Quejarse es una parte natural de la comunicación humana. Suele ser una respuesta a los problemas o una forma de comunicar la insatisfacción. Sin embargo, a veces las personas se preguntan si se quejan demasiado.

Probablemente no sea realista decidir no quejarse nunca más, pero establecer límites puede ser beneficioso. Este artículo explora algunas de las razones por las que la gente se queja, el impacto que puede tener en el bienestar y los pasos para minimizar las quejas diarias

Tipos de quejosos

Hay diferentes tipos de quejadores, según de qué se quejen. Algunos simplemente expresan su opinión, mientras que otros podrían hundirte. A continuación, te explicamos cómo diferenciarlos.

Los que se quejan del estrés

Está el que simplemente se desahoga, debido a una situación desagradable. Esto ocurre cuando uno siente que tiene que hablar de algo para que no le estrese tanto. ¿Alguna vez te ha molestado algo y has querido compartirlo con alguien? No hay nada malo en ello. A veces, sientes la necesidad de contarle a otra persona tu preocupación.

Este tipo de queja puede ser una llamada a la acción para los compañeros de trabajo. Puede que se les ocurra una solución al problema señalado, mejorando así las cosas. También puede ser un gran alivio del estrés para uno.

Quejosos asertivos

También están los que tienden a quejarse de los servicios que están por debajo de sus expectativas; los que piden al gerente en los restaurantes porque el agua es de grifo y no embotellada. Suelen ser muy exigentes con los pequeños detalles. Son muy buenos para conseguir lo que quieren tal y como lo piden, sin miedo a lo que puedan pensar los demás.

A menos que lo hagan de forma grosera, simplemente defienden algo que desean y lo comunican de forma asertiva.

Quejosos asertivos

Quejosos inefectivos

Por último, tenemos a los quejosos inefectivos. Estas personas se quejan de cosas que están fuera de su control. Y eso es un problema.

Suelen tratar de evitar la decepción teniendo bajas expectativas. Cuando este tipo de quejoso hace una queja, casi siempre se presenta de una manera que muestra que están indefensos en la situación.

Pueden mencionar cosas como “no pueden ni siquiera darme un aumento” o “no me eligen, siempre son parciales”. Su objetivo no es realmente encontrar una solución al problema y cambiarlo, sino aparecer como una víctima y hacer que los demás se compadezcan de ellos.

Quejicas crónicas

Siempre encuentran el defecto en cualquier situación en la que se encuentren. Miran la vida de forma negativa todo el tiempo. Son incapaces de cambiar nada malo en sus vidas y siguen arrastrando a los demás hasta que acaban por parecerse a ellos o los dejan, lo que debería ser una bandera roja para ti también.

El problema de quejarse constantemente es que puede afectar al trabajo, a las relaciones con los que le rodean y a su calidad de vida en general. En el lugar de trabajo, la persona que se queja puede ser incapaz de realizar las tareas encomendadas y dedicar su tiempo a quejarse. Si eres compañero de trabajo de una persona así, se quejará constantemente de todo, desde la forma de vestir de tus jefes hasta la fotocopiadora que se ha estropeado.

Los quejosos pueden ser una distracción para ti mientras trabajas. Lo peor es que la mayoría ni siquiera quiere una solución, por lo que sugerirles puede incitarles a presentar más quejas. Puede que la persona ni siquiera sea consciente de que sus quejas son un problema.

Las personas que se quejan pueden acabar deprimidas, ya que ver la vida de forma negativa todo el tiempo conduce naturalmente a pensamientos depresivos. La persona contagia este estado de ánimo a sus allegados. Pueden matar tu alegría señalando siempre lo oscuro de todo. Si notas esto, no importa cuánto signifique esta persona para ti, es hora de decir adiós por tu propio bien de felicidad.

La cuestión es que los quejosos tienden a sabotear sus relaciones con la gente. Las personas positivas las evitan porque las alejan con sus constantes comentarios negativos. A partir de cierto punto, tienes que hacerte la pregunta: ¿Qué es más importante? ¿Tu felicidad o mantener esta relación?

¿Por qué se queja la gente?

