A lo largo de la historia, los seres humanos se han sentido atraídos por las historias tristes de ficción, desde las tragedias de Shakespeare, como Hamlet y Romeo y Julieta, hasta películas desafiantes como La lista de Schindler y Titanic. Sin embargo, dado que consideramos las historias como una forma de entretenimiento, nuestro interés por las historias tristes ha sido calificado de paradójico.

Después de todo, si consumimos historias para entretenernos, ¿por qué elegiríamos pasar tiempo con narraciones que nos hacen sentirnos tristes, una emoción que la gente suele intentar evitar?

Los psicólogos han empezado a investigar esta cuestión en los últimos años y han encontrado varias respuestas a través de sus investigaciones.

Algunas de las cosas que han descubierto son que consumir historias tristes nos permite experimentar la tristeza sin ansiedad, nos hace sentirnos agradecidos por nuestras relaciones cercanas y nos hace pensar en lo que es valioso y significativo para nosotros. Este artículo cubre algunas de las razones por las que la gente consume historias tristes.

Conecta a las personas con las emociones de la vida real

Cuando consumimos una historia de ficción, aunque sepamos que no es real, experimentamos automáticamente emociones en respuesta a ella. Esto se debe a que si conectamos con una historia -y especialmente si nos encontramos narrativamente transportados, o absorbidos, en una historia- su contenido emocional resuena en nosotros de una manera que nos hace sentir que es veraz.

Las historias tristes pueden recordarnos la vida real

Así, cuando leemos, vemos o escuchamos una historia triste, nos sentimos espontáneamente tristes, se nos saltan las lágrimas o lloramos porque las emociones que transmite la historia simulan las que hemos experimentado en la vida real.

Curiosamente, un estudio

Se descubrió que esta sensación de realismo ayuda a explicar nuestro disfrute de las películas tristes. Los investigadores descubrieron que, tras ver la trágica película de 1995 Angel Baby, los participantes que respondían a la película con mayor tristeza percibían que la película era más realista y se implicaban más en ella.

Cuanto más se implicaban los participantes en la película, más la disfrutaban. Así que, en última instancia, los que estaban más tristes después de ver la película fueron también los que más la disfrutaron.

Un estudio sobre historias tristes

Se puede experimentar la tristeza sin ansiedad

Sin embargo, nuestra percepción del realismo de una historia no es ni mucho menos la única razón por la que nos gustan las historias tristes. Otro estudio que exploraba las respuestas a las historias tristes descubrió que los participantes experimentaban tanta tristeza cuando recordaban un suceso personal trágico como cuando veían películas y programas de televisión trágicos.

Sin embargo, había una diferencia notable entre recordar una tragedia personal y ver una tragedia de ficción: los participantes experimentaban mucha más ansiedad cuando recordaban una tragedia personal que cuando veían programas y películas trágicas.

El investigador sugirió que esto puede ser la clave de nuestra capacidad para disfrutar de las historias tristes de ficción. Si un suceso triste ocurre en la vida real, suele ir acompañado de ansiedad porque sabemos que seguiremos teniendo que lidiar con el impacto de ese suceso.

En cambio, no nos angustia consumir una historia triste porque las emociones que experimentamos a través de ella no seguirán teniendo un impacto en nosotros después de que hayamos terminado de verla, leerla o escucharla.

Consumir historias tristes puede hacerte sentir más agradecido

Otra razón por la que disfrutamos de las historias tristes es que nos hacen sentir agradecidos, pero quizás no de la manera que podríamos esperar.

En un estudio adicional,5 los participantes que experimentaron una mayor tristeza mientras veían la trágica película de 2007 Expiación dijeron disfrutar más de la película y experimentar una mayor felicidad con sus vidas, pero sólo si pensaban en sus relaciones cercanas mientras veían la película.

Los investigadores también investigaron si los participantes que comparaban sus vidas con las de los personajes trágicos de la película experimentaban un aumento similar de la felicidad, pero descubrieron que tales pensamientos egocéntricos no tenían un impacto en el estado de ánimo de los espectadores.

Por el contrario, los que experimentaron un mayor aumento de la tristeza mientras veían la película fueron también los más propensos a considerar sus relaciones cercanas en respuesta a la misma. Esto indica que disfrutamos de las historias tristes porque nos ayudan a pensar y a sentirnos más agradecidos por los lazos que compartimos con las personas que amamos y cuidamos.

