciar más lo que tienes.
Dedica unos momentos al día a pensar en algo por lo que estés agradecido. O considera la posibilidad de escribir en un diario de gratitud.

No hagas comparaciones

Cuando veas las publicaciones de otros en las redes sociales y decidas que quieres lo que ves, recuérdate que puede que no sea la realidad. Está muy bien saber en qué dirección quieres que vayan las cosas, pero no olvides que lo que ves no es necesariamente lo que otros están viviendo en realidad.

Considera lo que realmente te hace feliz

Puede que estés sobrestimando lo feliz que serás cuando tengas lo que crees que quieres. Por ejemplo, si trabajas en un empleo que odias para ahorrar lo suficiente para comprar un coche caro o ropa bonita, puede que tu felicidad no sea muy duradera.
Saborea de verdad lo que tienes. Está bien querer más, pero puedes disfrutar mucho más de la vida si aprecias lo que ya tienes. Saborear lo que tienes es una gran manera de ampliar la alegría que experimentas en la vida.

Practica la aceptación emocional

No te castigues por sentirte decepcionado. En lugar de intentar negar o reprimir emociones negativas como la decepción o los celos, trabaja para aceptar estas emociones tal y como son.
Sin embargo, intenta compararte con otros que tienen menos, no más. O mejor aún, intenta no compararte con los demás en general. La única persona con la que deberías competir eres tú.
En última instancia, esforzarse por conseguir más puede llevarte a trabajar al máximo y a dar lo mejor de ti. Al mismo tiempo, también puede robarte la alegría, especialmente cuando esperas que las cosas lleguen más fácilmente de lo que lo hacen o de una manera diferente. Ser más consciente de tus expectativas y de cómo éstas cambian tus sentimientos hacia tu propia realidad puede liberarte de la decepción y el estrés que provocan las expectativas poco realistas.

Las expectativas son inherentes al ser humano y con ellas las decepciones. expectativas sobre ti, expectativas sobre los demás, expectativas sobre la vida… nos pasamos el día creando expectativas. Descubre de donde vienen nuestras expectativas y cómo aprender a gestionarlas.

¿Cómo cerrar la brecha entre las expectativas y la realidad?

Conciencia: Como entendemos que nuestro estado de ánimo se ve directamente afectado por nuestras expectativas mentales, unas cuantas preguntas de concienciación pueden ayudarle a mantener un límite saludable en su interior. Por ejemplo, si estás entrando en una nueva relación, pregúntate:

¿Qué esperas de esta relación?

¿Son realistas tus expectativas? Si no lo son, ¿de dónde y cómo han surgido?
Incluso si te sientes decepcionado, vuelve a la realidad e intenta gestionar tus expectativas de acuerdo con la voluntad real.

Deja la comparación

Normalmente, las redes sociales o la PDA de tus amigos te hacen sentir que estás en un estado incómodo sin ropa, relaciones o planes de viaje similares. Recuerda que nunca se conoce la realidad detrás de cualquier ser humano. Así que comparar tu vida con cualquier otra persona sólo podría aumentar la brecha entre tu vida real y la imaginaria.

Gestión de las expectativas

Esto es realmente importante. En realidad, es tu conciencia la que te ayuda a gestionar tus expectativas. No estamos diciendo que no debas esperar nada porque, después de todo, ¡no es tan fácil! Sin embargo, ser consciente de lo que “deberías” esperar es una mejor idea.
Es posible que a lo largo de este proceso de gestión te encuentres con decepciones entre las expectativas y la realidad, pero una vez que lo superas, se aclara la imagen de lo que querías y de lo que tienes. Así, apreciarás más lo que ya tienes.
Recuérdate a ti mismo la realidad en lugar de estimar tu nivel de felicidad con los demás. Lo que tú ves puede no ser real para ellos, asegúrate de no sumergirte en otra corriente. Comprar coches caros, tener relaciones rosas 24*7 o llevar ropa elegante no siempre es cierto, y ni siquiera es duradero.

Preguntas frecuentes

¿Cómo puedo gestionar mis expectativas en mi relación?

Es importante ser consciente de tus expectativas para poder gestionarlas. Empiece por ser sincero consigo mismo sobre lo que espera de la relación. A continuación, comunique sus expectativas a su pareja.
Hablar de lo que ambos quieren es importante y les da un punto de partida para negociar y comprometerse con las expectativas. Por último, recuerda que debes ser flexible y estar dispuesto a adaptarte a medida que tu relación (y tus expectativas) evolucionen.

¿Cómo puedo gestionar mis expectativas en el trabajo?

Puedes gestionar tus expectativas en el trabajo comprobando regularmente tu estado de ánimo y estableciendo objetivos realistas y alcanzables. Recuerda que ninguna situación es perfecta y que los demás también tienen defectos y son propensos a cometer errores.
Si ves que no se cumplen tus expectativas, es importante dar un paso atrás y evaluar la situación. Intenta comprender por qué ha ocurrido y qué puedes hacer de forma diferente en el futuro. Recuerda que las expectativas son sólo creencias, no siempre son la realidad.

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