Puede ser útil comprender mejor las causas de este tipo de comunicación. La gente se queja por una gran variedad de razones. Algunos factores que influyen:

Regulación emocional

A veces las personas se quejan como una forma de gestionar sus emociones. Al desahogar sus sentimientos, esperan disminuir la gravedad de estas emociones angustiosas.

Regulacion emocional quejoso

Estado de ánimo

Las personas son más propensas a quejarse cuando están de mal humor. El problema es que la gente se queja más cuando está de mal humor. Sus quejas conducen a más estados de ánimo negativos, creando un círculo vicioso.

Personalidad

Las investigaciones sugieren que ciertos rasgos de la personalidad influyen en la frecuencia con la que la gente se queja. No es de extrañar que las personas con un alto grado de simpatía sean las menos propensas a quejarse.

Factores sociales

Los demás también pueden influir en la frecuencia con la que la gente se queja. Estar rodeado de personas que tienden a quejarse mucho puede hacer que la gente sea más propensa a expresar sus propias quejas. Las quejas compartidas también pueden servir como una forma de vínculo social.

No es que la mayoría de la gente se pase el día señalando lo negativo de la vida, ni mucho menos. La mayoría de la gente puede incluso tratar de notar y hablar de todo lo que tiene que agradecer en la vida. Sin embargo, quejarse es propio de la naturaleza humana.

Incluso las personas que comparten con frecuencia momentos especiales con sus seres queridos, que siguen sus pasiones en la vida, que escriben sobre la gratitud en un diario o que se dedican a otras actividades positivas, pueden quejarse más de lo necesario y más de lo que es saludable.

La mayoría de las personas necesitan expresar sus frustraciones de vez en cuando. La gente necesita hablar con sus seres queridos sobre sus sentimientos, tanto positivos como negativos. Necesitan buscar la opinión de aquellos en los que confían cuando se enfrentan a decisiones o situaciones difíciles.

Estas acciones pueden ser positivas, pero también pueden implicar a menudo compartir historias sobre problemas. A veces esto se convierte en una queja excesiva o en un cotilleo, y eso puede ser un terreno resbaladizo. Una forma más sana de quejarse incluye una lluvia de ideas para encontrar soluciones.

¿Te quejas demasiado?

¿Cómo saber si se queja demasiado? Puede ser útil prestar atención a su comunicación diaria, ya sea en persona, por mensaje de texto o por otro método. Fíjese en qué parte del contenido de sus conversaciones se centra en las quejas o la negatividad.

Es normal notar que una parte de su comunicación diaria se centra en quejas o reclamos. Pero si notas un patrón en el que muchas de tus palabras se centran en la negatividad, puede ser una señal de que necesitas encontrar una forma de abordar tus quejas.

Algunas señales de que puedes estar quejándote demasiado:

  • Aireas la negatividad, pero no intentas encontrar ninguna solución.
  • Sueles rumiar acontecimientos pasados.
  • Experimentas muchos remordimientos y desearías poder volver atrás y cambiar las cosas.
  • Experimentas con frecuencia sentimientos de ansiedad.
  • Sueles estar irritable después de quejarte.
  • Tienes un estado de ánimo y una visión de la vida negativos.
  • Hablar de los problemas te hace sentir impotente o desesperanzado.

También puedes notar que otras personas empiezan a alejarse o a evitarte debido a tu constante negatividad. Esto puede afectar a su sistema de apoyo social.

Quejarse con frecuencia también puede reducir el número de influencias positivas en su vida. Las personas que sí quieren pasar tiempo contigo tienden a reforzar tu negatividad a través de la co-rumatización, o repitiendo una y otra vez los acontecimientos del pasado.

Estrategias para ser más positivo

Si esto le suena a usted y quiere renovar su compromiso de mantener las cosas tan positivas como sea posible, pruebe el siguiente plan para minimizar las quejas, maximizar el optimismo y reducir el estrés.

A medida que se concentre en minimizar sus quejas y maximizar su gratitud y entusiasmo por la vida, probablemente sentirá una diferencia en sus niveles de estrés y en su nivel de satisfacción general con la vida.

El primer paso es ser consciente de que te quejas demasiado o de que caes en la rumiación. El siguiente paso es probar algo nuevo. Estas estrategias de eficacia probada pueden ayudar:

Escribir un diario

Escribir en un diario aporta muchos beneficios relacionados con la salud y el bienestar. El truco para llevar un diario eficaz es escribir sobre el problema y sus sentimientos al respecto, y luego hacer una lluvia de ideas para encontrar soluciones y ver los aspectos positivos de la situación.