Puedes considerar lo que hace que la vida tenga sentido

Sin embargo, otras investigaciones han demostrado que las historias tristes pueden provocar pensamientos que van más allá de nuestras relaciones y se extienden a consideraciones más existenciales.

En un estudio en el que se mostraron a los participantes varios fragmentos de películas de personajes que se enteraban de la muerte de un pariente cercano, los investigadores descubrieron que la tristeza y el disfrute estaban correlacionados, siempre que los espectadores también se sintieran conmovidos por las historias que veían.

Las académicas Mary Beth Oliver y Anne Bartsch7 han calificado el sentimiento de conmoción por una historia triste, conmovedora o agridulce como “apreciación” y sugieren que las personas buscan historias que provoquen este sentimiento cuando esperan descubrir un significado o verdades más profundas.

Oliver y Bartsch definen la apreciación como “un estado experiencial que se caracteriza por la percepción de un significado más profundo, la sensación de estar conmovido y la motivación para elaborar pensamientos y sentimientos inspirados por la experiencia”.

A partir de esta definición, está claro que la experiencia del aprecio es positiva, pero no es puramente placentera. En cambio, los sentimientos positivos que provoca son el resultado de que los consumidores encuentren un significado en las historias y sigan reflexionando sobre ese significado después de haberlas consumido.

Potencial de crecimiento personal

Los estudios indican que esto facilita que los consumidores se planteen grandes cuestiones, como quiénes somos, qué valoramos y qué hace que la vida merezca la pena, no sólo en general sino para ellos mismos. En consecuencia, la apreciación puede conducir al crecimiento personal.

Esto implica que la razón por la que a la gente le gustan las historias tristes es que permiten a los consumidores comprometerse con emociones tiernas y significativas y provocan pensamientos reflexivos.

Además, la expectativa de que el consumo de historias tristes provoque estas respuestas significativas y conmovedoras motiva a la gente a seguir buscando y viendo, leyendo y escuchando historias tristes.

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El Sadfishing y la adolescencia

Sadfishing es un término acuñado por la escritora Rebecca Reid. El significado del sadfishing es el siguiente: Los usuarios de las redes sociales buscan reacciones y comentarios comprensivos publicando historias e imágenes tristes.

Los adolescentes y los jóvenes son los usuarios más frecuentes de las redes sociales. También son la generación que más sufre la soledad. Esto significa que son más propensos que otros grupos de edad a mostrar este tipo de tristeza en las redes sociales.

Pero hay personas de todas las edades que practican el sadfishing, incluidos los famosos que escriben sobre sus problemas para ganarse la confianza de los lectores y luego intentar venderles algo. Por ejemplo, la personalidad mediática Kendall Jenner, de 24 años, fue denunciada después de que escribiera sobre su debilitante lucha contra el acné en un post que resultó ser una promoción pagada para una marca de cuidado de la piel.

Causas

Hay muchas razones que pueden llevar a una persona a realizar comportamientos compatibles con el sadfishing. Recordemos que el objetivo principal de esta acción es ganar la atención de los demás. Por lo tanto, una personalidad narcisista puede fomentar este tipo de comportamiento.

Pero también se pueden publicar contenidos sobre la tristeza que siente la persona, precisamente por su baja autoestima. El sadfishing puede incluso hacerse simplemente por celos, en caso de que haya otra persona en el entorno que esté acaparando toda la atención de los demás.

Estar en un periodo de soledad también puede favorecer este comportamiento. Es lógico pensar que, si una persona se ve privada de la cantidad de atención que recibe de forma habitual, sentirá la necesidad de recuperarla de alguna manera, y un buen método puede ser el sadfishing.

Psicopatologías como la depresión o la ansiedad también pueden potenciar el uso de esta técnica si la persona que las padece detecta que a través de ella nota una mejora en su estado, aunque sea sutil. Los individuos con conductas antisociales, paradójicamente, también pueden practicar el sadfishing, ya que buscarán de forma digital la atención que no obtienen en persona.

No hay que olvidar que existe otra razón para este tipo de acciones, tan simple como el mero aburrimiento. Nos referimos a lo que se conoce en Internet como “troll”. Estos individuos sadfish no porque realmente se sientan tristes, sino porque se divierten manipulando las emociones y reacciones de los demás.

