Tu mentalidad es un conjunto de creencias que dan forma a cómo le das sentido al mundo y a ti mismo. Influye en cómo piensas, sientes y te comportas en cualquier situación dada. Significa que lo que crees sobre ti mismo afecta tu éxito o fracaso.

Las mentalidades pueden influir en cómo se comportan las personas en una amplia gama de situaciones de la vida. Por ejemplo, cuando las personas se enfrentan a diferentes situaciones, su mente desencadena una mentalidad específica que luego afecta directamente su comportamiento en esa situación.

Según la psicóloga de Stanford Carol Dweck, tus creencias juegan un papel fundamental en lo que quieres y si lo logras.

Mentalidad fija vs. mentalidad de crecimiento

Dweck describe dos mentalidades básicas: fija y de crecimiento. Si tienes una mentalidad fija, crees que tus habilidades son rasgos fijos y, por lo tanto, no se pueden cambiar. También puedes creer que tu talento e inteligencia por sí solos conducen al éxito y que no se requiere esfuerzo.

Por otro lado, si tienes una mentalidad de crecimiento, crees que tus talentos y habilidades se pueden desarrollar con el tiempo a través del esfuerzo y la persistencia. Las personas con esta mentalidad no necesariamente creen que cualquiera puede convertirse en Einstein o Mozart, sino que todos pueden volverse más inteligentes o talentosos si se esfuerzan.

A continuación, se muestran algunos ejemplos de mentalidad fija y mentalidad de crecimiento.

  • Mentalidad fija Mentalidad de crecimiento.
  • soy bueno en eso o no lo soy. Puedo aprender a hacer lo que quiera.
  • Así soy yo. No puedo cambiarlo. Soy un trabajo en constante evolución.
  • Si tienes que trabajar duro, no tienes la capacidad. Cuanto más te desafíes a ti mismo, más inteligente te volverás.
  • Si no lo intento, no fracasaré. Solo fracaso cuando dejo de intentarlo.
  • Ese puesto de trabajo está totalmente fuera de mi alcance. Ese puesto de trabajo parece desafiante. Déjame postularme.

Neuroplasticidad

¿Sabías que tu cerebro puede cambiar? La buena noticia es que puedes cambiar tu mentalidad.

La neurociencia demuestra que nuestro cerebro continúa desarrollándose y cambiando incluso en la edad adulta. El cerebro es, en realidad, muy parecido al plástico y puede remodelarse con el tiempo, formando nuevas vías neuronales. Esto es lo que los neurocientíficos llaman neuroplasticidad.

Estas vías neuronales se desarrollan al hacer o pensar cosas concretas. Las cosas que hacemos o decimos con más frecuencia se graban en nuestro cerebro como hábitos. Estos forman vías neuronales o rutas en nuestro cerebro que se vuelven más fáciles de usar cuanto más las pensamos o realizamos esas mismas acciones.

Sin embargo, aún puedes cambiarlas. El primer paso es pensar conscientemente en ellas y darte cuenta de que quieres cambiarlas, luego practicar la toma de conciencia y elegir algo diferente, para entrenar tu cerebro en la nueva habilidad o pensamiento. Puede resultar útil pensar en este aprendizaje como un ciclo, y el ciclo de competencia se describe con más detalle en otro blog que tenemos sobre coaching.

Hay tres cosas clave que puedes hacer para desarrollar una mentalidad de crecimiento:

  • Debes reconocer que una mentalidad de crecimiento no solo es buena, sino que también está respaldada por la ciencia. En otras palabras, debes comprometerte a desarrollar una mentalidad de crecimiento.
  • Puedes aprender y enseñar a otros cómo desarrollar y mejorar sus habilidades mediante la adopción de una mentalidad de crecimiento. Esto te ayudará a tomar el control de tu vida, lo que es enormemente empoderador. Las investigaciones muestran que las personas que sienten que tienen el control tienden a desempeñarse mejor. Es un círculo virtuoso.
  • Escucha tu voz de mentalidad fija. Cuando escuches esa pequeña voz crítica en tu cabeza que te dice que no puedes hacer algo, respóndele con un enfoque de mentalidad de crecimiento y dile que puedes aprender.

Mentalidad y reveses

Esta mentalidad también hace que las personas afronten los reveses de forma diferente.