Buscar apoyo

El apoyo social es un gran alivio para el estrés y, si tienes suerte, tienes algunas personas solidarias y sabias en tu vida con las que hablar cuando estás deprimido. En lugar de quejarte con ellos, ríete con ellos. Si te enfrentas a un reto más importante, cuéntales cómo te sientes, obtén sus opiniones (y quizá un abrazo) y pasa a temas más alegres. No es necesario quejarse.

Mantener el agradecimiento

Contar tus bendiciones puede ser una gran manera de salir de un mal estado de ánimo o de alejar tu atención de tus frustraciones. Es difícil quejarse cuando piensas en lo afortunado que eres.

Pasar a la acción

El impulso de quejarse proviene de la insatisfacción con algo que ocurre en la vida (a menudo unida a la sensación de incapacidad para cambiarlo). Las quejas pueden ser una señal de que es necesario actuar. Así que, la próxima vez que tengas ganas de quejarte, céntrate en lo que puedes hacer para cambiar tus circunstancias, y luego (si es posible) hazlo.

Pasar a la accion quejoso

Cultivar el optimismo

Es mucho más fácil abandonar los hábitos negativos sustituyéndolos por otros positivos. Sustituir los pensamientos y las palabras negativas por otras optimistas aporta muchos beneficios. Merece la pena intentarlo, incluso si no piensas dejar de quejarte pronto.

¿Cuándo es bueno quejarse?

Quejarse no siempre es malo. Cuando se hace de forma efectiva, quejarse puede tener un impacto beneficioso en tu bienestar. La clave es que hay que hacerlo de una manera determinada y con un propósito concreto.

En un estudio publicado en el Journal of Social Psychology, los investigadores descubrieron que cuando las personas se quejan para conseguir un determinado resultado, son más felices que las personas que se quejan simplemente por quejarse.

Estos resultados coinciden con otras investigaciones sobre las expresiones emocionales de la frustración. Aunque a veces se considera que desahogar las emociones es una forma de lograr la catarsis, la evidencia demuestra que en muchos casos empeora las emociones negativas.

Esto también es cierto en los entornos online. Publicar una crítica negativa o despotricar puede hacerte sentir mejor momentáneamente, pero los estudios demuestran que centrarse en estas emociones negativas empeora el estado de ánimo. En lugar de liberar las emociones, tiende a amplificarlas.

Entonces, ¿qué puede hacer para que quejarse sea efectivo y productivo? Algunas estrategias que pueden ayudar:

Defiéndase a sí mismo

Quejarse con un propósito es esencial, especialmente cuando se defiende en el trabajo o en una relación. Las quejas constantes en cualquier situación están destinadas a crear más estrés y conflictos, pero las quejas estratégicas que se centran en la búsqueda de soluciones prácticas pueden hacer que ventilar estas quejas sea más útil.

Utiliza las quejas para ganar claridad

Rumiar los acontecimientos del pasado puede ser perjudicial, pero a veces llevar un diario o hablar de las cosas que te preocupan puede ayudarte a procesar y ganar claridad con respecto a tus experiencias.

utiliza las quejas para ganar claridad

Limita tus quejas

Concéntrese en mantener una comunicación diaria principalmente positiva. Cuando se queje, hágalo con atención y sea consciente de cómo puede afectar negativamente a su estado de ánimo.

Evite quejarse

Puede ser tentador dejar que los demás refuercen sus quejas, pero pasar mucho tiempo rumiando sus quejas con los demás puede tener efectos negativos.

En su lugar, intenta limitar el tiempo que pasas con personas que se quejan mucho.

Encontrar formas de reducir las quejas puede tener un impacto positivo en su vida y bienestar. Además de mejorar tus relaciones, también puede ayudarte a sentirte mejor con tu vida. Cuando tenga que quejarse, recuerde que debe limitar sus quejas a los problemas que está tratando de resolver. En última instancia, tu vida es lo que tú haces y estas estrategias pueden ayudarte a hacerla más serena.

error: El contenido está protegido