Sadfishing, redes sociales y salud mental

Incluso cuando exageran lo que están pasando, los adolescentes que publican su infelicidad en las redes sociales a menudo están experimentando realmente emociones difíciles. De hecho, algunos adolescentes que publican de esta manera están sufriendo realmente problemas de salud mental. Y, por desgracia, el fenómeno del sadfishing puede impedir que esas personas reciban la ayuda que necesitan, porque sus expresiones de tristeza no se reconocen como genuinas. Por ejemplo, uno de los síntomas del Trastorno de la Personalidad Histriónica es la búsqueda de atención, por lo que los adolescentes con este trastorno pueden ser más propensos a la tristeza y, por lo tanto, su comportamiento puede ser más fácilmente descartado.

Las investigaciones lo confirman. Una encuesta llevada a cabo por Digital Awareness UK descubrió que la tendencia al sadfishing hace más difícil que los adolescentes que se enfrentan a problemas de salud mental busquen apoyo en Internet. Los investigadores entrevistaron en persona a 50.000 jóvenes de entre 11 y 16 años. Muchos de ellos declararon haber sido acosados o haber recibido respuestas críticas tras publicar en las redes sociales su sufrimiento emocional. Incluso si no fueron acosados, la mayoría se sintieron decepcionados porque no recibieron el apoyo que buscaban. Por lo tanto, publicar en Internet sobre emociones difíciles suele acabar haciéndoles sentir peor.

Además, un gran número de investigaciones sobre los vínculos entre las redes sociales y la salud mental indican que el simple hecho de pasar tiempo en estas aplicaciones puede reducir el estado de ánimo y aumentar los síntomas de ansiedad y depresión. Los estudios muestran una clara conexión entre las redes sociales y la soledad, así como entre las redes sociales y la depresión. La mayoría de las investigaciones muestran que ambas medidas aumentan cuanto más tiempo pasa un adolescente utilizando las aplicaciones (aunque un nuevo estudio de agosto de 2020 cuestiona estos resultados). Aunque las redes sociales pueden ayudar a los adolescentes a sentirse conectados, sobre todo en esta época en la que la interacción social es más limitada, el sadfishing no parece ser una forma beneficiosa o productiva de obtener apoyo.

3 cosas que los padres pueden hacer con respecto al sadfishing de los adolescentes

Si un adolescente hace sadfishing debido a un mal estado de ánimo, a sentimientos de desesperanza o a un problema de salud mental subyacente, los padres deben ser conscientes y participar.

  • Si observas que tu hijo está haciendo sadfishing en las redes sociales, pregúntale sobre ello, sin juzgarle ni preocuparte en exceso. Simplemente abra una conversación diciendo algo como: “Me he fijado en tu publicación de esta mañana. ¿Puedes contarme un poco más sobre cómo te sientes?”. A continuación, practique la escucha activa.
  • Asegúrese de transmitir a los adolescentes el mensaje de que son apoyados y amados incondicionalmente. Los adolescentes de esta edad suelen estar más centrados en conseguir la aprobación y la atención de sus compañeros que de sus padres, y la búsqueda de la tristeza puede ser una forma de hacerlo. Pero saber que sus padres son sus mayores admiradores proporciona una base sólida y duradera a la que los adolescentes pueden recurrir en los momentos difíciles.
  • Los padres pueden educar a los adolescentes sobre el efecto de sus publicaciones en las redes sociales. Puede que no se den cuenta de que el fenómeno del sadfishing puede estar impidiendo que los adolescentes con problemas de salud mental reciban la ayuda que necesitan. Además, puede que no sepan que el sadfishing puede atraer a los depredadores en línea que ven a los adolescentes emocionales y vulnerables como víctimas potenciales.

Los mejores antídotos contra el sadfishing

En última instancia, las conversaciones periódicas cara a cara entre padres e hijos son las que proporcionan la información más precisa y honesta sobre lo que está pasando el adolescente. Cuando los adolescentes no temen ser disciplinados o juzgados cuando se abren, los padres pueden saber lo que realmente está pasando. Estas conversaciones fortalecerán sin duda la relación entre padres e hijos.

Además, si un adolescente está triste y los padres están preocupados de que sea un signo de comportamiento suicida, un profesional de la salud mental con experiencia puede ayudarles a descubrir lo que realmente está pasando.

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