  • Las personas con una mentalidad fija se desaniman mucho ante los reveses, porque un revés socava su fe en su capacidad. Tienden a perder el interés y a darse por vencidos. Tienen un contexto negativo para sus vidas y se centran en lo que va mal con algo o en lo que está mal con las personas.
  • Las personas con una mentalidad de crecimiento ven un revés como una oportunidad para aprender. Analizan lo que no funcionó, lo que podrían hacer de forma diferente. Tienen un contexto positivo para sus vidas y tienden a replantear las circunstancias en una visión más positiva. Por lo general, son positivos con respecto a los demás y se sacuden de encima un revés con bastante rapidez. Suelen esforzarse más la próxima vez en un esfuerzo por superar el problema.

Cómo se forma la mentalidad

Entonces, ¿cómo se forma la mentalidad en primer lugar? La investigación de Dweck revela dos fuentes principales: elogios y etiquetas, ambas ocurren en la primera infancia.

El impacto de los elogios

En una serie de experimentos que marcaron un hito, Dweck y sus colegas descubrieron que los niños se comportaban de manera muy diferente según el tipo de elogio que recibían. Descubrieron que los elogios personales, o elogiar los talentos de un niño o etiquetarlo como “inteligente”, promueven una mentalidad fija. Envían un mensaje al niño de que tiene una habilidad o no la tiene, y que no hay nada que pueda hacer para cambiar ese hecho.

Los elogios de proceso, por otro lado, enfatizan el esfuerzo que una persona pone para completar una tarea. Implica que su éxito se debe al esfuerzo y la estrategia que utilizó, ambos los cuales puede controlar y mejorar con el tiempo.

A continuación, se muestra un ejemplo de cómo son diferentes. Si su hijo obtiene una buena calificación en un examen de matemáticas, un elogio personal podría ser: “Ves, eres bueno en matemáticas. Obtuviste una A en tu examen”. Por otro lado, el elogio del proceso puede sonar así: “Estoy impresionado por lo mucho que estudiaste para tu examen de matemáticas. Leíste el material varias veces, le pediste a tu maestro que te ayudara a resolver los problemas difíciles y te pusiste a prueba. ¡Eso realmente funcionó!”.

Los adultos pueden tomar medidas para garantizar que sus hijos desarrollen una mentalidad de crecimiento al elogiar los esfuerzos, no los resultados. Al centrarse en el proceso en lugar del resultado, los adultos pueden ayudar a los niños a comprender que sus esfuerzos, trabajo duro y dedicación pueden conducir al cambio, aprendizaje y crecimiento tanto ahora como en el futuro.

Mentalidad influencia halagos

El impacto de las etiquetas

El etiquetado, que implica asignar características a las personas en función de estereotipos o asociaciones con diferentes grupos, también puede conducir al desarrollo de mentalidades fijas o de crecimiento. Una persona que tiene un estereotipo de que las niñas son malas en matemáticas o que los niños son malos en lectura puede formar una mentalidad fija sobre sus propias habilidades en esos dominios específicos.

Por ejemplo, los investigadores han descubierto que el solo hecho de que los estudiantes marquen casillas sobre sexo y raza era suficiente para invocar estereotipos internalizados que afectaban el desempeño en las pruebas.

Eres perezoso(a), ves cualquier meta tuya como una cosa imposible o un sueño inalcanzable, debes cambiar esa mentalidad, al menos que quieras ser como el resto de las personas y no destacar, si quieres trabajar toda tu vida, estar amargad@ y criticar a los demás por cumplir sus metas cuando tu te limitaste a no llegar a ellas, este curso es para ti, cambia tu forma de ver todo, haz algo productivo y conquista el mundo.

El impacto de la mentalidad

Tu mentalidad juega un papel fundamental en la forma en que enfrentas los desafíos de la vida. Cuando un niño tiene una mentalidad de crecimiento, tiende a tener hambre de aprender y un deseo de trabajar duro y descubrir cosas nuevas. Esto a menudo se traduce en logros académicos.

Como adultos, estas mismas personas son más propensas a perseverar ante los reveses. En lugar de tirar la toalla, los adultos con una mentalidad de crecimiento lo ven como una oportunidad para aprender y crecer. Por otro lado, aquellos con mentalidades fijas son más propensos a darse por vencidos ante circunstancias desafiantes.

En su libro “Mindset: The New Psychology of Success”, Dweck escribe que aquellos con mentalidades fijas buscan constantemente la validación para demostrar su valor no solo a los demás, sino también a sí mismos.

Desarrollar una autoestima saludable

Para lograr con éxito cualquier hazaña que valga la pena, una persona primero debe sentirse capaz de lograrla. No importa lo que piensen los demás. La autoestima nace de un diálogo interno que informa cómo percibimos y evaluamos nuestro valor, de manera positiva o negativa. También enmarca nuestro autoconcepto (la visión integral que tenemos sobre nosotros mismos). Una mentalidad, fuerte y positiva, es esencial para desarrollar una autoestima saludable.

Formular una perspectiva o contexto ganador

Cuando se trata del éxito, hay pocas cosas más valiosas que la perspectiva. La forma en que elegimos atribuir significado a los eventos y circunstancias tiene un efecto profundo en si vemos nuestro vaso medio lleno o medio vacío. Según el filósofo francés Sartre, “nada en la vida tiene significado o valor, excepto el significado o valor que realmente le damos”. La verdad es que tu mentalidad tiene todo que ver con la perspectiva. Nuestras creencias, actitudes y prejuicios fundamentales afectan naturalmente la forma en que procesamos la información y experimentamos el mundo que nos rodea.

Aprovechar el impulso

El impulso es la determinación inquebrantable de lograr un objetivo importante. Incluye el proceso de identificar y desarrollar una visión para el éxito y participar en actividades a lo largo del tiempo, en pos de esa visión. Sin impulso, lograr la mayoría de los objetivos sería difícil en el mejor de los casos. La mentalidad es fundamental para el impulso. Con el poder de dirigir el enfoque y alentar el compromiso con su visión, puede instar a uno a desafiar el status quo y superar las zonas de confort.

Enfrentar la adversidad

Sin importar qué objetivo busque lograr, el camino hacia su éxito seguramente incluirá algún grado de adversidad. Si quieres superar los momentos difíciles, tendrás que desarrollar una piel gruesa y aprender a enfrentar cada desafío de frente. Eso incluye recibir comentarios constructivos. Aquí es donde la mentalidad juega un papel fundamental. La adversidad te pondrá a prueba.

Alcanzar el objetivo subyacente

Establecer objetivos es un proceso multifacético, y el logro es el indicador más obvio de éxito. Sin embargo, sin la mentalidad adecuada, es posible que no llegues tan lejos. Una tarea que elude fácilmente incluso a las personas mejor intencionadas, lograr un objetivo requiere algo más que un mero deseo tibio de tener éxito.

¿Cuál es mi mentalidad?

¿Tienes una mentalidad fija o de crecimiento? Para averiguarlo, comienza leyendo las siguientes afirmaciones y decide con cuáles estás más de acuerdo:

  • Nacemos con una cierta cantidad de inteligencia y no es algo que se pueda cambiar.
  • No importa quién seas, no hay mucho que puedas hacer para mejorar tus habilidades básicas y tu personalidad.
  • Las personas son capaces de cambiar su forma de ser.
  • Puedes aprender cosas nuevas y mejorar tu inteligencia.
  • Las personas tienen talentos particulares o no los tienen. No puedes simplemente adquirir talento para cosas como la música, la escritura, el arte o el atletismo.
  • Estudiar, trabajar duro y practicar nuevas habilidades son formas de desarrollar nuevos talentos y capacidades.

Si tiendes a estar más de acuerdo con las afirmaciones 1, 2 y 5, entonces probablemente tengas una mentalidad más fija. Sin embargo, si estás más de acuerdo con las afirmaciones 3, 4 y 6, entonces probablemente tengas una mentalidad de crecimiento.

Cómo deshacerte de una mentalidad fija

Si bien las personas con una mentalidad fija pueden no estar de acuerdo, Dweck sugiere que las personas son capaces de cambiar su mentalidad. Aquí te explicamos cómo.

Concéntrate en el camino

Un factor importante al desarrollar una mentalidad de crecimiento es ver el valor de tu camino. Cuando te obsesionas con el resultado final, te pierdes todo lo que podrías aprender en el camino.

Incorpora el “todavía”

Si tienes dificultades con una tarea, recuerda que simplemente no la dominas “todavía”. Integrar esta palabra en tu vocabulario indica que, a pesar de las dificultades, puedes superar cualquier cosa.

Presta atención a tus palabras y pensamientos

Reemplaza los pensamientos negativos por otros más positivos para desarrollar una mentalidad de crecimiento.

Acepta desafíos

Cometer errores es una de las mejores formas de aprender. Así que, en lugar de rehuir los desafíos, acéptalos.

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